Con consternación hemos tomado conocimiento de una operación de propaganda del Estado de Israel, con el auspicio de la Municipalidad de París, incrustándose en las festividades de París Playa, lugar privilegiado de actividades estivales desde 2002, cuyo principio esencial es el de otorgar a los más desposeídos un espacio «veraniego» en los bordes del río […]
Con consternación hemos tomado conocimiento de una operación de propaganda del Estado de Israel, con el auspicio de la Municipalidad de París, incrustándose en las festividades de París Playa, lugar privilegiado de actividades estivales desde 2002, cuyo principio esencial es el de otorgar a los más desposeídos un espacio «veraniego» en los bordes del río Sena durante 3 o 4 semanas.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, «socialista» gubernamental, estuvo en gira en Tel Aviv en el mes de mayo pasado, donde contrajo este compromiso «festivo» de invitar una ciudad particular como es Tel Aviv, capital política de Israel reconocida mundialmente, y bajo el argumento perverso que intenta hacernos creer que Tel Aviv es una ciudad «progresista», ‘festiva» y «opositora a Netayanhou», digna de participar en nuestra capital con el dinero de los contribuyentes. En realidad, se trata una vez más de un blanqueado de los crímenes de un Estado de Apartheid que somete al pueblo palestino a la colonización, exclusión y exterminación desde 1948. El carácter político de esta maniobra «socialista» es insoslayable y, demuestra la complicidad inescrupulosa con un régimen repudiado internacionalmente por sus violaciones sistemáticas y permanentes a los derechos humanos del pueblo palestino.
Más aún, cuando recordamos plenamente que en estos días, hace un año, Gaza fue bombardeada por Israel causando la muerte de mas de 2200 personas entre los cuales perecieron 550 niños. Las decisiones asesinas, todas, fueron tomadas desde Tel Aviv!
A esto se agrega que recientemente colonos judíos-israelíes quemaron vivos a una familia entera provocando la muerte de un pequeño de 18 meses y de su padre y madre. Es decir, las exacciones israelíes no han cesado un minuto, muy por el contrario, se acentúan día a día, expandiéndose la colonización, forzando a comer a los presos políticos palestinos que realizan huelgas de hambre, expulsando a los palestinos de Jerusalén, destruyendo sus casas, sus olivos, su precaria infraestructura, imposibilitando la reconstrucción de Gaza después de su destrucción, confiscando sus bienes, etc., etc.
Es en ese contexto que la señora Anne Hidalgo, Alcaldesa de París, pretende eliminar autoritariamente la conciencia de todos los franceses y parisinos que rechazamos contundentemente la complicidad con el sionismo y que defendemos valores universales olvidados por ella misma y su gobierno. La realización de este «evento»: T’es coincé à Paris? T’inquiète, Tel Aviv débarque chez toi’ (Estás bloqueado en París ? no te inquietes, Tel Aviv llega allá) constituye una vergüenza indescriptible, más aún si se conoce lo que son las playas de Tel Aviv: playas para perros, para homosexuales, para religiosos turnándose las mujeres y los hombres… y con vigilancias policiales como las que vamos a vivir hoy día 13 de agosto en París Playa. O sea, el «tráfico cultural» que nos impone la Municipalidad de París tampoco es convincente, lejos de eso, es contraproducente.
La enorme campaña contra esta decisión «municipal» desatada en todo el país e internacionalmente, creó una polémica tal que obligó a la Alcaldesa y al gobierno «socialista» que está detrás, a contemporizar con sus detractores, autorizando una movilización «alternativa» reducida a un espacio y un tiempo discriminatorio, sugiriendo «la igualdad de condiciones y el derecho a expresarse no excluyente», denominado el acto de «Gaza Playa».
Una burla más, que reproduce exactamente lo que sucede en los territorios palestinos usurpados. Mientras en el París Playa oficial se distribuirán camisetas, raquetas y bocadillos israelíes (que son palestinos) y habrá animación musical, nosotros, los que denunciamos esta vil maniobra, estaremos confinados en un espacio limitado al frente de la «Playa», rodeado de CRS (Compañía Republicana de Seguridad) que no vacilarán en «dispersarnos», o sea reprimirnos bajo cualquier pretexto para satisfacer el diktat municipal.
Cualquiera sea el corolario de esta operación, seguiremos denunciando el régimen de apartheid que impone el Estado de Israel en plena impunidad y con el beneplácito, léase la complicidad del Estado francés y, tantos otros.
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