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Sidón, una canción compuesta en 1984, de Fabrizio de André

Fuentes:

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Gonzalo Hernández Baptista

No sabemos si una amonestación del Consejo de Seguridad de la ONU a favor de la tregua llegará a parar, o no, el anunciado bombardeo de Sidón. Esperemos que pueda hacerlo y que estos versos (de su original en genovés) sirvan acaso como veto. El siguiente texto pertenece a la canción «Sidùn», que Fabrizio de Andrè escribió (a medias con Mauro Pagani), interpretó y grabó en el año 1984 para su disco inolvidable «Creuza de mä» (íntegramente compuesto en genovés). Estas son las palabras con las que lo comentó: «Sidón es la ciudad del Líbano que nos ha regalado, además del uso de las letras del alfabeto, la invención del vidrio. Me la he imaginado tras el ataque que sufrió a manos de las tropas del general Sharon en 1982, como un hombre árabe, de mediana edad, sucio, desesperado, sin lugar a dudas pobre, que sostiene con un brazo a su hijo triturado por las llantas articuladas de un carro de combate. (…) La pequeña muerte a la que hago referencia al final de este canto no se puede confundir, simplificando, con la muerte de un niño pequeño, sino que se entiende metafóricamente como el exterminio civil y cultural de un pequeño país: el Líbano, la región Fenicia, que en su discreción es quizá la mayor nodriza de la civilización mediterránea».

Mi hijo pequeño, mi hijo,
hijo mío,
labios hinchados al sol
de miel, de miel,
tumor dulce benigno
de tu madre,
exprimidos por el bochorno húmedo
del verano, del verano
y ahora un coágulo de sangre, orejas
y dientes de leche
y los ojos de un soldado, perros rabiosos,
con la boca llena de espuma, cazadores de corderos
que persiguen a la gente como carne de caza
hasta que la sangre salvaje no les apague la sed
y luego una barra en la garganta, los barrotes de la prisión
y entre las heridas la semilla venenosa de la deportación
para que nada nuestro desde la llanura hasta el puerto
jamás pueda brotar, ni un árbol, ni una espiga, ni un hijo,
adiós hijo mío, tu herencia
se esconde
en esta ciudad
que arde, que arde
en la noche profunda,
en esta gran luz de fuego
por tu pequeña muerte.

Sidùn, de Fabrizio de Andrè (escuchar la canción en mp3)


U mæ ninin u mæ
u mæ
lerfe grasse au su
d’amë d’amë
tûmù duçe benignu
de teu muaè
spremmûu ‘nta maccaia
de staë de staë
e oua grûmmu de sangue ouëge
e denti de laete
e i euggi di surdatti chen arraggë
cu’a scciûmma a a bucca cacciuéi de baë

a scurrï a gente cumme selvaggin-a

finch’u sangue sarvaegu nu gh’à smurtau a qué
e doppu u feru in gua i feri d’ä prixún

e ‘nte ferie a semensa velenusa d’ä depurtaziún

perchè de nostru da a cianûa a u meü

nu peua ciû cresce ni ærbu ni spica ni figgeü
ciao mæ ‘nin l’eredítaë
l’è ascusa
‘nte sta çittaë
ch’a brûxa ch’a brûxa
inta seia che chin-a
e in stu gran ciaeu de feugu
pe a teu morte piccin-a.

Gonzalo Hernández Baptista es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft y puede reproducirse a condición de mencionar al autor, al traductor y la fuente.