Después de que Hamás ganase las elecciones legislativas palestinas el pasado mes de enero, algunos significados representantes de ese grupo manifestaron que entre sus planes de actuación inmediata se encontraba poner en libertad a Ahmed Saadat, secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Ahmed Saadat había sido detenido y encarcelado en el […]
Después de que Hamás ganase las elecciones legislativas palestinas el pasado mes de enero, algunos significados representantes de ese grupo manifestaron que entre sus planes de actuación inmediata se encontraba poner en libertad a Ahmed Saadat, secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina.
Ahmed Saadat había sido detenido y encarcelado en el año 2001 bajo la acusación de ser el inspirador del asesinato del ministro israelí de turismo Rehavam Zeeví.
A principios del año 2002 las fuerzas de ocupación israelíes mantenían al presidente palestino, Yaser Arafat, confinado en su residencia de la Mukata en Ramallah. Se produjo entonces un acuerdo, patrocinado por los gobiernos británico y estadounidense, que se conoció como «Acuerdo de Ramallah». Jack Straw, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido de la Gran Bretaña y el Norte de Irlanda, dio cuenta del mismo en una declaración ante la Cámara de los Comunes en abril de aquel año. Straw dijo que el ejército israelí había dado su aprobación para que Arafat pudiera salir de Ramallah. A cambio, seis de los hombres más buscados por Israel serían trasladados desde la cárcel de la Mukata a una prisión segura en los Territorios Ocupados. El primero de esos prisioneros era Ahmed Saadat. Los Estados Unidos y el Reino Unido se comprometían a enviar una pequeña unidad de observadores desarmados que supervisaran de manera permanente la custodia de los prisioneros. Fue aún más lejos en sus palabras el ministro Straw cuando aseguró que «la Autoridad Nacional Palestina es la responsable fundamental de garantizar la seguridad de la prisión y del personal estadounidense y británico allí destacado».
Según fuentes gubernamentales británicas, tanto ellos como los estadounidenses habrían hecho llegar en varias ocasiones a la Autoridad Nacional Palestina su preocupación por la seguridad de sus observadores y la habrían apremiado para que cumpliese las obligaciones recogidas en aquel acuerdo.
El resultado de las elecciones legislativas palestinas y la proximidad de las correspondientes elecciones en Israel, fijadas para el próximo 25 de marzo, han dado un giro fundamental a la situación.
El pasado día 7 Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, dijo en una conferencia celebrada ante una asamblea de mujeres en Cisjordania, que no le importaría dejar en libertad a Ahmed Saadat si el Frente Popular para la Liberación de Palestina le enviase una carta en la que se comprometiera a no responsabilizar a la Autoridad Nacional Palestina por lo que pudiera ocurrirle a Saadat después de su liberación.
El miércoles 8 los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido enviaron una carta conjunta al presidente Mahmoud Abbas. En ella afirmaban que tendrían que dar por terminada su misión en la cárcel de Jericó si la Autoridad Nacional Palestina no cumplía de inmediato y por completo con el «Acuerdo de Ramallah» e introducía mejoras sustanciales en la seguridad de los observadores, o bien llegaba a un nuevo acuerdo con el gobierno de Israel. Igualmente los británicos y estadounidenses informaron a las autoridades israelíes de que habían enviado la carta a Mahmoud Abbas y del contenido de la misma. De cuanto antecede y de que habían decido finalizar inmediatamente la presencia de los observadores en Jericó, informó Lord Triesman, en nombre del ministerio de Asuntos Exteriores, ante la Cámara de los Comunes el martes 14.
Quince minutos después de la salida de los observadores británicos y norteamericanos, el ejército de ocupación israelí lanzó una ofensiva contra la cárcel de Jericó, en la que causó tres muertos y decenas de heridos. Los guardias palestinos, así como la mayoría de los prisioneros, fueron obligados a salir por las fuerzas sitiadoras, en tanto Ahmed Sadat y sus compañeros mantuvieron la resistencia con armamento ligero durante varias horas. En el curso del asedio el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina hizo declaraciones, vía teléfono móvil, a medios internacionales. En ellas, con tono firme y sereno, dejó patente su voluntad de no entregarse hasta que la resistencia fuese inviable y llamó a su pueblo y a la comunidad internacional a actuar responsablemente denunciando la nueva agresión israelí.