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Revelaciones de documentos sobre Oriente Medio: la paz imposible

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Traducido para Rebelión por Guillermo F. Parodi

Es una nueva «bomba» que sale de los documentos diplomáticos que aparecieron este domingo por la noche, simultáneamente enel  The Guardian británico y la cadena panárabe Al Jazeera: 1.600 telegramas dedicados al conflicto israelí-palestino, abarcando los veinte últimos años, que corren el riesgo de revelarse desconcertantes para todos los protagonistas. Documentos que no transmiten optimismo ya que muestran, como el título del diario The Guardian, «la lenta muerte del proceso de paz».

Atribuidos inicialmente a WikiLeaks, de hecho se describen como «revelados por Al Jazeera» que los compartió con el Guardian, seguramente para darles mayor credibilidad. El modus operandi es no obstante el instaurado por WikiLeaks, una difusión masiva de documentos confidenciales analizados por un equipo de editores profesionales. Queda por ver si WikiLeaks no está en realidad detrás, esta vez, sin querer aparecer.

Como destaca Jonathan Freedland, el especialista en Oriente Medio de The Guardian, si se pregunta quién saldrá más «dañado» por estas revelaciones, la respuesta sería el «sentimiento de orgullo de los palestinos», que corre el riesgo de ser el primer afectado. En particular por algunas revelaciones que, en ciertos casos, son confirmaciones.

Nos enteramos, en efecto, al leer esta selección de documentos de que los negociadores de la Autoridad Palestina estuvieron dispuestos a conceder a Israel la soberanía sobre «el más grande Yerushalayim [Jerusalén en hebreo, NdlR] de toda la historia judía», según la expresión de Saëb Erekat, el interlocutor palestino de Israel desde hace más de quince años y de quien Freedland considera que corre el riesgo de perder para siempre su credibilidad.

Todas las colonias de Jerusalén Oriental salvo una

La Autoridad palestina, en efecto, propuso en 2008 y lo repitió en enero de 2010, ratificar todas las colonias israelíes en Jerusalén Oriental, excepto una, en una solución definitiva del conflicto. Una concesión masiva que será juzgada seguramente inaceptable por una gran parte de los palestinos para quienes Jerusalén Oriental, considerado internacionalmente como un territorio ocupado desde junio de 1967, debe volver de nuevo a un futuro, hipotético, Estado palestino.

Los palestinos propusieron también dividir la ciuda vieja de Jerusalén y dejar a Israel el control del barrio judío y de una parte del barrio armenio.

«¿Qué más puedo darles?», exclamó en enero de 2010 el negociador palestino Saëb Erekat en Washington.

Entre las otras concesiones, los palestinos se manifestaban listos para limitar a 10.000 el número de refugiados palestinos autorizados a retornar a lo que se convirtió en Israel después de la partición de 1948, y a reconocer Israel como un Estado judío, como piden sus dirigentes. Dos concesiones de importancia nunca antes aceptadas por la parte palestina.

Entre las otras revelaciones explosivas figuran detalles de la estrecha colaboración entre los servicios de información israelíes y Autoridad Palestina en la lucha contra el terrorismo, y el hecho de que la Autoridad presidida por Mahmoud Abbas haya sido informada con antelación por el gobierno israelí del desencadenamiento de la guerra contra Hamás en Gaza, entre diciembre de 2008 y enero de 2009.

Estas revelaciones serían aceptables para los palestinos si hubieran estado seguidas de un desbloqueo de las negociaciones y una mejora de su calidad de vida in situ. Pero sabemos que no fue el caso y que las negociaciones están hoy en punto muerto. Estas revelaciones corren el riesgo de reforzar el discurso de los islamistas que acusan a la Autoridad palestina de «colaboracionismo» con Israel, sin que cese la ocupación.

Sí hay un «interlocutor para la paz»

De todas maneras, como destaca Jonathan Freedland en su análisis de los documentos que aparece en The Guardian, estas revelaciones muestran, contrariamente a lo hace tiempo afirmó el gobierno israelí, que sí tenía frente a él un «interlocutor para la paz».

«Estos documentos hacen volar en pedazos una de las piedras angulares de la diplomacia pública israelí: la afirmación que no hay interlocutor palestino. Esa afirmación, que repiten desde hace años los portavoces israelíes, es contradicha por estos documentos, que ponen de manifiesto que no solamente sí hay un interlocutor palestino, sino que además es el más complaciente entre todos los que le sucederán».

Añade que los optimistas verán en estos documentos materia para «estimular» a los negociadores, pero que respecto a Oriente Medio, son los pesimistas que tienen generalmente razón. Resulta difícil no darles la razón.

Fuente: http://www.rue89.com/node/187065

rCR