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Pruebas de la utilización israelí de armas no convencionales en Gaza

Saad y las lluvias de Verano

Fuentes: Uruknet.info

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

A primeros de julio, los cirujanos del hospital El-Shifa, en la ciudad de Gaza, declararon que los ocupantes israelíes habían empezado a utilizar armas «químicas» a partir de la captura del soldado israelí Gilad Shalit. Las heridas no eran las habituales y la mortalidad también era inusualmente alta. David Halpin (cirujano ortopédico y traumatólogo, fundador de The Dove and Dolphin Charity, uno de cuyos objetivos es trabajar por la sanidad y bienestar de los niños palestinos) aportó su experiencia y elaboró el siguiente informe:

Gaza, octubre de 2006.- Una frágil y límpida media luna yace sobre su costado en medio de un cielo luminoso. Si mañana no reaparece, el Ramadán habrá llegado entonces a su cenit. Por encima del recitado amplificado del Corán se escucha una especie de «zumbido», pero no se ve nada.

En la tercera planta del maltrecho y abarrotado hospital de El-Shifa, aquí en la ciudad de Gaza, yace un niño de nueve años que cumple ya su cuarto mes de estancia. Saad es un niño triste y asustado. Ha perdido todos los músculos de la parte delantera del muslo izquierdo. Se puede ver la forma del fémur en su totalidad bajo la piel hábilmente injertada. Hay sólo un tic de movimiento en el pie. La mayoría de las zonas de su cuerpo están llenas de cicatrices. Muchas de ellas son de tipo punzante, incluso en su rostro. Se aprecia una colostomía que probablemente será permanente porque sus intestinos están muy dañados. La traqueotomía ha cicatrizado y por eso la fístula pleural va mejorando.

Tras la captura del soldado israelí, el cabo Gilad Shalit, y la muerte por disparos de dos de sus camaradas por una unidad de la guerrilla palestina el 25 de junio de 2006, los ocupantes israelíes, con Ehud Olmert al frente, pusieron en marcha la «Operación Lluvias de Verano». Esta supuso el punto culminante del asedio medieval que había comenzado a finales de marzo, y a Israel se unieron las 25 naciones de la UE, USA, Canadá y Japón. Esta fue la recompensa que recibieron los palestinos por las escrupulosas elecciones en las que Hamas consiguió una mayoría de 72 escaños en una legislatura de 135. La inventiva para desarrollar castigos colectivos parece no agotarse nunca. En noviembre de 2005, una población de 1.400.000 personas vivió aterrorizada con el ruido supersónico de los aviones pasando casi al ras de los tejados. Ya puede sentir orgullo la industria aeroespacial británica y caminar con la cabeza bien alta por esas cabinas sin piloto mostradas en los F16, que sirven para realzar tanto las habilidades aeronáuticas de la fuerza aérea israelí y para destrozar el sueño y las ventanas de quienes habitan en la prisión de Gaza.

De todas formas, en la etapa post-Shalit, se produjo una estallido de asesinatos de estado desde el aire. A principios de julio, Saad se encontraba en la calle cuando el infierno le envolvió desde un avión-robot. Dos personas murieron de forma inmediata y otras dos poco después de su ingreso en el hospital a causa de la gravedad de sus heridas. Por eso, Saad es un vestigio viviente de la magia explosiva y electrónica.

Los cirujanos de El-Shifa guardan muchas fotos de alta resolución del superviviente y de los muertos. No están correlacionados con los lugares ni con los nombres o cifras de muertos. Y es que en esas semanas post-Shalit tuvieron que presenciar unas 250 muertes, incluyendo 57 niños. En condiciones tales de caos, dolor y horror, se pasa por alto llevar a cabo un registro adecuado de los hechos.

Las heridas mostradas por esas fotos digitales fueron clasificadas de la forma siguiente:

1. Quemaduras extendidas, i.e. sin piel ni grasa y con los músculos expuestos. Algunas de las quemaduras parecían ser el resultado de fogonazos a altas temperaturas. Saad es un ejemplo viviente.

Agentes: quizá misiles termobáricos [*]Hellfire AGM-114N-, posiblemente unidos a material incendiario.

2. Amputación, quizá por explosión, en el arranque de las piernas o en el torso inferior.

Agente: los palestinos creen que hay una bomba o un misil con una especie de lanceta saliente que detona sobre la tierra.

3. Heridas menos graves de la piel -posiblemente con algo ardiente- pero con ruptura de vísceras blandas. Con toda probabilidad, algunos ingresaron ya muertos, pero otros fueron sometidos a exploración. Hígados rotos, sangre en la cavidad torácica, etc… La consecuencia habitual era la muerte.

Agente: quizá por onda expansiva, entrada y salida de misil termobárico.

4. Heridas entrantes parecidas a la de la metralla. Algunas veces los miembros aparecían desangrados. Los rayos-X no mostraban retención de metal. Se exploraron las quemaduras, no había tejido carbonizado pero sí extensiones en complejas bifurcaciones. Era muy difícil descubrir todo el tejido anormal y extirparlo. Por tanto, se producía una tasa muy alta de infección, una tasa más alta aún de amputaciones y una tasa mayor de mortalidad.

Agentes: armas termobáricas conteniendo material incendiario. Es posible que se tratara de fósforo o uranio.

Los doctores señalaron que, cualquiera que fueran los misiles o bombas que se estaban utilizando, eran mucho más letales que las usadas con anterioridad y con frecuencia las heridas eran terribles. Las tasas de amputaciones y de muerte en el hospital fueron muy distintas de las que se habían registrado antes. Antes de esa «epidemia», ya estaban muy acostumbrados a tratar las consecuencias de las explosiones de metralla y altos explosivos

Hay quien ha manifestado dudas sobre la procedencia de esas fotografías. Deben ofrecer explicaciones. Ciertamente, Saad aparecería como un superviviente del primer tipo de heridas de la clasificación, aunque las suyas eran algo menos graves.

Se visitaron dos de los lugares elegidos atacados. En el primero no aparecía algo excepcional, aparte de los muertos. En el segundo, un misil había entrado en una casa por la noche. Una persona murió y 24 resultaron heridas. Una niña de tres años estaba con una cadera de yeso. Se entendía que tenía una fractura de fémur producida por la caída de un muro. Un joven tenía tres quemaduras como punteadas, dos de ellas negras. Una abuela tenía ennegrecida la punta de su dedo índice izquierdo. El hueso aparecía afectado de alguna manera. Cuando cayó el misil una semana antes, se observó la existencia de una especie de líquido que despedía un olor muy desagradable y que fue el causante de las quemaduras. El olor continuaba saliendo de la tierra aunque ya había sido allanada para reconstruir la casa. Se vieron algunas partes de la estructura del misil. Se recogió también un trozo muy pesado de metal con forma de pera.

Sesenta años después de los juicios de Nuremberg, todas las naciones deberían estar empeñadas en el cumplimiento del derecho internacional y de las normas universales humanitarias. Las matanzas y mutilaciones deben acabar inmediatamente en cualquier lugar del planeta.

Se ha puesto en marcha un protocolo para investigar todos los ataques militares en Gaza. El Departamento de Física de la Universidad Islámica de Gaza ha pedido que se utilice un contador de radiaciones pero Israel ha prohibido que se importe el aparato. Los expertos extranjeros necesitarán reforzar los equipos de inspección en las primeras fases.

[*] Armas termobáricas: Un arma termobárica, también conocida como bomba de fuel, bomba de combustible, explosivo aire-combustible (FAE o FAX), arma de «calor y presión» o bomba de vacío, consiste en un contenedor de un líquido volátil que en algunos modelos está mezclado con un explosivo finamente pulverizado y (normalmente) dos cargas explosivas separadas. Después de que el ingenio es lanzado desde una aeronave o se dispara, la primera carga explosiva (u otro mecanismo de dispersión) revienta el contenedor a una altura específica y produce la dispersión del combustible en una nube que se mezcla con el oxígeno de la atmósfera. Una vez que el combustible (fuel) ya se ha mezclado lo suficiente, se detona la segunda carga que propagará la explosión (onda explosiva) por toda la nube de combustible. (N. de la T.)

Véase también:

http://www.geocities.com/peru_defensa_nacional/pages/armas_termobaricas.htm

Texto original en inglés: www.uruknet.info?p=29011

Sinfo Fernández es miembro del colectivo de Rebelión.