Recomiendo:
0

El gobierno español comprará misiles estadounidenses Tomahawk

Sus facturas y las nuestras

Fuentes: Rebelión

España dará este verano el paso definitivo para convertirse en El gobierno español adquirirá este verano sus primeros 24 misiles estadounidenses Tomahawk usados por las tropas invasoras en Iraq, Afganistán y anteriormente en Kosovo, confirmaron hoy fuentes del Ministerio de Defensa. El programa costará 72 millones de euros, incluida su integración en fragatas y submarinos, […]

España dará este verano el paso definitivo para convertirse en

El gobierno español adquirirá este verano sus primeros 24 misiles estadounidenses Tomahawk usados por las tropas invasoras en Iraq, Afganistán y anteriormente en Kosovo, confirmaron hoy fuentes del Ministerio de Defensa. El programa costará 72 millones de euros, incluida su integración en fragatas y submarinos, y sólo se está a la espera de que la US Navy remita una carta de oferta y aceptación con las condiciones pactadas con el fabricante Raytheon.
De esa manera, la Armada española dispondrá de un artefacto capaz de alcanzar un objetivo situado a mil 600 kilómetros de distancia con un margen de error de 10 metros y sin necesidad de arriesgar a sus pilotos, indican las fuentes al justificar la compra.

Sus facturas y las nuestras
Koldo Campos Sagaseta

Con la elegancia que requería la noticia y el imprescindible toque de entusiasmo que aportó el locutor, el informativo anuncia la compra, por parte del Estado español, de 24 misiles Tomahawk por 72 millones de euros, «lo que posibilitará que España se convierta en el tercer país en el mundo en disponer de dicha arma, luego de Estados Unidos y Reino Unido».

Ninguna persona, cuando vuelve del supermercado, extiende regocijada su compra sobre la mesa mientras declara al resto de la familia, entre ovaciones, que acaba de hacer la compra del año. Usted no llega eufórico a su casa y, mientras muestra el despilfarro y la factura, proclama que en todo el edificio sólo el vecino del 2-B y el del 6-D han comprado angulas.

Pero, a pesar de lo que parezca sugerir el ejemplo, habrá que convenir en que son compras diferentes y es oportuno distinguirlas. La compra de los misiles, según me he informado, no pasó por ningún parlamento ni está sujeta a verificación en presupuesto económico alguno.

Se aclaran sí en los medios algunas bondades del prodigio adquirido, entre las que no está el precio, medio millón de euros por unidad, o ciertas prerrogativas de «fábrica» como, por ejemplo, que el uso del artefacto quedará limitado a las ocasiones en que las Fuerzas Armadas españolas operen en coalición con las de Estados Unidos. Es decir, España sólo podrá usar esos misiles si le dan permiso.

Oigo que se han descartado alternativas europeas, como el misil Scalp porque aún está en fase de desarrollo y, presumo, urgía al estado español la adquisición de la partida de misiles. Al fin y al cabo, gracias a ese misil y si Estados Unidos lo autoriza, según me entero, se puede alcanzar un objetivo situado a 1.600 kilómetros de distancia con un margen de error de diez metros, y desde la seguridad de un barco o submarino lejos del alcance de una eventual represalia. Que lo vayan sabiendo los futuros enemigos.

Sus compras, sin embargo, esas comunes de supermercado, es posible que las discutan en familia, que cotejen bien los precios, que comparen las ofertas, que elijan el día más adecuado, que busquen la mejor manera de llevar lo necesario y pagar lo menos posible, nada que ver con el caso de los misiles expuesto. A usted nadie va a exigirle que la merluza que compró en la pescadería, además de pagarla, tenga que comérsela con la dependienta.

Pero al margen de estas diferencias hay una que, sin duda, es definitoria. Sus compras en el supermercado las paga usted, y la factura de los misiles por parte del Estado que risueño anuncia el locutor, también la paga usted, que mientras a algunos esas facturas nos sangran y deprimen, a ellos, simplemente, les da risa.

([email protected])