Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Shadi-Farrah, un preso palestino de 13 años, uno de los niños más jóvenes encarcelados por el Estado de Israel, se enfrentará a una audiencia de sentencia el 29 de noviembre, en la que los fiscales israelíes piden una condena de dos años, además del año que ha pasado en prisión y se estima será aprobada por el juez de la causa.
Shadi y su amigo Ahmad al-Zaatari fueron capturados por soldados de ocupación israelíes el 29 de diciembre en su pueblo de Kufr Aqab mientras caminaban por el pueblo. Fueron capturados e interrogados durante días y acusados de posesión de un cuchillo con la supuesta finalidad de llevar a cabo una acción de resistencia contra los soldados israelíes. El presunto cuchillo nunca fue utilizado ni sacado por ninguno de los dos niños, se les acusa de tener el cuchillo dentro de su bolsa. Incluso esta afirmación es negada por la familia de Shadi.
Esta sentencia viene como parte de un acuerdo de pedido que fue aceptado por la familia de Shadi porque, según dijo su madre, la acusación israelí amenazó con aplazar la sentencia de Shadi hasta después de cumplir los 14 años, en cuyo caso recibiría un plazo aún más largo, citando los casos recientes de Muawiya Alqam, Ahmad Manasrah, Munther Aby Mayalah y Mohammed Taha. Ahmad se enfrenta a un acuerdo similar entre las partes.
El 29 de de noviembre marca también el Día de la Solidaridad Internacional con el Pueblo Palestino. La madre de Shadi expresó su disgusto por el tratamiento de la Autoridad Palestina para con los niños prisioneros, diciendo que había más atención internacional para el caso de Shadi que la oficial de las instituciones de la AP.
Durante su encarcelamiento, Shadi ha sido confinado en el centro de detención juvenil Al-Masra, un centro para adolescentes por lo general recluidos por robo, asalto o cargos por drogas, por lo que se ha enfrentado a momentos difíciles. Debido a que es menor de 14 años no se le recluyó con otros presos políticos palestinos o de «seguridad». Él y su familia han sufrido el sistema de las visitas familiares, dada su ubicación han tenido que organizar sus visitas de forma privada y pagar casi 800 NIS (unos 200 dólares) por viaje.
Un compañero de prisión del niño palestino, Osama Mourad Zeidat, de 14 años, recibió disparos de los soldados israelíes en la espalda y en el pie el 23 de septiembre el año 2016 cerca del asentamiento colonial israelí de Kiryat Arba en al-Khalil. Las audiencias judiciales militares en el caso de Osama en Ofer han continuado por varias veces y ahora se programó para el 13 de noviembre.
Osama, del pueblo de Bani Naim, cerca de al-Khalil, sigue sufriendo los efectos de los disparos y está siendo atendido en malas condiciones en la clínica de la prisión de Ramle, junto a otros prisioneros enfermos y heridos. Su madre dijo a Asra Medios que una bala entró en su espalda y salió por el pecho y que la otra se alojó en su pie. Se le mantuvo durante 18 días en el hospital Shaare Tzedek y se le impidió recibir visitas familiares en todo ese tiempo, antes de ser trasladado a la clínica de la prisión de Ramle. De hecho, cuando fue llevado al tribunal militar el 1 de noviembre, asistió encadenado a una cama de hospital.
Hay cerca de 400 menores palestinos presos en las cárceles israelíes, entre ellos 13 niñas y varios niños presos en detención administrativa, recluidos sin cargos ni juicio. La Defensa Internacional de los Niños Palestinos ha informado de que los niños palestinos se enfrentan rutinariamente a golpizas, confinamiento solitario, interrogatorios sin padres o un abogado, amenazas de violencia sexual y tortura psicológica durante su detención e interrogatorio por las fuerzas de ocupación israelíes. Muchos de estos niños prisioneros son detenidos en redadas militares violentas en sus hogares familiares, antes del amanecer.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.