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El pueblo Árabe demuestra que no necesita de Al-Qaeda y Ben-Laden

Sublevación popular Túnez, Egipto y más

Fuentes: Rebelión

El fuego de la muchedumbre tomó las calles arrojando con ira sus dulces vidas en contra de un destino impostor. La historia pidió auxilio a la muchedumbre y hoy se resguardan. Están buscando a la muchedumbre con caramelos para arrebatarle el destino a la historia y así catapultar a la muchedumbre. ———- La sublevación popular […]

El fuego de la muchedumbre tomó las calles arrojando con ira sus dulces vidas en contra de un destino impostor.

La historia pidió auxilio a la muchedumbre y hoy se resguardan.

Están buscando a la muchedumbre con caramelos para arrebatarle el destino a la historia y así catapultar a la muchedumbre.

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La sublevación popular en Túnez y Egipto es muestra y prueba de que el mundo árabe no necesita de la efectiva trampa sionista de Al-Qaida y Bin Laden.

Pero esto también sirve para hacer un llamado y reflexionar para no reducir o caer en el simplismo de reducir al mundo árabe a un reducto religioso. Estamos reproduciendo el discurso de la derecha (estereotipado) para ocultar sus fines de dominación. Las luchas son políticas, económicas, luchas de clases no religiosas.

Después del final de la Guerra Fría con la caída del bloque socialista, las fuerzas imperiales (y digo imperiales porque no es un término obsoleto ya que esa atrofia política aún existe), supieron del peligro de no tener peligro y por eso se vieron en la obligación de fabricarlo, teoría de la conspiración. Y entiéndase por peligro todo clamor de soberanía.

Recogen a los solitarios fascistas islámicos como Al-Qaida o Bin-Laden (grupo este en el que los musulmanes no se sienten representados ni identificados, más bien sienten un gran rechazo). No hemos visto nunca por ejemplo en el mundo árabe, a la muchedumbre manifestar solidaridad con Bin-Laden o Al-Qaida.

Ahora estos diminutos grupos tendrán una visibilidad global y así es como se hace efectiva la trampa o mentira virtual. Las corporaciones mediáticas serán el vehículo de un bombardeo programado… toda una cortina de humo para la censura… Censurar difundiendo miedo, por ejemplo: «Al- Qaida clama venganza contra occidente, Al-Qaida contra la democracia, Al-Qaida manifiesta que la libertad es un pecado, Al-Qaida somete brutamente a la mujer, Al-Qaida clama por el fin de Israel (este es perfecto para el colonialismo israelí en su victimización), Al-Qaida amenaza con lanzar una bomba en el Vaticano», etc.

Incorporaron al clero académico, El choque de las civilizaciones, y muchos más.

Pero la carta definitiva fueron los impecables autoatentados del 11 de septiembre de 2001, bajo el nombre de Al-Qaida y Bin Laden.

La verdad de esta gran mentira se hace indefendible, el crimen es perfecto… Al-Qaida y Bin Laden. El virtual terrorismo islámico es la carta de oro del sionismo. El manto de la «seguridad» es la licencia para sanguinarias ocupaciones en Afganistán (país no árabe), e Irak, invasión de Líbano e invasiones de Gaza.

Los sanguinarios dictadores árabes, parásitos del poder, la mayoría se someten a los dictámenes sionistas y estadounidense para no ser removidos como Saddam Hussein. Los dictadores árabes catapultan a su población. El dictador Mohammad Hosni Mubarak hambrea a su pueblo, ejerce una férrea represión y corrupción, se convierte en brazo estratégico del genocidio del pueblo palestino, específicamente Gaza. Prácticamente regala los recursos naturales de Egipto como es el caso del gas al colonialismo israelí mediante los Acuerdos comerciales de Camp David. Su agenda comercial y precios los establece el imperio. Toda la base de datos de información de inteligencia es controlada por el colonialismo israelí. Y de esta manera este dictador es presentado mediáticamente por la democracia estadounidense como un moderado que combate a Al-Qaeda… la carta de oro del sionismo internacional.

Después de la caída del bloque socialista la izquierda mundial sufre un duro golpe, la izquierda árabe ya masacrada por los dictadores árabes terminó desarticulada. En Latinoamérica ahora se lucha duramente por una democracia popular y no de elites, se habla de algo casi prohibido como es el socialismo.

Pero los pueblos árabes, después de los autoatentados del 11 de septiembre del 2001, fueron triturados mediantes sus propios dictadores que obedecen a una agenda neocolonizadora o al imperio global que va más allá de la plataforma neoliberal.

Repentinamente irrumpe poderosamente el conflicto de luchas de clases y demandas democráticas, libertad de expresión etc., en Túnez y Egipto, provocando una hecatombe política, un asalto a la historia ya que la misma es de una avasalladora carga popular que hace caer las férreas dictaduras árabes protegidas por Estados Unidos, Europa y el colonialismo israelí, y lo más espectacular es su efecto dominó.

Estos hechos, por una parte, conceden respeto y solidaridad mundial a los pueblos árabes en la lucha contra las dictaduras, y por otra parte amenazan los interese estadounidense y del colonialismo israelí sí su corte o guardia pretoriana de dictadores árabes es derrocada. Bien sabemos que el sionismo hará todo por conservar estos sistemas dictatoriales aunque caigan los dictadores. Renovará la carta del miedo, es decir el extremismo islámico, ese gran enemigo del pueblo árabe y el más útil para el racismo sionista.

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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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