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Chile

Tortura a la pesca artesanal

Fuentes: Rebelión

Los pescadores artesanales hoy están acorralados. Los atropellos y maquinarias que se les dejan caer son vergonzosas hasta para los países más pobres. Hace unos años la pesca artesanal fue una gran actividad productiva que sobrevivía en forma sustentable con la extracción de recursos naturales. Hoy la historia es distinta. La pesca artesanal tiene sus […]

Los pescadores artesanales hoy están acorralados. Los atropellos y maquinarias que se les dejan caer son vergonzosas hasta para los países más pobres. Hace unos años la pesca artesanal fue una gran actividad productiva que sobrevivía en forma sustentable con la extracción de recursos naturales.

Hoy la historia es distinta. La pesca artesanal tiene sus días contados, tras las humildes lanchas corre una demoledora industria que le pisa los talones. El motivo: la poca capacidad extractiva, el que según algunos impide el desarrollo productivo de un sector que tiene en sus manos un mar explotable con características únicas e envidiables para cualquier mercado abastecedor o en vías de desarrollo. Sin lugar a dudas ningún tratado justifica esto.

El escenario del sector artesanal no deja de ser alarmante. Este contiene todos los elementos donde se han conjugado todos los sectores opositores, incluyendo la Ley de Pesca creada para los más grandes.

Por un lado el sector pesquero industrial y sus intermediarios representados por Mercamadrid y sus empresas ficticias imponen valores de los recursos naturales impidiendo el desarrollo económico del sector pesquero artesanal. Agregando que Mercamadrid es el único nexo chileno con el principal comprador europeo.

La pesca de arrastre es otra las maquinarias que los empresarios han instalado en Chile para destruir la pesca artesanal. Este sistema de pesca no selectivo extrae todo a su paso, incluso especies no deseadas y no comerciales. Haciendo un daño irreparables para las cadenas biológicas. Desde luego las especies de poco interés son desechadas en el mar interior sin ninguna fiscalización. Donde este descarte muchas supera el 50 por ciento de la extracción total. Muchas de estas especies descartadas son claves en el desarrollo de los recursos de interés para los pescadores artesanales.

El empresariado ha intentado justificar esta masacre con la entrega de puestos de empleos, pero todo es falso. Proporcionalmente la pesca artesanal supera las cifras. Un ejercicio simple demuestra que la pesca con espinel requiere encarnadores, transporte y una dotación minima que debe ir rotando para efectuar una faena de pesca. Así se demuestra que la extracción es proporcionalmente inferior entre recursos extraídos y superior en personal trabajando en pesca artesanal.

El 21 de febrero en la Cámara de Diputados se intento terminar con la pesca de arrastre, pero los esfuerzos fueron insuficientes. Se acercan las elecciones parlamentarias y los pescadores artesanales no financian campañas.

Cuando se instalo la industria salmonera, la pesca artesanal sintió un terremoto que automáticamente hizo disminuir el sector en población. Como estrategia para debilitar a la pesca artesanal. La industria salmonera contrato pescadores artesanales, los mismos que forman parte de los más de 10000 cesantes.

Pero la industria salmonera no se ha quedado a manos cruzadas. La legislación hoy les permite crear las denominadas «áreas de manejo sanitario» que no son mas que barrios salmoneros destinados a enfrentar la gran crisis sanitaria que hoy tiene a Chile liderando el ranking de los productores mas tóxicos de salmón en el mundo.

Los barrios salmoneros están diseñados para impedir el avance de los pescadores artesanales en territorios pertenecientes legalmente a la pesca artesanal. Así es como gigantescos territorios donde históricamente han navegado pescadores artesanales o han instalado sus artes de pesca ya no se podrán navegar, ni mucho menos explotar en forma sustentable. Las riendas nuevamente las tienen los más grandes.

Pero lo más grave no radica en la entrega de territorios al empresariado, sino en la inminente privatización del mar chileno. El que permitirá a la industria entregar concesiones de acuicultura a los bancos en forma de hipoteca. Esto para acogerse a los millonarias cifras de dinero que instalo el Gobierno en las entidades bancarias para apalear la crisis de la salmonicultura. Si el negocio no funciona, simplemente las territorios pertenecerán a los bancos y estos los traspasaran a privados, negocio redondo.

Pero de la ley de pesca ni hablar. El cúmulo de vacíos legales es irrisorio, solo favorable para la industria salmonera, la que no da respiro y utiliza cada una de las triquiñuelas a su favor. Así es como un centro de cultivo contaminador por excelencia puede instalarse sin mayores complicaciones sobre un banco natural, incluso sobre especies hidrobiológicas endémicas o vulnerables. Da igual, los vacíos legales dan la autorización.

Los pescadores artesanales desde hace años practican la acuicultura a través de áreas de manejo. Estas áreas permiten cultivar y recolectar en forma sustentable recursos naturales a largo plazo. Donde en la mayoría de los casos han mejorado las condiciones del sector.

Pero nuevamente la Ley de Pesca en conjunto con la industria salmonera tiraniza las iniciativas sustentables de los artesanales. La legislación no fija parámetros ni distancias mínimas entre un área que emite contaminación a una que se proyecta biológicamente.

Así es como un centro de cultivo que contamina y arrastra residuos tóxicos puede instalarse a un metro de un área de manejo sustentable administrada por pescadores artesanales. Sin lugar a dudas la pesca artesanal tiene los días contados.