Siria vive «un riesgo de evolución hacia la guerra civil», admitió ayer en una entrevista a AFP el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. Alertó que «los desertores del Ejército se están movilizando en los últimos tiempos y, por tanto, hay un riesgo de evolución hacia una guerra civil». No obstante, insistió en que por […]
Siria vive «un riesgo de evolución hacia la guerra civil», admitió ayer en una entrevista a AFP el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. Alertó que «los desertores del Ejército se están movilizando en los últimos tiempos y, por tanto, hay un riesgo de evolución hacia una guerra civil». No obstante, insistió en que por ahora «resulta difícil hablar de una guerra civil, porque en una guerra civil combaten dos partes. Y, en este caso, se trata casi siempre de civiles que son atacados por las fuerzas de seguridad. Pero, existe el peligro de que esto se transforme en una guerra civil».
Los enfrentamientos entre grupos armados y las fuerzas armadas se están multiplicando en diferentes partes del país. Por primera vez desde el inicio de las protestas, un centro de servicios de información aérea, situado a la entrada de Damasco, fue atacado el pasado miércoles con cohetes por supuestos soldados disidentes, cuyo jefe, el coronel Riad Al Asad, vive refugiado en Turquía.
El Ejército Libre de Siria, que reivindicó el ataque, afirma que hay miles de soldados dispuestos a unirse a esta milicia.
Con respecto a Riad Al Asad, Davutoglu subrayó que el oficial fue recibido en su país simplemente por razones «humanitarias. Todos los sirios que huyeron de operaciones o de matanzas son nuestros huéspedes. No sólo el coronel Asad, también unos 8.000 sirios que residen en Turquía con el mismo estatuto y reciben ayuda por razones humanitarias».
Reiteró la disposición de su Gobierno a colaborar con el Consejo Nacional Sirio (CNS). «Le ayudaremos a reforzarse desarrollando sus relaciones con la comunidad internacional y con el pueblo sirio. En la fase actual es importante que el CNS tenga acceso a la comunidad internacional, al pueblo sirio y que se dote de una base sólida en cuanto a organización del pueblo sirio», resaltó.
El titular de Exteriores turco ya se ha reunido en dos ocasiones con representantes del CNS, que fue creado como resultado de varios encuentros en Turquía de opositores sirios.
Preguntado sobre la creación de una zona de interposición en Siria o de una zona de prohibición de sobrevuelo del territorio sirio, subrayó que tales decisiones dependen de la evolución de la situación.
«Esto depende de los acontecimientos. Turquía sola no puede decidir algo así, debe haber un consenso internacional al respecto», señaló.
En cuanto a la imposición de sanciones contra Siria, Davutoglu confirmó que Turquía tiene intención de estudiarlas junto a la Liga Árabe. Anunció una pronta reunión entre los ministros de Economía de la Liga y Turquía. «Veremos lo que pasa. La mayoría de las sanciones serán económicas», apostilló.
«Demasiado tarde», para Juppé
«Si los ataques continúan, habrá que adoptar más medidas, empezando por sanciones económicas», incidió en una posterior rueda de prensa con su homólogo francés, Alain Juppé.
«Nuestros esfuerzos han fracasado, ya que los dirigentes sirios no escucharon los llamamientos que les hicimos. Es más, se han negado a escuchar la voz de su propio pueblo y en lugar de ello han dirigido las armas contra ellos», agregó.
Por su parte, Juppé sostuvo que «es demasiado tarde» para Siria. En declaraciones a los medios, admitió que el Gobierno francés trabaja junto con Turquía y la Liga Árabe en el «asunto de Siria». En su opinión, «Damasco no tiene intención alguna de hacer las reformas que ha prometido. Y ahora es demasiado tarde para hacerlas».
Sobre la posibilidad de una intervención militar en Siria, afirmó que cualquier iniciativa en este sentido debe contar con el aval del Consejo de Seguridad y que no apoyarán una operación de carácter unilateral.
Reunido ayer con su homólogo francés Francoise Fillon, el primer ministro ruso Vladimir Putin pidió «contención y prudencia» a la comunidad internacional. Consideramos que no hace falta utilizar la fuerza para resolver cuestiones como ésta». Rusia es junto a China uno de las pocos países críticos con la gestión de la crisis siria y la imposición de sanciones.
Exigen la expulsión de los embajadores sirios
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y los Comités de Coordinación Local denunciaron la muerte de once personas por disparos de las fuerzas de seguridad en las manifestaciones convocadas ayer para exigir la expulsión de los embajadores de Siria en el exterior. La oposición llamó en su página de Facebook a manifestarse para pedir a los intengrantes de la comunidad internacional la expulsión de los embajadores sirios, a quienes calificaron de «embajadores del crimen».
En las movilizaciones, que se sucedieron tras la oración del viernes en ciudades como Deraa (al sur del país), Homs (centro), Deir Ezzor (este), Idleb (noroeste) y en la provincia de Damasco, se podían leer pancartas con el lema «quien quiera que tema a Dios debería expulsar al embajador sirio». También ensalzaron al Ejército Libre de Siria al grito de «es nuestro ejército».
Según el OSDH y los Comités, dos manifestantes fallecieron en Homs, cinco en Deraa, epicentro de las movilizaciones, y uno en Hama. En esta última localidad, tres soldados resultaron muertos en un ataque con bomba.