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Entrevista al politólogo Manuel Monereo, sobre el futuro de la izquierda española

«Sobrevivir al tsunami de Podemos no va a ser fácil para IU»

Fuentes: La Marea

Manuel Monereo (1950, Jaén), intelectual y referente comunista muy ligado a Julio Anguita -especialmente durante sus años de mayor actividad política, entre 1990 y 2004-, reivindica IU como un ancla en la izquierda necesaria para Podemos. Para evitar que se repita el escoramiento que realizó el PSOE en la década de 1980. Tras formar parte […]

Manuel Monereo (1950, Jaén), intelectual y referente comunista muy ligado a Julio Anguita -especialmente durante sus años de mayor actividad política, entre 1990 y 2004-, reivindica IU como un ancla en la izquierda necesaria para Podemos. Para evitar que se repita el escoramiento que realizó el PSOE en la década de 1980. Tras formar parte de la Ejecutiva de IU y el PCE y trabajar con Pablo Iglesias, el politólogo analiza el futuro de la izquierda española: «Deberíamos pensar cómo construir una nueva organización más allá de Podemos y de IU».

¿Qué impacto ha tenido Podemos en IU?

Hay una contradicción muy grande en IU. Cuando Pablo Iglesias estaba ligado a la federación, vimos con mucha claridad que el 15-M venía a cambiar este país. Hubo un gran debate y se optó por la rebelión democrática, de revolución organizativa y de apertura a la sociedad: un proyecto compartido más allá de los límites de IU. Lo curioso es que al lado de esa lectura hubo una práctica opuesta. Eso hizo que gente como Pablo Iglesias pensase que el futuro se iba a construir fuera de IU. La paradoja es que la línea, la estrategia y los mecanismos de Podemos los defienden los estatutos de IU. Vivimos una esquizofrenia. Alguien está haciendo nuestro proyecto más allá de nosotros.

Cayo Lara defendió en 2012 que IU era la «Syriza española», el punto de encuentro de la izquierda. Pero en los últimos años han nacido varias fuerzas fuera de IU (Compromís, Equo y Podemos). ¿Qué ha pasado?

Refleja la contradicción en la que vive IU: hay una parte que no se cree que podamos ser una fuerza para gobernar. Cuando construyes algo como Syriza o Podemos tienes en la cabeza una fuerza alternativa que no quiere ser la izquierda del sistema, del PSOE. Eso es lo que éramos en los 10 últimos años: la izquierda del PSOE. El PSOE es el que te marca. El problema que tenemos es que ha desaparecido lo que Julio Anguita llamaba «la alternativa»: la capacidad de construir una fuerza para gobernar. Dentro de IU hay otra lógica, la de ayudar al PSOE a cambiar el país. No es teoría: es lo que se está haciendo en Andalucía. Es un desastre.

¿Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero dejaron IU por ese motivo, porque se negaban a ser la muleta el PSOE?

IU no estuvo a la altura de las circunstancias. Tenemos que construir algo que vaya más allá de IU. Lo intentó Pablo Iglesias con Íñigo Errejón, de la mejor manera, en la campaña electoral de IU en Galicia. Sin la experiencia de Galicia, Pablo no habría concebido Podemos. Ahí se dieron cuenta de un fenómeno increíble: dos pequeñas organizaciones de outsiders, con Beiras y Yolanda Díaz, un viejecito del estilo de Julio Anguita y una joven abogada laboralista, que no eran nada, se juntan… y avanzan. Eso prueba que había una base social para proyectos de innovación como Syriza. Pablo lo vio y después fuimos a la campaña con Cayo Lara, en la que también colaboraron. En las europeas, se encontraron con que esa lógica de la alternativa se dejó de lado y se fue a copar los puestos con una persona como Willy Meyer, que no era capaz de reflejar lo nuevo que se estaba haciendo. Eso fue lo que llevó a Pablo a montar Podemos. Podemos es resultado de la frustración de una parte de la izquierda ante IU.

¿Cuando el 15-M gritaba «¡No nos representan!», se refería sólo a PP y PSOE o a las viejas estructuras y formas de hacer política? ¿IU estaba incluida?

El 15-M implica una ruptura político cultural que encabezan nuevas generaciones que llegan a la política. Se decía que la juventud estaba despolitizada, sumida en el consumismo, que no iba a hacer nada… eso lo decían los padres de izquierdas sobre sus hijos. Pero, ante una crisis política, social y cultural, hasta antropológica, aparecen unas nuevas generaciones. La ruptura generacional va desde los 18 hasta los 40 años. Hasta ese contexto, IU ha sido protagonista del 15-M. Hay miles de afiliados de IU sin los que el 15-M no habría sido posible. Pero, a su vez, vivimos la contradicción de que una gran parte de esos jóvenes nos ven como la vieja política. Aunque no nos ven como el mismo problema que los grandes partidos, porque somos minoría. De hecho, una de las reivindicaciones era que el sistema electoral dejara de beneficiar a dos partidos. La mayoría de la organización se comprometió con el 15-M, las mareas y las Marchas de la Dignidad. Sin embargo, cuando IU tuvo que ir más allá, en las elecciones europeas, no fuimos capaces. Por tanto, para mucha gente fuimos la vieja política. IU es ahora la izquierda de Podemos, pero sobrevivir al tsunami de Podemos no va a ser fácil.

Por otro lado, el núcleo dirigente de Podemos aporta experiencias nuevas sobre las que la izquierda tradicional no había reflexionado suficientemente. Por ejemplo: la importancia de lo electoral. Yo, el primero. Cuando hablamos de elecciones, tenemos el tic de decir «no somos electoralistas». No somos capaces de ver muchas veces la importancia que tienen las elecciones para llevar a cabo un proceso de transformación profundo.

¿IU va a pasar de ser la muleta del PSOE a la de Podemos?

Sería un desastre para IU y para Podemos. España está viviendo una crisis de cultura, de régimen, muy profunda. Cuando ocurre algo así, hay dos grandes bloques: los bloques del sistema y los antisistema. Las fuerzas de la restauración, que están apoyando a los que tradicionalmente han ostentado el poder, y las que estamos por una ruptura democrática. Las fuerzas que estamos por un proceso constituyente somos parte de la fuerza antisistema. Tenemos que trascendernos a nosotros mismos. Podemos e IU son complementarias, no antagónicas. El PSOE e IU no son complementarias porque estamos en las dos orillas de una confrontación política. Podemos tiene cosas que no tenemos y nosotros tenemos cosas que ellos no tienen. Si vamos a una competencia no cooperativa, eso sería malo para el proyecto de la ruptura democrática.

¿Qué tiene Podemos y qué tiene IU?

Podemos tiene la audacia de su equipo dirigente. Siendo unos mindundis de cara a los medios, decidieron lanzarse. El núcleo central sabía muy bien el tipo de sociedad que hay y que había una ventana de oportunidad política muy grande. El análisis lo tenían mejor que nosotros. También tienen la capacidad de mover imágenes que forman parte de un escenario más completo: continuidad-ruptura, innovación-tradición, viejo-nuevo. IU queda en el imaginario tradicional de izquierda-derecha, subalterna al PSOE… pero no aparece con una entidad propia.

¿Qué tenemos nosotros? Organización. Y eso no se improvisa. Y lo sabe el núcleo dirigente de Podemos. Tenemos 25.000 afiliados en toda España, con una gran tradición cultural, con un peso ideológico fuerte, claramente de izquierdas y de clase, tenemos 2.500 concejales y una enorme experiencia de trabajo institucional y en la sociedad.

La perspectiva de Podemos es vivir una contradicción entre profundidad y extensión: tiene que alternar propuestas radicales con otras muy moderadas para poder penetrar en sectores sin los cuales no se pueden ganar las elecciones. Para ganarle al PSOE hay que disputarle una base de centro derecha, lo que le obliga a hacer muchos equilibrios. Nosotros tenemos una base de izquierdas que ayuda a reequilibrar a Podemos. Somos un ancla por la izquierda del fenómeno de cambio del país. Y eso es muy importante.

¿Podemos necesita a IU?

Absolutamente. Necesita sus cuadros, su capacidad táctica… Gramsci decía que todo proceso de revolución lleva una restauración en su interior. Muchos de nosotros vimos lo que fue el PSOE en 1982. Muchos pensaban que iba a ser un cambio. Moderado, pero un cambio. Y lo que se produjo fue un transformismo: el PSOE, el que iban a transformar el poder, fue transformados por el poder. Y eso le puede ocurrir ahora mismo a Podemos. Es un núcleo dirigente en el que tengo enorme confianza, con una base social heterogénea, difusa y hasta contradictoria. Le falta una estructura de cuadros, horizontal y vertical, que anude lo que hay por arriba y por abajo. Lo que nos llega del mundo de los círculos es bastante caótico. Y no lo digo como crítica, porque tiene que ser así.

¿IU debe disolver la organización y entregar los cuadros a Podemos? ¿Tiene sentido mantener las siglas de IU?

Todas las siglas son identidad. Son positivas porque definen pertenencia. Pero nunca me parecen lo decisivo. Lo natural y normal sería un proceso de alianza entre IU y Podemos. Somos una fuerza antibipartidista y antisistema monárquico-parlamentarista. Si nos une lo fundamental, un nuevo régimen… todo lo demás es secundario. La unidad no es fácil, pero deberíamos pensar cómo construir una nueva organización, más allá de Podemos y de IU. Lo fundamental es tener claro qué queremos hacer: estamos por la ruptura democrática, por un proceso constituyente, por la república… lo demás es secundario. ¿Que la máquina de votos va a ser Podemos? Excelente. Vamos a tratar de llegar a una alianza estratégica con Podemos. Que se podrá traducir en fenómenos como Guanyem Barcelona, Ganemos Madrid… estamos abiertos. Pablo Iglesias es de los nuestros.

¿El encuentro con Podemos debería de ser antes o después de las elecciones? Podemos les ve como un lastre.

Hay una parte que nos ve como un lastre, que no quiere… pero otra no. Para una parte con una identidad de izquierdas, de clase y transformadora, la convergencia suma. Esa gente no vota a Podemos porque esté contra IU, sino porque cree que pueden hacerlo mejor. Pero también hay gente con un prejuicio anticomunista muy grande. La presencia de IU ancla el proyecto por la izquierda.

¿Pablo Iglesias sigue manteniendo la misma ideología?

Sin duda. El núcleo dirigente de Podemos es parte de la izquierda revolucionaria. Siempre lo ha sido. Seguimos teniendo en mente la experiencia latinoamericana, de cuando trabajamos en el CEPS. Nos dimos cuenta de que había ciertas similitudes entre situaciones latinoamericanas y del sur de Europa. Nosotros pensábamos que era posible traducir al castellano la experiencia latinoamericana. Y Podemos lo hace justamente rompiendo con muchos tabúes de la vieja izquierda. Es el debate que tienen con Izquierda Anticapitalista.

¿Hay comunistas en la cúpula de Podemos?

Sin lugar a duda. No tengo ninguna duda de que una parte sustancial de lo que hoy es el fenómeno Podemos, por arriba, por el medio y por abajo, es comunista. Viendo las personas que hay en el núcleo dirigente de Podemos, no hay ninguna duda de que son comunistas, de la izquierda revolucionaria. Ninguna duda.

Si el PCE tiene los cuadros y Podemos los necesita. ¿Por qué no se crea un círculo comunista en Podemos?

No se me había ocurrido, pero no tendría ningún problema. En Podemos hay muchos comunistas. La clave de la unidad es la política. Pero ideología y política no siempre casan a la vez. Por ejemplo: Pablo defiende con mucha razón una visión patriótica. El nacionalismo español está colonizado por la extrema derecha. No podemos aumentar la autoestima de un país si la gente no está orgullosa de su propio país. Es un terreno pantanoso. Hay que reconstruir una visión común de España. Para nosotros, y creo que para la dirección de Podemos también, un proceso democrático es la idea también de construir patria, también con los otros pueblos del Estado español, con gallegos, con catalanes, con vascos… de ir juntos hacia un Estado construido colectivamente. Podemos tendrá que reivindicar con mucha fuerza no sólo el derecho a la autodeterminación de las naciones, sino también una patria común con esas naciones construida colectivamente. Y eso siempre se ha llamado República. Eso tiene que ser la Tercera República.

Si se crease el círculo comunista, ¿podría poner el PCE los cuadros a disposición de Podemos sin poner en riesgo la identidad?

El partido orgánico de la revolución española, que es el que debemos de ir construyendo colectivamente y que será el sujeto de transformación del país, será una casa común de la izquierda transformadora y alternativa. Su característica fundamental será la pluralidad. Y habrá sectores más próximos a lo que tradicionalmente ha sido la socialdemocracia y otros, comunistas de diverso pelaje. Lo fundamental es el punto de vista de clase. IU ancla a Podemos a la izquierda porque seguimos defendiendo un proyecto que mira a los de abajo, a las clases trabajadoras. Y eso tiene detrás una segunda connotación: si es de clase, es antiimperialista. Y una tercera: un proyecto nacional popular, tendrá en su momento un proyecto socialista. Vamos a convivir en este partido orgánico del proletariado, aunque suene antiguo, sectores reformistas y revolucionarios. La corriente comunista de ese partido es el partido de Carlos Marx en el Manifiesto Comunista. Cuando dice «qué distingue a los comunistas de los demás», responde: los comunistas no formamos un partido aparte. Y nos caracterizamos por dos cosas: en cada lucha parcial, nunca olvidamos que el objetivo final es el socialismo, y que siempre tendremos una perspectiva internacionalista. Esa es mi partida. Si a eso le llamas círculo comunista, yo estaré en el círculo comunista. Y estoy convencido de que el núcleo básico de Podemos está de acuerdo.

Esa casa común que ya fue el Frente de Izquierdas en los años 30, IU en 1986, Syriza en Grecia… ¿Se construirá en 2015?

No va a ser fácil, pero sería importante que fuésemos juntos, como partido orgánico, como fuerza unificada, a las elecciones generales. IU más Podemos son insuficientes todavía. Hace falta sumar a más. ¿Qué vamos a hacer con Equo o con nacionalistas de izquierdas? ¿No nos damos cuenta de que son necesarios, de que esto es un Estado plurinacional? No creo que vayamos a llegar a un acuerdo con Bildu ni con sectores independentistas catalanes, pero hay que llegar a acuerdos en cada una de las nacionalidades. Hay un viento de cambio muy fuerte en el país que se carga al PSOE y la derecha no es lo suficientemente fuerte para frenar a Podemos. Y cuidado, que puede haber una convocatoria de elecciones generales en cualquier momento.

¿IU y Podemos están preparados para unas elecciones?

Nunca se está preparado para un adelanto electoral. IU tiene que hacer sus deberes todavía. Las cosas que no ha hecho antes. La primarias, por ejemplo, de las que saldrá una nueva dirección. Espero que Alberto Garzón sea la cara de ese cambio. A esta apertura electoral iremos con unas primarias internas, un nuevo equipo dirigente y un candidato con posibilidades. No tendríamos problemas en hacer unas primarias entre Pablo y Alberto, si eso sirve para arreglar los problemas. Que sea la gente la que resuelva los problemas, no la cúpula. IU tiene que hacer su autorreforma, que está aprobada, la que no hizo en las europeas. Antes de diciembre o enero habrá unas primarias de las que saldrá una nueva dirección política de IU. Eso va a ayudar mucho. IU quiere colaborar al viento de cambio.

¿Es necesaria una asamblea extraordinaria en IU en 2015?

Tendría que haber una situación extraordinaria.

¿Y no la hay?

Tendría que ver con una cuestión seria: que se impida el cambio en la organización. Ahora, la organización tiene una hoja de ruta que pasa por unas primarias y que en esas primarias emerja una nueva figura, que se llama Alberto Garzón. Si eso se impide, vamos a una asamblea extraordinaria. Si las primarias generan una nueva dirección, la Asamblea tendría que ser posterior a las generales para poder dedicar todo el esfuerzo a sintonizar como la sociedad. Si IU hace lo que tiene que hacer, será una fuerza importante en las próximas elecciones. Pero IU tiene que hacer su propia autorreforma para conectar con la sociedad.

Fuente: http://www.lamarea.com/2014/11/10/tsunami-podemos/