En el marco de la conmemoración de la Semana de Lucha contra el Muro del Apartheid y del Día Internacional de Solidaridad con Palestina formulamos lo siguiente: El pueblo palestino soporta años de brutalidad, tortura, degradación y robo de sus tierras y recursos. Este último es el caso del agua, lo que provocó que el […]
En el marco de la conmemoración de la Semana de Lucha contra el Muro del Apartheid y del Día Internacional de Solidaridad con Palestina formulamos lo siguiente:
El pueblo palestino soporta años de brutalidad, tortura, degradación y robo de sus tierras y recursos. Este último es el caso del agua, lo que provocó que el pueblo palestino en Cisjordania y Gaza sea uno de las poblaciones más privadas del mundo, mientras Israel se apropia de casi un 80 por ciento del agua extraída de los acuíferos de Cisjordania, hecho consolidado por el «Muro de Separación» construido bajo argumentos de seguridad.
Los israelíes quieren creer, y mostrar al mundo una fachada descarada de legalidad y democracia. Pero no hay mentira más grande que esta. Israel se basa en la fuerza bruta, la represión, el miedo, la colaboración, la traición, las palizas y las cámaras de tortura y la intimidación, humillación y manipulación diarias. Todo esto cuando no existe una operación militar como la última masacre de Gaza.
Quienes conozcan la historia del sionismo reconocerán el método, que se remonta a la década de 1920: «palmo a palmo», y tratando de llamar la atención lo menos posible.
No quedan marginados de esta hipócrita fachada, los tribunales israelíes, los cuales son capaces de imponer, como máximo, una pena de seis meses a un interrogador que torturo a un prisionero hasta matarlo, o a un judío condenado por asesinar a un niño árabe, de tolerar «prisiones secretas» donde los reclusos «desaparecen» al estilo de la dictadura en Argentina.
¿Cómo se puede entonces explicar la indiferencia de la población israelí? La empresa de asentamiento de Cisjordania se ha convertido en un medio socioeconómico para muchos israelíes, quienes, gracias a los subsidios gubernamentales, pueden obtener casas (incluso con piletas de natación) que jamás podrían permitirse en Israel.
Los asentamientos garantizan el control de Israel sobre los recursos hídricos palestinos mientras que los palestinos no tienen qué beber. Los judíos también pueden beneficiarse de autopistas modernas construidas sobre tierras robadas a los palestinos, que sirven no solo a los colonos, sino también a muchos otros israelíes (como la ruta No. 6 que atraviesa todo el país de sur a norte), cuya conciencia de clase media en desarrollo precisa comodidad, eficacia y ahorro de tiempo.
Los colonos, reciben amplios subsidios para apropiarse de la escasa tierra arable y de sus recursos en flagrante violación del derecho internacional, y para disfrutar de un estilo de vida agradable cerca de los hacinados campamentos de refugiados y poblaciones devastadas por los ataques del Ejército israelí.
Israel no solo utiliza medios militares para lograr sus objetivos, «el Muro de Separación», solo responde a estos objetivos» Israel y las leyes de propiedad En 1949, alrededor de 800.000 palestinos fueron desplazados de su tierra y aldeas. Israel controla todo el territorio de Palestina. Del 92% de tierras que estaban en poder de palestinos, hoy solo posee 7% de lo que es Israel hoy, y sólo un 8% de Cisjordania y la Franja de Gaza.
El primer desafío para Israel fue transformar su apropiación en una forma legal de propiedad de las tierras. Esto dio lugar a una serie de leyes.
La formación del Estado de Israel, implica la definición de éste como un «Estado Judío», el cual esta enraizado en las leyes judías.
Una de los primeros pasos fue la reactivación de las «Regulaciones de Emergencia de Defensa» adoptadas por los ingleses en 1939 y readaptadas en 1948, pero esta vez sólo de aplicación para la población palestina.
En 1949, se promulgó las «Regulaciones de Emergencia de Zonas de Seguridad», permitiéndole al gobierno declarar zonas palestinas como «zonas cerradas», de la cuales sus pobladores fueron expulsados. Ciertas regulaciones permiten al gobierno restringir el movimiento de personas, detener o expulsar, prohibir organizaciones, imponer cierres, demoler casas, etc… Colonos e inmigrantes judíos no están sujetos a tales reglamentaciones, y tienen la libertad de cultivar libremente tierras, inclusive a las pertenecientes a los pobladores palestinos (tanto dentro del Estado de Israel y por supuesto en las zonas de Cisjordania y Franja de Gaza). Leyes marciales fueron impuestas dentro del Estado las cuales fueron abandonadas en 1966. Pero las restantes leyes de emergencia, están en vigencia.
Las leyes israelíes, de propiedad y propiedad de la tierra, pueden clasificarse en 3 categorías:
Para la obtención de tierras y su colonización, de aquellas de los cuales la población palestina fue expelida y evitar su retorno. (Ley de Prevención de Infiltración, 1954) La necesidad de legalizar tales obtenciones de tierra y evitar el reclamo por parte de refugiados palestinos y/o sus descendientes. El objetivo de «judaizar» las aéreas en las cuales la población palestina es mayoría.
En 1949, unos 150.000 judíos fueron asentados en propiedad palestina abandonada, y transformada de propiedad nacional judía (léase Fondo Nacional Judío, Agencia Judía, etc). Continuó en los años 60 en el llamado Triángulo de la Galilea o en el Desierto del Neguev, en el sur. Estas leyes son remendadas periódicamente, para su adaptación de las nuevas situaciones, pero con el mismo objetivo. El sistema legal de la vivienda para los palestinos en Israel
La violación de la Ley de Planificación y Construcción, la población palestina sufre la discriminación en forma desproporcionada. Para la población palestina en la casi la totalidad de los casos, la vivienda termina siendo demolida. (90% de las demoliciones son de poblaciones palestinas). De las 50.000 viviendas palestinas, más de 20.000 están amenazadas por demolición.
Existen más de 100 aldeas palestinas, con una población de entre 70.000 a 100.000 habitantes, no reconocidas y privadas de todo servicio de infraestructura, y amenazadas con órdenes de demolición. Sobre en las zonas de la Galilea y del Neguev
Se estima que desde 1948 se han destruido entre 150.000 a 200.000 viviendas palestinas.
Las zonas ocupadas luego de la guerra de junio de 1967. Las consecuencias de la guerra de junio de 1967 fueron la ocupación, control y apropiación del territorio remanente de Palestina, que comprendía, el 22% de la Palestina Mandatoria. De acuerdo a la Ley Internacional, Israel no reconoce la formulación de retirarse de dichos territorios. Por el contrario, ha extendido su soberanía sobre el Este de Jerusalén y poblado Cisjordania y la Franja de Gaza con cientos de colonias en contravención de la Ley Internacional.
Existe la discusión dentro de la población israelí sobre el estatus de dichos territorios. No se los anexa legalmente, para apoderarse de las tierras y el agua y no tener que hacerse responsable directamente sobre la población palestina. La zona de Jerusalén no esta incluida en estas consideraciones.
La situación legal de los llamados territorios de Cisjordania y de Gaza (ésta hasta hace poco tiempo), es compleja, ya que se desenvuelve entre la situación legal impuesta por Israel y la Ley Internacional.
La situación de estos territorios de la de anexaciòn no declarada. anexa y se apropia de tierras y trata de reducir la población palestina, sea en forma directa o creando situaciones imposibles de sobrellevar.
Los puntos fundamentales de la legislación israelí son: Denegar la definición de «territorios ocupados» y por lo tanto no estar sujeta a la Cuarta Convención de Ginebra. La primacía del concepto de seguridad, a las cuales todas las leyes y ordenanzas están sujetas. El establecer la soberanía de facto sobre dicho territorio. Crear una dualidad en la legislación para diferenciar a los colonos israelíes de la población palestina
Uno de los primeros pasos después de la guerra de junio de 1967, fue la enmienda de la Ley de Administración y Ordenanza, de 1948. Para estipular esta ley será aplicada a cualquier área de Eretz Israel (La Tierra de Israel y no el Estado de Israel), por sola decisión del gobierno israelí.
Esta ley fue aplicada al día siguiente sobre la zona de Jerusalén en su totalidad, pero con la salvedad que la población palestina residente en la zona no tiene los mismos derechos que los residentes israelíes.
El sistema legal en los territorios ocupados después de la guerra de 1967 tiene tres principios legales: Ordenanzas militares para tener el control absoluto de todo el territorio. Estas leyes y ordenanzas prevalecen sobre cualquier otra ley. Leyes y ordenanzas militares para la modificación de las leyes Jordanas imperantes en los territorios. Remoción de las leyes que otorgan derechos a los palestinos sobre la posesión de sus tierras.
Los principales métodos de confiscación y apropiación en los territorios incluyen: Leyes de «propiedad abandonada» Declaración de «tierras del estado» Expropiación de tierras para «fines públicos» Expropiación de tierras para uso militar Declaración de «áreas cerradas» Delimitación de «reservas naturales»
Después del tratado de Oslo, el proceso de expansión y apropiación sufrió una vertiginosa aceleración a través de todos estos mecanismos, para asentamientos, construcción de carreteras, para la construcción del muro, para la formación de nuevos proyectos anexos a Jerusalén, etc.
Demolición de viviendas en los territorios como consecuencia del sistema de leyes militares Las demoliciones de viviendas en estos territorios están basadas en una variedad de pretextos legales, en donde el tema de «cuestiones de seguridad» o «necesidades militares» prevalecen de la mano de las leyes militares.
La excusa de la «seguridad» o «consideraciones militares», incluye a los palestinos y a sus familiares, sospechosos de haber participado en acciones de la Intifada.
Está de más decir, que estas demoliciones no acarrean ninguna compensación de ninguna índole.
De acuerdo a la ley imperante hasta el año 2001 a la familia o palestino, se le otorgaban 48 horas para que puedan apelar en la Corte Suprema de Justicia, acciones que en su gran mayoría fueron denegadas.
A partir de dicho año ni siquiera dicha apelación es posible, cuando el argumento para la demolición es por temas de «seguridad»
Es válido aclarar que de acuerdo a la Cuarta Convención de Ginebra, o la Regulación de La Haya, la demolición de viviendas esta prohibida.
En los demás casos las pruebas que deben aportar aquellos a quienes se les impone la pena no sirven, ya que no hay argumento a favor de ellos que trascienda.
Decenas de miles de casas fueron demolidas en la Franja de Gaza (sin tomar en cuenta la última masacre), como en la ciudad de Rafah o en los campos de refugiados del sur de la ciudad de Gaza. Decenas de kilómetros cuadrados de plantaciones.
Los hechos hablan de por sí, sobre la criminalidad del sionismo y del Estado de Israel. Exigimos justicia
No en Nuestro Nombre
Judíos por Justicia en Palestina