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Superlópez, el villano Maduro y el planeta canalla

Fuentes: Rebelión

En 2018 se estrenó en el cine una comedia llamada Súper López, basada en el comic del dibujante “Jan”, una parodia a la española del héroe salvador de capa, traje y superpoderes encarnado en Superman.

La película cuenta la historia de un bebé del planeta Chitón que fue enviado en una pequeña nave rumbo a EEUU. Un accidental tropiezo en el camino con el satélite Hispasat desvió la trayectoria y el bebé fue a caer en el terruño de la familia López, en un pueblito de la España vaciada. Juan López crece descubriendo con más sorpresa que agrado algunas de sus peculiaridades; una descomunal fuerza, la capacidad de leer el pensamiento, correr a la velocidad del rayo, tener supervisiones e incluso, como descubrirá cuando la situación lo requiere, poder volar. Lo más interesante de la película es que López, dotado de semejantes poderes sobrenaturales, crece tratando de ocultarlos, haciendo todo lo posible por evitar destacar. Su mayor deseo es parecer normal, ser uno más en el planeta Tierra.

A nuestro querido amigo, y ahora casi paisano, Leopoldo López, le ocurre justo lo contrario. Desde hace años trata de colocarse la capa y el `súper´ en una especie de carrera del todo vale para devolver al país caribeño a su lugar en el universo. Abanderado representante del planeta burgués con epicentro en Washington, Superlópez reclama su espacio como paladín de la lucha “libertadora” contra el villano Maduro y el proceso bolivariano, ese que hace más de 20 años irrumpió en Venezuela para fastidiar la fiesta de la silicona, el lujo, la telenovela y el desparrame en lo que algunos extraterrestres consideraban el “escaparate de Latinoamérica”.

El Superlópez venezolano es un perfecto hijo de la galaxia de la oligarquía y la burguesía parasitaria venezolanas. De reconocida estirpe terrateniente y bancaria, su planeta familiar alumbra una de las ascendencias más poderosas del país. Su abuelo materno, de apellido Mendoza, fue ministro de agricultura durante el gobierno de Betancourt. El primo de Leopoldo es el gran empresario Lorenzo Mendoza, presidente ejecutivo de Empresas Polar. Su madre, Antonieta Mendoza, fundadora del International Women’s Forum, posee “más de veinticinco años de experiencia en Comunicación y Corporate Affairs para algunas de las compañías más grandes de América Latina, como PDVSA y la Organización Cisneros”, conglomerado de medios corporativos de comunicación con negocios cuando menos oscuros presidido por el multimillonario Gustavo Cisneros, buen amigo del expresidente español Felipe González. Avatares del destino galáctico, Antonieta hoy reside en Madrid y es vicepresidenta de la división Advocacy LatAm de una consultora de negocios de nombre menos anglosajón: Llorente y Cuenca. Por parte de Padre, el apellido López también luce un preciado abolengo. Su abuelo y tío-abuelo, fundaron el Centro Médico de San Bernandino. Su padre, el empresario Leopoldo López Gil, educado en la Universidad de Columbia, fue directivo del diario El Nacional. Hoy, avatares de la vida astral, es eurodiputado por el Partido Popular español. Con semejante linaje, podemos ir adivinando de dónde le vienen a nuestro superlópez los superpoderes.

El pequeño López estaba destinado a convertirse en un prominente líder político. Con ese fin fue instruido desde su más tierna infancia. Estudiante de un prestigioso colegio privado de la élite venezolana, completa su formación nada menos que en EEUU. Princeton, Kenyon College y el reputado Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, estrechamente vinculado a la CIA, donde se forman los líderes del capitalismo internacional. El joven afianza jugosas amistades con la élite financiera y militar mientras recibe una formación ajustada al político de su tiempo. Con los tradicionales partidos Acción Democrática y Copei en decadencia, es el momento de la gestión tecnocrática de la política; el Estado concebido como una empresa. A su regreso al feudo, le espera el cargo de asesor de “Petróleos de Venezuela” cuando su madre es Directora de Asuntos Públicos de la empresa. Blindado de tales superpoderes de cuna, Leopoldo está listo para liderar la fundación del renovado tiempo político neoliberal.

Ocurrió que superlópez y su poderosa galaxia se toparon con un meteorito llamado Chávez, que inauguró un proceso que echó raigambre en las mayorías populares históricamente invisibilizadas, marginadas y explotadas por los de su clase y condición. Aun así, el tenaz Leopoldo fue fundador del partido Primero Justicia y alcalde del municipio más rico de Caracas, Chacao, desde donde participó en el golpe de Estado de 2002 contra el Presidente Chávez. De la mano de su carrera política, germina su actividad delictiva y golpista. En 2009 crea a su imagen y semejanza Voluntad Popular. Recorre los barrios humildes en un intento por disputar las sólidas bases chavistas con el discurso emprendedurista del “tú sí puedes” y el mágico lema “esfuérzate lo suficiente y lograrás salir de la pobreza”. Autodefinido como un partido de centro-izquierda, progresista y miembro de la Internacional Socialista, Voluntad Popular se ubica en la órbita de la extrema derecha violenta asesorada y financiada por EEUU para derribar el proceso bolivariano. No sorprende, conociendo el historial de la Internacional Socialista; que se lo cuenten al PSOE español. Voluntad Popular va un paso por delante. Su estrategia se ajusta al eufemístico manual del “golpe suave” del anticomunista estadounidense Gene Sharp: “nosotros combatimos con armas psicológicas, sociales, económicas y políticas”. A todas esas variantes de guerra desencadenadas contra Venezuela desde el Norte, incluyendo la violenta, se suma Voluntad Popular. Entre sus grandes amigos, el colombiano Uribe y su red paramilitar, con múltiples conexiones con el planeta López. Recordemos la financiada penetración del paramilitarismo colombiano en Venezuela y las recientes fotografías del grupo Los Rastrojos con Juan Guaidó, soldadito fiel de superlópez. Antiguos compañeros como Capriles Radowsky o el también opositor Henry Falcón tratan de diferenciarse de su estrategia de “calentar la calle”. En 2014, nueve meses después de que Nicolás Maduro asumiera la presidencia tras las elecciones posteriores a la muerte de Hugo Chávez, consideran que ya es hora de que las calles ardan. Comienza el Plan La Salida. López llama a “una fuerza en la calle” para propiciar “la salida” del villano Maduro. Sin embargo, como afirma el psicólogo social Fernando Giuliani en la serie Operación Venezuela, “la estrategia no era solo protestar”. Nacen las famosas guarimbas, acciones terroristas ejecutadas por sujetos con experiencia en operaciones de violencia urbana y donde participan desde delincuentes contratados a cambio de dinero o droga hasta paramilitares colombianos. ¿De dónde viene la financiación? Entre las hazañas de los guarimberos, está colocar guayas, cables atravesados en las carreteras que degollan a los motorizados, en su mayoría de barrios populares. Las protestas, actos de sabotaje y ataques a instituciones públicas, dejan “más de 800 personas heridas, más de 10.000 millones en pérdidas y 43 personas fallecidas. La mayoría no tenían que ver con las acciones de calle”[1]. Sería apenas un adelanto de las guarimbas de 2017, cuando se quema a personas vivas por ser o parecer chavistas.

Cables filtrados de Wikileaks revelan 12 años de financiamiento a Leopoldo López por parte de EEUU. Superlópez aparece mencionado en más de 79 cables diplómaticos solo entre 2006 y 2009. En 2015, Leopoldo es condenado a 13 años por su implicación en los hechos violentos en La Salida. Desde prisión sigue moviendo hilos y transfiere los superpoderes a su fiel esposa Lilian Tintori, quien se dedica a estrechar vínculos y relaciones con instituciones satélite de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, como la USAID, con grupos de comunicación y organismos internacionales. En 2015, López recibe el galardón Democracy Award de la NED, organización financiada por la CIA que impulsa proyectos galácticos, neoliberales y anticomunistas. El relato del Leopoldo López perseguido por el régimen vuela por el sistema solar. Mientras, en Venezuela superTintori aparece en focos de violencia durante las guarimbas iniciadas en abril de 2017, que ocasionan la muerte de alrededor de 140 personas.[2] El grupo de investigación y análisis Misión verdad señala que Voluntad Popular, “es la organización que más notoriamente ha conducido la fase terrorista de la agenda política del antichavismo… Jugó un papel fundamental en la fase armada de las guarimbas de 2017, financiando, organizando y liderando a grupos irregulares con dinero estadounidense canalizado por redes de ONG”.[3]

En julio de 2017, la “cruel dictadura” bolivariana concede a López la prisión domiciliaria. Al mes siguiente, se confiscan en el auto de Lilian Tintori varias cajas de madera con billetes “para comprar medicinas para su abuela”: el equivalente en bolívares de alrededor de 60.000 dólares. No cabe duda, eran medicinas extraterrestres.

2019 el planeta López lo proyecta como su gran año. En enero, Guaidó se autoproclama presidente interino de Venezuela. El 23 de febrero, fracasa el intento de golpe de Estado de la “ayuda humanitaria” y el concierto en la frontera colombo-venezolana. El 30 de abril, superlópez vuelve a la acción y rompe la prisión domiciliaria aprovechando la sublevación de un pequeño grupo de militares. Tras un nuevo golpe frustrado, ¿adivinan dónde se refugia? En la residencia de la embajada del Reino de España en Venezuela, bajo la protección del gobierno español y el hospitalario embajador Jesús Silva.

¿Recuerdan ese satélite llamado Hispasat con el cual colisionó la nave del bebé enviado desde Chitón? Pues es en parte responsable de que la opinión pública no maneje esta información. ¿Qué diantres es Hispasat? Una empresa española de telecomunicaciones por satélite. Como asevera su página web, “líder en la distribución de contenidos en español y portugués. Con más de 25 años de experiencia, el Grupo HISPASAT mantiene una fuerte presencia en la Península Ibérica y América Latina, donde es ya el cuarto operador satelital”. Esa red de telecomunicaciones es justamente la que distribuye los contenidos que produce y controla la poderosa industria de la información. Como sabemos, controlada por un puñado de corporaciones a nivel mundial, la comunicación es actualmente la principal creadora de matriz de opinión y cultura hegemónica.

Esa compleja maquinaria de guerra tiene entre sus principales objetivos la caída del gobierno legítimo de Venezuela. Capaz de convertir el agua en vino y a un terrorista en libertador, consigue el milagro de posicionar en la órbita planetaria y extraplanetaria a Leopoldo López como un respetable superhéroe defensor de los derechos humanos y la democracia, salvador de un pueblo preso en el sistema planetario del villano Maduro.

La arquitectura militar y civil llamada Hispasat tiene la tarea de hacer llegar el mensaje a recónditos lugares del planeta Tierra. Artífice de que el ciudadano medio de la ciudad de Madrid ignore el nombre del presidente de Portugal o de Andalucía mientras en un pueblito de la Castilla vaciada, cualquier vecino siente cátedra sobre el dictador extraterrestre que tiene secuestrada Venezuela. La información que unos pocos producen desde despachos corporativos se riega masivamente a través de televisores, radios, móviles, pantallas y por supuesto de ese eficaz altavoz conocido popularmente como “radio macuto” gracias a multinacionales de la comunicación como Hispasat. Con semejante red al servicio de la galaxia del mal, el escenario interplanetario está preparado para, por ejemplo, convertir el Reino de España en lugar estratégico de la ofensiva contra Venezuela.

No es de extrañar pues que Leopoldo López, como por arte de magia, apareciera en Madrid el pasado octubre de 2020. En un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno de España, del 25 de octubre, leemos: “Leopoldo López ha llegado hoy domingo a Madrid pudiéndose reunir con su familia. Su llegada se produce después de haber permanecido como huésped en la residencia de la Embajada de España en Caracas desde el 30 de abril de 2019. La decisión de salir de la Embajada es una decisión personal y voluntaria”.

¿Decisión personal y voluntaria? ¿No creen que falta información? ¿Cómo demonios llegó Leopoldo López hasta España y quién autorizó la llegada clandestina de un prófugo de la justicia? Lo sabíamos. En esa misteriosa huida desde Venezuela, Leopoldo López utilizó sus superpoderes. Lo imaginamos con su capa al viento planeando sobre el territorio a liberar, abandonándolo hasta tiempos mejores para arribar al Reino de España, donde un destacado ejército injerencista le recibirá con los brazos abiertos. Puede que la “imaginación” del sociólogo Marcos Roitman se ajuste más a la realidad. En un reciente artículo [4] afirma que Leopoldo llegó en un vuelo privado desde Miami. Qué ruta utilizó para llegar hasta Miami sigue siendo incógnita. ¿Directamente desde Venezuela, o desde Colombia, tras atravesar la frontera con el concurso de los superpoderes del paramilitarismo colombiano?

Lo que sí es seguro es que tras dos días de su llegada “oficial” al Reino, el terrorista venezolano es recibido en la sede del Partido Socialista Obrero Español por el presidente Pedro Sánchez. A continuación, en una concurrida rueda de prensa en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, afirma que su salida ha sido clandestina y regresará para liberar Venezuela. “Prefiero no dar detalles de lo que fue mi salida. No lo hago porque debo proteger la integridad de las personas que me ayudaron. En su momento lo haré”. Sobre su reunión con el presidente asegura ver “en él, en su gobierno y en su partido, la determinación de acompañar la lucha por la libertad y por elecciones libres en Venezuela”. Más allá de miembros de la Internacional Socialista, nuestro superlópez se arrima a su biosfera natural: la extrema derecha. Ésta lo recibe en el Congreso de los Diputados. Santiago Abascal, presidente de Vox, afirma: “He podido transmitirle nuestra alegría por su libertad, nuestro apoyo al pueblo venezolano que resiste a la tiranía”. Pablo Casado, del PP, lo llama sin sonrojarse “el Mandela de Venezuela”. Felipe González y José María Aznar, expresidentes con dilatado empeño en desestabilizar la democracia venezolana, saludan gozosos su llegada. Uno tras otro, contemplamos admirados a destacados seres de elevadas galaxias haciendo gestos a López en una suerte de carrera por liderar la batalla antivenezolana.

El teatro de operaciones cuenta, como era de esperar, con el respaldo de los voceros oficiales de la comunicación. ¿Cómo definen a Leopoldo López los voceros mediáticos? “Símbolo de la resistencia” (ABC), “líder de la resistencia democrática en Venezuela” (El Español), “el opositor más emblemático de la Venezuela chavista… en busca de una transición a la española” (El Independiente), “Leopoldo López o el liderazgo democrático” (El Mundo), “Un López en plena forma, vestido con traje y corbata azul, ha cerrado filas con Juan Guaidó, ha hablado de unidad y se ha ratificado en continuar la lucha” (El País).

¿De dónde viene semejante interés hacia Venezuela por parte de medios, políticos, presidentes de gobierno, empresarios, escritores, centros de inteligencia, think tank, organismos internacionales, agencias de “cooperación”, ONGs y una larga lista? La respuesta la encontramos en el propio argumentario de la derecha. Seleccionamos, casi al azar, las palabras del opinólogo liberal español José Luis Gómez: “según la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, Venezuela tiene la mayor estimación de reservas de petróleo probadas del mundo –más incluso que Arabia Saudí– y en el llamado Arco Minero se concentran grandes reservas de oro, diamantes y mineral como el coltán”.[5] Arabia Saudí, como bien sabe nuestro emérito Rey Juan Carlos de Borbón, gravita en la órbita adecuada. Venezuela en cambio se perdió en el universo del comunismo y el mal.

Pero no se preocupen fuerzas extraterrestres. Héroes como Superlópez devolverán Venezuela al sistema planetario del que nunca debió haber salido. Podríamos leer como un accidente el hecho de que nuestro superhéroe real, como el ficticio, desviara su destino y acabara en España y no en su astro de referencia natural. Pero no olvidemos que la oligarquía latinoamericana es la hija criolla aventajada del imperio español. Aterrizando más en el presente, el Reino de España, miembro de la OTAN, gravita en torno a la estrategia de “defensa” de EEUU. Y Venezuela ocupa un lugar privilegiado en las preocupaciones estratégicas del imperio galáctico. Madrid, con la llegada de Leopoldo López, se refuerza como centro estratégico de la agresión internacional contra Venezuela. No lo decimos nosotros, sino el propio Leopoldo: “España es un lugar estratégico para luchar a favor de la libertad en Venezuela”. Madrid es ya una especie de Miami, en este caso no del lobby cubano, sino de la histórica oligarquía venezolana, como describe el profesor Roitman. “Poseen bienes inmuebles, negocios, inversiones en capital riesgo, turismo, hostelería, y banca. Además cuentan con la nacionalidad española generosamente otorgada de forma exprés”.[6]

Un poder que sería imposible sin la estimable ayuda de la Unión Europea y el gobierno de España. Éste, por boca de la ministra de Asuntos Exteriores González Laya, en una entrevista en televisión española apenas unos días después de la llegada clandestina de López, habla de “profundas discrepancias con el régimen de Maduro en lo tocante a la violación de los derechos humanos” y define a Juan Guaidó como “presidente encargado y líder que aglutina la oposición al régimen de Maduro”.

El próximo 6 de diciembre, se celebran elecciones parlamentarias en Venezuela. Jamás unas elecciones legislativas de ningún país han causado tanto interés internacional. Desde que en 2015 la oposición ganara la Asamblea con la promesa de que acabaría con las colas –tremenda dictadura donde la oposición gana elecciones-, no solo no acabó con un desabastecimiento programado sino que incluyó la Asamblea Nacional a su agenda de guerra.[7]

Con la coyuntura electoral tan a la vista, la agenda de superlópez desde su llegada hace más de un mes, está a la altura de sus superpoderes. Desde España envía señales al nuevo presidente de EEUU. En entrevista en el diario digital El Español, afirma que «Biden puede ayudar a que EEUU y la UE se coordinen mejor por liberar Venezuela».

En un reciente encuentro telemático organizado por Nueva Economía Fórum, junto a Felipe González y el afamado Mario Vargas Llosa, Leopoldo afirmó que mientras en el mundo el Coronavirus es “el principal problema”, en Venezuela constituye “la tercera, cuarta, quinta preocupación”. González, cómo no, riza el rizo afirmando que Maduro “es peor que un virus” y que la pandemia es el chavismo. Lo que no cuentan es que gobierno y organizaciones chavistas, en una situación de asfixia y bloqueo económico brutal, están dando una lucha ejemplar frente a la pandemia. A día de hoy, Venezuela tiene una tasa de 349 contagiados por cada 100 mil habitantes frente a los 2.550 de su ejemplar vecina, Colombia. Mientras en Venezuela (28 millones de habitantes) el número total de fallecidos es de 894, en Colombia (49 millones) la cifra se dispara: 36.584.

No podía faltar en la apretada agenda de López una reunión con José María Aznar nada menos que en la sede de la Fundación FAES, señorío del pensamiento de la derecha ultraliberal presidido por el expresidente español, quien esta semana tendrá varios encuentros con la oposición venezolana.

En la comedia española, el padre terrícola de Juan López aconseja a su hijo adoptivo que no destaque, que la mejor forma de no llamar la atención es permanecer en el anonimato de la mediocridad. Ya sabemos que nuestro querido Leopoldo López, hace años que reúne méritos para ganarse la capa, el súper y algo más suculento para sus bolsillos. Sin embargo, al contrario que el personaje interpretado por Dani Rovira, Leopoldo, por mucho que se esfuerza, no logra salir de la mediocridad. Aceptamos los esfuerzos golpistas a los cuales nos tiene acostumbrados el López de carne y hueso. Lo que nos parece más inaceptable y preocupante –no tan sorprendente si revisamos su pasado desde la Transición- es el apego del PSOE por el pozo de la mediocridad histórica, y su esfuerzo por rendir pleitesía a los intereses del Norte.

Durante la comparecencia en la comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado español del 20 de noviembre, la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica, Cristina Gallach, afirmó que “participamos intensamente en los trabajos del grupo de contacto de la UE… y así estamos preparando nuestra respuesta al 6 de diciembre, que tendrán lugar elecciones y que ya hemos dejado claro que no las reconocemos porque no garantizan los principios básicos, democráticos que deben tener. Por lo tanto que no quede ninguna duda que esta es la política de España con respecto a un país clave”[8].

El gobierno español envía señales de humo al planeta burgués. Dichas señales solo indican una cosa: que España, de acuerdo con la agenda injerencista del imperio USA – UE, como bien afirma la secretaria de Estado, no reconocerá las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en Venezuela. Todo indica que el gobierno de España no enviará observadores internacionales a dichas elecciones. De ser así, nos encontramos ante un paso más en la escalada injerencista del Reino de España para con la soberanía del pueblo venezolano.

La película Súper López no tiene demasiado interés. Sin embargo, por estrambótica que parezca, una vez más la enrevesada trama de la realidad supera la ficción. El protagonista ficcionado Juan López tiene un fondo de humildad y buena gente con el cual fácilmente se encariña el espectador. Contrariamente, empatizar con una figura tan real como Leopoldo López, convertido en superlópez por los medios creadores de ficción y realidades paralelas, solo es posible desde dos posiciones: o estar atrapado en esa matriz al servicio del planeta elit, o ser, decididamente, un operador sistémico de éste. En el último saco, nos encontramos con personajes como Abascal, Casado, Aznar, Felipe González o Vargas Llosa, empecinados como su amigo Leopoldo en coleccionar méritos para conseguir en el mercado de valores una capa, un traje y un “súper” que los eleve a la galaxia de las élites. Tal y como le ocurre a Leopoldo, la historia les reserva, siendo generosos, un lugar privilegiado en el planeta canalla.

Notas:

[1] Operación Venezuela. Capítulo II: La Salida. Leopoldo López: la construcción de un personaje.

[2] Ver Lista de fallecidos por las protestas violentas de la oposición venezolana, abril a julio de 2017, Alba Ciudad, 24 julio, 2017.

[3] Misión Verdad, Voluntad Popular, una organización terrorista.

[4] Marcos Roitman Rosenmann, El gobierno de España legitima a Guaidó y Leopoldo López, La Jornada, 9 noviembre 2020

[5] José Luis Gómez, Venezuela, demasiado rica para ser pobre, La Región, 27 de enero de 2019

[6] Marcos Roitman Rosenmann, El trío de la muerte contra Venezuela: Leopoldo López, Pablo Casado y Santiago Abascal, en Vocesenlucha.com

[7] Ver Pasqualina Curcio, Venezuela | La Asamblea Nacional. Parte del Plan, en Vocesenlucha.com

[8] http://www.senado.es/web/actividadparlamentaria/actualidad/video/index.html?s=14_S012001_003_01

Vocesenlucha. Comunicación popular. Pueblos América Latina, el Caribe y Estado español

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