No es el objetivo de este artículo detallar la situación de ocupación, represión y Apartheid que sufre el Pueblo palestino desde la creación del Estado de Israel y la Nakba de 1948, cuando casi un millón de palestinas/os fueron expulsados de sus casas y cuyos descendientes siguen imposibilitados de regresar a su tierra. Tampoco lo […]
No es el objetivo de este artículo detallar la situación de ocupación, represión y Apartheid que sufre el Pueblo palestino desde la creación del Estado de Israel y la Nakba de 1948, cuando casi un millón de palestinas/os fueron expulsados de sus casas y cuyos descendientes siguen imposibilitados de regresar a su tierra. Tampoco lo es describir la masacre perpetrada en Gaza por el Estado sionista. Todas/os somos más o menos conscientes del drama que se esconde tras las desgarradoras imágenes que nos han llegado a diario. El objetivo de este artículo es otro: incidir en la dirección que debería tomar nuestra respuesta.
Ante esta criminal agresión, cuyo objetivo último es aniquilar o, en su defecto, obligar al Pueblo palestino a abandonar su tierra para consolidar el proyecto sionista de la Gran Israel sobre la Palestina histórica, han tenido lugar multitud de protestas en pueblos y ciudades de Euskal Herria. En dichos actos, además de la solidaridad con el Pueblo palestino y la contundente denuncia del Estado sionista, aparece permanentemente la exigencia de boicot a Israel (demanda ya presente en Euskal Herria desde hace varios años). Esta petición se basa fundamentalmente en la campaña de boicot, desinversiones y sanciones contra el Estado israelí (campaña BDS), inspirada en la prolongada campaña para aislar internacionalmente al régimen del Apartheid sudafricano.
Tal y como se recoge en el llamado de la sociedad civil palestina de 2005, la campaña BDS se mantendrá hasta que Israel reconozca el inalienable derecho de autodeterminación del Pueblo palestino y cumpla con la ley internacional en lo referente a finalizar la ocupación y la colonización, desmantelar el muro, reconocer la igualdad de derechos de l@s ciudadan@s palestin@s en Israel y permitir el regreso de los refugiados palestinos.
La campaña BDS está impulsada por 173 organizaciones palestinas (http://www.bdsmovement.net/call) y constituye la principal herramienta que el Pueblo palestino pone en manos de los movimientos solidarios con su causa. Multitud de organizaciones solidarias, asociaciones culturales, de estudiantes, deportivas, sindicatos, universidades y personas a nivel individual impulsan dicha campaña en todo el mundo, conscientes de la necesidad de cortar todas las relaciones con el Estado sionista, de acabar con su pretendida imagen de Estado moderno y democrático. La campaña BDS cada vez cosecha más éxitos y se perfila, sin duda, como la mayor iniciativa y la más realista para acabar con la ocupación y opresión del Pueblo palestino. Ello no ocurrirá de la noche a la mañana, pero lo que es iluso es pensar que echándonos las manos a la cabeza ante las atrocidades de las semanas previas, realizando manifestaciones o mediante las apelaciones a la contención y al respeto de los derechos humanos por parte de la diplomacia internacional se vaya a detener la criminal maquinaria bélica israelí o se haga desistir al Estado sionista de sus objetivos últimos. No hay más que ver el posicionamiento de la mayoría de gobiernos del mundo, incluyendo los europeos, tan preocupados aparentemente por la violación de los derechos humanos en otras partes del mundo. Frente a la agresión sionista su respuesta ha sido solicitarle en voz baja que no matase de forma tan descarada, que queda muy feo asesinar niñas/os a centenares delante de las cámaras de televisión. Al fin y al cabo, los intereses de las potencias europeas y EEUU coinciden en gran medida con los del Estado sionista. Es más, están en muchos casos condicionados por el sionismo (no olvidemos el papel determinante que juegan los lobbies sionistas a nivel mundial).
En Euskal Herria también somos conscientes de la validez del boicot como una herramienta de lucha con gran potencial. Por eso, el apoyo a la campaña BDS y los llamamientos a romper todo tipo de relaciones con el Estado sionista van ganando terreno y se han reforzado tras la masacre contra Gaza.
En este contexto debemos ubicar la suspensión del viaje que la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Euskadi, con la colaboración del Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi y la Asociación cultural Euskadi-Israel Havtajá y la financiación del Parlamento vasco, pretendía celebrar del 27 de agosto al 4 de septiembre al Estado de Israel para visitar varios kibutz. En este viaje iban a tomar parte además sendos parlamentarios del PP y del PNV, que tendrían todos sus gastos de desplazamiento, hotel y dietas financiados con dinero público. No deja de ser paradójico que mientras el Estado sionista masacraba a la población palestina bombardeando hogares, hospitales y escuelas, que mientras miles de vascas y vascos salíamos a la calle a denunciar ese exterminio, algunas otras vascas y vascos preparaban las maletas para visitar el Estado sionista como si no pasara nada, y además con colaboración y financiación pública.
Aunque sean razones de seguridad las esgrimidas para la cancelación del viaje, es evidente que la presión ejercida por el movimiento de solidaridad con Palestina ha tenido mucho que ver. En cualquier caso, no dejan de ser llamativas las declaraciones del secretario técnico de dicha Federación aparecidas en prensa, según las cuales no entran a valorar la actuación de Israel, indicando que «somos neutros y no queremos politizar ni el viaje ni la Federación» (¡Cómo si un viaje oficial al Estado de Israel no fuera hacer política!). Debemos decirlo alto y claro: no se puede legitimar desde Euskal Herria al Estado sionista mediante este tipo de iniciativas.
En este sentido, aunque la denuncia de la complicidad con el sionismo y con la perpetuación de la vulneración de los derechos del Pueblo palestino por parte de los gobiernos sea imprescindible, no es necesario irse muy lejos para encontrar colaboradores con el Estado sionista. La Estrategia marco de internacionalización 2020: Estrategia Basque Country del Gobierno Vasco aprobada en abril de 2014 es un ejemplo evidente. En dicha estrategia se incluye a Israel como «país preferente para la internacionalización», el cual «constituye un socio preferente del que aprender» (https://www.irekia.euskadi.net/assets/attachments/4437/EstrategiaBasqueCountry_es.pdf, páginas 52 y 54). No vamos a entrar aquí a abordar qué es lo que se va a aprender de Israel (ya tod@s sabemos que, al menos en materia policial, algo ya han aprendido…), pero lo que es indudable es el interés por establecer y reforzar las relaciones con un Estado que se expande en base a la política de hechos consumados (consumados militarmente), ocupando territorios y desplazando y masacrando a la población, ignorando reiteradamente la legalidad internacional y las resoluciones de la ONU.
El aislamiento internacional del régimen sionista es la mejor solidaridad que podemos ejercer con el Pueblo palestino. Y nuestro terreno de juego está aquí, presionando para suspender todas las relaciones, colaboraciones y negocios que instituciones, entidades de todo tipo (incluidas las culturales) y empresas vascas mantienen o pretendan establecer con el Estado sionista y sus representantes. La solidaridad visualizada en Euskal Herria frente a la masacre de Gaza debe mantener su presión y transformarse en una solidaridad más efectiva, contribuyendo a minar los cimientos de ese Estado excluyente, racista y criminal. La campaña BDS ofrece un marco adecuado para conectar esta lucha con la lucha solidaria internacional con el Pueblo palestino. Si para la oligarquía vasca el Estado sionista constituye un «país preferente», para el movimiento internacionalista vasco, la denuncia de los cómplices del sionismo en Euskal Herria, la exigencia de no colaboración con el Estado sionista y el boicot en todos los ámbitos debe constituir la línea de acción preferente.
Iñaki Etaio es miembro de Askapena.
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