En los dos primeros meses de la guerra, la Unión Europea es quien más dinero ha dado a Rusia a cambio de su carbón, petróleo y gas (un 71% del total), según datos de CREA. España ocupa el octavo puesto.
Los combustibles fósiles son, desde la revolución industrial, los principales responsables de la crisis climática y la pérdida de biodiversidad. Ahora, además, son también la principal fuente de financiación de Rusia en la guerra iniciada por su presidente, Vladimir Putin, contra Ucrania. Desde que empezó la invasión, los ingresos del país por las exportaciones de carbón, petróleo y gas ascienden a 63.000 millones de euros.
La Unión Europea aglutina el 71% de ese total, con un valor aproximado de 44.000 millones de euros. Por países, Alemania es el mayor importador al haber gastado desde febrero 9.100 millones de euros por los combustibles fósiles rusos. Le siguen Italia (6.900 millones de euros), China (6.700 millones de euros), Países Bajos (5.900 millones de euros), Turquía (4.100 millones de euros) y Francia (3.800 millones de euros). España figura en el octavo puesto, justo por detrás de Bélgica. El Gobierno español de coalición le ha dado a Rusia por sus combustibles 1.900 millones de euros.
Estas cifras proceden del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus iniciales en inglés), organismo de referencia en la materia a nivel internacional. El análisis detalla, además, qué puertos recibieron envíos de combustibles fósiles procedentes de dicho país y cuándo se produjeron. También señalan a las multinacionales que más negocios están haciendo con los hidrocarburos.
“Es inaceptable que Alemania siga importando grandes cantidades de combustibles fósiles de un país que ha violado de forma flagrante y reiterada el derecho internacional”, denuncia la doctora Kira Vinke, directora del Centro de Política Climática y Exterior del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP). Como «respuesta a este desafío», la experta apuesta por un «aumento de las energías renovables» frente «al fomento de nuevas dependencias de los combustibles fósiles, como el gas de fracking o la energía nuclear».
Rusia busca nuevos destinos para sus hidrocarburos
Aunque a nivel global las entregas de petróleo desde Rusia a los puertos extranjeros han caído un 20% en las tres primeras semanas de abril en comparación con los meses previos a la invasión, las importaciones de carbón han aumentado un 20% y las de Gas Natural Licuado (GNL) un 50%.
En cuanto a la UE, los datos de CREA para ese periodo muestran una caída del 20 y el 40% en petróleo y carbón, respectivamente, pero un aumento del 20% en GNL. Asimismo, las compras de gas del bloque comunitario por gasoducto aumentaron un 10%. Estos descensos hacen que las exportaciones de petróleo ruso a países fuera de la UE hayan crecido un 20%, cifra que sube hasta el 30 y el 80% en el caso del carbón y el GNL, respectivamente.
Como muchos de los cargamentos no son aceptados por los compradores europeos, el análisis detalla que se ha producido un fuerte aumento de los buques que salen de los puertos rusos sin un destino definido. En el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio aseguran que existe un “un claro repunte de los envíos de petróleo a India, Egipto y otros destinos ‘inusuales’ para las exportaciones rusas, pero celebran que “no son ni de lejos suficientes para compensar la caída de las exportaciones a Europa”.
La UE ya ha adoptado un embargo de carbón ruso a partir de julio y se espera que la Comisión Europea sugiera también una prohibición de las importaciones de petróleo en los próximos días. “Este es un momento histórico. Mientras Rusia intenta encontrar nuevos compradores para sus exportaciones de combustibles fósiles con el fin de seguir financiando sus ambiciones militares y las matanzas de civiles, tenemos la oportunidad, como comunidad mundial, de reconocer que los combustibles fósiles crean tanto la guerra como la destrucción del clima”, insta Anna Ackermann, especialista en política climática y energética, y miembro fundador de la ONG ucraniana Centro de Iniciativas Medioambientales Ecoaction.
Este análisis se produce solo unas horas después de que Polonia y Bulgaria, dos países que importan gran cantidad de combustibles fósiles desde Rusia, hayan anunciado que el Gobierno de Putin interrumpirá el flujo de gas como respuesta a la negativa polaca de realizar los pagos de importación en rublos.
Este análisis se produce solo unas horas después de que Polonia y Bulgaria, dos países que importan gran cantidad de combustibles fósiles desde Rusia, hayan anunciado que el Gobierno de Putin interrumpirá el flujo de gas como respuesta a la negativa polaca de realizar los pagos de importación en rublos.
El puerto de Bilbao, uno de los que más GNL recibe
Una cuarta parte de los envíos de combustibles fósiles de Rusia ha llegado a través de solo seis puertos de la UE: Rotterdam (Países Bajos), con un valor estimado de 1.500 millones de euros; Maasvlakte (Países Bajos), con un valor de 1.200 millones de euros; Trieste (Italia), cuya cifra ronda los 1.000 millones de euros; Gdansk (Polonia), con unos 750 millones; y Zeebrugge (Bélgica), con un 717 millones de euros. El puerto de Yeosu (Corea del Sur), con 994 millones de euros, es el cuarto que más envíos ha recibido (sobre todo de crudo) durante los primeros 60 días de invasión rusa.
Si solo se tiene en cuenta las importaciones de GNL, el análisis muestra que el puerto de Bilbao es uno de los que más ha recibido desde el inicio de la guerra. En concreto, casi 300.000 toneladas de gas ruso por valor de 320 millones de euros a través de tres envíos en los últimos dos meses, registrándose el último de ellos el pasado 29 de marzo.
También son señaladas las multinacionales que siguen haciendo negocio con Rusia y sus combustibles fósiles aun sabiendo a dónde va a parar ese dinero. Desde CREA detectaron envíos a instalaciones o barcos vinculados a petroleras como Exxon Mobil, Shell, Total, BP o la española Repsol. Todas ellas, además, son ampliamente conocidas por su contribución al cambio climático y por sus esfuerzos por frenar la acción climática. También se pone el foco sobre compañías eléctricas como RWE o KEPCO, y sobre empresas industriales, entre ellas Mitsubishi, Hyundai Steel y Formosa Petrochemical Corporation.
Lauri Myllyvirta, analista principal de CREA, es contundente tras lo recogido en este análisis: «Todos los que compran estos combustibles fósiles son cómplices de las horrendas violaciones del derecho internacional que llevan a cabo los militares rusos«. Insiste en que «la continuidad de las importaciones de energía es la principal laguna de las sanciones impuestas a Rusia», y considera que «todas las importaciones de combustibles fósiles pueden ser sustituidas a medio plazo por energías limpias no fósiles y por medidas de eficiencia energética si empezamos a invertir en ello hoy».
Fuente: https://www.climatica.lamarea.com/rusia-importaciones-combustibles-fosiles/