Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
«Mosaico de Siria», 2011, la primera viñeta dibujada por Ali Ferzat una vez que sus dedos rotos sanaron
La población siria llevaba mucho tiempo careciendo de representación. En tal carencia de representación, pueden establecerse claramente tres instancias: el trabajo, la participación política y la representación conceptual y estética de su realidad.
Esas tres esferas están relacionadas entre sí. La devaluación del trabajo ha ido asociada a la devastación del poder político de la comunidad laboral. Por comunidad laboral me refiero a la mayoría de sirios que viven de su trabajo a diferencia de los rentistas, de quienes detentan el poder y sus parientes y de los administradores de los mecanismos de corrupción. El proceso de devaluación del trabajo iba también asociado con la reducción de la agenda política del pueblo, al tiempo que las autoridades oligárquicas y sus familias iban empoderándose cada vez más. Estas autoridades dependen del sectarismo como herramienta de gobierno y como fuente fácil de beneficios políticos. Estos procesos iban acompañados de la censura en las formas de expresión del pueblo y en la representación conceptual y artística de la compleja realidad/irrealidad (lo posible, lo esperado, lo soñado, el ideal) en la que vivían. Esto supuso la incapacitación de artistas, escritores y trabajadores culturales y su subordinación a la red dominante de los más ricos y más poderosos a nivel político.
Durante décadas se prohibieron los medios y lugares de expresión independientes y se «nacionalizaron» los medios de expresión públicos, imponiéndose lo que Kelly Grotke llamó «discurso despoblado» (1), que despojaba a los oradores de su tono personal y condenaba al ostracismo a quienes mantenían el suyo. Los más destacados escritores sirios han tenido que publicar sus obras fuera del país o han tenido que marcharse a vivir fuera. El escritor que se resistió y cruzó las líneas rojas fijadas tuvo que sufrir diversos niveles de amenazas y privaciones, que iban desde las advertencias amenazantes para su seguridad a la negación del pasaporte y la prohibición de viajar, todo lo cual hemos experimentado directamente muchos escritores. En algunos casos, el ostracismo supuso años de cárcel.
La revolución siria que estalló en 2011 reveló la conexión oculta entre esos tres niveles de infrarrepresentación y los desafió. Los sirios protestaron contra la tiranía y se expresaron como pueblo que quiere derrocar a un régimen que les ha despojado de lo político. Atacaron a los «ladrones» que se lo robaban, especialmente a Rami Majluf, el propietario de Syriatel, suministrador de redes móviles y de otros numerosos proyectos «modernos». Como primo de Bashar al-Asad, representa el vínculo entre la «riqueza obscena» y el parentesco con el gobernante. Los manifestantes (2) se representaron a sí mismos utilizando las cámaras de teléfonos móviles de Majluf para compartir fotos y videos en las redes sociales y enviarlos a los canales de televisión por satélite; alzaron pancartas con sus demandas y cantaron en manifestaciones pacíficas que se mantuvieron a lo largo de quince meses (desde marzo de 2011 hasta julio de 2012); produjeron asimismo artículos, carteles, grafitis, películas, canciones, pinturas y viñetas.
El régimen respondió brutalmente. El internacionalmente conocido viñetista sirio Ali Ferzat fue secuestrado al comienzo de la revolución, duramente golpeado, abandonándole en un lugar remoto con los dedos destrozados (3). Gran parte de los jóvenes miembros de los comités de coordinación, que coordinaban las actividades de protesta y organizaban la cobertura por parte de los medios de las manifestaciones y las violentas reacciones del régimen, fueron arrestados y torturados y muchos de los que pudieron sobrevivir tuvieron que huir del país. El artista Asim Basha apenas pudo llegar a su ciudad natal de Yabrud para guardar sus esculturas en lugar seguro. El actor Faris al-Helu fue testigo de cómo arrasaron el taller de arte en el que llevaba años trabajando. Como su vida corría peligro en Damasco, se vio obligado a buscar refugio en Francia. La novelista Samar Yasbeq tuvo que escapar a Francia donde publicó el libro «Una mujer en la encrucijada: Diarios de la revolución siria» (4). Los agentes del régimen le dijeron al cantante Samih Chukeir que no podía volver al país a menos que renegara de su canción «Ya Heif» (en traducción libre: ¡Oh, vergüenza!). Ahora vive en Francia.
A la actriz Mai Skaf le aconsejaron que saliera del país, diciéndole que el consejo provenía del mismo Bashar al-Asaf. El actor Zai Kordillo y su hijo Meyar fueron detenidos hace dos años y medio. Se ignora su situación y paradero. No hay información alguna sobre el poeta Naser Bondok, arrestado hace más de un año.
Gran número de periodistas fueron asesinados. En algunos casos, lo último que filmaron fue su propia muerte frente a la bala de un francotirador. El destino de Mohamed Nur Matar sigue siendo desconocido. Su cámara fue encontrada carbonizada después de que Daesh (el Estado Islámico) hiciera explotar un coche en Raqqa en agosto de 2013 en un atentado contra el Ejército Libre Sirio.
La diáspora siria fue la condición previa para la aparición de lo que puede denominarse como telecine. El director Osama Mohamed, que lleva viviendo en Francia desde mayo de 2011, filmó su película «Agua plateada. Autorretrato sirio», 2014 (5), basándose en «mil y una fotos» descargadas en YouTube por activistas sirios, muchas de las cuales eran anónimas, así como los videos captados por Wiam Simav Bedirxan, que vivía en la asediada Homs hasta que fue obligada a salir del país en 2014. Puede verse aquí el tráiler de la película. (Francia y Siria, 2014)
Mohamed Ali Atassi hizo lo mismo con su documental «Nuestro terrible país«, Siria 2014, (6), en el que Ziad Homsi asumió la responsabilidad de filmar en Duma, en el este de Ghuta y en Raqa antes de tener también que exiliarse.
Por el otro lado, hay toda una maquinaria profesional esforzándose para producir las representaciones que el régimen quiere que el mundo vea. Un cineasta sirio prorégimen, Joud Said, utilizó un tanque del régimen en Homs para hacer una película que criminaliza a la revolución. Escritores, poetas y artistas aparecen en las plataformas de los medios de comunicación oficiales donde no pueden decir ni una palabra sobre las masacres químicas, los barriles explosivos y la tortura en la agencias de seguridad. El periodista británico prorégimen Robert Fisk (7) se subió a un vehículo blindado y estuvo acompañando al ejército del régimen cuando este asaltó la ciudad de Daraya, masacre en la que murieron más de quinientos vecinos a finales del verano de 2012. Al mismo tiempo, a Fisk se le concedió un «acceso sin precedentes» a una prisión de alta seguridad siria y los servicios de inteligencia le «permitieron» que entrevistara a los prisioneros que le contaron la narrativa que agrada al régimen sirio.
El secuestro de activistas de los derechos humanos y de los «documentalistas» más creíbles de los crímenes perpetrados principalmente por el régimen, Razan Zeituneh, Samira al-Jalil, Wael Hamadeh y Nasim Hammadi, por parte de salafíes islamistas, tenía como objetivo imponer una particular representación política e informativa de Ghuta oriental, que es una zona islámica (8). Los comerciantes vinculados con el grupo acusado de secuestrar a los cuatro activistas tienen el monopolio de los suministros alimentarios. Esta conexión no es sorprendente.
El ámbito cultural de una representación es inseparable de los ámbitos de la representación política y económica y no puede estudiarse aislado del resto.
Estoy tratando de esbozar una realidad que se prolonga a dos generaciones y que ha socavado la «seguridad» política, material y cultural de la vida de los sirios. Daesh (Estado Islámico) se construye sobre esta larga confiscación de todas las formas de representación: la representación política del pueblo, la representación del trabajo y la representación intelectual y artística. Del mismo modo, Daesh aniquila las imágenes y voces de las mujeres, impidiéndoles no sólo representarse a sí mismas sino también ser ellas mismas.
Daesh no es un fenómeno extraño que procede de otro planeta. Además de ser el subproducto de una prolongada privación de representación en la región (Iraq, Siria, los Estados del Golfo…), es también el resultado de la infrarrepresentación de la región a nivel internacional. Así como la de muchos de los problemas no resueltos de una religión monoteísta: el Islam. Daesh, y el fantasma islamista en su conjunto, es un poder en este mundo y de este mundo.
Los ataques en el campo de la representación son uno de los aspectos de una crisis global de representación política, económica y cultural. La crisis se manifiesta de diferentes formas respecto a la democracia: en la existencia de zonas y poblaciones inmensas del mundo inadecuadamente representadas o sin representación alguna, como el Oriente Medio y los territorios del «imperio» ruso. También se refleja esta crisis en la naturaleza profundamente antidemocrática del sistema internacional, de la que es claro ejemplo el Consejo de Seguridad de la ONU y el Grupo de los Ocho (G8). Además, esta crisis surge en los centros más antiguos de la democracia. En el modelo centralizado republicano francés y en el modelo multicultural anglo-sajón, el desarrollo de los aparatos de seguridad tiene prelación sobre la creación de nuevas y auténticas formas de representación política y participación en una época de creciente hibridización global. Además, hay una crisis de representación en el mundo laboral incardinada en las políticas neoliberales y en el desmantelamiento de los sindicatos y asociaciones de trabajadores; así como una crisis de la cultura expresada en el posmodernismo y en el aumento del nihilismo.
En este sentido, Siria es una metáfora de una crisis global de representación y necesita de una solución global: una reconstrucción global del campo de la representación, expuesto a ataques desde dentro; no se trata de defenderla contra los bárbaros alienígenas. Es preciso sustituir las formas modernistas de representación, y el primer paso para reconstruir un campo alternativo de representación es reconocer que la responsabilidad es global, que los enemigos son de este Mundo, que vienen de dentro, no de fuera. Por tanto, no se trata de nosotros frente a ellos. Somos nosotros frente a nosotros. En segundo lugar, difícilmente podría haber un comienzo mejor que la justicia en Oriente Medio, especialmente para sirios, palestinos, iraquíes y kurdos. Si Vd. quiere hacer algo útil pero no sabe por dónde empezar, reconozca su lucha por la representación y sea solidario con ella.
Notas
1. Kelly Grotke es escritora e historiadora; ha sido nombrada miembro de la Cornell Society for the Humanities (2015-16). En 2010, cuando trabajaba en Helsinki en el Erik Castrén Institute of International Law and Human Rights, visitó Siria, donde espera poder volver algún día. Grotke K. 2014, «What gets lost: Impetus», Humanity , blog, 10 June, consultado el 7 de abril de 2015.
2. Véase, por ejemplo: http://ar.qantara.de/content/lwy-lsysy-wltfkyr-lnqdy-wlmqwm-lslmy-fy-swry-khly-lml-lmdnybwr-lnmw-dymqrty-swry
3. Para ampliar información : Halasa M. 2012, «Ali Ferzat: In His Own Words. On art, censorship, freedom and the revolution in Syria», Nafas Art Magazine, July, consultado el 7 de abril de 2015.
4. Samar Yazbek: «A Woman in the Crossfire: Diaries of the Syrian Revolution», trad. M. Weiss, London: Haus Publishing, 2012.
5. Badt K. 2014, «Filming Killing: ‘Silvered Water, Syria Self-Portrait’ by Ossama Mohammed and Wiam Simav Bedirxan», Huffington Post, The Blog , 22 November, consultado el 7 de abril de 2015.
6. Bello G. 2015, «Syria in its Own Image. Grace Bello interviews Mohammad Ali Atassi», Guernica, 16 February, consultado el 7 de abril de 2015.
7. Para una evaluación crítica de algunos de los artículos de Fisk, véase Allaf R. and Saleh Y.H. 2012, «Syria dispatches: Robert Fisk’s independence», openDemocracy, 14 September, consultado el 7 de abril de 2015.
8. Para ampliar información sobre los activistas de los derechos humanos secuestrados en Duma, véanse muchos artículos, declaraciones en muchas lenguas, fotos, graffitis, en este blog a ellos dedicado, consultado el 7 de abril de 2015.
(Este artículo fue traducido del árabe al inglés por Murhaf Fares)
Fuente: http://www.internationaleonline.org/research/real_democracy/20_syria_as_a_global_metaphor