Con zafras que en momentos de bonanza lograron más de ocho millones de toneladas de azúcar, la otrora locomotora de la economía cubana fue definitivamente desplazada por el sector turístico, que genera ingresos anuales por unos 2.000 millones de dólares y da muestras de buena salud. En contraste, fuentes oficiales confirmaron esta semana que la […]
Con zafras que en momentos de bonanza lograron más de ocho millones de toneladas de azúcar, la otrora locomotora de la economía cubana fue definitivamente desplazada por el sector turístico, que genera ingresos anuales por unos 2.000 millones de dólares y da muestras de buena salud.
En contraste, fuentes oficiales confirmaron esta semana que la actual cosecha de azúcar llegó a su etapa final con la perspectiva de ser la peor en más de 100 años. «Desde 1905, el país no registraba una campaña azucarera tan pobre», dijo lapidario el progubernamental diario Granma en su edición del miércoles.
La mala noticia no sorprendió a los especialistas. «Se conocía con bastante antelación que las cosas andaban muy mal, con atraso y resultados por debajo de lo esperado. Ahora la zafra va extenderse hasta mayo, que coincide con el inicio del período lluvioso», comentó a IPS un investigador que pidió no ser identificado.
El experto alertó que las precipitaciones, aunque sean menores debido a la sequía que afecta al país, podrían dificultar la continuidad de las operaciones. Según su pronóstico, el resultado final de la actual cosecha, iniciada en diciembre pasado, oscilará entre uno y 1,1 millones de toneladas. Cuba debe satisfacer con su producción azucarera anual el consumo interno de unas 700.000 toneladas y responder a compromisos de comercio externo de otras 400.000 toneladas. En el pasado reciente, el país debió importar azúcar de Brasil y Colombia para responder a esas necesidades, recordaron las fuentes consultadas.
Por otra parte, disponer de ciertas cantidades excedentes le permitiría aprovechar el repunte de los precios en el mercado internacional. Esta semana, las cotizaciones bajaron a la mitad de los 30 centavos de dólar por libra (453 gramos) con que arrancó el año, pero los especialistas creen que se trata de una caída solo coyuntural.
Uno de los principales retos de la economía cubana pasa por aumentar los ingresos en divisa libremente convertible que le ayuden a superar la crisis de liquidez que afronta a raíz de las pérdidas por más de 10.000 millones de dólares sufridas por el azote de tres huracanes, en 2008, y el impacto de la crisis financiera global, entre otras causas.
Granma culpó del desastre azucarero a una mala política de planificación, voluntarismo y falta de control, así como de comprometer el desarrollo de la industria al moler caña reservada para la zafra del año próximo. La fuerte crítica se publicó 48 horas después de la destitución de Luis Manuel Ávila del cargo de ministro del sector, por «deficiencias en su trabajo».
Según informes no confirmados de manera oficial, el gobierno busca desde hace tiempo una estrategia para sacar del bache a la industria azucarera, empequeñecida tras una reestructuración en 2002 y 2004 que redujo las tierras dedicadas a la caña y cerró más de la mitad de sus por entonces 156 ingenios.
Los planes en estudio incluirían convertir el Ministerio del Azúcar en una unión de empresas estatales bajo la cual se reorganizaría la agroindustria, desde la plantación de caña hasta la fabricación del dulce y se podría ampliar la inversión extranjera, hasta ahora presente solo en el sector de los derivados.
Mientras el turismo, la primera rama abierta al capital foráneo en esta isla hace unas dos décadas, prepara condiciones para atraer nuevas inversiones, según declaraciones de su ministro, Juan Marrero, durante la 30 edición de la Feria Internacional de la industria del ocio que tiene lugar esta semana en La Habana.
En conferencia de prensa, Marrero dijo que el gobierno aprobó una política de desarrollo inmobiliario «vinculada» al turismo como parte de la estrategia que busca ampliar y fortalecer el sector, mediante el aumento de ofertas de esparcimiento y de capacidades hoteleras.
El funcionario anunció que en fecha próxima se hará público el «instrumento jurídico» que regulará los negocios en «marinas, campos de golf y otras inversiones turísticas», entre los cuales ya están en estudio 13 proyectos. Otras fuentes añadieron que la idea es construir 29 campos de golf en los próximos 15 años.
Los planes de crecimiento abarcan una campaña denominada «Auténtica Cuba», para promover el turismo a ciudades menos visitadas y resaltar los valores de la identidad y cultura del país, que en lo que va de año recibió más de un millón de viajeros y tuvo ingresos 4,1 por ciento mayores que el pasado año.
También está previsto modernizar la planta hotelera de casi 50.000 habitaciones y aumentarla en 20.000 en los próximos cinco años. La industria se propone además explotar en mayor medida el turismo ecológico. Cuba ocupaba en 1990 el lugar 23 en el mundo en cuanto a su industria turística medida por el número de visitantes recibidos, con un promedio de 340.000 anuales. Sin embargo, en los últimos seis años, de manera consecutiva, superó los dos millones de viajeros y escaló a la novena posición dentro de los destinos preferentes de la región.