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Un apunte más sobre el referente político-económico del gobierno Mas-EuroVegas

Fuentes: Rebelión

La elección de Paul Ryan -un defensor fundamentalista de los recortes en los programas de gasto social del gobierno (Newt Gingrich es un Lenin-Bakunin si nos aventuramos estúpidamente en una comparación)- como segundo en la candidatura de Mitt Romney -mister Hyde y su doctor ibidem- ha abierto nuevas vías de recaudación de fondos para la […]


La elección de Paul Ryan -un defensor fundamentalista de los recortes en los programas de gasto social del gobierno (Newt Gingrich es un Lenin-Bakunin si nos aventuramos estúpidamente en una comparación)- como segundo en la candidatura de Mitt Romney -mister Hyde y su doctor ibidem- ha abierto nuevas vías de recaudación de fondos para la campaña republicana, informa David Alandete en el diario global-imperial [1]. ¿Por qué? Porque mister Ryan-Hyde mantiene estrechos lazos con «ricos donantes» como el magnate de los megacasinos Sheldon Adelson, un político-empresario al que se rinde pleitesía en Catalunya y en otros territorios españoles.

En candidato republicano de extrema derecha -apoyado si no ando muy errado por el director de «Sin perdón» y actor protagonista de «Harry, el sucio»-, visitó «en solitario» Las Vegas en la noche de 14 de agosto. Participó en un acto, a puerta cerrada, en el casino Venetian, propiedad como es sabido de este multimillonario investigado por contactos con la mafia organizada de Macao, poseedor de una fortuna de unos 20.100 millones de euros [2]. Hasta la fecha, el -sin exagerar- vomitivo empresario sionista-usamericano ha entregado a diversos candidatos republicanos la friolera de 26 millones de dólares USA. Una propina con estudiada rentabilidad en sus inversiones de futuro.

Pero hay algo más.

Es un pelín inconsistente para un gobierno que se dice democrático y transparente como el del señor Mas y sus consellers (el catedrático y eminencia económica Mas-Colell incluido), pero mister Adelson-Kurtz está siendo sometido a investigación por el gobierno federal de EEUU y por el gobierno de Nevada. ¿Y por qué es investigado? Por posibles pagos ilícitos, dato que sin duda no es desconocido por el gobierno catalán de los mejores privatizadores. ¿Se imaginan sus probables prácticas en un país, de esta Europa del Sur fuertemente herida, como el nuestro tan proclive a recordar aquello de «abre tus bolsillos, mantente en silencio, toma el dinero y corre que te pueden pillar»?

¿Hay más aún? Hay más: la fiscalía de los Ángeles «le investiga también por posible blanqueo de dinero procedente de un hombre de negocios mexicano que frecuentaba sus casinos», señala David Alandete. Bill Keller del NYT [3] ha expresado con total claridad las aspiraciones de Adelson y de sus afines en un futuro gobierno republicano: «Sheldon Adelson (casinos e Israel), Charles y David Koch (petróleo y políticas ultraliberales) y Bob Perry (constructor de viviendas) no tendrán cargos en el gobierno. Pero no esperan ver un secretario de Comercio o Energía o un director del Organismo de Protección Medioambiental o cualquier otro regulador clave que no tenga el visto bueno de los grandes inversores de Romney o no conteste sus llamadas».

¿Se puede decir más claro? ¿No es posible? No es posible.

Pero todavía hay más.

¿Mas o más? Mas y más.

Ni Madrid ni Barcelona, apuntan D. Cordero y P. Alvárez [4], «han valorado la última investigación abierta a la corporación Las Vegas Sands, que dirige el magnate Sheldon Adelson, por posible soborno de oficiales en China, donde gestiona tres casinos». Of course! Faltan pocas semanas para conocer el veredicto. La estrategia servil: «las únicas declaraciones institucionales son laudatorias o no son». En 2010 un alto ejecutivo de Sands China -la filial de la compañía de Adelson en el país asiático- «acusó a su antiguo empleador de soborno y otras prácticas ilegales en China, incluido el control de una red de prostitución en sus casinos». ¿No hay prostitución en los alrededores de los megacasinos como aseguró un magistrado, Daniel de Alfonso, ¡el director de la Agencia Antifraude de Cataluña!, en unas jornadas sobre ética que se celebraron en la Facultad de Derecho de la UB?

De hecho, un ex alto cargo de la empresa, Steve Jacobs, relacionó su despido con su negativa a practicar de actividades ilegales. Mister Adelson-Harry el sucio, con la veracidad que la caracteriza, «ha señalado que las acusaciones son falsas». Por supuesto.

Pero hay gente decente en este entramado putrefacto.

Jaume Grau, desde la plataforma Aturem Eurovegas (Paremos Eurovegas), ha señalado que cada vez hay más indicios de los delitos de «compra de favores, blanqueo de capitales y tráfico de influencias» que envuelven a los negocios de mister Adelson.

La «creación de empleo» es la gran baza esgrimida por el ejecutivo de Mas. Eso sí, por si acaso, «el pasado mes de julio, el Gobierno catalán aprobó un reglamento que permite dar más rentabilidad a las máquinas tragaperras, acelerando los tiempos de las apuestas y permitiendo dar más premios».

Faltan unas dos semanas para que el magnate sionista usamericano -y sus colegas de «El Padrino de las Vegas»- tomen una decisión. Podría ser Madrid, podría ser Barcelona, o podría ser ni-Madrid-ni-Barcelona. Pero la servidumbre rastrera y neoliberal (y los elogios sionistas) que han rodeado las actuaciones de los gobiernos de la Comunidad de Madrid y de la Generalitat de Catalunya no permiten atisbar ninguna duda sobre sus semejanzas de fondo (y de formas) ni sobre las finalidades últimas de los grupos económicos que jalean por detrás sus concesiones y actuaciones.

¡Que pensarían y sentirían Lluís Companys y Juan Negrín si levantaran la cabeza por un instante! Que no lo hagan: no podrían aguantar tanta abyección.

Notas:

[1] David Alandete, «El «efecto Ryan» inunda de fondos la campaña de Romney», El País, 15 de agosto de 2012, pp. 1-3.

[2] Tomo el dato del artículo de D. Alandete.

[3] Páginas 2-3 de la edición de El País.

[4] El País, 15 de agosto de 2012 (edición catalana), p. 2.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.