Lidón Soriano es Brigadista Internacional desde hace años. Ha viajado desempeñando su labor como tal a varios lugares del mundo, y especialmente viene dedicando su esfuerzo a Palestina desde hace años. Joven en la treintena, tiene las ideas muy claras y sabe muy bien de lo que habla y en el terreno en que se […]
Lidón Soriano es Brigadista Internacional desde hace años. Ha viajado desempeñando su labor como tal a varios lugares del mundo, y especialmente viene dedicando su esfuerzo a Palestina desde hace años. Joven en la treintena, tiene las ideas muy claras y sabe muy bien de lo que habla y en el terreno en que se mueve: Miembro del Komite Internazionalistak y Palestinarekin Elkartasuna, y desde hace unos meses Coordinadora de la Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina, no cabe ninguna duda sobre su compromiso personal. El pasado año vinimos publicando sus Crónicas desde Palestina durante los meses en que estuvo allí ejerciendo su labor, y este año volverá de nuevo, por lo que confiamos poder seguir el contacto iniciado. El pasado día 13 de junio concedió una entrevista a laRepública.es a fin de poder aclarar algunos de los términos de la situación de los territorios palestinos, pero también para contar en qué consiste su actuación allí. Reproducimos a continuación la entrevista, que será de bastante utilidad para comprender muchos de los errores que se manejasn debido a la desinformación de los medios de comunicación y a los intereses particulares de quienes los manejan, o a la tremenda ignorancia de quienes escriben sobre el tema a la ligera.
¿Cuál es el objetivo del viaje a Palestina que vais a realizar?
Los objetivos generales de las brigadas del Komite Internazionalistak, son llevar a gente para que conozca in situ la realidad de las problemáticas y luchas de los pueblos en cada país, mostrar la solidaridad del pueblo vasco con otros pueblos que luchan, compartir luchas, entendiendo las relaciones de Occidente con Oriente o con otras realidades, desde una perspectiva de igualdad nunca desde un plano de superioridad en el que vamos a enseñarles o a llevarles algo. Es más, normalmente siempre aprendemos más de lo que les podemos llevar.
Después, el objetivo de las Brigadas es traer su realidad, hacer de altavoz de toda esta gente que, desgraciadamente, no tiene la oportunidad de contar su verdad y sus realidades por los medios convencionales. Así que es una doble dirección de trabajo: allí y luego, sobre todo, aquí.
Tras todos estos años ¿cual es la realidad del retorno aquí y la realidad del efecto allí?
Por lo que a mí me compete, en cuanto a Palestina es realmente sorprendente cómo hasta el día de hoy nos agradecen y nos demandan que volvamos y llevemos a cuanta más gente mejor. Recuerdo la primera vez que fui, tras la masacre de Jenín en 2002, cómo la gente se nos abrazaba en la calle, dándonos las gracias por estar allí y pidiéndonos que por favor le contáramos al mundo lo que les estaban haciendo. Son cosas que, tú que eres consciente de tu pequeñez y del poco alcance de tus palabras, sin embargo ellos te valoran de una forma impresionante que a veces hasta da miedo.
Así que por ese lado es muy positivo. En el lado del retorno, no consigues involucrar 100% a todo el mundo. Pero es cierto también que, las brigadas de la gente que va a Cuba, Brasil, México, la gente no se involucra para seguir luchando desde aquí, para seguir contando, y sin embargo, la gente de Palestina, prácticamente toda de una u otra forma, dando charlas en su entorno, o continuando en contacto con el grupo fuerte que seguimos trabajando… creo que es una realidad tan impactante que a la gente la capta.
Cierto es que un porcentaje relativamente alto, con el tiempo, va desapareciendo, pero hay un porcentaje de mínimos que se engancha para seguir trabajando.
¿Cuál es la realidad del estamento político en nuestro país con respecto al conflicto palestino?
Este año he estado en el grupo coordinador de la Red Solidaria, y he asistido a algunas reuniones con el Intergrupo Parlamentario y con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Para mí ha sido un jarro de agua fría descubrir algo que antes eran suposiciones… o quizá certezas, pero provenientes de datos ajenos, no de oírlo de sus bocas. Y es muy desalentador cuando sabes que hay gente que conoce la realidad, gente posicionada, como algunas personas en el Gobierno español en algunos caso, o en el gobierno vasco, gobiernos que tienen unas políticas declarativas que, la verdad es que son bastante decentes, pero luego te encuentras con la política de facto que es la que mantiene el statu quo que es la que beneficia al Estado de Israel.
En estas reuniones te dicen que el Gobierno quiere hacer algo, que quiere sacar adelante una Conferencia de Paz que propuso en su día, pero Israel rechazó de plano, por lo cual se desbarató el tema. Que tienen intención, que saben,… pero luego mantienen el acuerdo comercial preferencial y mantienen el comercio de armas con Israel. Es un tema bastante frustrante, la verdad.
¿Crees que una nueva Conferencia de Madrid puede servir para un avance real o será un nuevo paripé como las habidas hasta ahora?
Me gusta que me hagas esa pregunta, porque tras este fallido lanzamiento de un foro por la paz a nivel de gobiernos, el español está lanzando a través del Foro Social de Madrid un Foro por la Paz para Organizaciones y Movimientos Sociales, y como Red Solidaria nos han invitado también a participar, y ahora mismo estamos en proceso de debate sobre si queremos participar o no en una historia que es totalmente «oficial» y que sabemos a todas luces que no es la vía de solución del problema, que sería obligar a Israel a cumplir la legalidad internacional, y a partir de ahí la solución vendría dada.
La cuestión es que, para mí, la principal referencia es siempre la contraparte, es decir, lo que opinan las personas que están en Palestina, la gente que nos mueve por allí, tanto los grupos israelíes antisionistas, como, por supuesto, los grupos palestinos, y habiéndoles consultado han dicho que tenemos que dejar nuestras diferencias aparte, que esto va a ser un proceso o un foro abierto donde tenemos que intentar que salgan los ejes de trabajo y talleres de trabajo que nos parecen interesantes (léase boicot, derecho de retorno de los refugiados…) que tenemos que luchar por que el proceso lleve a la consecución de los objetivos que nos planteemos. Ciertamente, creo que ellos también lo hacen por desesperación, porque la situación real a día de hoy es, probablemente la peor de toda su existencia, es realmente dramática con especial mención a la situación de Gaza. Quizá el máximo objetivo que se plantean a día de hoy es el recuperar los límites de la legalidad internacional como mínimos, porque actualmente hay una corriente que está tomando mucho auge que es la «vía Ginebra», la corriente del Instituto Simon Peres por la Paz (que pretende en cierto modo igualar a las partes), y lo que nos transmiten desde allí es «tenemos que luchar para, al menos, seguir manteniendo la línea en el plano internacional, por supuesto que no es la mejor línea para conseguirlo, pero no tenemos nada más».
Con respecto a los grupos israelíes antisionistas ¿Cuál es el auténtico calado? Porque aquí se habla de a lo mejor unas decenas de personas. Parece anecdótico ¿Cuál es el peso en Israel y cuál es la represión del Estado en este aspecto?
La verdad es que el peso es prácticamente insignificante. Dicho por ellos mismos (he estado en varias de sus reuniones) son unas 500 personas en los grupos antisionistas, los más famosos son Centro de Información Alternativa, Anarquistas Contra el Muro, Black Laundry, New Profile,… es muy poca gente, aunque hay que reconocer que hacen un trabajo excepcional y en un entorno realmente hostil. Los que tienen más peso son los sionistas antiocupación, Mujeres de Negro, Gush-Shalom, Paz Ahora, Bat Shalom,…. Estos grupos aun siendo los mas numerosos siguen siendo una minoría insignificante y recuerdo las palabras de Michel Varshavsky en respuesta a algunas preguntas que le hice en una conferencia en Benicassim, sobre su vida y su militancia, me decía que ha estado encarcelado varias veces, pero que a día de hoy era consciente de que no le hacía daño al Gobierno israelí en absoluto, porque había dejado de ser un objetivo para el Gobierno de Israel. Es decir que el Estado de Israel, dentro de su concepción de «somos judíos, somos un pueblo…» acepta a esa parte de insumisos como «son nuestros enfants terribles, pero son nuestros».
Pero también Israel tiene mucha discriminación de la población dentro de su propio pueblo, es un pueblo de «castas» ¿no?
Sí, es un Estado racista en esencia. Los judíos de todo el mundo, pueden obtener la nacionalidad israelí tan solo con pedirlo, siempre que acredites tu pasado y ascendencia judía, esta es la base de la Ley del Retorno aprobada en los años 50, mientras que por el contrario Israel se niega a cumplir la Resolución de la ONU 194 que establece el derecho al retorno de la población palestina que fue expulsada de sus casas y sus tierras.
Dependiendo de dónde vengas te dan una «cesta de ayuda». No es lo mismo un asquenazi (un judío que viene de Europa) que le dan una «cesta de ayuda» tipo A, que un etíope que le dan una de tipo D o un sudamericano que le dan tipo C… Es un racismo estructural, en cuanto que está en las propias estructuras del Estado. Es impresionante y te das cuenta si vas por Haifa, por Tel Aviv, por cualquiera de las ciudades, de que los que están trabajando con las basuras son los negros, los que están de camareros son gente de color, sudamericanos, asiáticos…
Y por supuesto en esta escala racistas de «castas» el último lugar los ocupan los palestinos a los que llaman árabes israelíes y consideran como el enemigo interior, «la quinta columna» y contra quienes llevan a cabo todo tipo de medidas políticas, sociales y legislativas totalmente discriminatorias.
Por poner un ejemplo en la última invasión al Líbano (verano 2006) a los palestinos de Israel, que no contaban en sus casas y barrios con refugios antiaéreos, les estaba prohibido esconderse en los refugios de la población judía, aunque estos estuvieran vacíos. Tampoco tenían sirenas que les avisaran de los bombardeos y por supuesto no fueron desalojados del norte del país, mientras que cualquier judío que lo pidió fue evacuado al sur.
Con respecto al tema más candente, hoy la noticia en los medios es declarar que ya hay una guerra civil en marcha. ¿Cuál es el verdadero problema del pueblo palestino ahora mismo, y cuál es el origen?
Indudablemente, la ocupación israelí.
La situación de Gaza sólo se puede comprender si conoces cuál ha sido hasta ahora su realidad. Es un territorio muy pequeño, 365 Km2, con aproximadamente 1.300.000 habitantes, de los que el 80% son refugiados que dependen total y absolutamente de la UNRWA, que no tienen posesiones, ni casa, ni la mayoría, trabajo (la tasa de paro esta sobre el 70%).
Tras el plan de desconexión de Gaza, lo que hicieron fue crear una cárcel a cielo abierto. Una cárcel totalmente sellada, donde no entra nada que los israelíes no quieran, donde a día de hoy la tasa de pobreza es superior al 80%, donde no permiten la entrada de alimentos básicos, ni de medicamentos o repuestos médicos,… En esa situación en que la gente se está preocupando por la supervivencia personal en el plano más básico, no pueden tener la perspectiva de una lucha nacional. Si a eso le unes que en toda Palestina, al no haber existido nunca un Estado se ha funcionado siempre en plan tribal, con clanes, familias, y sobre todo en Gaza, es decir, los territorios que han sufrido más represión y han vivido una mayor involución, han retomado esta forma tribal de relacionarse y organizarse con mucha mayor énfasis.
En Gaza hay familias muy importantes que cuando llegaron los partidos políticos, la que era más religiosa se hizo de Hamas, y la que era menos se hizo de Fatah y, a en su inicio, más que disputas entre Fatah y Hamas, eran entre la familia tal y la familia cual.
Una de estas familias es la que retiene a Allan Jonston (periodista de la BBC capturado el pasado 12 de marzo en Gaza) con el objetivo de conseguir mas armas o dinero o algún tipo de poder.
La situación a día de hoy es terrible, con una confrontación abierta en Gaza, que si bien fue tejida desde el exterior por Israel y USA, tuvo el necesario apoyo de Jordania y Egipto y por supuesto la total connivencia de la UE en forma de omisión de acción (y omisión de sus obligaciones como firmantes de la IV Convención de Ginebra). Esta confrontación fue dirigida en el interior por las facciones de Fatah leales a Mohamed Dahlan, ex jefe de los cuerpos de seguridad y hombre próximo a la CIA, que ha dedicado todos sus esfuerzos en el último año a derrocar al gobierno democráticamente elegido de Hamas.
Como era de esperar el intento de golpe de estado a Hamas fracasó, pues en Gaza es de sobra conocido el poder numérico y me atrevería a decir ideológico de Hamas.
La situación a día de hoy en Gaza es de estabilidad momentánea bajo el control de Hamas, mientras en Cisjordania se implanta un estado de emergencia, dándose la incoherencia o peculiaridad de instaurarse un estado de excepción sobre una población bajo ocupación que no ha sido impuesta por la potencia ocupante.
Nadie sabe como discurrirán próximamente los acontecimientos en un contexto tan convulso e inestable como los territorios ocupados en 1967, pero pienso que lo realmente importante es no olvidar la raíz del problema y como he dicho al principio la causa primaria de la situación de la población palestina en general, incluyendo todos los conflictos internos, es indudablemente, la ocupación israelí.