El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, definió ayer la situación en Siria como de «auténtica guerra civil» e instó a la Liga Árabe, que el sábado suspendió a Siria como miembro de la organización y el miércoles le dio un ultimátum, a frenar la violencia, tanto del Gobierno como de los grupos opositores. «Esto […]
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, definió ayer la situación en Siria como de «auténtica guerra civil» e instó a la Liga Árabe, que el sábado suspendió a Siria como miembro de la organización y el miércoles le dio un ultimátum, a frenar la violencia, tanto del Gobierno como de los grupos opositores.
«Esto ya se parece totalmente a una auténtica guerra civil, por lo que la petición de la Liga Árabe de que cese la violencia, debe ser más precisa», subrayó.
En ese sentido, llamó a todos los países a «exigir el fin de la violencia, pero no sólo a las autoridades, sino también a todos los grupos opositores sin excepción. Hay que frenar la violencia en Siria venga de donde venga. Esta es una fuerte constatación, ya que ésta procede no sólo de estructuras gubernamentales, pues cada vez hay más armas que, a través del contrabando, llegan de otros países».
Esta misma semana, Lavrov se reunió en Moscú con representantes del opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), a quienes animó a entablar un diálogo con el presidente sirio, Bashar al-Assad. Uno de sus dirigentes, Burhan Galion rechazó esta oferta alegando que «la familia de al-Assad es responsable de todas las órdenes de asesinato y derramamiento de sangre».
La portavoz y miembro de la Oficina Ejecutiva del CNS, Basma al Qadmani, anunció que están preparando su primer congreso oficial en la sede de la Liga Árabe, y que espera que en él también participen opositores de dentro de Siria.
Preguntada por la posición del CNS sobre el autodenominado Ejército Libre de Siria, señaló que la oposición «promueve una movilización pacífica. El Ejército Libre, que deserta con sus armas, se coloca bajo el paraguas del CNS, por lo que le decimos que somos su referente político. Nosotros establecemos la línea política y no debemos ser arrastrados hacia enfrentamientos armados porque esa función la realiza el Ejército Nacional», remarcó.
Nueva ola de ataques
Precisamente ayer, grupos armados opositores atacaron una sede de la institución gubernamental Liga de la Juventud de la Revolución en Maarat al Nuaman, en la provincia de Idleb, que acogía a miembros de las fuerzas de seguridad.
Según el Observatorio sirio de Derechos Humanos, tras el ataque hubo un enfrentamiento, cuyo balance se desconocía. El miércoles, el Ejército Libre de Siria atacó una sede de la Inteligencia militar en la localidad de Harasta, cerca de Damasco. Según un balance provisional, murieron una veintena de personas. Los Comités de Coordinación Local y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicaron que las fuerzas de seguridad instalaron en la zona numerosos puestos de control y que arrestaron a decenas de personas
Informaron también del fallecimiento ayer de nueve personas, entre ellas una niña, y cuatro soldados supuestamente desertores en las provincias de Hama, Homs, Idleb y Dir Zur. Tres de las víctimas murieron por disparos efectuados desde puestos de control.
El OSDH denunció que nueve activistas arrestados en agosto fueron conducidos ante un tribunal penal de Damasco acusados de formar «una organización secreta para cambiar el sistema social y económico» y de difundir noticias falsas.
Islamistas piden la intervención de Turquía
El líder de los Hermanos Musulmanes sirios, Mohammad Riad Shafka, pidió a Turquía que aplique una zona de exclusión aérea sobre Siria, como ocurrió en Libia.
En una rueda de prensa conjunta con Mohammad Faruq Tayfur, jefe del buró político del partido, consideró que, si se diese el caso, debería ser Turquía y «no un país occidental» el que imponga una zona de exclusión aérea. «Si se requiere de una intervención, como protección aérea, debido a la intransigencia del régimen, entonces la gente va a aceptar la intervención turca. No aceptaría una intervención occidental». Ambos dirigentes, que viven fuera de Siria, afirmaron que el único responsable de una hipotética intervención extranjera sería el presidente sirio, Bashar al-Assad.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que ayer se reunió en Estambul con el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, criticó a la comunidad internacional por no poner «la tragedia» siria en el mismo plano que Libia.
Por su parte, Juppé reveló que el Gobierno está ayudando a la oposición a organizarse, aunque, de momento, descartó reconocer de manera oficial al CNS como ocurrió en su día con el CNT libio. GARA
ultimátum de qatar
El primer ministro de Qatar, Hamab ben Jassem, dio «tres días» al Gobierno de Siria para que detenga «la represión sangrante». De lo contrario, afirmó, la Liga Árabe adoptará sanciones económicas en su contra.
La AIEA se suma a las presiones contra Damasco
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) se ha sumado a las presiones contra Damasco. Sus inspectores afirmaron ayer que no ha habido progresos con respecto a las conversaciones para desbloquear las investigaciones sobre su industria nuclear.
La AIEA quiere que el Gobierno de Bashar al-Assad autorice su acceso a Deir al Zor, donde supuestamente un bombardeo israelí destruyó en 2007 un reactor nuclear en construcción de diseño norcoreano. También ha solicitado más información sobre otras instalaciones que estarían vinculadas a la planta destruida.
Damasco insiste en que en Deir al Zor albergaba equipos militares pero sin carácter nuclear.
En junio, la junta de la AIEA votó a favor de informar de Siria al Consejo de Seguridad. Rusia y China se opusieron a esta queja.