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Entrevista a Matilde Sanz, autora de Explotación flexible (Ed. La Consentida)

«Toda ayuda social es poca para afrontar este sistema individualista y enfermo»

Fuentes: Rebelión

El empresario ha de estar “orgulloso” de serlo, afirmó el 24 de enero el presidente de Mercadona, Juan Roig, en el Fórum Europa. Tribuna Mediterránea; la cadena de supermercados logró en 2021 unos beneficios de 680,3 millones de euros; Roig Alfonso cuenta con la cuarta mayor fortuna del estado español, según Forbes (3.400 millones de euros). El empresariado genera “riqueza y bienestar” en la sociedad, añadió, y contribuye a la creación de empleo.

Acumula una experiencia diferente la trabajadora precaria Matilde Sanz, autora del libro de 288 páginas Explotación flexible, editado en 2022 por La Consentida. Actualmente está desempleada, después que en su último trabajo la empresa cerrara las puertas y dejara sin abonar las cuatro últimas nóminas (además de la indemnización). Todas las trabajadoras se hallan inmersas en procesos judiciales para que el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) se haga cargo de su situación.

“La empresa, del sector estético, se ha dado a la fuga, y las trabajadoras sabemos, a ciencia cierta, que los gerentes de la misma están a punto de abrir su nuevo centro estético, sin deudas y a nombre de otras personas para cubrirse las espaldas”, explica Matilde Sanz, que presentó el 20 de enero Explotación flexible en el Ateneo Libertario Al Margen de Valencia. La siguiente entrevista se realiza por correo electrónico.

-“Acabo de llegar a casa, son las 9,30 de la noche. Sigo contratada a media jornada, pero hoy he hecho 11 horas y media”. La experiencia laboral es del 7 de enero de 2009. ¿Qué situación de abuso/explotación resaltarías entre las incluidas en el libro? ¿En qué empresas?

El abuso es muy amplio y se encuentra en diversas direcciones. Abuso de poder, en forma de un salario muy por debajo del que podríamos catalogar de justo o digno dadas equis funciones. Explotación horaria, haciendo horas extras obligatorias y no retribuidas. Promesas laborales, donde te manipulan en el presente por un futuro mejor. Una inadecuada higiene en las dependencias empresariales, así como mala iluminación y herramientas que no cumplen con las normativas de protección de la salud en el entorno laboral.

Cabe mencionar también, la utilización del rol del género cultural para abusar de la imagen de las mujeres en pro de un mayor ingreso económico, especialmente en la hostelería y la estética. Sectores, todavía hoy, muy abandonados por la política.

-Una década después (4 diciembre 2020), escribes en el dietario: “Hoy he confirmado que no voy a continuar trabajando. Me siento mal por no haberlo conseguido, ha sido la primera empresa donde me prometían un futuro con un cargo mejor y más salario, pero claro, solo era una promesa (…)”. ¿En qué sectores/empresas has tenido que afrontar estrategias de pensamiento positivo y supuesta  motivación?

Especialmente, en los tiempos que corren, de emprendimiento precarizado, ese tipo de estrategias se encuentran en cualquier startup, cuyo personal al mando tenga una ideología vertical del trabajo. En mi caso, me lo he encontrado en una startup del sector panadero. Un oficio aparentemente amable y dulce, manchado por el abuso económico de una clase dominante; con capital.

-Amazon Spain fue condenada el 2 de febrero por el empleo de trabajadores repartidores como falsos autónomos (el sindicato UGT informó el 2 de febrero de la sentencia, dictada por el Juzgado de lo Social número 14 de Madrid). ¿Qué piensas sobre empresas como Amazon, Uber o Glovo?

Son empresas con las que yo no colaboro. Empresas basadas en el neoliberalismo que mata a tantísima gente cada día. Empresas donde unas ganan mucho y otras son explotadas. Son grandes potencias, sobre todo Amazon. Amazon, además, está llegando a cierto monopolio, y el monopolio es algo muy peligroso.

Amazon se nos presenta como la cúspide del progreso, la piedra angular de nuestro mundo. Un gigante sin escrúpulos que, para mantenerse ahí arriba, hará lo que haga falta, como bien apunta esa sentencia y tantos otros conflictos que han llegado al respecto a los medios. Me pregunto cuántos no habrán llegado. Cuántos se quedarán silenciados, cuántos amenazados, cuántos comprados. No quiero una sociedad de grandes corporaciones.

-Las personas con remuneración superior a 1 millón de euros que trabajan para bancos y empresas de inversión (en la UE) pasaron de 1.383 en 2020 a 1.957 en 2021 (Autoridad Bancaria Europea, informe altos ingresos). ¿Podría de algún modo relacionarse la citada estadística con la precariedad?

Seguramente. Me gustaría ahondar en los datos, hablar con quién los tiene a su disposición. A más pobreza más riqueza en el otro lado de la balanza. Esto no se ha inventado ahora. Las diferencias económicas siguen siendo muy visibles en la pirámide mundial. ¿Por qué? Podríamos hablar del tipo de inversiones que llevan a cabo las personas ricas. De sofisticación financiera, conocimiento de clases económicas y abuso de poder del capital.

Quienes tienen una riqueza elevada invierten una mayor parte de su ahorro en acciones, fondos de inversión…, mientras que las personas más humildes suelen presentar un mayor miedo al riesgo y se decantan por otro estilo de vida. El sistema capitalista, a nivel mundial, premia a las poseedoras de mayor capital. Incentiva su actividad, la promueve, la destaca y la refuerza. Lo cual hace que, a la larga, esas personas no solo mantengan su estatus sino que además multipliquen su cartera y sus descendientes la hereden.

Y lo mismo al revés. Quien no tiene capital, cada vez tiene más miedo y reacciona mejor a los intereses de quienes sí lo tienen, asumiendo el maltrato y, por tanto, la precariedad. A fin de cuentas, cómo salir a la calle a cambiar el mundo, sin siquiera tener la nevera llena.

-¿Consideras importante la afiliación de los trabajadores a un sindicato? ¿Y la participación/militancia activa en las organizaciones sindicales?

Es importante la unión entre trabajadoras. Una red de apoyo real y efectivo entre personas, que bien puede desarrollarse vía sindical, como también puede crearse por otras iniciativas colectivas, que den soporte cuando se necesita. Son necesarias múltiples vías de militancia en pro de la ayuda social. Toda ayuda es poca para afrontar este sistema profundamente individualista y, por lo tanto, enfermo.

-Según los datos del Ministerio de Industria, las PYME sin asalariados (autónomos) suponen el 54,7% de las empresas en España; y las microempresas (entre 1 y 9 asalariados) el 38,7%. ¿Tiene esta distribución empresarial por tamaño alguna relación con la explotación/autoexplotación laboral?

Sí, claro. Existe el emprendimiento obligatorio cuando nadie te contrata. Desde la crisis del 2008 se ha incentivado, incluso desde la política, la creación de empresas. Quienes conozco que han llevado a cabo un proyecto de emprendimiento, no lo habrían hecho si hubieran tenido un trabajo digno, o un trabajo a secas. La precariedad laboral crea empresas por pura supervivencia.

-Cuando el libro finaliza –enero de 2021- cuentas con una experiencia de más de 13 años en el mercado de trabajo. ¿Qué reflexión general compartirías con los lectores?

Me gustaría subrayar que nunca salimos de la crisis del 2008. Que se ha dicho que sí desde múltiples medios de comunicación, pero que sabemos que esos datos están sesgados y solo muestran la macropolítica que no llega al barrio. Hay pocos sectores que hoy por hoy ofrecen un salario digno a las trabajadoras. Mencionaré el máximo exponente del progreso actual: el sector tecnológico.

Fuera de él todo es un campo de minas. Fuera de él grandes profesionales no llegan a final de mes. Todo es miedo e incertidumbre. Si nada cambia, el empobrecimiento seguirá su curso. Me pregunto hasta dónde estamos dispuestas a aguantar. Abogo aquí, de nuevo, a la redistribución de la riqueza, también a nivel familiar y a nivel amistoso, colectivo y vecinal.

Abogo aquí por la abolición de la familia normativa como único núcleo al que acudir para pedir ayuda económica. Abogo aquí por un cambio de conciencia en las relaciones, donde seamos capaces de romper con el exceso de individualismo que nos lleva a estar aisladas, temblando, hacia el día 20 de cada mes.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.