Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Los analistas dicen que un presidente popular, las temibles fuerzas de seguridad y la diversidad religiosa hacen poco probable una revolución en Siria.
Un factor clave de la estabilidad de Siria es la popularidad del presidente Bashar Al-Assad.
A pesar de la ola de protestas que se extiende por todo el Oriente Medio, hasta ahora el espíritu revolucionario no ha podido llegar a Siria. Con un gobierno autoritario, la corrupción y las dificultades económicas son características que Siria comparte con Egipto y Túnez. Sin embargo, los analistas dicen que, además de los aparatos represivos del Estado, los factores como un presidente popular y la diversidad religiosa hacen poco probable un levantamiento en el país.
Algunos internautas activistas han instado a los sirios a salir a las calles, pero la convocatoria de una «revolución siria» el fin de semana pasado sólo dio a algunas pequeñas manifestaciones en el noreste de mayoría kurda.
» En primer lugar, yo diría que en Siria la gente tiene mucho más miedo al gobierno y a las fuerzas de seguridad que en Egipto», dijo Nadim Houry, un investigador de Human Rights con sede en el Líbano. «Los grupos que se han movilizado anteriormente en Siria para cualquier tipo de protesta popular han pagado un precio muy alto, los kurdos en 2004 cuando se levantaron en Qamishli y los islamistas en la década de 1980, en particular en Hama». La denominada masacre de Hama, en la que el ejército sirio bombardeó la ciudad de Hama en 1982 con el fin de sofocar una revuelta de la Hermandad Musulmana, se cree que mató a unas 20.000 personas.
» Creo que en la psique de los sirios, la represión del régimen se toma como algo inevitable, si ocurre algo [protestas], el ejército y las fuerzas de seguridad se unirán para restablecer el orden. Y esto produce un grado de temor más alto».
Las manifestaciones son ilegales bajo la ley de emergencia del país y los activistas políticos son detenidos con regularidad . Se estima que hay unos 4.500 «presos de opinión» en las cárceles de Siria, según la Fundación Haitham Maleh, una organización siria por los derechos con sede en Bruselas.
Reino del silencio
Mientras en las páginas de Facebook se hacían llamados para efectuar manifestaciones en diferentes ciudades de Siria a principios de febrero, más de 10 activistas dijeron a Human Rights Watch que fueron contactados por los servicios de seguridad que les advirtió de que no trataran de hacer movilizaciones.
» Siria ha sido durante muchos años un ‘reino del silencio'», dijo Suhair Atassi, un activista de Damasco, cuando le preguntaron por qué no se llevaban a cabo protestas antigubernamentales.
Clasificación mundial 2010:
Democracia |
Corrupción |
Libertad de prensa |
|
Argelia |
125 |
105 |
141 |
Egipto |
138 |
98 |
130 |
Jordania |
117 |
50 |
140 |
Siria |
153 |
127 |
178 |
Túnez |
144 |
59 |
186 |
Yemen |
146 |
146 |
173 |
Fuentes: Economist Intelligence Unit, Transperency Internacional, Freedom House
» El miedo domina la vida de la gente a pesar de la pobreza, el hambre y la humillación… Cuando iba de camino para asistir a una sentada contra el [monopolio de] único operador de telefonía móvil en Siria, expliqué al conductor del taxi en el que iba cuál era mi destino y por qué. Me respondió: ‘por favor, organicen una manifestación contra el alto precio del gasóleo. El frío nos está matando’. Le pregunté: ‘¿Está dispuesto a manifestarse con nosotros por el alto precio del gasoil?’ Me contestó: ‘Tengo miedo de que me detengan, ¡soy el único sostén de mi familia!'»
Fawas Gerges, profesor de P olíticas de Oriente Medio en la Escuela de Economía de Londres, dice que Siria es uno de los países de Oriente Medio con menos probabilidades de ser golpeado por protestas populares debido a su estructura de poder. Dice que en Siria la lealtad del ejército es diferente tanto de Túnez, donde los militares rápidamente se convirtieron en uno de los patrocinadores principales del derrocamiento del presidente, como de Egipto, donde el ejército aún no ha tomado partido.
» El ejército en Siria es la estructura del poder», dice. «Las fuerzas armadas lucharían hasta el final. Sería un baño de sangre, literalmente, porque el ejército no sólo lucharía para proteger la institución del ejército, sino para proteger al propio régimen, ya que el ejército y el régimen son una y la misma cosa».
Un presidente popular
El analista citado dice que incluso si la gente se atreviera a desafiar al ejército y al temido servicio de inteligencia, el mukhabarat , el deseo del cambio de liderazgo del país no es tan grande. Muchos sirios tienden a apoyar, Bashar al-Assad, el presidente que llegó al poder en el año 2000 tras la muerte de su padre Hafez, quien había gobernado el país durante 30 años.
» Un factor importante es que es popular entre los jóvenes», dice Joshua Landis, el director del Centro de Estudios de Oriente Medio en la Universidad de Oklahoma y autor de Siria Comment . «A diferencia del egipcio Hosni Mubarak de 83 años, Bashar al-Assad es joven. Los jóvenes están muy orgullosos de él. Es posible que no les guste el régimen, la corrupción y un montón de cosas, pero tienden a culpar de esto a la gente que le rodea, la ‘vieja guardia'».
Un estudiante sirio se hace eco de estos comentarios. «El presidente sabe que la reforma es necesaria y está trabajando en ello», dice. «Por mi parte no tengo nada contra nuestro presidente. Las principales cuestiones que deben abordarse son la libertad de expresión y los derechos humanos. Creo que el presidente y su esposa están trabajando en eso. Han empezado a surgir nuevas ONG. Además han cambiado muchas cosas en Siria desde que Bashar llegó al poder, la construcción de carreteras, subida de los salarios, etc. Incluso cuando se trata de corrupción, está trabajando duro para frenarla y para limitar el abuso de ‘influencias’ de las figuras políticas de relevancia en Siria. Pero no puede cambiar radicalmente el país en un abrir y cerrar de ojos».
Al-Assad tiene una postura dura con respecto a Israel, con el que Siria está técnicamente en guerra, y esto también ha contribuido a su popularidad, tanto a nivel nacional como regional.
Sociedad multirreligiosa
Los analistas subrayan que la mezcla de comunidades relig iosas y grupos étnicos en Siria la diferencian de Egipto y Túnez, países que tienen poblaciones bastante homogéneas. Ante el temor de tensiones religiosas, muchos sirios creen que el énfasis del partido gobernante Baath en el laicismo es la mejor opción. «El régimen en Siria se presenta como un amortiguador para las diversas comunidades, como diciendo ‘si nos vamos, ustedes quedarán en manos de los lobos'», dice Houry. «Eso le da capacidad de movilizar a grandes segmentos de la población».
Siria acoge a muchas sectas religiosas diferentes
Los musulmanes suníes representan alrededor del 70 por ciento de la población de 22 millones, pero los alauitas, la secta chií a la que pertenece el presidente al-Assad, desempeñan un papel importante a pesar de que son una minoría del 10 por ciento. Los cristianos y los kurdos son otras minorías considerables.
Landis dice que los ala uitas y los cristianos tienden a ser los principales partidarios de al-Assad. «Si su régimen cayera muchos alauitas perderían sus puestos de trabajo. Y si miran al pasado, eran los tiempos en que la Hermandad Musulmana los consideraba como no creyentes, e incluso no árabes.
» Entonces los cristianos, que son alrededor del 10 por ciento de la población, por supuesto son los mayores partidarios de al-Assad y del partido Baath, que es laico. Ellos escuchan historias de horror de lo que ha sucedido en Irak, de los cristianos asesinados y secuestrados».
La proximidad a Irak, otro país con diversidad étnica y religiosa, se cree que juega un papel importante en el escepticismo de Siria hacia la democracia y limita el ansia de un cambio político. Cerca de un millón de refugiados iraquíes han llegado a Siria desde la invasión de Irak liderada por Estados Unidos en 2003.
» Los refugiados iraquíes son una advertencia para los sirios», dice Landis. «Ellos han visto lo que sucede cuando el cambio de régimen va mal. Esto ha hecho que los sirios sean muy conservadores. No confían en la democracia».
La prohibición de los partidos
Esencialmente Siria es un Estado de partido único, gobernado por el Partido Baath desde 1963. Muchos grupos políticos están prohibidos. Pero Landis dice que la falta de libertad política no parece una preocupación importante entre la gente.
«Siempre me sorprende que las personas de a pie, el conductor de taxi, el que conversa en un restaurante o en cualquier otro sitio, no hablan de democracia . Se quejan de la corrupción, quieren justicia e igualdad, pero cuando ven las elecciones en el Líbano se ríen y comentan ‘¿quién necesita ese tipo de democracia?'»
» La generación más joven está despolitizada. Los jóvenes no pertenecen a los partidos. Ven la política como un peligro, sus padres les enseñaron a verla como un peligro. Ven la violencia fuera de allí, en lugares como Irak».
Túnez y Egipto tienen una tradición más larga de sociedad civil y de partidos políticos que Siria, y Landis describe a la oposición siria como «notoriamente muda».
» De alguna manera el hecho de ser pro estadounidense ha obligado a Egipto a permitir un incremento de la sociedad civil, mientras que Siria ha estado bastante aislada de Occidente», dice. «La oposición en Siria está muy fragmentada. Los kurdos por lo general pueden juntarse en mayor cantidad, pero hay 14 partidos kurdos… Y en cuanto a los líderes de los derechos humanos, la mitad de ellos están en la cárcel y otros han estado en la cárcel durante mucho tiempo».
Algunos sitios de Facebook que convocaban protestas para el 4 y 5 de febrero en Siria llegaron a tener cerca de 15.000 adeptos, pero no pudieron movilizar a los manifestantes en un «día de la ira». De hecho, las contracampañas que aparecieron en línea a favor del gobierno obtuvieron más apoyo.
Ribal al-Assad, u n primo exiliado del presidente al-Assad y director en Londres de la sede de la Organización para la Democracia y la Libertad en Siria, dijo que la gente pueblo que convocaba las protestas era del extranjero y no le sorprende que no pasara nada en Siria.
» La campaña fue un poco indignante. En primer lugar, se eligió una fecha que recuerda a la gente el levantamiento de la Hermandad Musulmana [el 29 aniversario de la masacre de Hama]», dice.
» La gente no quiere que le recuerden el pasado. Quieren un cambio, quieren libertad, pero que ocurra tranquilamente. Y la imagen que utilizaron en Facebook, un puño cerrado y el color rojo como la sangre detrás, era como llamar a la gente a la guerra civil, ¿y quién en su sano juicio quiere eso?
Página de Facebook convocando un «día de la ira» en Siria
«Pero por supuesto la gente quiere un cambio, porque hay pobreza, hay corrupción, se detiene a la gente sin orden judicial, el gobierno se niega a revelar su paradero durante meses. Los detenidos son condenados en juicios injustos, muchas veces con sentencias estúpidas como ‘debilitamiento de la moral del país’, por decir ‘queremos la libertad y la democracia’. Pero el único que debilita la moral de la nación es el propio gobierno.»
No dar la mano a Israel
Un sirio que se adhirió a una página de Facebook se opuso a la protesta diciendo que no puede imaginar, y no quiere, que se propaguen en Siria las manifestaciones contra el gobierno al estilo egipcio.
«Amo a mi país y no quiero ver a la gente luchando. No me puedo imaginar que puedan suceder en Siria los acontecimientos que ocurren en Egipto, porque realmente amamos a nuestro presidente, y no porque nos enseñen a amarlo», dijo.
«En la formación de los ministerios, ha utilizado al cien por cien su talento con la multiplicidad de las religiones. No sólo hay alauitas. También hay cristianos, suníes y kurdos. El presidente está casado con Asmaa que es suní. Muestra al pueblo la hermandad. También es el único presidente en la región árabe que no aceptó las ofertas de Israel como hicieron otros presidentes. Yo, como muchos otros sirios, si no todos, no puedo aceptar a un presidente que estrecha la mano de Israel».
Igual que en Egipto y Túnez, el desempleo en Siria es alto. La tasa de desempleo oficial es del 10 por ciento, pero los analistas dicen que el doble es una estimación más realista. De acuerdo con un informe de Silatech basado en una encuesta Gallup del año pasado, el 32 por ciento de los jóvenes sirios dijeron que no eran trabajadores ni estudiantes.
Desde que el actual presidente asumió el poder, el sistema económico sirio lentamente se alejó del socialismo hacia el capitalismo. Los mercados se abrieron a las empresas extranjeras y la tasa de crecimiento del PIB se espera que alcance el 5,5 por ciento en 2011.
El año pasado el salario promedio mensual sirio fue de 13.500 SP (290 dólares), un aumento del seis por ciento con respecto al año anterior, según la Oficina Central de Estadística. Pero como en algunos otros países de la región, las subvenciones estatales se han reducido en varios productos básicos, incluido el combustible para la calefacción, y los analistas dicen que los pobres están sintiendo el impacto. «La mitad más pobre de la población invierte la mitad de sus ingresos en la alimentación. El precio del trigo y el azúcar subió en los últimos dos años casi un 50 por ciento», dice Landis.
» Siria se mueve hacia el capitalismo. Esto ha resultado en una tasa de crecimiento mayor, pero se está ampliando la brecha de ingresos entre la capa más alta y la más baja. Está atrayendo inversiones extranjeras y el 10 por ciento más alto está comenzando a ganar salarios reales a escala internacional, ya que trabajan para los nuevos bancos y en las nuevas industrias. Pero el 50 por ciento de la clase baja está cayendo porque sus ingresos son fijos y los está golpeando la inflación y la reducción de subvenciones a los productos, junto con el hecho de que la escasez de agua que padece Siria lleva el precio de ésta a las nubes».
Sin embargo Forward Magazine citó recientemente a Shafek Arbach, director de la Oficina de Estadísticas de Siria, diciendo que no hay nada en los nuevos datos que sugiera una brecha creciente entre los ricos y los pobres de Siria.
Reformas necesarias
En una entrevista al Wall Street Journal a finales de enero, el presidente al-Assad reconoció la necesidad de una reforma en Siria y también dijo que su país es «inmune» al tipo de disturbios vistos en Túnez y Egipto.
«Tenemos circunstancias más difíciles que la mayoría de los países árabes, pero a pesar de esto Siria es estable. ¿Por qué? Porque hay que estar muy estrechamente vinculado a las creencias de la gente. Ésta es la cuestión central. Cuando hay divergencia entre la política y las creencias de la gente y sus intereses, aparecerá ese vacío propicio para los disturbios», dijo el presidente.
Pero Ribal al-Assad dice que es obvio que el gobierno está preocupado a la luz del descontento y la ira que se extienden en el Oriente Medio. «Inmediatamente después de la sublevación de Túnez se redujo el precio del ‘mazot’ para la calefacción. Se suponía que iban a subir el precio de los medicamentos, pero luego no lo hicieron. Distribuyeron cierta ayuda a más de 450.000 familias. Y hoy oímos que han desbloqueado Facebook. Deberían haber iniciado este proceso hace mucho tiempo, pero más vale tarde que nunca».
Houry dice que la lección de Túnez, que fue aclamada como un modelo económico en el norte de África, es el tipo de reforma económica que por sí sola no funciona. «Será interesante ver cómo se desarrollan las cosas en los próximos meses», dice.
» Los hogares sirios, como todos los hogares árabes en la actualidad, tienen sus televisores encendidos en Al-Jazeera. Ven lo que sucede en Túnez y Egipto. La libertad es un sentimiento contagioso y creo que la gente quiere más libertad».
Fuente: http://english.aljazeera.net/indepth/features/2011/02/201129103121562395.html