Los habitantes de Beit Hanoun, a principios de enero de 2009 un martes por la noche, se fueron a dormir y se despertaron sobresaltados. Efectivamente desde los días de la masacre, hacía un año, en el norte de la Franja no llovían del cielo explosivos tan devastadores como los dos misiles lanzados el 26 de […]
Los habitantes de Beit Hanoun, a principios de enero de 2009 un martes por la noche, se fueron a dormir y se despertaron sobresaltados.
Efectivamente desde los días de la masacre, hacía un año, en el norte de la Franja no llovían del cielo explosivos tan devastadores como los dos misiles lanzados el 26 de mayo de 2010, por cazas F16 israelíes sobre el centro de la ciudad.
Quince civiles palestinos fueron seriamente heridos. El objetivo hipotético del bombardeo era una base de adiestramiento de las Brigadas Ezzedin al Qassam, el brazo armado de Hamas. Decimos hipotético porque en realidad esa deflagración impactó, reduciéndola absolutamente a escombros, en una colonia de vacaciones para niños que hubiera debido inaugurarse en los primeros días de junio, incluidos un parque de juegos y una piscina.
A menos que los temibles mujaidines de Hamas se estén entrenando para barrer a Israel desde columpios y toboganes y estén imaginando invadir a nado en estilo libre, los puertos de Ashkelon y Ashdod diría que el blanco estuvo equivocado. En enero de 2009, centenares de obras de infraestructura para la educación y el esparcimiento de los niños de Gaza tales como escuelas, orfanatos y parques de juegos fueron destruidos y seriamente dañados por el ejército israelí. Con el asedio impuesto a la Franja, Israel impide la entrada de todo tipo de materiales de construcción y esos edificios que se hallan en peligro permanecen así desde hace más de un año. La misma suerte correrá el centro recreativo Beit Hanoun que acaba de ser destruido.
Según testimonios de los presentes en el lugar la aviación israelí utilizó, ayer por la mañana, una clase especial de explosivos llamados «dumb bombs» los mismos que utilizan cuando bombardean el túnel en los límites de Rafah. Las «dumb bombs» son misiles guiados por láser de alta penetración como el PB500A1, que según los expertos producen un impacto explosivo similar a una bomba con el doble de tamaño. Sobre un fragmento del misil rescatado de entre los escombros se puede leer aún el número de serie de la industria usamericana que lo fabricó. Además de la colonia de veraneo han sido numerosos los daños ocasionados en los edificios vecinos en hasta una distancia de 500 metros del lugar adonde impactó el misil. Una peluquería y una farmacia fueron seriamente dañadas por la explosión.
Los fragmentos de las bombas perforaron las paredes de una habitación en la que salió milagrosamente indemne un chico de diez meses que dormía en su cuna. Gran asombro suscitó hace algunos días, el vandalismo desatado por un grupo extremista que dañara un campo deportivo del Unrwa en Gaza mientras que la destrucción del centro recreativo Beit Hanoun, pasó casi desapercibido. La inocencia infantil debería ser preservada a cualquier costo, ya sea que los ogros sean hipnotizadores islámicos con turbante o «serial killer» con uniformes de soldados que matan desde diez mil metros de altura. Seamos humanos.
* Vittorio Arrigoni y Radmila Stojanovic trabajan en la Franja de Gaza para el Movimiento de Solidaridad Internacional.
Nota:
UNRWA: United Nations Relief and Works Agency» para los Refugiados Palestinos