Cabezas humanas picoteadas por los cuervos, partes corporales no identificadas en descomposición y cientos de cuerpos apilados y enterrados en fosas comunes; eso es todo lo que quedó de las víctimas de la masacre del Hospital Al-Shifa. La macabra escena, que parecía sacada de un film distópico, era el producto de las dos semanas de asedio al mayor hospital de Gaza que acabó en su total destrucción.
Tras la aniquilación total del hospital, el ejército israelí anunció que había sido una de sus operaciones más exitosas desde el comienzo de la guerra, afirmando haber arrestado a cientos de miembros de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina (YIP) en el complejo médico. Pero la cuestión que nadie parece preguntarse es cómo se había concentrado un número tan elevado de supuestos miembros activos de Hamás y la YIP en Al-Shifa sabiendo que el lugar ya había sido registrado anteriormente por el ejército y que, desde entonces, la totalidad de la ciudad de Gaza estaba ocupada por el ejército.
Mondoweiss contactó con varios supervivientes de la matanza de Al-Shifa. La mayoría se negó a hablar y temía revelar su identidad. Unos pocos aceptaron a condición de respetar su anonimato por temor a que sus testimonios les convirtieran en objetivo del ejército israelí y fueran asesinados. A la luz de los testimonios recogidos por Mondoweiss, surge una imagen diferente de lo ocurrido.
La filtración de los servicios de inteligencia
Un joven que consiguió escapar del hospital momentos antes de la invasión del ejército afirmó que era verdad que había cientos de empleados en el hospital afiliados a Hamás y la YIP, pero ninguno de ellos pertenecía a la rama militar. Eran trabajadores de la rama civil del gobierno de Gaza, incluyendo miembros de Protección Civil, de la fuerza policial, empleados del ministerio del interior y de otras secciones del gobierno local. Todos ellos se habían reunido para cobrar sus salarios en Al-Shifa, dado que era uno de los pocos lugares que quedaban que se suponía relativamente a salvo de los combates.
«Había una sala en el edificio de cirugías especializadas que servía de oficina para las secciones del gobierno que operaban en la superficie», dijo el joven (en adelante, «Z»), refiriéndose a las secciones civiles del gobierno de Hamás.
Z también confirmó que varios miembros de la YIP que trabajaban en empleos no militares también estaban allí para recibir sus salarios. «Había otro edificio que era una oficina del movimiento [YIP], y los hombres empleados por el movimiento iban allí a cobrar sus sueldos».
“Hacía mucho tiempo que esos empleados no se habían visto”, explicó Z. “Esa es la razón por la que todos estaban charlando en el complejo médico y poniéndose al día unos a otros”.
Pero el ejército israelí afirmó haber obtenido informes de inteligencia confirmados según los cuales un gran número de “operativos terroristas” de ambos grupos se habían concentrado en el interior de Al Shifa y, tras la redada, anunció que había detenido a 900 «sospechosos» y confirmado que 500 de ellos eran «operativos terroristas«, al tiempo que anunciaba que había matado a otros 200 «hombres armados», entre ellos «altos mandos de Hamás y la Yihad Islámica Palestina».
Comienza el asedio
Z contó a Mondoweiss que escuchó el ruido de vehículos y tanques militares aproximándose al hospital minutos antes del ataque. Él también había acudido a Al-Shifa con un colega para cobrar sus salarios.
“Cuando oí los vehículos dije a mi colega que teníamos que irnos inmediatamente, pues pensé que podían estar dirigiéndose al propio hospital”, contó Z, explicando que cualquier empleado del gobierno de Hamás se considera buscado por Israel. Su colega no le hizo caso, pensando que tal vez el ejército estuviera invadiendo un área cercana. “Me dijo que probablemente se dirigían a la zona industrial”.
Al principio el colega de Z se negó a marcharse, pero cuando el sonido de los tanques se oyó más cerca, decidieron irse inmediatamente. Aunque ambos eran civiles sin ningún antecedente militar, ambos pertenecían al movimiento Hamás.
Momentos más tarde comenzó la invasión. Presenciaron cómo los tanques rodeaban el recinto y los drones sobrevolaban la zona. En un instante, todo Al-Shifa fue asediado por tierra y aire.
Otro superviviente que logró escapar del hospital contó que la mayoría de la información sobre quiénes estaban reunidos en el recinto fue pasada a Israel por colaboracionistas y espías israelíes encubiertos.
“La noche de la invasión había dos vendedores ambulantes que siempre se situaban a la entrada de Al-Shifa”, contó este superviviente a Mondoweiss. “Uno de ellos vendía agua y el otro latas de comida. Cuando se produjo la invasión resultó que ambos eran soldados. Sacaron armas cortas y penetraron en el hospital con otros soldados y les indicaron a dónde dirigirse. Habían pasado allí mucho tiempo y sabían dónde estaba todo”.
El complejo médico estaba compuesto por diversos edificios, con pabellones de maternidad, cirugía especializada y salas de cardiología. Cuando los soldados penetraron en el complejo ordenaron a todo el mundo que desalojara los edificios. Drones equipados con altavoces trasmitían las órdenes del ejército, diciendo a la gente que debían salir y concentrarse en el patio.
“Los drones no paraban de repetir: `Salid de ahí, animales´”, dijo Z a Mondoweiss.
Ejecuciones de médicos y presuntos funcionarios
Cuando todo el mundo salió de los edificios, el ejército empezó a separar a la multitud en grupos, diferenciando a cada uno de estos grupos con brazaletes de plástico de distinto color. Los soldados les dijeron que esos brazaletes estaban conectadas a un sistema que avisaba a los francotiradores de sus movimientos. Les dividieron en dos colores: amarillo, relacionado con personal del hospital y cualquiera que el ejército considerara civil, y rojo, para personas que no podían moverse por su cuenta, como los pacientes, los heridos, amputados o personas con miembros fracturados.
El ejército también juntó a las personas sospechosas de pertenecer a Hamás o la YIP. A estos no les colocaron brazaletes, sino que fueron apartados de los heridos y del personal sanitario, a quienes enviaron a un edificio diferente.
A un tercer grupo mucho más numeroso se le ordenó que abandonara el recinto del hospital. Estaba compuesto por miles de personas desplazadas que se habían refugiado en el recinto, además de miembros del personal sanitario. Algunos de estos miembros se negaron a marcharse, en cuyo caso les ejecutaron de inmediato sin darles razón alguna.
Luego el ejército separó a un gran número de hombres del grupo de presuntos miembros de Hamás y la YIP y de empleados, reuniéndolos en el centro del patio. Ahí mismo procedieron a ejecutarlos, uno tras otro. Cuando terminó la matanza, enormes buldóceres apilaron los cadáveres por docenas, arrastrándolos por la arena y enterrándolos.
Mientras esto ocurría, otros soldados tomaron por asalto diversos edificios del recinto en busca de personas que se hubieran negado a evacuarlo cuando se dio la orden inicial. Mataron a todas las que encontraron, considerándolas sospechosas.
Algunas personas del hospital se resistieron y trataron de abrir fuego, entre ellas agentes de policía que portaban armas cortas. Se trataba de un número menor y su resistencia no les salvó: les mataron junto con aquellas que no opusieron resistencia.
Un video publicado en redes sociales grabado por un periodista en el hospital muestra a una médica, que se identificó como la doctora Amira al-Safadi, describiendo lo que ocurrió.
“Después del primer día del ataque, que nos sorprendió a las 2 de la mañana, el ejército nos ordenó que no nos marcháramos cuando entraran”, dice la Dra. Safadi. “Luego, el segundo día, nos entregaron brazaletes haciendo hincapié en que teníamos que llevarlos puestos y que dispararían a cualquiera que abandonara el edificio sin llevar uno”.
“Nos enviaron a cuatro edificios distintos”, continúa, añadiendo que ella se unió a otros doctores y enfermeras con sus pacientes. “Alrededor de 16 pacientes murieron porque no pudimos tratarlos”.
Cuando el ejército abandonó Al-Shifa, todo el recinto estaba completamente devastado, reducido a escombros y edificios quemados.
Una de las mayores masacres en la historia palestina
[La ONG] Euro-Med Human Rights Monitor afirma que la masacre del Hospital Al-Shifa fue una de las más atroces en la historia de Palestina, estimando en al menos 1.500 personas el número de muertos, heridos o desaparecidos, “siendo la mitad de las víctimas mujeres o menores”. Dicha organización confirma asimismo que al menos 22 pacientes fueron asesinados a tiros en sus camas de hospital, y estima en 25.000 la cifra de personas desplazadas refugiadas en el recinto obligadas a evacuar hacia el sur. Además, unas 1.200 unidades familiares en los alrededores del recinto hospitalario fueron destruidas.
A pesar de las afirmaciones sobre la importancia estratégica y militar del asalto a Al-Shifa y sobre el supuesto número de presuntos miembros de Hamás y la Yihad Islámica Palestina arrestados o asesinados, el ejército ocultó el verdadero objetivo de la operación, que era terminar de destruir el sistema sanitario del norte de Gaza y empeorar las ya desastrosas condiciones humanitarias. Todo el complejo está ahora inutilizado. Incluso el depósito de cadáveres, que contenía incontables cuerpos de los asesinados, fue incendiado.
La «operación» de Israel en al-Shifa fue, de hecho, un éxito, y ese éxito fue dejar fuera de servicio el mayor hospital de Gaza y acelerar el colapso social en el norte.
Tareq S. Hajjaj es el corresponsal de Mondoweiss en Gaza y miembro de la Unión Palestina de Escritores. Estudió literatura inglesa en la Universidad Al-Azhar de Gaza. Inició su carrera en el periodismo en 2015, como redactor y traductor para el periódico local Donia al-Watan. Ha cubierto informaciones para Elbadi, Middle East Eye y Al Monitor. Se le puede seguir en Twitter en @Tareqhajjaj.
Fuente: https://mondoweiss.net/2024/04/come-out-you-animals-how-the-massacre-at-al-shifa-hospital-happened/
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