BAE SYSTEMS, uno de los principales fabricantes mundiales de armas, está diseñando una nueva generación de munición «verde», incluyendo una clase de balas y cohetes «sin plomo» en las que se han reducido las toxinas. También quieren reducir los compuestos peligrosos en sus reactores, en sus cazas y en su artillería, que según avisan «puede […]
BAE SYSTEMS, uno de los principales fabricantes mundiales de armas, está diseñando una nueva generación de munición «verde», incluyendo una clase de balas y cohetes «sin plomo» en las que se han reducido las toxinas.
También quieren reducir los compuestos peligrosos en sus reactores, en sus cazas y en su artillería, que según avisan «puede dañar el medio ambiente y suponer un riesgo para las personas».
La iniciativa está siendo respaldada por el Ministerio de Defensa del Reino Unido, que ha propuesto armas silenciosas para reducir la contaminación acústica, y granadas que produzcan menos humo. Incluso ha habido experimentos encaminados a comprobar si los explosivos podían transformarse en abono.
La Dra Debbie Allen, directora de responsabilidad social de la corporación BAE Systems, comentó que aunque podría parecer extraño tener una política ecológica en la industria de las municiones, es importante considerar el impacto en el medio ambiente de toda clase de productos.
«Las armas serán usadas, y cuando esto suceda, intentaremos que sean todo lo seguras que podamos para los usuarios, de este modo se limitan los daños colaterales y se minimiza el impacto en el medio ambiente en la medida de lo posible», comentó la Dra Allen.
La política de BAE refleja la avidez que reina entre las grandes empresas por airear sus preocupaciones medioambientales. El concepto de «munición verde» ha, por el contrario, enfurecido a los activistas que se oponen al tráfico de armas.
«Esto es de risa», comenta Symon Hill de Campaña Contra el Tráfico de Armas. «La empresa BAE está determinada a intentar revestirse con una apariencia ética, pero fabrican armas para matar a gente y es extremadamente ridículo sugerir que son amistosas con el medio ambiente».
Durante la Guerra de Irak, los británicos arrojaron más de 900 bombas, mientras que los Estados Unidos admitieron arrojar 1 500 bombas de racimo, que detonan numerosas explosiones a lo largo de áreas extensas, a pesar de que los activistas han intentado acabar con el uso de las minas de tierra. La cifra exacta de muertos sigue siendo desconocida.
Ambos países afirman querer asegurarse de que en el futuro sus armas serán más sostenibles y amistosas con el medio ambiente. BAE dejó de usar uranio empobrecido en sus armas en el año 2003, pero ahora un panel de expertos revisa todos sus productos para asegurarse de que los materiales y los procesos de manufacturación son todo lo ecológicos que sea posible. Su arsenal y prácticas medioambientales incluyen ahora:
Balas con bajos contenidos en plomo ya que, como la compañía dice en su página web: «el plomo usado en las municiones puede dañar el medio ambiente y supone un riesgo para las personas». BAE comenta que su planta en Radway Green, cerca de Crece, ha estado trabajando en la eliminación completa del plomo de sus balas.
Vehículos blindados con bajas emisiones de carbono. La compañía emplea motores «híbridos», que pueden funcionar tanto con baterías como con motores diesel convencionales.
Armamento con menos toxinas. BAE trabaja para reducir en sus productos los compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros productos químicos peligrosos que a menudo son cancerígenos.
Artillería más segura y sostenible. La compañía ha comenzado a manufacturar cartuchos «insensibles» para sus proyectiles en su planta de Glascoed, en el sur de Gales. No estallan accidentalmente y pueden almacenarse por períodos de tiempo ilimitados, lo cual reduce la necesidad de desactivación.
Medidas encaminadas a promover el ahorro energético y el reciclaje, ente las que se incluye la experimentación con residuos de explosivos que puedan transformarse en abono.
La política de BAE se ve respaldada por el Ministerio de Defensa, que enfatiza la importancia de la munición amigable con el medio ambiente en su Manual del Desarrollo Sostenible del Medio Ambiente. En él se dice que el «ecodiseño» debería ser incorporado en todas las armas modernas.
También dice: «El concepto de la munición verde no es un término contradictorio. Cualquier sistema, sea cual sea su uso, puede ser diseñado para minimizar su impacto sobre el medio ambiente».
Los cohetes lanzados en «medio ambientes marinos sensibles» podrían reducir sus emisiones para proteger la vida marina, sugiere el manual. Además, las armas empleadas en propósitos de adiestramiento podrían sufrir modificaciones. Entre las ideas se incluyen plásticos biodegradables para misiles, granadas con «reducción de humos» y cabezas nucleares más silenciosas.
Los militares estadounidenses también han desarrollado la estrategia de la sostenibilidad. Un documento que figura en la web sobre la Sostenibilidad del Ejército de los EE.UU. discute el posible empleo de aceite de soja como combustible en los aviones, el uso de paneles solares en las zonas de conflicto y el empleo de vehículos aéreos en miniatura accionados por hidrógeno.
Fuente noticia: The Sunday Times
Traducido por Miguel Artime para