El tributo a Fidel en el tercer aniversario de su siemprevida
En los últimos meses se ha producido la retirada de las brigadas médicas cubanas que prestaban sus servicios en Brasil, Ecuador y Bolivia, tras el golpe de estado en este último país, y la asunción al poder de gobiernos reaccionarios, con sus matices, en estos países. Permanecían en ellos a petición de los respectivos gobiernos anteriores, apegados estrictamente a acuerdos legítimos de colaboración solidaria para brindar servicios a las poblaciones más humildes y cooperar en la formación de personal de la salud. Fueron numerosos los programas y los servicios en el campo de la salud que tuvieron como resultado la mejoría de los principales indicadores de la salud pública, y con el reconocimiento de los organismos internacionales competentes como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud de la ONU (OMS), pues estos programas son el mejor ejemplo de la cooperación Sur-Sur.
La decisión de los gobiernos citados ha respondido a móviles particulares de los gobiernos retardatarios que han coincidido con la campaña mundial del gobierno estadounidense de Donald Trump para entorpecer la cooperación médica cubana, denigrarla, calumniarla y desnaturalizar los fines nobles que han venido realizando los profesionales de la salud cubanos desde 1963 en otros países. Si bien fue la colaboración con Argelia, recién liberada, la que se considera como el inicio del periodo de la colaboración médica, ya antes, en 1960, Cuba envió un pequeño contingente a Chile en ocasión de un terremoto.
Pienso que se impone exponer primero la significación en resultados de esta colaboración médica, y finalmente las razones que han determinado el papel solidario e internacionalista de la misma, que se refleja en esa misión de la cura de males de salud y sociales y la consiguiente salvación de vidas.
Desde el inicio de la colaboración médica internacional cubana, esta ha estado presente en 164 países. Y la formación en Cuba de médicos de otras latitudes, en el periodo de (1966-2017) ha tenido los resultados siguientes: Se han graduado en Cuba 33 974 médicos procedentes de 135 países de todas las áreas geográficas del mundo, además de los graduados en 2018 y 2019.
De ese total el 84,1 % han obtenido su grado en la Escuela Latinoamericana de Medicina. Resulta significativo que de todos, 5 135 son de Bolivia y 2071 de Ecuador. De Argentina, Brasil, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Venezuela se han gradado más de 1 000 de cada país.
También hay que añadir que Cuba ha participado en la formación de médicos en instituciones docentes de muchos países, cuyos casos más significativos son Venezuela y Angola. Por ejemplo, esta colaboración docente se mantenía en el 2017 en 7 Facultades en el exterior con una matrícula de 47 413 educandos en los niveles de pregrado y posgrado.
Como ejemplo de un programa sin antecedente a nivel internacional vale citar la llamada Operación Milagro enfocada en la atención oftálmica. En total, desde el inicio del programa se han llevado a cabo más de 2,9 millones de cirugías, beneficiando hasta ahora a 34 países de América Latina, Caribe y África.
Y para quienes aspiren a conocer algo más de los resultados, baste señalar que en el periodo 1999-2017, el acumulado de las Brigadas Médicas Cubanas en el mundo es el siguiente:
Casos vistos; 1 667 248 707
De ellos casos vistos en el terreno: 510 789 672
De ellos casos de pediatría: 234 462 192
Operaciones quirúrgicas realizadas: 12 188 554
Partos realizados: 3 188 554
Dosis de vacunas aplicadas: 14 001 911
Vidas salvadas: 6 296 489
Quienes duden de estos resultados y otros muchos realizados en los países que han recibido la colaboración fraterna de Cuba, sin condicionamientos por la posición política de los gobiernos respectivos, que pregunten a la OPS y a la OMS, y especialmente a los pueblos que han recibido los beneficios de los profesionales de la salud y que han convivido y tratado a las personas como nunca antes había ocurrido con los médicos de sus propios países y de otras partes del mundo.
Cabe ahora abordar las razones que han determinado la actuación de Cuba a nivel nacional e internacional en lo que respecta a la amistad con otros pueblos, que tienen sus raíces históricas desde sus luchas por la independencia y alcanzaron concreción y desarrollo gracias a la naturaleza humanista, a las ideas sociales profundas, a los proyectos creadores y transformadores, a los sueños y actuaciones en los más variados campos, y en especial los relacionados con la salud de las personas y los pueblos, de Fidel Castro.
Ha sido así la fraterna y solidaria política de Cuba, por que el iniciador de la lucha por la independencia y su primer presidente en la república en armas, expresó al iniciar la lucha independentista en La Demajagua el 10 de octubre de 1868, que Cuba aspiraba «(…) Ser una nación grande y civilizada, para tender un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos».
Porque José Martí, el Héroe Nacional de Cuba y líder de la Guerra por la independencia de 1895, expresó en el Manifiesto de Montecristi, firmado en República Dominicana, que convocaba a la guerra redentora el 25 de marzo de 1895: «(…) Ha de hallar el país maneras tales de gobierno que a un tiempo satisfaga la inteligencia madura y suspicaz de sus hijos cultos, y las condiciones requeridas para la ayuda y respeto de los demás pueblos».·
Porque Fidel expresó en un discurso en el Parque Central de Nueva York, el 24 de abril de 1959, una idea que sintetiza, tal vez, las otras ideas expresadas en otros momentos anteriores y posteriores a este acto: «(…Sembremos solidaridad y estaremos sembrando libertades».
Desde el ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 Fidel tenía claro el papel de la Revolución en todos los campos, de tal modo que en su alegato La historia me absolverá, pronunciado en octubre de ese año, expresó ideas cardinales como las siguientes;
«(…) la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente…»
«El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo: he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política»
«De tanta miseria sólo es posible librarse con la muerte<, y a eso si los ayuda el Estado: a morir. El 90 % de los niños del campo está devorado por parásitos que se les infiltran desde la tierra por las uñas de los pies descalzos. La sociedad se conmueve ante la noticia del secuestro o el asesinato de una criatura, pero permanece criminalmente indiferentemente el asesinato en masa que se comete con tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por falta de recursos, agonizando entre los estertores del dolor y cuyos ojos inocentes, ya en ellos el brillo de la muerte parecen mirar hacia lo infinito como pidiendo perdón para el egoísmo humano y que no caiga sobre los hombres la maldición de Dios. Y cuando un padre de familia trabaja cuatro meses al año, ¿con qué puede comprar ropas y medicinas a sus hijos? Crecerán raquíticos, a los treinta años no tendrán un pieza san en la boca, habrán oído diez millones de discursos y morirán al fin de miseria y decepción. El acceso a los hospitales del Estado, siempre repletos, sólo es posible mediante la recomendación de un magnate político que le exigirá al desdichado su voto y el de toda su familia para que Cuba siga siempre igual o peor".
«Con estas tres iniciativas y reformas el problema del desempleo desaparecería automáticamente y la profilaxis y la lucha contra las enfermedades sería tarea mucho más fácil.»
«Lo inconcebible es que haya hombres que se acuesten con hambre mientras quede una pulgada de tierra sin sembrar, lo inconcebible es que haya niños que mueran sin asistencia médica (…)»
Al comenzar la lucha armada en la Sierra Maestra luego de su desembarco en el yate Gramna el 2 de diciembre de 1956, Fidel demostró que el Ejército Rebelde con sus limitados recursos debía dar atención en lo posible a la población campesina, a los rebeldes y a los propios miembros del ejército batistiano.
En 1958 divulgaba su pensamiento y su estrategia humanitaria sobre este asunto y expresaba lo siguiente:
Desde el primer combate, el de la Plata el 17 de Enero de 1957, hasta la última batalla en Las Mercedes los primeros días de Agosto de 1958, han estado en nuestro poder 600 miembros de las Fuerzas Armadas en este solo frente de la Sierra Maestra. Con el orgullo legítimo de los que han sabido seguir una norma ética, podemos decir que sin una sola excepción los combatientes del Ejército Rebelde han cumplido su ley con los prisioneros. Jamás un prisionero fue privado de la vida, jamás un herido dejó de ser atendido, pero podemos decir más: jamás un prisionero fue golpeado, y algo todavía que añadir a esto: jamás un prisionero fue insultado u ofendido.
Durante la ofensiva de 1958 contra la Sierra Maestra, por Radio Rebelde expresaba también: «Los heridos enemigos atendidos por nuestros médicos ascendieron a 117. De este total solo dos murieron, todos los demás están ya sanos o en proceso de recuperación. Este dato revela con elocuencia singular dos cosas:
Primero: el cuidado con que fueron atendidos los enemigos heridos.
Segundo: la capacidad y el mérito extraordinario de nuestros médicos que carentes de todos los recursos técnicos, en hospitales improvisados, realizaron tan brillantemente su humana tarea».
Pocos meses después la dictadura colapsó y se produjo la huída del tirano. Con el triunfo de la Revolución comenzaron a desarrollarse los múltiples planes y transformaciones sociales, dentro de los cuales estuvieron los relacionados con la solución de los graves problemas de salud en Cuba y en el mundo, que se abordará en la Parte II de este artículo.
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