«Las negociaciones por un gobierno de unidad nacional se paralizaron, aumentándose las acusaciones y las trifulcas. Se vuelve a hablar de la «guerra civil» en un país donde no hay confesiones, etnias, nacionalidades y carece de una experiencia sectaria hasta el día de hoy.» En el momento en que empezaban a aparecer los primeros resultados […]
«Las negociaciones por un gobierno de unidad nacional se paralizaron, aumentándose las acusaciones y las trifulcas. Se vuelve a hablar de la «guerra civil» en un país donde no hay confesiones, etnias, nacionalidades y carece de una experiencia sectaria hasta el día de hoy.»
En el momento en que empezaban a aparecer los primeros resultados de las elecciones al Consejo Legislativo de la autonomía palestina, el cuarteto proclamaba el estado de emergencia sobre las mismas, me refiero, a las elecciones impuestas por este cuarteto sobre la autonomía palestina. Pues el cuarteto, que es en realidad una parte unilateral con dos vértices, y donde el occidente formado por EEUU y la UE, fue quien impuso a Yaser Arafat aceptar el establecimiento del cargo de un primer ministro. Y yendo las cosas como ellos querían, se creó el cargo de primer ministro y fue ocupado por una persona aceptada por ellos y que fue Mahmud Abbas, quien más adelante, se convertiría en el presidente de la ANP. Sin embargo, el cuarteto se vio envuelto en una doble crisis: por los resultados de las elecciones al Consejo Legislativo de la autonomía por una parte, y por el cargo de primer ministro que había creado por la otra, y que ha acabado en manos de Hamas.
Las dos semillas que habían sembrado, no dieron el mismo fruto que querían sus plantadores. Es como si el cuarteto dijese a los palestinos que habitan los territorios de la autonomía, lo que en su día le dijo el amo a su esclavo: «te casaré con esta moza, pero tienes que procrear con ella a unos gemelos idénticos a mítal como yo quiero.» Luego, parece que el esclavo no entendió bien el entresijo y, procreó como él sabe. El cuarteto, con su grandeza, recurrió entonces a lo que está por muy debajo de su estatura, sí, después de este patinazo no tenía la capacidad para aceptar el resultado, ni podía hacer público su declaración de guerra en contra de Hamas. Entonces, había que sacar lo que llaman la Comunidad Internacional de debajo de las axilas de los neocons de EEUU. Esta misma comunidad, que ya había fallecido después de la invasión de Iraq en 1991 y la invasión de Afganistán e Iraq en el 2003, ahora reclama a Hamas reconocer a Israel y a atender las condiciones de la Comunidad Internacional. Esta reclamación es, tal vez, la más peligrosa de la historia de la causa palestina, puesto que el hecho de reconocer a Israel es en realidad una supresión del derecho al retorno. Y que esta malvada comunidad, al hacer efectiva dicha reclamación, está proclamando la liquidación de la causa palestina sin tapujos, no obstante, son muchos los que corean la misma reclamación.
Pero, ¿es una condición que un país tenga que reconocer a otro reconocido por la Comunidad Internacional? ¿Es que esta misma comunidad, no le denegaba el reconocimiento a la China Popular para favorecer el reconocimiento a la China Nacional? ¿Qué hizo la Comunidad Internacional con el reconocimiento de Turquía a la República del Chipre turco?.
Y para que el movimiento Hamas tenga acceso al purificador proceso de paz que tan solo pudo dar a luz a un auténtico disgusto, habría que someterlo a unas presiones que pudieran conducir a la fractura de su espina dorsal en los dos casos posibles: reconociendo a Israel, con lo que significa su renuncia a su posición inicial incluida dentro de su programa electoral, o no hacerlo, y entonces, enfrentarse a unas infinitas consecuencias. Y ahí, empezó a fraguarse un prolongado golpe de estado. Comenzó con un discurso retórico sobre la posición de la Comunidad Internacional, frente al islám politizado. Observemos aquí, que dentro del cuarteto (exceptuando a NNUU que es una parte sin poder ejecutivo) no existe ningún país árabe, islámico, socialista o tercermundista, entonces, es un cuarteto con fundamentos dictatoriales, o como mínimo, un ente minoritario.
EEUU, inició la imposición de un muro financiero en contra de los palestinos en Cisjordania y Gaza, combinó a Israel para que secuestre el cobro de impuestos palestinos y comenzó a enviar transferencias de fondos al presidente de la ANP, quien a su vez, y en lugar rechazarlas en un acto de lealtad a la democracia que le aupó a la presidencia, las aceptó. Es como si el presidente dijera: «si queréis que la gente vote a quien quiere y decir lo que quiere, entonces, ahí tenéis el resultado.» Tal vez, se le ha pasado al Sr. Presidente, que solo por el hecho de aceptar lo que está haciendo el cuarteto, le está otorgando un reconocimiento tácito, en un sentido que, hace parecer que los palestinos son inferiores para poder disfrutar del derecho a votar y a expresar su opinión, y que los adultos y genios occidentales, tendrían que decidir por los palestinos en que tienen que pensar y como tienen que hacer las cosas.
Más adelante, siguieron los ingredientes de un golpe de estado democrático globalizado: bien sea a través de la detención del envío de ayudas por parte de los estados árabes a los territorios ocupados, así como los demás estados, o bien sea a través de la detención del pago de las nóminas a los funcionarios por parte de los bancos internacionales y locales, excusándose detrás de los temores a las sanciones norteamericanas, independiente de si la imposición de sanciones fuese legal o no.
Los estados y el capital se sobrecogieron, después llegó la huelga que paralizó el sector de la enseñanza, cultura y sanidad en Cisjordania y Gaza, lo cual, demostró que en Palestina se carece de una tradición sindical, puesto que la huelga, en esta ocasión, fue promovida desde el liderazgo político de la clase alta de la autonomía, es decir, de la burguesía burocrática, y los funcionarios obedecieron. La huelga fue promovida desde el poder, cuando quien debe evitar que los funcionarios fueran a una huelga, en primer lugar, es el poder. Estas cosas, demuestran que todo, tanto en Cisjordania como en Gaza, está invertido, deformado o similar a la verdad. Pero existe otra verdad más dolorosa todavía, y que pertenece al sistema económico en Cisjordania y Gaza, y es: «la economía política de la corrupción». Según este sistema, no podrías vivir si no eres un corrupto o uno que se calla ante la corrupción. Y puesto que la mayoría absoluta de los funcionarios de la ANP son de Fatah, la huelga parecía «general», ya que era la huelga de un partido más que la de un sindicato o de una sociedad. Lo curioso, es que quienes con más ahínco incitaban a la huelga, eran quienes percibían más de un salario y no acudían a sus puestos de trabajo, y eran aquellos que, poseían listas de funcionarios difuntos o que residen en EEUU.
Después, se creó un comité de apoyo a la huelga que es un comité formado por agentes de aparatos de seguridad que impuso, utilizando la fuerza, una huelga solidaria el día 29.11.2006 en la ciudad de Ramalá, así como en Albireh y en la sede central de agua de Ramalá, es decir, era más bien un toque de queda que una huelga. El día 02.12.2006, los ciudadanos fueron sorprendidos con una marcha de la Fuerza 17 (Fatah) efectuada por unos mil soldados con sus armas y en un inédito desfile militar. Como si pretendieran decir: «aquí estamos nosotros». Luego, la cuestión se culminó con las maratonianas negociaciones para formar el gobierno de unidad nacional. He aquí, las distintas facciones de la OLP se posicionaron al lado de la presidencia y en contra del gobierno de Hamas, cuando lo correcto hubiese sido, para dichas facciones, particularmente las fuerzas democráticas (nuevo nombre para las fuerzas izquierdistas), tomar posiciones equidistantes entre Fatah y Hamas. Ello, hizo que apareciera la disputa como si fuese entre la OLP y Hamas. En este contexto, escribí muchos artículos y documentos, entre los más destacados, aquel que llevó la firma de 300 personalidades entre políticos e intelectuales, pidiendo a Hamas su dimisión y la entrega del poder a un gobierno de independientes equipado por una red de seguridad para un periodo de un año, idea ésta, que fue rechazada por Hamas. En realidad, significaba el avalar un gobierno abierto que podría ser excelente, pero si así no fuese, podría excederse sin interpelación alguna.
Las negociaciones por un gobierno de unidad nacional se paralizaron, aumentándose las acusaciones y las trifulcas. Se vuelve a hablar de la «guerra civil» en un país donde no hay confesiones, etnias, nacionalidades y carece de una experiencia sectaria hasta el día de hoy.
¿Qué significan estas señales complejas? ¿Exigen a Hamas abandonar el gobierno voluntariamente? Sí, esto es así, pero, y si Hamas volviera a ganar la confianza del pueblo, ¿se trasladaría el golpe de estado desde la acumulación cuantitativa al cambio cualitativo? Esto es lo que Israel y EEUU desean sin duda alguna, además de muchos de los gobernantes árabes, ¿lo harían los palestinos?
Traducido por Jamal Halawa