Arde Líbano y EEUU detiene intentos para implementar un cese el fuego inmediato, pero hay cosas más importantes para los líderes de Washington. El pasado viernes, el presidente Bush decidió que, aparte de reunirse con Tony Blair, de sus responsabilidades como comandante en jefe de dos frentes de guerra (Irak y Afganistán) y de su […]
Arde Líbano y EEUU detiene intentos para implementar un cese el fuego inmediato, pero hay cosas más importantes para los líderes de Washington. El pasado viernes, el presidente Bush decidió que, aparte de reunirse con Tony Blair, de sus responsabilidades como comandante en jefe de dos frentes de guerra (Irak y Afganistán) y de su participación en la nueva crisis bélica en Medio Oriente la cual ha dejado en ruinas parte de Líbano, había suficiente tiempo para dedicarse no sólo a la realidad, sino también a un reality show.
Bush fue anfitrión de una celebración del ganador de American Idol y de nueve participantes que quedaron en segundo lugar en la competencia para ser la próxima estrella musical.
Ese reality show ha sido un fenómeno nacional. Alcanza niveles récord de público. Taylor Hicks, el ganador, y los otro nueve cantantes que lograron llegar a la final, tuvieron el privilegio de reunirse con el presidente.
Tal vez, como sugirieron algunos periodistas, Bush es quien podría beneficiarse con este acto al colocarse junto a uno de los espectáculos más populares, mientras las encuestas continúan demostrando que sólo uno de cada cuatro estadounidenses aprueban su gestión.
Después de representar a su paíss en las intensas y complicadas negociaciones en Roma sobre el conflicto en Medio Oriente, donde rechazó la demanda casi universal de un cese el fuego inmediato entre Israel y fuerzas de Hizbula en Líbano, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, ofreció el viernes en Malasia un concierto de piano a sus contrapartes en la reunión anual de los países de Asociación de Naciones del Sudeste de Asia. Tradicionalmente se ha celebrado un evento cómico en este encuentro diplomático y comercial, donde cancilleres y otros ministros ofrecían sketches humorísticos. Sin embargo, en esta ocasión, Rice declaró que la coyuntura no estaba para bromas »es un tiempo serio… no es un tiempo para frivolidades» y decidió ofrecer un concierto de música clásica en su lugar.
Según el comentarista Al Kamen, del «Washington Post», Rice interpretó dos obras de Brahms: «no, no vamos a hacer comparaciones fáciles entre tocar piano mientras arde Beirut o tocar la lira mientras arde Roma. Eso sería enteramente injusto e inapropiado».
No se informó sobre cuántos niños murieronen Líbano, en los territorios palestinos, en Israel, en Irak o en Afganistán durante estos intermedios musicales.