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El conflicto entre Cataluña y el estado español, en el marco de la Unión Europea

«Sin soberanía económica, la independencia es una ficción»

Fuentes: Rebelión

Intervención del autor en el Foro Internacional celebrado en la localidad de Chianchiano-Terme en Italia, el 1 de septiembre 2017

Gracias por la invitación, un saludo a todas las personas asistentes al Foro (1).

La conmoción provocada por el reciente atentado yihadista en Barcelona y Cambrils ha tenido una respuesta cívica de masas en la manifestación de Barcelona el pasado 26 de agosto, pero junto al clamor de «no tenemos miedo», las tensiones del conflicto entre Cataluña y España también se han hecho visibles.
Nos encontramos ante un excepcional momento de definición del conflicto entre Cataluña y el Estado Español que, a diferencia de otros momentos de la historia, tiene una dimensión europea, tanto en sus causas como en las consecuencias.

Como es público, está anunciada la convocatoria de un referéndum sobre la independencia en Cataluña el 1 de octubre. Dicho referéndum se va a celebrar tres semanas después de la movilización de la «Diada» del 11 de septiembre, fecha tradicional donde se reivindican los derechos nacionales de Cataluña – hasta el año 2011 mayoritariamente en defensa del autogobierno y la autonomía- y a partir de 2012 en defensa del llamado «derecho a decidir» y la independencia.
En estos días, el gobierno de la Generalitat y la coalición proindependentista formada por «Junts pel Si» (alianza electoral entre PDeCAT y ERC) y la CUP, definirán el procedimiento de la convocatoria, aprobando el proyecto de «Ley del referéndum de autodeterminación» que en su artº 4, apartados 3 y 4, concede al resultado un carácter vinculante (2). Para una decisión de tal calibre, en este proyecto de ley, no se exige una mayoría de 2/3 de miembros del Parlament tal como establece el Estatut de Autonomía para su propia reforma (3), ni siquiera establece un porcentaje mínimo de participación. Una votación de mayoría simple será suficiente para declarar la independencia de Cataluña.

El gobierno del estado español, en manos de un Partido Popular en horas bajas, lastrado por la historia interminable de la corrupción, ha delegado en el Tribunal Constitucional las acciones jurídicas de respuesta al reto independentista. Políticamente cuenta con el apoyo fundamental del partido liberal Ciudadano´s y de la vieja élite del PSOE. En este conflicto, Unidos-Podemos apuesta por el reconocimiento pactado del derecho a decidir (versión light del derecho de autodeterminación), pero rechaza el carácter vinculante de dicho referéndum y, por tanto, la declaración unilateral de independencia. El PSOE, con la nueva dirección de Pedro Sanchez, ha dado un paso positivo y dialogante al reconocer el carácter plurinacional de España y proponer una difícil -por no decir imposible- reforma constitucional federalizante como salida al conflicto, pero se opone a pactar un hipotético referéndum y rechaza el convocado el 1 de octubre.
La opinión de la ciudadanía en Cataluña ante dicho referéndum se encuentra gravemente divida y fragmentada. Según la última encuesta realizada por el Centro de estudios de Opinión, bajo el control de la Generalitat (4) los partidarios del Si a la independencia retroceden un punto del 45,3% al 44,3%, mientras los que rechazan la independencia avanzan más de dos puntos, desde 46,8% al 48,5%, el porcentaje de población partidaria del referéndum ha descendido hasta el 73,6% (en anteriores sondeos superó el 85%). La mayoría de la opinión de la sociedad española no simpatiza con el referéndum del 1 de octubre, y puede evolucionar desde la incredulidad a la hostilidad en el caso de materializarse el referéndum y la consiguiente declaración de independencia.

¿Cuáles son las causas o factores del ascenso independentista en Cataluña?

Las diversas encuestas realizadas por el CEO en Cataluña (5) muestran que entre junio del 2005 y julio de 2009 la opción favorable a la independencia no superaba el 20%, mientras la suma de las opciones federalistas o partidarias de la Autonomía superaban el 70%. Entre principios de 2010 y julio de 2011 la opción proindependentista creció sin traspasar el 30%, mientras la suma de las otras opciones no independentistas obtenía el 66%.

A partir de 2012, la opción partidaria de la independentista asciende hasta alcanzar su cota más elevada en julio de 2013 con el 48,5%, superando la suma de opciones no independentistas con el 45,3%. Desde entonces, la opción independentista ha tenido una evolución a la baja hasta llegar al 34,6% en el segundo trimestre de 2017, en cambio, la suma de opciones no independentistas recuperaban posiciones hasta alcanzar el 56%.

La evolución del sentimiento independentista en Cataluña es inseparable de una serie de acontecimientos jurídico-políticos, pero especialmente, de carácter económico-social-políticos:

1.- La sentencia del Tribunal Constitucional el 28 de junio de 2010 sobre el recurso presentado por el grupo parlamentario del PP contra el Nou Estatut de Cataluña aprobado en referéndum el 18 de junio de 2006 con el 74% de los votos y una participación del 49,4% (6). Dicha sentencia anula 14 artículos por inconstitucionales, cuando en los estatutos Andalucía y la Comunidad valenciana artículos idénticos no han sido cuestionados.

Este acontecimiento generó un evidente malestar en amplios sectores de la ciudadanía en Cataluña, la protesta se expresó en la calle en la gran manifestación unitaria de 10 de julio de 2010, con 1 millón de participantes, sin embargo, dicha movilización fue puntual y no tuvo continuidad en el corto plazo. La manifestación del 11 de septiembre en 2010 tuvo baja participación, alrededor de 10.000 manifestantes (7).

2.- El agravamiento de la crisis económica y del malestar social y político: A partir de 2009 la crisis económica mundial desatada en EEUU, hace estallar la burbuja inmobiliaria en España, con una rápida destrucción de empleo que elevará el paro hasta la cifra de 4.700.000 personas a finales de 2010.

Las políticas de ajuste y austeridad que aplica el gobierno del PSOE bajo Zapatero, y Artur Mas (CiU) en Cataluña, provocarán un gran descontento social que dará lugar al nacimiento del movimiento 15-M de los indignados.

En septiembre de 2011 PSOE y PP aprueban la contrarreforma constitucional del artº 135. En esos meses el conflicto socio-político antineoliberal hegemonizaba la protesta y la movilización social. En Cataluña el gobierno de la derecha nacionalista reprimirá brutalmente la acampada de los indignados en Pza. Cataluña (8), la protesta social ocupa plazas y calles, mientras la manifestación nacional del 11 de septiembre en dicho año se mantiene en niveles de baja participación.

3.- La victoria del PP en las elecciones generales el 20 de noviembre de 2011 dan la coartada a Artur Mas y la mayoría de CiU, así como a las fuerzas políticas independentistas, para promover la campaña a favor del «derecho a decidir» y la independencia de Cataluña.

Bajo el lema «España nos roba», y el mantra de una España «casposa» e irreformable, la fuerzas proindependentistas, utilizan todos los medios propagandísticos a su alcance, especialmente el control de la televisión catalana, para manipular los datos fiscales y acusar al estado español de un expolio fiscal a Cataluña de más de 16.000 millones de euros anuales (8,5% del PIB de Cataluña), cifra posteriormente desmentida por el Consejero de economía del gobierno de la Generalitat Sr.Más Colell que los redujo a cerca de 3.300 millones (1,5% PIB cat), y lanzar el siguiente mensaje a la sociedad catalana: si la totalidad de la riqueza generada en Cataluña se distribuyera entre su ciudadanía, y no fuera despojada fiscalmente por el estado español, el nivel de bienestar social en Cataluña sería superior, alcanzando las cotas más elevadas de la UE (9).

La omisión deliberada por parte del gobierno de la Generalitat y del independentismo, de los datos de la balanza de exportaciones/importaciones en el seno del mercado español entre la comunidad de Cataluña y el resto de comunidades (10), con un enorme superávit  de 17.548 millones de euros en 2016 (+8,6% PIB Cat)a favor de Cataluña, así como los datos de dicha balanza entre Cataluña y el mercado exterior (UE y mercado mundial), con un resultado deficitario de -12.683 millones de euros (-6,2% PIB Cat) para Cataluña facilitó el objetivo de «seducir» a una parte de la población catalana, que previamente no era independentista, que la independencia de Cataluña era la solución para recuperar el bienestar social perdido.

En la sociedad catalana, hay un rechazo mayoritario a los gobiernos conservadores y post franquistas del PP, que está enraizado en la propia memoria histórica, guerra civil, dictadura, gobierno de Aznar y su apoyo a la guerra imperialista en Irak, recurso contra el Estatut de autonomía, etc. Este sentimiento de rechazo se incrementó como consecuencia de las brutales políticas antisociales del gobierno de Mariano Rajoy, entre ellas la contrarreforma laboral en 2012 (aprobada con el voto favorable de CiU, antiguo PDeCAT) que destruyó más de 1 millón de empleos, hasta alcanzar la cifra de 6 millones.

Este sentimiento de rechazo, fue utilizado por Artur Mas y su gobierno para tapar los efectos de la crisis de corrupción del caso Pujol, Palau de la Música, comisión 3%,  que amenazaba ponerlo en el centro de la crítica, así como el malestar provocado por los recortes antisociales aplicados por el gobierno de la Generalitat, sacando de la chistera el derecho a decidir y desviando la atención pública y la movilización ciudadana al poner en marcha la campaña por el «derecho a decidir» y la independencia.  

La hipocresía del gobierno de Artur Mas alcanzó cotas difíciles de superar, a la vez que ponía en marcha la campaña en defensa de la soberanía de Cataluña y por el «derecho a decidir» su grupo parlamentario en el congreso de diputados votaba a favor de la Ley orgánica de estabilidad presupuestaria, concreción del Tratado de la UE de idénticos objetivos, que otorgaba  al estado español poderes para intervenir los gobiernos autonómicos en caso de incumplir los objetivos de déficit y deuda marcados, facilitando la recentralización del estado español.

El impulso de la Generalitat a la campaña proindependentista con el concurso de las organizaciones de la sociedad civil (ANC, Omnium, etc.) obtuvo el efecto deseado: el 11 de septiembre de 2012 la movilización independentista alcanzó un nivel de participación histórica. Según los organizadores se manifestaron 1,5 millones de personas (según delegación de gobierno 600.000) en cualquier caso, fue el momento de inflexión del independentismo en Cataluña (11), cuya gran capacidad movilizadora continuará en las siguientes convocatorias de la Diada del 11 de septiembre en 2013, 2014, 2015 y 2016, así como en la consulta-referéndum de 9 de noviembre 2014 donde votaron 1.8 millones de personas a favor de la independencia (sobre un censo electoral en Cataluña de más de 5.300.000 personas).

4.- La consideración del factor desestabilizador y/o disgregador de la Unión Europea es fundamental para comprender el avance independentista en Cataluña, fenómeno que no es exclusivo del estado español, y cuyo contagio se extiende o amenaza expandirse entre otros estados de la UE.

La renuncia a la soberanía económica que significó la moneda única, el euro, se sumaba a las concesiones en tal sentido realizadas con la puesta en marcha del Tratado de Maastricht, el Tratado de Lisboa, el Pacto euro plus, artº 135 de la Constitución española, y el Tratado de estabilidad presupuestaria. Esta traición, renuncia o cesión de soberanía, gozó de un amplio consenso y complicidad entre las élites políticas del estado español y Cataluña. Desde el PP al PSOE, pasando por las organizaciones del resto de la derecha y centro nacionalista, CIU, PNV, etc., y la ausencia de la oposición del resto, salvo IU en la época en que Julio Anguita fue coordinador general, junto a otras organizaciones de la izquierda radical y revolucionaria de menor implantación. 

Este auténtico «contubernio» explica el silencio de todos ellos ante el rol decisivo de la UE en la gestión de la crisis y la imposición de las recetas económicas que priorizaban la devolución de la deuda a los países acreedores, y en consecuencia la reducción del déficit público a toda costa.

En este contexto, las fuerzas independentistas pudieron culpabilizar exclusivamente del malestar social y la crisis económica a Madrid como símbolo del estado español. Un estado, por otra parte, con escasos poderes para imponer una política alternativa si permanecía en el marco de la UE.

El cinismo hipócrita de las fuerzas mayoritarias del independentismo en Cataluña coaligadas en Junt pel Si, se expresa en su defensa de un proyecto de estado soberano catalán en el marco de la UE. Cuando saben perfectamente que los Tratados de la UE (12) lo hacen sumamente difícil, por no decir imposible.

Pero en el caso, que un milagro lo hiciera posible, el nivel de deuda pública de la administración de la Generalitat que alcanza la cifra de 75.098 millones de euros, a la que habría que añadir la parte que le correspondería de la deuda del estado español, más la parte de la deuda exterior (privada y pública) que asciende a 1,911 billones de euros. La hipoteca de la deuda impedirá a Cataluña, en el caso de continuar en la UE (lo cual defiende a ultranza Junts pel Si), actuar como un estado soberano independiente al estar obligado a aplicar las políticas dictadas por Bruselas y Berlín, so pena de conocer las presiones y chantajes sufridos por Grecia.

En este escenario, determinados sectores de la izquierda radical han idealizado el conflicto nacional haciendo abstracción del marco condicionante de la UE, y sueñan que es una oportunidad para desencadenar un proceso de transformación revolucionaria superadora del capitalismo. En este deseo, no tienen en cuenta que la hegemonía política del movimiento independentista la detentan partidos y organizaciones que defienden el capitalismo o no lo cuestionan abiertamente (salvo la minoritaria CUP), y que los sectores populares movilizados son fundamentalmente la pequeño burguesía urbana y rural, clases medias, etc. La mayoría de la clase trabajadora se mantiene distante, y no se dejará utilizar de carne de cañón en  la aventura independentista, su memoria sigue viva sobre las políticas de recortes sociales y apoyo a la contrarreforma laboral de CIU ahora PDeCat, que han provocado el aumento escandaloso de la desigualdad (13).

Además, una parte importante de la sociedad catalana teme con razón, que en una sociedad tan integrada económicamente como la española, como demuestra las relaciones comerciales entre Cataluña y el estado español, la independencia tendría graves consecuencias sobre el bienestar general, y en particular de la clase trabajadora y los sectores más vulnerables. No se trata únicamente de las previsibles medidas de protección del mercado español respecto de las «exportaciones» de Cataluña, en ausencia de la necesaria redistribución fiscal de la riqueza que reequilibre la economía. La cuestión es más sencilla: el resto del estado español no podrá comprar productos catalanes porque no dispondrá de recursos suficientes, y si lo hace, será al precio de un grave endeudamiento que no podrá mantenerse indefinidamente en el tiempo. Sin contar con los efectos devastadores que ello supondría sobre las deudas respectivas y su credibilidad en los mercados…

Ante la previsible derrota independentista y la frustración resultante ¿Hay alternativas?

Ante el «choque de trenes» que se avecina, en una confrontación de poder, tiene ventaja la parte que goza de una fuerza superior, control del estado, instituciones representativas, Tribunal constitucional, fuerzas de seguridad, apoyo de una mayoría de la población en el conjunto del estado español sobre el tema en conflicto, y respaldo internacional, particularmente de la UE que no se arriesgará a legitimar un proceso que puede contaminar y extenderse entre otros estados que forman parte de la misma.

En esta perspectiva, el desenlace inmediato del pulso es favorable al gobierno del estado español. El gobierno de la Generalitat y las fuerzas independentistas van al conflicto, con una sociedad dividida, donde la mayoría se posiciona contra la independencia, pero, donde la parte que apuesta por la independencia está super-movilizada.

En el Parlament la opción independentista cuenta con un voto mayoritario de los grupos parlamentarios, Junts pel Si y la CUP que suman 72 escaños sobre 135, pero esta aritmética parlamentaria que se beneficia de una ley electoral no estrictamente proporcional, no se corresponde fielmente con la realidad social que en su mayoría apoyó opciones no independentistas (14).

El aprendiz de brujo «Artur Mas», vetado por la CUP (15), contempla junto a la dirección del PDeCAT (antigua CiU) como su base electoral se va rompiendo y estrechando, llena de fugas, retrocediendo hacia la irrelevancia, mientras ERC capitaliza la confrontación y le ha hecho el «sorpasso» tal  como reflejan las últimas encuestas.

En el otro lado, el PP busca capitalizar la posible reacción de la sociedad española contra la independencia, presentándose como el baluarte de la defensa de la unidad de España, cuando en realidad el inmovilismo del PP-Mariano Rajoy es el principal estímulo del independentismo.

Sin embargo, los evidentes riesgos que existen alrededor del desenlace de este conflicto, no augura una victoria plena y duradera para la derecha española y las fuerzas centralistas.

El desgaste del PP continuará como consecuencia de los episodios de corrupción y una recuperación económica que no beneficia a una mayoría social que sigue sufriendo un elevado desempleo, enorme precariedad y pobreza laboral, resultado de la sistemática devaluación salarial aplicada.

La previsible crisis política que provocará el conflicto con Cataluña puede girarse más pronto que tarde contra el PP, e impulsar un proceso que culmine con una moción de censura exitosa que fuerce la convocatoria de nuevas elecciones generales (en esta ocasión los diputados de PDeCAT en el Congreso deberían rectificar y votar a favor…), y abra la oportunidad de un cambio de gobierno que desplace al PP a la oposición.

Pero, el victimismo que el resultado de la prohibición del 1 de octubre producirá en una parte de la sociedad catalana, continuará alimentando la voluntad de una parte de la ciudadanía de Cataluña de proseguir la marcha hacia la independencia en un futuro indeterminado.

Sin soberanía económica la independencia es pura ficción

El independentismo en Cataluña profundiza su camino hacia la incoherencia y la frustración. En la reciente proposición de ley  de «transitoriedad jurídica y fundacional de la república» (16) presentada conjuntamente por PDeCAT, ERC y CUP, en el artº 13 de «régimen jurídico de la continuidad»  se establece que las leyes orgánicas, del Estatut de autonomía y de la Constitución española que estén vigentes en el momento de entrada de esta Ley, pasan a tener rango de ley ordinaria cuando no se hayan incorporado a esta Ley y siempre que no la contravengan, ¿Por qué no se rechaza explícitamente la ley orgánica de estabilidad presupuestaria o el artº 135 de la Constitución española?

La respuesta ímplicita a este interrogante se da en el artº 14 que tiene como título «Continuidad del derecho de la Unión Europea». Este artículo establece:

1. Las normas de la Unión Europea vigentes en Cataluña en el momento de entrar en vigor esta Ley seguirán aplicándose respecto de las obligaciones que eran de aplicación a las instituciones catalanas y de aquellas que se aplicaban en el territorio catalán por parte de las instituciones de la administración central del Estado español en las mismas condiciones que establece el derecho de la Unión Europea.

2. Las normas de la Unión Europea que entren en vigor con posterioridad a la entrada en vigor de esta Ley se integrarán automáticamente en el ordenamiento jurídico de Cataluña, respecto de las obligaciones que sean de aplicación en Cataluña, en las mismas condiciones que establece el derecho de la Unión Europea.

Nos encontramos ante una confesión de servilismo ante la UE y sus instituciones, de renuncia a la soberanía económica. Los independentistas de Cataluña son buenos chicos Sra. Angela Merkel, no tema usted, seguirán aplicando las políticas de recortes sociales necesarias para cumplir con los objetivos de déficit público y garantizar la devolución de la deuda. 

Ante esa situación, la izquierda revolucionaria socialista, soberanista e internacionalista, defendemos una estrategia realista y honesta. Honesta, porque es consciente de la traición, de la renuncia y pérdida de soberanía, tanto de España, como de Cataluña, en el marco de la actual Unión Europea. Realista, porque entiende que para resolver de manera satisfactoria y democrática el conflicto entre Cataluña y España, es necesario construir una fuerza político-social superior a la que poseen las derechas y el centralismo en España.

El sentido común llama a no despeñarse en un referéndum, que no garantiza las mínimas condiciones de un debate democrático de todas las alternativas, como demuestra desde hace tiempo la exclusión sistemática en los medios de comunicación que controla o influye el gobierno de la Generalitat, de la opinión y alternativa que representa el federalismo de libre adhesión. Con unas reglas de juego impuestas din diálogo ni consenso, participar en el referéndum con el voto No, será utilizado por el independentismo para legitimar dicho referéndum y la declaración unilateral de independencia dado su carácter vinculante. En realidad, es hacer el juego a los objetivos políticos reales de ERC y PDeCAT que aparecerán más pronto que tarde.

Como alternativa a este escenario de hipocresía, estafa política, frustración e impotencia, hay que crear una alianza de pueblos en el estado español, que permita recuperar la soberanía económica y política, para hacer realidad la democracia, así como desarrollar políticas superadoras de la crisis, y recuperar los derechos sociales y laborales eliminados derogando las leyes injustas. Para ello hay que romper con la UE y el euro.

Este proceso, implica tarde o temprano abrir un proceso constituyente, romper con el régimen de la monarquía, y elaborar una Constitución federal de libre adhesión, que reconozca el derecho de autodeterminación de los pueblos. De este modo se crearán las condiciones de fraternidad y diálogo que facilitarán el encaje de las diversas naciones presentes en España en un proyecto común libremente compartido.

Paralelamente, debemos avanzar en la construcción de un proyecto de colaboración con otros países de la UE, especialmente del Sur, basadas en la igualdad, la justicia y la solidaridad.

Pero, en el conflicto que se va a producir, entre los gobiernos de Cataluña y España, que arrastran a importantes sectores de la población, hay un amplio terreno para lo desconocido e imprevisible.

Notas:

(1) En este Foro Internacional intervinieron la diputada de Die Linke Inge Höger con el tema ·Die Linke es una alternativa a la socialdemocracia», el representante de Invoge Democracy  Kunle Olulode de Gran Bretaña con el tema «Del Brexit a la afirmación de J.Corbyn», los representantes de France Insoumise Gabriel Amard y Christian Rodriguez» que expusieron el tema «por un nuevo patriotismo: la experiencia y la propuesta de Francia Insumisa», el representante de Unidad Popular  de Grecia Dimitris Mitropoulos con el tema «Después de Syriza qué?

(2) En el proyecto «Ley del referéndum de autodeterminación» en su Título III, artº 4, apartado 3 se establece «El resultado del referéndum tendrá carácter vinculante». En el siguiente apartado 4 «Si el recuento de los votos válidamente emitidos da como resultado que hay más afirmativos que negativos, implica la independencia de Cataluña. A tal efecto el Parlament de Cataluña dentro de los dos días siguientes a la proclamación de los resultados por la Sindicatura electoral celebrará una sesión ordinaria para efectuar la declaración formal de independencia de Cataluña, sus efectos y acordar el inicio del proceso constituyente». Ver: http://www.elperiodico.com/es/politica/20170704/ley-referendum-cataluna-pdf-6147161

(3) En el título VII del nuevo Estatut de autonomía de Cataluña relativo a la reforma del propio Estatut establece un procedimiento en los artículos 222 y 223, apartado b), el que se requiere el voto favorable de dos tercios de los miembros del Parlament para la aprobación de dicha reforma. El carácter extraordinario de la decisión de convocar un referéndum que en caso de ganar el SI y declarar la Independencia, derogaría en la práctica el Estatut, exige el respeto democrático al cumplimiento de lo dispuesto en el mismo. Ver: » target=»_blank»>http://www.elperiodico.com/es/politica/20170330/encuesta-independencia-cataluna-ceo-marzo-2017-5936855

(5) Ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Independentismo_catal%C3%A1n

(6) Ver resultado y gráfico: http://www.elmundo.es/especiales/2006/06/estatuto-catalan/resultados/globales/09/

(7) http://elpais.com/elpais/2010/09/11/actualidad/1284193026_850215.html

(8) http://politica.elpais.com/politica/2011/05/27/actualidad/1306489864_137130.html

(9) Ver la crítica de Josep Borrell en el libro «Las cuentas y los cuentos de la independencia). Ver: http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2015/09/06/las_cuentas_los_cuentos_independencia_37329_1023.html

(10) Ver Informe trimestral de julio 2017 de c-Intereg:

(12) Artº 49 Tratado de Lisboa que establece procedimiento de adhesión a la UE de nuevos estados miembros. Ver http://www.europarl.europa.eu/atyourservice/es/displayFtu.html?ftuId=FTU_6.5.1.html

(13) Ver artículo del profesor Vicenç Navarro: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/06/30/el-mayor-problema-que-tiene-hoy-catalunya-del-cual-no-se-habla-la-crisis-social/

(14) Ver resultados últimas elecciones Generalitat Cataluña 27/09/2015:

(15) CUP es una organización independentista de izquierda radical que da su apoyo al actual gobierno de la Generalitat a cambio de garantizar la estabilidad del gobierno de la Generalitat mientras este mantenga la ruta hacia la independencia. En este apoyo facilitó la aprobación de los presupuestos antisociales de 2017.

(16) Ver proposición de «ley transitoriedad jurídica y fundacional de la república» http://www.elnacional.cat/es/politica/documento-texto-integro-ley-transitoriedad-juridica-fundacional-republica_186198_102.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.