Se cumplen sesenta años del triunfo de la Revolución cubana, cuyo ejemplo para los países dependientes del mundo, significó la posibilidad de realizar la utopía de liberarse y poder decidir por sí mismos su camino a seguir. Las grandes transformaciones sociales que de inmediato implementó el gobierno revolucionario, son la muestra de que es posible […]
Se cumplen sesenta años del triunfo de la Revolución cubana, cuyo ejemplo para los países dependientes del mundo, significó la posibilidad de realizar la utopía de liberarse y poder decidir por sí mismos su camino a seguir. Las grandes transformaciones sociales que de inmediato implementó el gobierno revolucionario, son la muestra de que es posible desarrollar otra forma de economía y sociedad, alejada de la devastación que el capitalismo histórico a generado por naturaleza.
La Revolución ha logrado mantenerse resistiendo toda forma de agresión, desde una invasión orquestada por Estados Unidos en abril de 1961 en Playa Girón, o el permanente bloqueo económico impuesto por el imperialismo yanqui, junto a cientos de ataques terroristas coordinados por la CIA, además de permanentes campañas contrarrevolucionarias, muchas de ellas realizadas desde Miami. Cuba ha superado un sinfín de boicots económicos, políticos, sociales y culturales y de todos ellos ha salido dignificada por su resistencia, por su espíritu revolucionario y por su dignidad fundada en las convicciones socialistas que guían los pasos libres de su pueblo por el mundo.
La instauración del socialismo en Cuba -el 16 de abril de 1961- permitió abrir el sendero que la ha conducido a la construcción de una nueva sociedad. En el campo de la educación, ha reducido a cero el nivel de analfabetismo. Tiene escuelas y maestros para todos los niños hasta en los más apartados rincones. Además de que ha contribuido con brigadas internacionalistas de maestros para la alfabetización en los lugares del mundo donde han sido requeridos, como los países africanos y latinoamericanos que han recibido el beneficio del humanismo internacionalista fundado por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, bajo la premisa de su concepción de la construcción del Hombre Nuevo. De igual forma, ha construido centros de investigaciones científicas e intelectual, como son la Casa de las Américas y el Centro de Estudios Martianos, destacándose por sus aportaciones en el contexto latinoamericano y compitiendo con muchos de los centros científicos más importantes del mundo, representando la vanguardia del pensamiento de Nuestra América. En Cuba cada ciudadano tiene el derecho a recibir gratuitamente cualquier servicio de educación y salud, la dignidad humana es un hecho y no sólo un derecho, la revolución a puesto en práctica la máxima de José Martí que expresa: «Hacer es la mejor manera de decir», materializando así el pensamiento martiano desde que inició el proceso revolucionario de transformación de la vida en Cuba el 1 de enero de 1959.
Cuba ha logrado mantener la mortalidad infantil por debajo de los estándares internacionales, la vida es una prioridad, pues el carácter humano de la revolución así lo exige. Para el socialismo cubano la salud es fundamental y no un comercio o mercancía como sucede en el capitalismo mundial. A pesar del constante bombardeo informático en su contra, no es posible negar que la sociedad cubana es líder mundial en seguridad nacional y personal, pues los crímenes son pocos, y los delitos violentos infrecuentes. El socialismo en Cuba permite a las familias que sus hijos crezcan sanos, instruidos y sin miedo, la niñez es protegida y cultivada para el buen desarrollo de hombres y mujeres, a diferencia de los países capitalistas donde es fácil ver niños en situación de pobreza extrema deambulando las calles buscando un poco de pan o sumergidos en algún vicio. Cuba es la más sólida barrera en el hemisferio contra el tráfico de drogas, esto último, en total contraposición con Estados Unidos, quien tiene los más altos índices de consumo por persona.
El camino de la revolución y la construcción del socialismo no ha sido fácil, pues además de las permanentes amenazas del imperialismo, la sociedad cubana ha tenido que superar errores y contradicciones naturales de la permanente transformación que vive desde hace sesenta años. Incluso, en la actualidad los organismos de gobierno y la sociedad en general, discuten una serie de reformas vitales para el mantenimiento de la economía cubana, en febrero próximo, el pueblo cubano votará por una nueva Constitución que sin duda modificará varios aspectos de la realidad cubana, la revolución es un permanente cambio, una inagotable evolución que requiere el análisis, la crítica e incluso la rectificación según las medidas tomadas y su repercusión al ser implementadas. La revolución es permanente para que sea real y profunda.
Cuba y su revolución continua ejemplificando la posibilidad de realizar la utopía de construir otro mundo, para el cual, el proyecto socialista sigue siendo el camino. Pero el nuevo mundo mejor, no llegará como consecuencia lógica de la evolución social, como se creyera erróneamente durante mucho tiempo. La utopía sólo se construirá como resultado de la toma de conciencia colectiva y de la acción organizada de la sociedad. En la actualidad el capitalismo continúa agravando los males que los pueblos padecen, por su lógica de ganancia que sólo deja más ricos a unos pocos y más pobres a la mayoría de las poblaciones. La necesidad de desaparecer esos males, es la razón histórica del surgimiento del socialismo como alternativa, y es la razón por la cual sigue siendo necesaria su construcción en los países del mundo, sobre todo, en los países latinoamericanos que tan destruidos y lacerados han quedado por la voracidad de gobiernos al servicio del imperialismo y el neocolonialismo. Superar por el bien de la humanidad los males que la laceran es la disyuntiva desde tiempo atrás. La obra de la construcción de la utopía requiere el ejercicio consiente de hombres y mujeres libres y voluntarios, como enunciara Fidel Castro en su discurso pronunciado el 1 de mayo de 1980. Mientras el hombre siga siendo el lobo del hombre, la utopía socialista seguirá siendo necesaria y Cuba un ejemplo a seguir para la emancipación y la dignificación de la humanidad.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
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