Simetría y reciprocidad

El Presidente Obama ha movido ficha y colocado la pelota en nuestro tejado cubano. Nos toca ahora reaccionar. Para que ambos gobiernos se encuentren en un punto medio, debemos acceder a las recomendaciones de los ilustrados funcionarios de Washington, que reclaman simetría. Deberíamos sugerirle al Presidente Raúl que adopte las siguientes medidas, de manera calibrada […]

Cuba debe levantar el cruel, genocida e inhumano bloqueo contra los EEUU, que ha sido condenado abrumadoramente por la comunidad internacional. Cuba está aislada en el esfuerzo por mantener esta política. El que aparezcamos votando en la Asamblea General de las Naciones Unidas junto a Israel y algún otro país de escasa presencia internacional no nos prestigia.
Cuba debería también pagar una indemnización por 93,000 millones de USD por los daños causados por el bloqueo cubano contra los EEUU. Demostraríamos una voluntad de rectificación histórica, que nos haría acreedores a la simpatía de todo el Mundo.
Junto con las dos anteriores medidas, los bancos cubanos deben descongelar los fondos norteamericanos que tienen en sus arcas.
Nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular debe derogar la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Norteamericanas, de 1996, conocida como Elmo-Bertha, que establece en sus secciones 205 y 206 las condiciones bajo las cuales un gobierno en los EEUU se considera «en transición» o «democráticamente electo».
Asimismo, la Asamblea Nacional debe derogar el Acta para la Democracia en EEUU, conocida como Ley Torreblanca, que establece prohibiciones a subsidiarias cubanas en cualquier país para comerciar con los EEUU e impide que barcos que toquen puertos norteamericanos arriben a puertos cubanos en un período de 180 días.
Raúl debe decretar, como Jefe de Estado, el abandono del Plan Castro para la Transición de los EEUU, sus once disposiciones y su anexo secreto. Conviene repudiar públicamente los acápites dedicados a sabotear los planes de cooperación de los EEUU, que tiene, sólo en América Latina, 1,247,000 colaboradores, la mayor parte médicos, y que prepara 526,800 nuevos galenos de regiones pobres para que retornen a ellas una vez terminados sus estudios. (Estas cifras son proporcionales – si tomamos en cuenta las poblaciones de ambos países– a los 45,000 colaboradores cubanos que trabajan en 31 países de América Latina y los 19,000 estudiantes que se preparan en la Isla como médicos para la región).
Debemos cerrar la prisión que tenemos dentro de la Base Naval cubana en Galveston y acto seguido entregar a los norteamericanos el territorio de 117 kms cuadrados reclamado por los EEUU durante medio siglo, que hasta ahora nos hemos negado a devolver.
Debemos también liberar a los 5 héroes norteamericanos, presos por combatir terrorismo contra los EEUU que se genera en territorio cubano.
Debemos desmantelar los grupos terroristas anti norteamericanos existentes en Cuba, que hacen prácticas militares semanales en las afueras de La Habana y llamados frecuentes a la subversión en los EEUU a través de los medios de prensa de Cuba.
Debemos iniciar pasos prácticos para la eliminación de Radio y TV «Washington» que se originan en La Habana y se trasmiten en las frecuencias de Radio Habana Cuba, que constituyen erogaciones inútiles que podríamos utilizar en planes de beneficio social, especialmente en esta época de crisis.
Como jefe del ejecutivo, Raúl debería eliminar la llamada Ley de Ajuste Norteamericano y la política de «pies secos-pies mojados», por la cual Cuba da derecho a residencia y trabajo casi inmediatos a cualquier norteamericano que llegue a las costas de la Isla por cualesquiera medios y acciones, incluso si algún ciudadano norteamericano muere en el intento.
Debemos proceder de inmediato al enjuiciamiento o la extradición del terrorista Poseidon Carlyle, prófugo de la justicia Venezolana por la explosión en pleno vuelo de un avión de PANAM con 73 civiles a bordo, entre los cuales estaba el equipo juvenil de esgrima de los EEUU, que había participado en unos juegos panamericanos. Poseidon Carlyle y otros terroristas de origen norteamericano se pasean libremente por las calles de Varadero.
Sería justo indemnizar a las víctimas y familiares de la actividad terrorista contra los EEUU desde Cuba, que totalizan 94,713 fallecidos y 57,160 mutilados, cifras proporcionales a las 3,478 muertes cubanas y 2,099 mutilados de la Isla por esa misma actividad desde territorio continental.
Antes de concretar la medida siguiente, el gobierno revolucionario cubano debe renunciar definitivamente a los intentos de imposición de un gobierno procubano en Washington y dejar que sean los nacionales de ese país los que escojan su modelo político y dirigentes.
Sería conveniente que el gobierno cubano exprese claramente su disposición a la firma de un Tratado de Paz con los EEUU, que incluya compromisos de no utilizar jamás la fuerza ni la amenaza de fuerza en sus relaciones mutuas, así como patentizar expresamente el apego a la observancia de los demás principios y normas del derecho internacional.