Traducida del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Entrevista transcrita por Katty Alhayek
-Bassam Haddad (BH): Buenos días, Rana.
-Rana Khalaf (RK): Buenos días desde Escocia, Bassam.
-BH: Estamos muy contentos de tenerte con nosotros en Status Hour; me encantaría que pudiéramos hablar sobre sociedad civil y construcción de estatalidad en Siria, así como de activismo.
En primer lugar, ¿podrías, por favor, contarnos algo sobre ti?
-RK: Soy investigadora en el Centro de Estudios sobre Siria, que tiene su sede en la Universidad de Saint Andrews, en Escocia. Mis temas de investigación son la gobernanza, la sociedad civil y la paz neoliberal. Me centro sobre todo en la región del Levante y de forma más específica en Siria. Trabajo también de forma autónoma y estoy especializada en evaluaciones de la sociedad civil siria. En estos momentos estoy trabajando en las zonas kurdas en Siria y en el tema de las mujeres en los medios de comunicación emergentes en Siria.
-BH: Antes de que pasemos a tu investigación actual, la gobernanza en zonas sin gobierno y la construcción de estatalidad por la sociedad civil en Siria, podemos hablar un poco de tu informe anterior en coautoría con el título: «Activism in Difficult Times: Civil Society Groups in Syria 2011-2014» [«El activismo en tiempos difíciles: Grupos de la sociedad civil en Siria 2011-2014»]. Te dejamos que decidas qué aspectos te gustaría abordar aquí.
-RK: Creo que ese informe fue uno de los primeros basados en pruebas sobre la sociedad civil en Siria. Fue una investigación cuantitativa y cualitativa. El aspecto más destacado de ese informe es que se llevó a cabo con la organización local de la sociedad civil Badael, que tiene sobre el terreno su propio equipo de instructores e investigadores de campo. Durante el pasado año elaboramos, básicamente, un mapa de 94 grupos de la sociedad civil. La investigación necesitó de alrededor de nueve meses. Estuvimos preguntando sobre las características de los grupos de la sociedad civil, su identidad y dinámicas, sus desafíos, oportunidades y movimientos.
Voy a hablar de los aspectos más destacados de ese informe. Al evaluar las características, por ejemplo, al ver los nombres de esos grupos, encontramos una tendencia. Desde luego que no podemos decir que los nombres ilustren ciertos hallazgos, pero la tendencia era que muchos de ellos utilizaban la palabra unión para autonombrarse. Muchos de esos grupos utilizaban un término de determinada región y las palabras jóvenes y revolucionario. Por ejemplo, la Unión Libre de Estudiantes de Alepo. Esas palabras se repetían muchas veces en muchos de los nombres de otros grupos y movimientos civiles. Algunos grupos tenían nombres más creativos como Jaque Mate. Este tipo de designaciones creativas estaba también afectado por el tipo de trabajo que hacían.
Elaboramos asimismo un mapa con los grupos que se habían formado en los diferentes períodos desde 2011 a 2014 y averiguamos cuántos grupos emergentes estableció el gobernorado en las partes de Siria que están fuera del control del gobierno. Por tanto, no estoy afirmando que nuestra investigación cubra las partes controladas por el gobierno o las partes controladas por la oposición. Esos hallazgos se limitan al período específico del pasado año.
Nos dimos cuenta de que en el momento en que una zona salía del control del gobierno, la sociedad civil florecía en ella, pero eso no era siempre así porque enseguida ese crecimiento de los grupos de la sociedad civil empezaba a disminuir debido al aumento de la militarización, de las armas y del terrorismo, especialmente con la aparición del ISIS. En al-Raqqa hubo un momento en que había 35 grupos de la sociedad civil y los activistas del lugar describían ese período como un sueño. Sin embargo, cuando rastreamos el mapa de al-Raqqa, sólo quedaban ocho grupos. La situación cambia regularmente, pienso que ahora hay 94 grupos de la sociedad civil, pero debido a la falta de apoyos, al tipo ambivalente de apoyos que los grupos están recibiendo y al aumento del extremismo, esos grupos están muriendo y el espacio de la sociedad civil está reduciéndose. En el ejemplo de al-Raqqa, la cifra bajó de 35 a 8 grupos, y ahora creo que apenas quedan dos o tres grupos allí.
-BH: ¿Cuál fue el momento en el que se produjo el mayor descenso del número de grupos de la sociedad civil? ¿Tiene eso que ver con el ascenso del ISIS y su control de al-Raqqa?
-RK: Sí, podría decirse así en el caso de al-Raqqa. Sin embargo, podemos también hablar de [Yabat] al-Nusra como de otro grupo extremista. El ISIS y al-Nusra tienen filosofías diferentes. Una diferencia fundamental es que al-Nusra no interfiere en los asuntos de los habitantes locales hasta que se apodera totalmente de un lugar. Entonces, empiezan a rechazar legalmente a los grupos de la sociedad civil y a detener a sus activistas. Puedo hablar más sobre esta diferencia en otro informe en el que estoy trabajando que cubre estudios de caso en al-Raqqa, Alepo y Dayr az-Zor.
Podemos clasificar otros desafíos a los que se enfrentan los grupos de la sociedad civil en internos y externos. Nos dimos cuenta de que hay una tendencia a la ONG-ización de esos grupos. Por ejemplo, los donantes exigen a esos grupos que se registren como ONG para poder recibir su dinero. El problema son las sanciones. Cada sirio se ve afectado por las sanciones internacionales; por tanto, los grupos de la sociedad civil no pueden abrir cuentas bancarias. En algunos países europeos no se permite que figure la palabra Siria en el nombre de un grupo de la sociedad civil. Por tanto, esos grupos se ven obligados a buscar otro donante europeo. Esta situación llevará de forma gradual a que los grupos pierdan la propiedad de sus organizaciones. Otro problema es por qué es necesario que los grupos de los movimientos sociales estén ONG-izados, porque esto les lleva a caer en la burocracia de tener que redactar informes, redactar propuestas y otras implicaciones de esa estructura inflexible. Como ponemos de relieve en el informe, una de las mayores fuerzas de estos grupos de la sociedad civil eran sus estructuras flexibles y su habilidad para trabajar en secreto. Esa fuerza fue la razón de que al principio del levantamiento, en 2011, fuera muy difícil contactar con ellos debido a la ausencia de liderazgo. Si detienen a una persona, otra tomará su lugar. Este aspecto es lo que diferencia a la sociedad civil de los viejos grupos de la sociedad civil anteriores al levantamiento de 2011.
Al profundizar en este apoyo ambivalente, no estoy diciendo que todo el apoyo internacional sea negativo o positivo. Estoy diciendo que hay organizaciones internacionales bien intencionadas y otras que tienen agendas políticas propias. Sin embargo, incluso las mejores de entre las bienintencionadas no pueden apoyar a los grupos de la sociedad civil debido a determinados procedimientos, tales como insistir en aplicar los propios proyectos de las organizaciones internacionales sin tener en cuenta las necesidades reales de los grupos de la sociedad civil local. Por ejemplo, cuando rastreábamos en el mapa las necesidades de los grupos de la sociedad civil, una de las necesidades principales era formar en el desarrollo de capacidades de comunicación para gestionar sus grupos. Cuando examinamos lo que algunas de las ONG internacionales estaban aportando, encontramos que estaban proporcionando formación para el diálogo interreligioso sin tener en cuenta el hecho de que en algunas de las zonas no había diversidad religiosa o diversidad étnica. Somos de la opinión de que la formación para el diálogo interreligioso es algo positivo, pero ¿es realmente necesario en ese lugar y momento? Nuestra conclusión fue que las organizaciones internacionales están buscando la forma más fácil de apoyar a los grupos de la sociedad civil local y que prefieren trabajar con grupos de la sociedad civil fuera de Siria, como el Líbano, Turquía y Jordania, porque el acceso a Siria es muy difícil. Lo que hacen es importante; sin embargo, si quieres cambiar las cosas dentro de Siria, deberías trabajar dentro del país. Esos son algunos de los retos externos con que nos encontramos.
En cuanto a los retos internos de los grupos de la sociedad civil dentro de Siria, por ejemplo, nos hemos dado cuenta de que en la actualidad a esos grupos se les da el nombre de una persona específica. Como la organización de la persona X o de la persona Y. Estamos encontrando desconfianza entre esos grupos. Presentamos algunos de esos hallazgos en el Consejo de los Derechos Humanos en Ginebra en una sesión celebrada al margen. Por suerte, algunas de las ideas básicas que abordamos están siendo escuchadas por algunas ONG. Hasta la fecha, no estoy muy segura de que haya resultado eficaz lo expuesto en ese informe, pero pudimos hacer llegar las voces de los grupos de la sociedad civil local. Pudimos decir que los grupos de la sociedad civil no son la oposición y no son el gobierno. La sociedad civil es una entidad en sí misma e incluso este hallazgo no puede generalizarse. La tendencia a simplificar las cosas en Siria, como el nosotros versus ellos, no está haciendo justicia alguna al conflicto en Siria.
-BH: En el documento actual, hablas de la noción de gobernanza local-internacional híbrida, ¿puedes decirnos algo más sobre ese aspecto?
-RK: La idea surgió a partir de las experiencias de gobernanza durante el conflicto; al ver las investigaciones que se habían hecho al respecto, me di cuenta de que la mayor parte de los trabajos se habían realizado en situaciones posconflicto. Estuve pensando que si realmente quieres trabajar en la construcción de la paz, tienes que empezar a hacerlo durante el conflicto. Si quieres trabajar en la construcción de la paz, la gobernanza es una cuestión clave. Por tanto, empecé a trabajar en ello y estuve pensando en lo que sucedía sobre el terreno durante el conflicto, en cómo era la vida cuando el gobierno ha desaparecido.
Durante el conflicto, la gobernanza sobre el terreno se desplaza del gobierno a otros actores/redes como los líderes locales, las autoridades religiosas o los clanes/tribus. En Siria, en 2011 y a principios de 2012, existían los comités de coordinación local de Siria y los líderes de la sociedad civil. Esto podía ir unido a las redes sociales, militares y económicas que funcionan a nivel local, a nivel regional y a nivel internacional. Si comparamos esa situación, podemos ver cómo funcionan esas redes a nivel local y después cómo trabajan a nivel regional en países como Turquía, Iraq, Arabia Saudí y Qatar. Y, posteriormente, podemos considerar el ámbito internacional incluyendo a los países que están implicados en la coalición internacional contra el ISIS. En este contexto, lo local se va hibridando con lo global. Mi argumento es que a nivel mundial hay una red de gobiernos que intentan imponer un orden de paz neoliberal. El problema con ese enfoque, que es muy criticado por muchos académicos y ONG, es que es un enfoque de arriba abajo, que trata de crear un orden neoliberal de arriba a abajo sin reparar en los derechos y la seguridad humana de los pueblos en los Estados asolados por el conflicto.
Teniendo en cuenta todo esto, traté de entender qué queremos significar con gobernanza en una comprensión muy general del Estado, el mercado y la sociedad civil. Durante el conflicto necesitamos redefinir la forma en que entendemos todos esos factores. Por ejemplo, la sociedad civil no es civil como tal. Me gustaría llamarla sociedad conflictiva porque en ella encuentras fuerzas civiles e inciviles. Lo mismo se aplica al Estado en lugares donde el gobierno ha dejado de existir; y ahí tienes otras estructuras alternativas subiendo al poder. Luego tenemos la cuestión del mercado y la creciente dependencia de la economía de guerra. Con todas estas interacciones, los límites se difuminan entre esas tres esferas (Estado, mercado y sociedad civil). Me interesaba sobre todo ver cómo esos límites empiezan a desvanecerse y en cómo las dimensiones locales e internacionales afectan a esa situación.
-BH: A partir de tus investigaciones y conexiones, ¿puedes decirnos cuál es hoy el escenario en Siria en términos de la gobernanza local sobre el terreno? ¿Puedes compartir con nosotros tus puntos de vista? Cuéntanos acerca del nivel internacional en relación con la gobernanza local? (Personalmente, siento alergia, como otros muchos estudiosos, ante el término gobernanza.)
-RK: Del mismo modo que sientes alergia ante el término gobernanza, los grupos de la sociedad civil dentro y fuera de Siria sienten también alergia ante palabras como sociedad civil, ONG y activistas. Por tanto, sostengo en mi informe que es necesario redefinir lo que entendemos por gobernanza y conflicto porque habitualmente se considera que se trata de algo entre dos partes, cuando en un conflicto hay implicadas muchas partes. La sociedad civil se ha convertido en un proyecto y los activistas de la sociedad civil siria sienten que este proyecto les ha sido arrebatado en seguimiento de determinadas agendas y determinadas formas de hacer las cosas.
Considerando la interacción entre el mercado estatal y la sociedad civil, tenemos un Estado fallido. Por definición, busqué en las fuentes para ver si el Estado sirio es o no un Estado fallido. Descubrí que es un Estado fallido al menos en su capacidad de mantener a sus ciudadanos en algunas partes del país.
Tenemos una economía de guerra y una sociedad en conflicto. Considerando el fracaso del Estado y la aparición de estructuras alternativas, debatiré primero sobre los consejos locales como una de las estructuras alternativas. La idea de los consejos locales se inició en al-Zabadani ya en 2011 con el objetivo de coordinar las acciones entre los civiles y los grupos armados. Después la idea se fue desarrollando hasta un prototipo de gobernanza local que ha sido imitado en las zonas de Siria no controladas por el gobierno. Los consejos locales agrupaban a diferentes generaciones. Al principio, contaban con los activistas más capaces de la sociedad civil, pero estos han sido detenidos, asesinados o han huido del país. Otros líderes que reúnen capacidades técnicas y emprendedoras les han sustituido. No puedo generalizar pero estos hallazgos se basan en entrevistas realizadas sobre el terreno con muchos activistas de la sociedad civil durante un período de seis meses.
Esta es una tendencia general. Los consejos locales empezaron a proporcionar ayuda humanitaria y hoy están resolviendo grandes problemas incluyendo, por ejemplo, la negociación de acuerdos de electricidad. No podemos hablar de consejos locales como si fueran una única entidad o como si sólo una parte los dirigiera. Los consejos locales varían dependiendo de las zonas de las que proceden. Si están en un área fronteriza, tienen acceso a las carreteras y cuentan con ingresos. Hay también saqueadores que influyen en el trabajo de los consejos locales, como los señores de la guerra o los grupos extremistas (por ejemplo, el ISIS, al-Nusra y otros grupos armados).
Los tribunales de la Sharia son otro ejemplo de las actuales estructuras alternativas que actúan en las zonas que están fuera del control del gobierno sirio. Al principio no me creía que hubiera tribunales de la Sharia en estos momentos en Siria. Después, al ver cómo funcionan y se regulan me ayudó a comprender lo que está sucediendo realmente. Los tribunales de la Sharia actúan en áreas diferentes, incluso en las zonas bajo control del ISIS. Este fenómeno empezó como una forma de gestionar los conflictos entre los diferentes grupos armados, después se desarrolló para gestionar estructuras que interfieren en los asuntos civiles de los ciudadanos, como recaudar impuestos, beneficencia, proporcionar empleos, detener a activistas y líderes. No todos los tribunales de la Sharia están controlados por el ISIS, al-Nusra o un determinado grupo armado; no obstante, los grupos armados se han apoderado de esos tribunales aunque afirmen que no es así. Apenas tengo constancia de que haya algún tribunal de la Sharia que sea más poderoso que la facción armada en la que se apoya. Los más fuertes, como los de la Sharia-ISIS, han podido implementar políticas sobre el terreno y este es uno de los mayores éxitos del ISIS respecto a la gobernanza.
Si entramos en el terreno de la economía, vemos ahora un movimiento del poder en ese terreno. Por ejemplo, el ISIS logró apoderarse de los molinos harineros que satisfacen las necesidades de un millón de personas, monopolizándolos para generar beneficios y suministros humanitarios a fin de ampliar su legitimidad local. El régimen no está ausente de ese escenario; hemos visto que hay acuerdos de electricidad en Alepo entre el régimen y los tribunales de la Sharia. En Dayr az-Zor, hay otro acuerdo entre el régimen y al-Nusra para compartir los beneficios del petróleo, la fuente de esta información es WikiLeaks, no los activistas con los que me entrevistado. En lo que se refiere a compartir los beneficios, vemos partes del conflicto que se están coordinando entre ellas a expensas de la sociedad civil. Esta es la razón por la que a esas partes no les gustaría que les hicieran rendir cuentas. Incluso a los grupos armados, no a los grupos extremistas, no les gusta tener a grupos de la sociedad civil actuando en sus áreas.
Un componente distinto de la gobernanza local está moviéndose entre la sociedad civil y la incivil, aunque es difícil identificar quién es sociedad civil y quién no lo es en Siria. El conflicto ha polarizado a la sociedad y destruido la cohesión, la confianza, la esperanza y la identidad. Y lo más importante, ha puesto a la sociedad en estado de shock de forma que están dispuestos a aceptar diferentes formas de gobernanza. Por otra parte, el conflicto fomenta la aparición de líderes y genera activismo, lo que hace que se vuelvan a reconsiderar las fuentes tradicionales de autoridad.
Si tenemos en cuenta lo sucedido en Siria, vemos un hermoso boom de líderes de la sociedad civil, activistas, grupos y tribunales religiosos. Estoy diciendo hermoso, aunque estos grupos puedan ser civiles o inciviles, pero mi argumento es que la valoración depende del contexto. Si consideras el caso de las tribus, por ejemplo, muchos estudiosos las verían de forma negativa porque las tribus están llevando a la sociedad civil siria a una forma tradicional de Estado. Sin embargo, en realidad fueron las tribus las que se levantaron contra el ISIS en ciertas zonas. En las zonas controladas por el ISIS, este grupo tuvo que tenerlas en cuenta. La situación no es ni positiva ni negativa. Por ejemplo, hubo grupos armados que posibilitaron el boom de la sociedad civil trasladando el gobierno de ciertas áreas. Sin embargo, al mismo tiempo, también hubo grupos armados que pusieron fin a la existencia de muchos grupos de la sociedad civil. Muchos se preguntan: ¿Cuál es el papel de las organizaciones religiosas en el conflicto sirio? Algunas de ellas jugaron un papel positivo al proporcionar ayuda humanitaria a los diferentes bandos. Sin embargo, hubo plataformas no religiosas que fomentaron el odio incrementando el conflicto. Por tanto, no podemos definir quién es civil y quién es incivil en Siria.
A nivel local, todas esas fuerzas conforman el escenario sobre el terreno. Sin embargo, no son las únicas fuerzas porque también trabajan con otras fuerzas a nivel internacional, bien colaborando o bien compitiendo entre ellas. Observé que hay una tendencia general en lo que están haciendo los actores internacionales. En mi opinión, están sobre todo elaborando durante el conflicto un proyecto de paz neoliberal respecto a la construcción de Estado a través de la construcción de sociedad civil. La nueva dirección de la paz neoliberal se basa en liberalización versus institucionalización. Lo que quiero expresar con construcción de Estado es la creación y promoción, de arriba a abajo, de la Coalición Nacional de las Fuerzas Revolucionarias y de Oposición Sirias (me referiré a ella como coalición). Se ha apoyado también la creación y promoción de consejos locales siguiendo su propia definición. Hace un tiempo pregunté a uno de los políticos internacionales de alto nivel sobre el apoyo a la coalición y le cuestioné el enfoque de arriba a abajo. El político me contestó que no había otra opción; y que tenían de negociar con una institución determinada, que para eso crearon la coalición. Y aunque sabían que es algo malo, para ellos era mejor que nada.
También le pregunté por la coalición a los políticos locales. Las respuestas fueron similares. La ven como una institución reconocible de la oposición siria con la que los actores externos negociarán. Sin embargo, la coalición es una parte que carece de legitimidad local. La coalición lo sabía desde el principio. Por tanto, lo que sucedió fue que la coalición decidió conseguir la legitimidad a través de las fuerzas sobre el terreno. Comprendió que apoyando a los consejos locales conseguía aumentar su propia legitimidad.
Sin embargo, no fue un proceso exitoso porque la coalición estaba imponiendo a su propia gente. Esa gente reflejaba la división dentro de la coalición entre los Hermanos Musulmanes y los demócratas. Dentro de la coalición hay algunas partes que cuentan con el apoyo de Arabia Saudí y otras con el apoyo de Qatar. Por ejemplo, al-Sabbagh, un empresario sirio, está apoyado por Qatar, y Ahmad Jarba es prosaudí. Esto llevó a que se formaran dos unidades diferentes: Local Assistance Coordinating Unit (LACU) y Assistance Coordination Unit (ACU), de las que sólo queda esta última, la ACU. Sin embargo, esta lucha por la legitimidad dentro de la coalición resultaba obvia para los consejos locales sobre el terreno. También la comunidad internacional que apoya a la coalición era consciente de esa lucha. Sin embargo, para la comunidad internacional, la agenda de construcción de Estado consistía en que la creación de una forma mínima de Estado es una prioridad en comparación con los intereses comunes de la sociedad siria.
Los consejos locales son otra historia; los veo como un proyecto que las diferentes partes han utilizado para gobernar Siria. Lo que está sucediendo es que la comunidad internacional proporciona apoyo a los consejos locales a través de sus ejecutores. El problema con este enfoque es que es apolítico y supone un enfoque técnico de la gobernanza que no tiene en cuenta habitualmente las relaciones sociales de poder, ignora las cuestiones políticas estructurales y se arriesga a reducir la democracia a una serie de acontecimientos orientados por las elites, como las elecciones, en vez de a los acontecimientos centrados en el pueblo y basados en las relaciones.
Este enfoque puede terminar empoderando a la institución del Estado a expensas de la sociedad.
Un intelectual sirio subrayó que esos ejecutores entrenaron a cinco consejos locales sirios diferentes en cinco cuestiones diferentes, de forma que no pudieron coordinarse. Esto parecer formar parte de este discurso de la descentralización.
Si consideramos el enclave de Gaziantep, todo lo que está sucediendo tiene que ver con las zonas de Siria no controladas por el gobierno; oirás hablar mucho sobre descentralización, lo que puede ser objeto de debate. Sin embargo, el problema ahí es que cuando el país carece de un sistema robusto, ¿qué implica realmente el discurso de la descentralización?
A mí me parece que es una tendencia similar a lo que está sucediendo en el Yemen y en Libia, es decir, la balcanización de esos Estados en nombre de la descentralización.
Otra cuestión es que los diferentes gobiernos estén cooperando con los diferentes consejos locales. Francia está hermanando sus ciudades con algunos consejos locales. Otros países, como Turquía, apoyan a los consejos locales que se encuentran cerca de sus fronteras al considerar que forman parte de su legado histórico y económico.
Esto es todo lo que tengo que decir acerca del proyecto de construcción de Estado que está llevándose a cabo en Siria.
Ahora voy a hablar del proyecto de sociedad civil. Mi posición respecto a esta cuestión es que lo que se está intentando hacer es institucionalizar la sociedad civil. Por lo general, los esfuerzos internacionales se han centrado en los grupos de las elites urbanas metropolitanas que hablan inglés y a controlar las bases de la sociedad civil, como he mencionado antes cuando explicaba la ONG-ización, por tanto se convierten en partes del trabajo de gobernanza mundial de instituciones y ONG profesionales.
Lo erróneo de este enfoque es que están limitando a la sociedad civil como movimiento social sobre el terreno. Están limitando sus capacidades para que sólo respondan a los proyectos en los que dependen de los donantes. A esto me refería antes cuando hablaba del problema de los activistas sirios con la palabra activistas, ONG y sociedad civil. Los activistas sirios sienten que les están arrebatando sus proyectos y que están imponiéndoles los proyectos de los diferentes donantes y el lenguaje y prioridades de esos donantes.
No estoy diciendo que todos los movimientos sociales deban mantenerse como movimientos sociales o que deban convertirse en ONG. La elección deben tomarla ellos. Sin embargo, si realmente queremos apoyar esos movimientos sociales, deberíamos apoyarles como tales y no imponerles el proceso de registrarse y convertirse en ONG.
-BH: Gracias, Rana, nos has aportado mucho más de lo que esperaba. Realmente, hay tantas cuestiones ahí, que apreciaría realmente que tuviéramos en el futuro la oportunidad de hablar contigo de nuevo sobre los componentes de esos amplios esfuerzos.
Teniendo en cuenta factores complejos como la naturaleza conflictiva del desarrollo de la sociedad civil, la aparición de una economía de guerra, la existencia de diversos grupos enfrentados y la intervención internacional, me gustaría finalmente preguntarte tu opinión acerca de adónde se encaminan en el futuro todos esos componentes complejos y qué elementos deberíamos tener en cuenta.
-RK: Me sentí fascinada con los trabajos de Naomi Klen sobre la doctrina del shock y el capitalismo del desastre. No diría que soy la defensora más firme de las posiciones contra el capitalismo, pero veo que puede darse pronto un enfoque similar en Siria con la privatización, liberalización y otras cuestiones. Lo que realmente le sucede a la sociedad en ese estado de shock es que esa sociedad e incluso nosotros, los sirios que estamos lejos, en algún momento empezamos a aceptar alguna forma de receta de gobernanza. Esta estrecha definición de nosotros versus ellos, o estás con el régimen o con el ISIS, como si no hubiera nadie entre medias. La sociedad civil empezó a dividirse en función de esas partes. Sin embargo, cuando miramos sobre el terreno, vemos que actualmente hay manifestaciones contra los tribunales de la Sharia y contra los consejos locales. La gente, al menos en la sociedad civil, está trabajando duro y haciendo cosas hermosas para conseguir la forma de gobierno que querían a principios de 2011. Aunque me temo que las cosas están empeorando. Hablaba antes de la gobernanza híbrida cuando lo local da forma a lo internacional. Sin embargo, siendo realista, el impacto y capacidad internacional son más fuertes que lo local. Si queremos mejorar realmente el escenario en Siria, tenemos que considerarlo desde una perspectiva diferente. Para ayudar en la gobernanza, hay tres medidas fundamentales: eficacia, legitimidad y seguridad.
Yo le digo a la gente que aprendan del ISIS en cuanto a que le aportó a la gente esas medidas. Por una parte, la gente en Occidente se pregunta cómo los sirios pueden aceptar sobre el terreno a fuerzas como el ISIS. Por otra parte, los sirios deben estar pensando que la gente de la comunidad internacional está permitiendo que nos maten cada día y se preguntan dónde está el aspecto de los derechos humanos del que tanto cacarean.
Si observamos a través de la lente de la eficacia, la comunidad internacional lo ve diferente en comparación con la comunidad siria. La comunidad internacional considera la eficacia algo relacionado con el éxito en la aplicación de sus propias agendas y proyectos sin tener en cuenta cómo impactan en las comunidades locales. No estoy intentando homogeneizar a toda la comunidad internacional porque hay algunos ejemplos de que han ayudado a dar visibilidad a muchas voces de la sociedad civil siria.
Respecto a la seguridad, a nivel de la comunidad internacional oímos hablar mucho de emigración y terrorismo y definen la seguridad en función de eso. La comunidad internacional intenta centrarse en la seguridad y en el Estado fallido a través de los combates militares, la policía, el sistema judicial y el liderazgo. La comunidad internacional trata de crear un Estado que le provea de seguridad. Desde la perspectiva de lo local, la seguridad es sencillamente una experiencia vivida. Los locales llegan a aceptar gobiernos como los del ISIS porque lo primero que hace el ISIS es librarles del resto de los grupos armados sobre el terreno a través de su propia policía. En algunas zonas, los saqueos eran un gran problema para la comunidad local y el ISIS fue muy eficaz a la hora de proporcionarles seguridad en ese aspecto. No estoy diciendo que las comunidades locales acepten el ISIS, lo que estoy diciendo es que la aceptación del ISIS es cada vez mayor porque es la única fuerza sobre el terreno que proporciona seguridad a los habitantes locales.
La tercera medida es la legitimidad, que es el único factor del que el ISIS carece. Aunque el ISIS tiene su revista e ideología propias, tiene aún que conseguir la legitimidad en las zonas que gobierna. Realmente dudo de que lo pueda conseguir nunca. La comunidad internacional ve la legitimidad como una especie de legalidad racional que tiene que ver con la seguridad del Estado y la provisión del bien público. Sobre el terreno, la gente considera la legitimidad como algo que tiene que ver con la construcción de relaciones de confianza. Es una perspectiva muy diferente de la anterior. Resumiendo los esfuerzos de construcción de paz en Siria: tenemos que mirar esos esfuerzos de forma diferente y equiparar las perspectivas local e internacional en la gobernanza tanto de la paz como de la justicia. En estos momentos, lo que la comunidad internacional considera que hay que hacer para llegar a la paz y la justicia y lo que los locales necesitan es algo diferente. Tenemos que tener en cuenta al mismo tiempo no sólo la paz y la justicia sino también la seguridad y el cambio.
-BH: Gracias, Rana. Hay algo que quiero preguntarte antes de que acabemos, cuando te referías al enfoque de la gente del mal menor respecto al ISIS, ¿es algo que tú sientes como un juicio absoluto por parte de la gente o forma parte sencillamente de esa situación del mal menor y no de algo necesariamente horrible según las diferentes circunstancias?
-RK: Sólo estaba evaluando cómo es que el ISIS ha podido gobernar en esas zonas. No estoy diciendo que haya tenido más o menos éxito porque los locales tengan capacidad de actuar. No se les ha negado totalmente esa capacidad pero si se les pide que se levanten contra el ISIS, es algo muy costoso, muy arriesgado para ellos. En Dayr ez-Zor, antes de que el ISIS lo tomara, los grupos armados no lo combatieron. Para ellos, el ISIS era equivalente a al-Nusra. ¿Por qué deberíamos esperar que los locales se levanten contra cualquier grupo que les proporcione eficacia y seguridad, aunque carezca de legitimidad? Lo que estoy queriendo expresar es que tenemos que tener en cuenta ese aspecto para ver cómo combatimos al ISIS.
-BH: OK, Rana. Aprecio mucho el trabajo y el tiempo que nos has dedicado. Tengo muchas preguntas y comentarios que me gustaría hacerte, pero lo dejaremos para otro momento si eres tan amable de unirte a nosotros de nuevo. En nombre de Status/الوضع, estamos muy contentos de tu presencia en nuestro programa.
RK: Gracias a ti, Bassam, y gracias a الوضع.
Bassam Haddad es Director del Programa de Estudios sobre Oriente Medio y Profesor del Departamento de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad George Mason. Es asimismo profesor visitante de la Universidad Georgetown. Es autor, entre otros libros, de «Business Networks in Syria: The Political Economy of Authoritarian Resilience» (Stanford University Press). Es cofundador y editor de Jadaliyya; coproductor y director del film «About Bagdad»; ha dirigido recientemente una película sobre los emigrantes árabes/musulmanes en Europa titulada «The ‘other’ thread», etc.