Hace dos años, un grupo de ex soldados israelíes decidió divulgar fotografías y experiencias sobre constantes maltratos y humillaciones a palestinos en los territorios ocupados. Su iniciativa, ‘Breaking the silence’ (Rompiendo el silencio), desató tanto airadas reacciones como apoyo en Israel. Arabes a la cámara de gas El pasado lunes, el fundador del grupo, Yehuda […]
Hace dos años, un grupo de ex soldados israelíes decidió divulgar fotografías y experiencias sobre constantes maltratos y humillaciones a palestinos en los territorios ocupados. Su iniciativa, ‘Breaking the silence’ (Rompiendo el silencio), desató tanto airadas reacciones como apoyo en Israel.
Arabes a la cámara de gas |
En junio del 2004, el grupo organizó una muestra en Tel Aviv, titulada ´Rompiendo el silencio´, en la que se exhibían fotografías y grabaciones de video con testimonios de ex soldados que prestaron su servicio en Hebrón. La exhibición daba un testimonio de la rutina diaria durante la ocupación, de los incidentes, mayores y menores y de las humillaciones y los abusos infligidos por soldados israelíes a la población palestina. Si bien con anterioridad soldados israelíes han manifestado su protesta negándose a prestar servicio en Líbano o en los territorios ocupados, ésta era la primera vez que los militares lo hacían exhibiendo material explícito.
La respuesta del público fue asombrosa, y la muestra fue visitada por miles de personas y mereció la amplia atención de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales. Y si bien la exhibición también llegó al Parlamento, finalmente la policía militar confiscó las grabaciones de testimonios de ex soldados. Para justificar la medida, el Ejército israelí alegó que con la incursión militar sólo intentaba obtener pruebas de abusos cometidos individualmente por soldados israelíes contra los palestinos. Por su parte, los organizadores de la exhibición denuncian un intento de intimidar a quienes han osado revelar la salvaje conducta del Ejército en Hebrón.
El pasado lunes, Shaul dictó una conferencia en Ámsterdam a la que asistieron estudiantes universitarios. Según el activista, la principal preocupación de su grupo es la corrupción que genera la ocupación, el deterioro del sentido de la justicia, de los valores morales y los sentimientos que se les inculcaron. Cuando Shaul y sus compañeros se incorporaron a las Fuerzas de Defensa Israelíes Ejército, la consideraban como el ejército con los más altos principios morales de todo el mundo. Sin embargo, esta convicción se empezó a desvanecer durante las primeras semanas de su servicio en los territorios palestinos.
Durante la conferencia, Shaul narra acerca del saqueo y la destrucción de propiedades de los palestinos, de la destrucción de automóviles de particulares con vehículos militares, sólo por diversión; sobre la costumbre de dejar a palestinos esposados durante horas bajo el sol, sencillamente porque sonreían demasiado en los puestos de control, y acerca de ataques indiscriminados con granadas contra un barrio palestino, en respuesta a fuego palestino. A su juicio, «con el paso del tiempo y formando parte de toda esta experiencia, es imposible seguir considerando a los palestinos como seres humanos.»
El proceder del Ejército israelí en los territorios ocupados no sólo destruye la moral de los soldados, opina Shaul, sino que erosiona los valores de la sociedad israelí. A pesar de ello, los israelíes prefieren cerrar los ojos y, por tanto, la sociedad israelí en su totalidad está implicada en la negación de la realidad de esta ocupación. El público israelí desea a toda costa mantener intactas la imagen de un Ejército israelí con los más altos principios morales del mundo y la justificación de operativos en los territorios palestinos.
En realidad, asegura Shaul, los puestos de control no se establecieron para detener a terroristas sino para evitar que la realidad reinante en los territorios ocupados se divulgue en Israel. En otras palabras, es como si el pueblo israelí estuviera al tanto de que los abusos que se cometen, pero prefiera no recibir información al respecto. Además, todo informe sobre abusos es calificado como un incidente que no es representativo para la situación general.
El grupo Rompiendo el silencio se considera como una especie de catarsis nacional, y se propone derribar esta muralla de silencio y negación, y revelar a la población israelí la realidad de la ocupación. «Nuestro único mensaje,» agrega, «es que la ocupación no es compatible con un código ético de conducta, y que en la práctica diaria, lo usual es la injusticia.»
Pese a estar dividida entre apoyo y rechazo, la reacción del público es invariablemente emocional. A juicio de Shaul, en Europa es sencillo narrar estos acontecimientos, pero en Israel no, ya que entre la audiencia pueden hallarse madres de soldados que están prestando su servicio en los territorios palestinos o que permanecen en sus hogares como consecuencia de problemas psicológicos.
Desde la exhibición, en el 2004, centenares de ex soldados han revelado sus experiencias en diversas zonas de los territorios ocupados. Ahora, la principal actividad del grupo consiste en registrar estos testimonios y colocarlos en su página digital. Además se organizan conferencias en todo el territorio israelí, así como giras para israelíes y extranjeros en la ciudad de Hebrón, de forma que adquieran una visión concreta de la forma en que la ocupación afecta la vida del ciudadano palestino. Recientemente, el grupo decidió exportar su mensaje fuera de Israel, y organizó una exhibición en Génova, la cual, el próximo otoño llegará a Holanda.
Fuente: http://www.informarn.nl/informes/israeliesypalestinos/act060602_rompiendosilencio