El 19 de enero, día en que entró en vigor el «alto el fuego» en Gaza, Yusef Kasab, de 29 años, se moría de ganas de volver a su barrio de Tel al-Sultan, en el centro de Rafah, para ver cómo estaba su casa. Salió delante de su padre junto con su sobrino y un vecino. Pero cuando llegó, no pudo encontrar su casa: el ejército israelí había destruido el edificio y arrasado el terreno donde antes estaba.
La casa de su vecino estaba destrozada, pero de algún modo seguía en pie, así que los tres entraron para tomarse un descanso e inspeccionar los daños, contó el padre de Kasab a Drop Site News. «Cuando estaban a punto de salir, Yusef estaba cerca de la ventana de la cocina y vio un objeto extraño que le estalló en la cara», dijo el padre de Kasab, de 53 años. «Esto es lo que me contaron su vecino y su sobrino tras resultar gravemente heridos por la explosión».
Mohamed llegó pocos minutos después de la explosión para encontrar a su hijo muerto en el suelo. «Lo encontré con media cabeza y varios cortes en el cuerpo. Los otros dos tenían heridas graves de metralla. Todo el suelo estaba salpicado de sangre», dijo Mohammed. «Me llevé a Yusef y lo enterré en un cementerio de Jan Yunis. No podía soportar su pérdida, ya que he perdido a muchos de mis familiares y él era mi único hijo, era mi columna vertebral, lo era todo en mi vida».
Yusef, padre de tres hijos, murió por una munición disparada contra Gaza que no había llegado a detoner, hasta que se encontró con ella en casa de su vecino. El Dr. Zaher al-Wahaidi, director del Centro de Información del Ministerio de Sanidad de Gaza, declaró a Drop Site que Yusef es una de las al menos dos personas muertas por artefactos explosivos sin detonar en Gaza desde que comenzó el alto el fuego, y que al menos otras 40 habían resultado heridas.
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El ejército israelí ha disparado decenas de miles de municiones contra Gaza desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023 -la mayoría de ellas de fabricación estadounidense-, con hasta 30.000 bombas lanzadas sólo en las primeras siete semanas. El Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas (UNMAS, por sus siglas en inglés), que opera en Gaza desde 2009 y ha permanecido allí durante los últimos 15 meses, ha advertido de que entre el 5% y el 10% de las armas disparadas contra Gaza no han detonado, dejando tras de sí peligros mortales que van a durar años. Desde octubre de 2023, al menos 92 personas han muerto o han resultado heridas por artefactos explosivos, declaró el jefe de la UNMAS, Luke Irving, a los periodistas en una rueda de prensa retransmitida en directo desde Gaza el 29 de enero. Añadió que, según informes oficiosos, ha habido 24 víctimas de artefactos explosivos sin detonar desde que comenzó el alto el fuego.
«Desde que entró en vigor el alto el fuego, la población ha comenzado a regresar a sus hogares y el personal humanitario puede llegar a zonas que antes resultaban inaccesibles», declaró Irving. «Ya hemos recibido informes oficiosos de civiles que se han encontrado con artefactos explosivos en sus casas, y los convoyes humanitarios encuentran cada vez más artefactos a medida que llegamos a nuevas zonas a las que antes no podíamos acceder. Entre ellos hay grandes bombas de aviación, morteros, armas antitanque, cohetes y granadas de fusil».
La mayoría de las víctimas de artefactos explosivos sin detonar desde el 19 de enero se encuentran en el sur de Gaza, según al-Wahadi, aunque señaló que la destrucción en el norte ha sido más grave, con la mayoría de los edificios completamente destruidos y reducidos a montones de escombros. Aunque los daños fueron catastróficos también en el sur, hay más edificios en pie para que la gente busque refugio o intente desenterrar los cadáveres de sus familiares y amigos donde puedan entrar en contacto con una munición expuesta.
«Hace unos 10 días, 12 personas resultaron mutiladas por un objeto sospechoso en Jan Yunis», dijo al-Waidi. «Son objetos extraños, o no muy visibles, o que a veces que pueden parecer cosas normales. Por eso se producen muertes y lesiones, a pesar de los esfuerzos del UNMAS y de las organizaciones sanitarias locales por prevenir estos incidentes».
A pesar de la enorme magnitud del problema, con miles de municiones sin detonar esparcidas por Gaza, actualmente sólo hay cinco efectivos de UNMAS operando en el enclave. Israel también ha bloqueado la entrada de maquinaria pesada y excavadoras en Gaza para la retirada de escombros, violando el acuerdo de alto el fuego, lo que dificulta que la larga tarea de retirar los escombros pueda siquiera comenzar.
«Voy a dar un poco de contexto», dijo Irving. «Si te imaginas la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial, todavía hoy se encuentran objetos, estas cosas nunca desaparecen del todo».
Rola Sababah, una desplazada de 25 años residente en el barrio saudí de Rafah occidental, regresó a su casa tras el alto el fuego y sólo encontró escombros. Dijo que vio municiones sin detonar alrededor de su casa y en las calles.
«Había explosivos y minas por todas partes», dijo Sababah a Drop Site. «Fue realmente horrible presenciar esa escena porque nuestras vidas corrían peligro a cada momento. Caminábamos con mucho cuidado sobre las huellas de los tanques israelíes para no sufrir daños. Las minas eran evidentes en ciertas zonas y estaban marcadas con cinta amarilla y señales. Los terrenos agrícolas también estaban llenos de minas, por lo que era imposible caminar por allí. Cada paso era aterrador, ya que podía ser el último».
«Estas bombas sin explotar también están bajo los escombros de las casas de la gente», añadió. «Hemos visto muchas víctimas en los últimos días mientras la gente limpiaba los escombros y buscaba a sus seres queridos».
Desde que comenzó el alto el fuego, Israel ha violado el acuerdo hasta tal punto -matando civiles, bloqueando la entrada de suministros esenciales, como maquinaria pesada, combustible y ayuda humanitaria- que llevó a Hamás a anunciar el lunes que aplazaba indefinidamente la próxima liberación prevista de tres cautivos israelíes, prevista para el sábado. Israel respondió amenazando con una reanudación total de la guerra. Actualmente se están llevando a cabo negociaciones críticas para intentar salvar el alto el fuego.
«No disponemos de vehículos básicos, como excavadoras, para retirar los escombros», declaró a Drop Site Raed Al-Dahshan, director de la Defensa Civil en Gaza. La Defensa Civil ha emitido repetidas advertencias públicas de que un gran número de artefactos explosivos sin detonar permanecen esparcidos por las calles dentro de edificios destruidos o dañados. «Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones para que nos proporcionen herramientas y vehículos pesados para ayudar a recuperar los cadáveres y evitar que se produzcan víctimas a causa de los restos de explosivos israelíes. Mientras no dispongamos del equipo necesario, nos quedan años por delante para limpiar los escombros y recuperar los miles de cadáveres que siguen desaparecidos».
Entre las víctimas más comunes de los artefactos sin estallar se encuentran los niños, ya que a menudo no son conscientes del peligro.
«Los niños, que juegan al aire libre o se divierten en la calle, siempre recogen estos objetos desconocidos y, como consecuencia, sufren amputaciones y lesiones que les cambian la vida», explica la Dra. Alliya Qazi, traumatóloga estadounidense que ha trabajado como voluntaria en Gaza dos veces en misiones médicas. «La retirada de minas y artefactos explosivos sin detonar suele llevar años. Me preocupa mucho que este problema cause muchas lesiones, porque ya hemos visto situaciones similares en el pasado».
«Tiene que haber una campaña de educación masiva para advertir a la gente contra esto, para que no recoja objetos de las carreteras», dijo Qazi a Drop Site. «Incluso en los lugares que tienen campañas coordinadas, esos objetos pueden estar escondidos y resultar desconocidos, lo que provocará muchas más víctimas».
Abubaker Abed es un corresponsal de guerra accidental de Deir al-Balah, Gaza. Se vio arrojado a una zona de guerra activa y se puso a informar sobre el genocidio. Es periodista y comentarista de fútbol.
Texto original: Drop Site News, traducido del inglés por Sinfo Fernández.