La necesidad de encontrar nuevos yacimientos petrolíferos para satisfacer una demanda mundial que pronto podría superar la producción lleva a firmas trasnacionales a interesarse por el subsuelo marino de Cuba, cuya potencialidad está aún por comprobarse.
Todos los pronósticos indican que la producción de crudo en el mundo tenderá a disminuir, tanto en cantidad como en calidad, mientras que hacia 2015 la demanda habrá crecido en unos 60 millones de barriles diarios, por encima de un consumo que en 2004 fue de 75 millones por jornada.
La firma española Repsol YPF fue la primera en aceptar el reto lanzado por el gobierno cubano a mediados de 1999, cuando puso a licitación 59 bloques de exploración en un área de 112.000 kilómetros cuadrados de su zona económica exclusiva del golfo de México.
Esa compañía tiene bajo su jurisdicción seis bloques con una superficie neta de 10.702 kilómetros cuadrados e hizo su primer sondeo exploratorio a mediados de 2004 en una lámina de agua de 1.660 metros cuadrados y con una profundidad de 3.410 metros.
El resultado satisfizo sólo parcialmente las expectativas iniciales y el pozo se consideró no viable comercialmente. Pruebas sísmicas realizadas previamente habían indicado que Yamagua-1, el pozo perforado a más de 30 kilómetros de la costa norte de esta isla caribeña, tendría una capacidad potencial de sólo 1.628 millones de barriles.
Repsol YPF se apresta ahora a reanudar operaciones, aunque en sociedad con importantes compañías de India y Noruega.
La propia petrolera india Oil and Natural Gas confirmó que, a través de su filial en el exterior Ongc Videsh, participará de conjunto con Repsol YPF y la empresa noruega Norsk Hydro en la búsqueda y extracción de crudo en aguas cubanas.
Ongc Videsh y Norsk Hydro controlarán 30 por ciento cada una del paquete accionario, en tanto el restante 40 por ciento quedó en manos de la firma española. A juicio de expertos, la participación de la compañía noruega es una señal muy seria de concreción de las exploraciones.
India, que importa 70 por ciento del petróleo que consume, también ha gestionado por separado la concesión de otros dos yacimientos en Cuba y acuerdos para proyectos de exploración y producción conjunta de petróleo en Venezuela, que suministra a esta isla alrededor de 90.000 barriles diarios en condiciones ventajosas de pago.
Noruega figura entre los principales productores y exportadores de crudo, desde que en la década del 60 se descubrieron grandes reservas de hidrocarburos en sus costas. Además, es la fuente más importante de gas natural de Europa occidental.
También China, cuya economía en plena expansión requiere grandes importaciones de crudo y mantiene estrechas relaciones políticas y comerciales con el gobierno de Fidel Castro, fue atraída por las perspectivas cubanas en el sector petrolero.
Un contrato vigente desde el pasado año entre el ente estatal Cubapetróleo y la empresa china Sinopec, considerada entre las 10 mayores del mundo en su tipo y que cuenta con tecnología de punta y alta especialización, permite la producción compartida de otra de las zonas petroleras potenciales del país.
Según analistas, el gigante país asiático considera a la escasez de energía una de las mayores amenazas a su seguridad nacional y estabilidad social. Fuentes oficiales chinas indicaron que esa nación debió importar 42,9 por ciento de lo que consumió en 2005, indicador que este año se elevará a 44 por ciento.
Estudios especializados afirman que en la zona del golfo de México, que Cuba comparte con ese país y Estados Unidos, existen reservas no descubiertas de aproximadamente unos 4.600 millones de barriles de petróleo y 9.300 billones de pies cúbicos de gas.
Los ecos de un posible buen negocio que podrían perderse por el estricto bloqueo comercial y económico aplicado por Washington a la isla impulsaron a compañías estadounidenses a viajar a México para encontrarse con autoridades cubanas y ejecutivos de Cubapetróleo.
A la cita, realizada entre el 2 y 4 de este mes, acudieron representantes de Valero Energy Corporation, Caterpillar, Port of Corpus Christi, Louisiana Department of Economic Development, Lafayette Economic Development Authority, National Foreign Trade Council y USA-Engage, entre otras entidades.
Pero esa reunión fue interrumpida por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que ordenó a la gerencia del hotel Sheraton María Isabel, de la capital mexicana, cumplir con la legislación estadounidense y expulsar a la delegación cubana de su edificio, en un claro mensaje de que la Casa Blanca no permitirá resquicios en el bloqueo.
La concreción de la expulsión por parte de la empresa de capitales estadounidenses en cumplimiento de una ley de Estados Unidos, pero en territorio mexicano, motivó un incidente diplomático.
Todo indica que el sector energético internacional tendría que esperar el cese total del bloqueo o un cambio político en Cuba a corto plazo, así como a medidas de Washington para desbancar a las empresas petroleras que ya están en Cuba, en caso de hallazgos de importancia.
Cuba produce actualmente unos 75.000 barriles de crudo por día, casi la mitad de lo que consume. El resto lo importa desde Venezuela. El 95 por ciento del crudo doméstico, pesado y con alto contenido de azufre, proviene de un área ubicada entre La Habana y Matanzas, distante casi un centenar de kilómetros de la capital.
Varias empresas extranjeras participan en ese proceso de exploración y explotación petrolera, entre ellas Sherrit Internacional y Pebercán, de Canadá. También se mantiene en el país la brasileña Petrobras, pese a su fracaso inicial en la búsqueda de nuevos yacimientos.
Un artículo publicado en crisisenergética.org, de la Asociación para el Estudio del Petróleo y el Gas (ASPO, por sus siglas en inglés), cita investigaciones según las cuales la producción mundial de crudo podría ya en 2007 ser insuficiente para satisfacer la demanda de combustible del orbe, que crece a un ritmo de un millón de barriles diarios cada año.
Esa fuente añade que uno de los problemas radica en la notable reducción de la tasa de descubrimientos de grandes campos. En 2000, hubo 16 descubrimientos con reservas de más de 500 millones de barriles, total suficiente para considerarlos entre los grandes proyectos.
Pero en 2001 hubo solamente ocho y en 2002 nada más que tres nuevos hallazgos de ese tipo, con el agravante de que desde el primer descubrimiento hasta la primera producción pasan generalmente unos seis años, indica la nota de Dale Allen Pfeiffer, editor de energía del periódico electrónico FTW (From the Wilderness).
De modo que en la actualidad, un tercio de la producción mundial de petróleo proviene de campos en declive, que sufren un ritmo de agotamiento de aproximadamente el cuatro por ciento.
«Como consecuencia, la capacidad mundial de producción se está contrayendo en alrededor de un millón de barriles diarios cada año. La nueva producción es lo único que está frenando este declive», afirmó Pfeiffer, para quien la escasez comenzará a fines de 2008 si no aparecen nuevos proyectos que puedan arrancar este año.