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Se buscan fórmulas efectivas contra la impunidad de Israel

Fuentes: Gara

Las cotidianas masacres, la humillación de cada día, el robo de terrenos y de todo tipo de recursos, la expulsión de un pueblo de su propia tierra… la ocupación por Israel de Palestina, ha merecido un sinfín de resoluciones contra el Estado israelí de los entes internacionales, pero los gobernantes no han sido capaces de […]

Las cotidianas masacres, la humillación de cada día, el robo de terrenos y de todo tipo de recursos, la expulsión de un pueblo de su propia tierra… la ocupación por Israel de Palestina, ha merecido un sinfín de resoluciones contra el Estado israelí de los entes internacionales, pero los gobernantes no han sido capaces de adoptar ninguna medida eficaz para que este estado de cosas cambie.

Las cotidianas masacres, la humillación de cada día, el robo de terrenos y de todo tipo de recursos, la expulsión de un pueblo de su propia tierra… la ocupación por Israel de Palestina, ha merecido un sinfín de resoluciones contra el Estado israelí de los entes internacionales, pero los gobernantes no han sido capaces de adoptar ninguna medida eficaz para que este estado de cosas cambie. Por eso es cada vez más importante para los propios palestinos lo que puedan hacer los pueblos del mundo. Boicot a Israel. La lucha contra el sistema del Apartheid en Sudáfrica es el modelo a seguir, y la impunidad israelí, el enemigo a batir. No hace falta ser multimillonario ni un influyente político para poder aportar un modesto grano de arena a esta labor, sólo querer hacerlo. Organizaciones de todo el mundo tratan de desarrollar fórmulas para canalizar el enorme rechazo que provocan las actuaciones israelíes. Es un movimiento que va creciendo, aunque rara vez logre llegar a los espacios más importantes de los grandes medios de comunicación. Y los gobernantes de Israel tratan de desactivarlo, creando grupos de apoyo a su propia «causa» y silenciando todas las iniciativas que no le convienen.

Los palestinos son los más interesados en fortalecer el boicot a Israel y, paradójicamente, los que más dificultades tienen para ello. Los palestinos de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental se ven obligados a consumir un sinfín de productos Made in Israel. Alimentos tan básicos como la harina o la leche son siempre israelíes. «Cuando voy a la tienda, busco productos hechos por los palestinos de Israel, aunque no siempre es fácil», relata a GARA, desde Ramala, Samia Shannan. Esta mujer palestina hace hincapié en que ya en los «acuerdos económicos» de París, que complementan a los de Oslo ­de los que surgió la Autoridad Nacional Palestina­, se establece, por ejemplo, que los palestinos no pueden importar vacas lecheras.

170 organizaciones populares de toda Palestina y de la diáspora firmaban el 7 de julio de 2005 un llamamiento al mundo para desarrollar una campaña de «boicot, desinversión y sanciones» con el objetivo de «aislar a Israel».

«Frente a la guetización del pueblo palestino por medio del Muro del Apartheid ­que Israel construye en Cisjordania pese a la resolución contraria de la Corte Internacional de Justicia­ y la lenta pero implacable construcción de una tercera Nakba ­catástrofe­, los movimientos y organizaciones palestinas convocan a los pueblos del mundo a aislar a Israel y a comprometerse en la solidaridad con la lucha palesti- na por la justicia y liberación».

n Ladran, luego cabalgamos

Miles de grupos y personalidades de todo el mundo se han sumado ya a la iniciativa y la lista sigue creciendo. Una forma bastante fiable para medir la eficacia de una medida en concreto es observar la reacción de los medios israelíes. En este sentido, la histórica moción aprobada por la Asociación de Profesores Universitarios de Gran Bretaña (AUT) en abril de 2005 se queda con un lugar destacado, ya que mereció todo tipo de insultos y descalificaciones durante bastante tiempo. Dolió.

«La AUT ha votado lanzar inmediatamente un boicot a las universidades israelíes de Haifa y Bar-Ilan y difundir en todas sus sucursales considerar el llamado al boicot de las instituciones académicas israelíes ­se puede leer en www.stopthewall.org­. La votación del 22 de abril marcó un momento histórico en el movimiento global para aislar al Apartheid israelí como un medio de forjar una solidaridad efectiva con la lucha palestina por la libertad, autodeterminación y soberanía».

La decisión de los profesores británicos ­secundada en mayo de este año por otro sindicato británico, la Asociación Nacional de Profesores de Educación Superior, NATFHE, y en setiembre por académicos irlandeses­, obedece a la demanda realizada por un grupo de 60 cuerpos académicos y culturales palestinos, conocido como la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel, PACBI.

Los 69.000 miembros de NATFHE debatieron el pasado mes de mayo la propuesta de boicot en su asamblea anual en la ciudad de Blackpool, al norte de Inglaterra.

n Amenazas a los profesores

Durante la preparación de la asamblea, «los lobbies sionistas habían inundado a la organización con peticiones y declaraciones intentando presio- nar al sindicato para que retirara el apoyo a la convocatoria unitaria palestina», explican desde la organización académica británica.

Paul Mackney, secretario general de NATFHE, denuncia que «muchos e-mails nos dirigían sus amenazas por negar la libertad de cátedra al profesorado israelí, pero no decían que la libertad académica en Palestina es una broma de mal gusto. Incluso donde el profesorado y los estu- diantes tienen libertad de movimientos para asistir a la universidad, el material básico para el funcionamiento de la vida académica apenas existe. Realmente, no es posible permanecer impasible ante semejante injusticia. La sociedad civil palestina, incluidas las universidades, necesitan hoy, más que nunca, nuestra ayuda y solidaridad y no nos intimidarán para que quedemos en silencio».

Sindicatos, iglesias, partidos políticos, medios de comunicación, activistas individuales… son muy diversas las formas del sujeto internacional que trata de parar los pies a Israel. Una funcionaria de aduanas de las islas Fiyi, en el Pacífico, dio con la forma de dar a los israelíes un poco de su propia medicina.

Varios jóvenes judíos dejaron Israel tras tres años de «servicio militar», lo que en su caso significa tres años al servicio de la más cruel ocupación. Tras visitar Australia durante semanas, decidieron pasar por Fiyi. La funcionaria les pidió los pasaportes. Con dichos documentos en sus manos, en lugar de permitirles pasar, les solicitó entonces el carnet de identidad.

­Pero si ya le hemos dado los pasaportes. ¿Por qué nos pide los carnés? ­preguntó uno de los turistas.

­Los carnés, por favor ­insistió ella, antes de pedirles que le siguieran a otra dependencia, donde les hizo esperar durante seis horas.

Cuando la funcionaria decidió poner fin a la situación, les explicó que les había tratado como ellos cuando se visten de soldados tratan a los palestinos en los territorios ocupados. «Nunca había sentido tal humillación», se lamentaba uno de los protagonistas de la historia al regresar a Israel.

También las instituciones tienen un papel que jugar en la larga lucha contra la impunidad israelí. Y, para orgullo de los vascos, algunos ayuntamientos navarros aparecen en un lugar muy destacado: Arbizu, Arruazu, Ziordia, Etxarri-Aranatz, Bakaiku y Urdiain. El primero de ellos, además, está hermanado con el municipio palestino de Marda.

Los ayuntamientos navarros aprobaron una moción, propuesta por Askapena, que denuncia las agresiones del Ejército de Israel contra los pueblos palestino y libanés y llama a boicotear todo lo is- raelí, desde los productos hasta las actividades académicas, deportivas, culturales…

La iniciativa de los municipios vascos no pasó desapercibida, sobre todo entre quienes buscaban fórmulas para apoyar de modo eficaz al pueblo palestino. De hecho, días después recibían llamadas telefónicas desde Escandinavia para interesarse por la iniciativa y tratar de adaptarla a la realidad noruega. El lector hallará información al respecto en www.askapena.org, incluido un vídeo sobre la parodia que preparó la Gazte Asanblada de Arbizu en torno al Muro del Apartheid. Eso sí, los jóvenes autores de la iniciativa se adelantan a los acontecimientos de la triste realidad y, tras construir, panel a panel, una réplica del muro y un curioso tanque, terminan derribando la construcción y destruyendo el carro blindado.

La Sakana crea escuela. En diciembre de 2005 llegaba la información sobre otra iniciativa institucional, desde Noruega. El concejo regional de Sor-Trondelag tramitó una moción solicitando el boicot completo a los productos israelíes y una campaña de información en toda la región. Sor-Trondelag tiene una población de 270.000 habitantes, de los 4,6 millones de Noruega. Trondheim es la tercera ciudad más grande de Noruega, y participa en el boicot. «Sor-Trondelag fue el primer condado (noruego) en boicotear a Sudáfrica ­recordaron orgullosos el pasado­. Manteniendo esta buena costumbre, el Concejo del Condado, el primero del país, ha decidido boicotear los productos israelíes y a través de esta iniciativa intentar generar conciencia. Pedimos a la población que haga lo mismo».

La sociedad palestina ha multiplicado sus llamamientos a los pueblos del mundo para que rompan con Israel, para que dejen claro a los israelíes que no aceptan la ocupación. Desde Los Angeles a Kuala Lumpur, pasando por Arbizu, un sinfín de iniciativas se han puesto en marcha para hacer lo que no hacen los gobernantes, acabar con el Apartheid del siglo XXI. –