Sin equivocarse, el escritor norteamericano Ambrose Bierce, declaró en una oportunidad, refiriéndose al peliagudo y complejo drama de la Paz: «En asuntos internacionales, la paz es un período de trampas entre dos luchas.» No podría imaginar que 97 años después de su fallecimiento, el Medio Oriente se encontrara en un complicando laberinto de intereses políticos, […]
Sin equivocarse, el escritor norteamericano Ambrose Bierce, declaró en una oportunidad, refiriéndose al peliagudo y complejo drama de la Paz: «En asuntos internacionales, la paz es un período de trampas entre dos luchas.» No podría imaginar que 97 años después de su fallecimiento, el Medio Oriente se encontrara en un complicando laberinto de intereses políticos, conspiraciones y trampas solapadas, esfuerzos nacidos de la espurias intenciones e hipócritas malabares, que han convertido a la solución pacífica de viejos diferendos, en un complicado tablero de ajedrez, donde no solo participan los palestinos y los pueblos árabes, por un lado, y la irreverente y ambiciosa Israel, por el otro. Fuerzas foráneas, inmiscuidas descaradamente en los conflictos, unas incitadoras del problema y aparentando sinceras voluntades para solucionarlo, como lo hacen Estados Unidos y la Unión Europea; otras envenenadas por el miedo, recelos y genuflexión, cuidando más su traspatio y sus tradicionales monarquías y debilitadas repúblicas, como lo hacen varias naciones árabes; y otras, defensoras a ultranza de la causa palestina, los menos en esa región, envueltas en amenazantes campañas mediáticas y sobre las que pende la inesperada agresión del poderío internacional que hoy camina en el Oriente Medio, como un gato con botas, armado de armas sofisticadas y de total impunidad, bajo el amparo de la ONU y de OTAN.
La principal víctima de toda esta problemática es la propia paz, pues no se le busca con total sinceridad y los protagonistas del conflicto se enredan en hacer primar sus puntos de vista por encima de la razón y la justicia. A todos les falta lo básico, como señalara una vez el recientemente beatificado ex Papa Juan Pablo II: «La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad.» Las otras víctimas son los pueblos y, particularmente, el pueblo palestino, martirizado por una feroz represión y por la violación de sus derechos elementales.
La solución está ante los ojos de todos y, sin embargo, se le bloquea y se entorpece su implementación: el reconocimiento por parte de la ONU, y del renuente Israel, del derecho a que exista un Estado Palestino, cuyas fronteras sean las que una vez violaron los sionistas en 1967, teniendo a Jerusalem Oriental como capital. Pero aquí comienzan las complicaciones, ya que una mayoría significativa dentro de las Naciones Unidas, particularmente los miembros de la UE, deben aprobar la Resolución que reconozca al Estado Palestino, con independencia de la voluntad obstruccionista de Israel y sus aliados. Luego de que el tema sea discutido en el Consejo de Seguridad de la ONU, se sometería a votación ante la Asamblea General, en septiembre próximo, en la que sería necesario obtener el voto de las dos terceras partes, es decir, 128 naciones miembros. El propio premier sionista, Benjamin Netanyahu, de manera obcecada rechazó cualquier resolución de la ONU en este sentido. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina, Riyad al Malki, ha reconocido que el objetivo de su gobierno es conseguir el reconocimiento de entre 140 y 150 países a la declaración unilateral del Estado palestino, lo que abriría las puertas de la ONU como miembro pleno de la misma.
Al mismo tiempo, dentro de la batalla diplomática que se libra a favor del reconocimiento del estado palestino en la ONU, el presidente Mahmoud Abbas solicitó al canciller europeo, Catherine Ashton, el apoyo de la UE al reconocimiento de este derecho.
Uno de los problemas sobre el tapete de las prolongadas negociaciones entre los palestinos e Israel es la liberación del soldado sionista Gilad Shalit, retenido por Hamas desde el 25 de junio de 2006. Se trabaja en un acuerdo de intercambio de prisioneros, con la gestión de Francia, Alemania y Egipto, para lograr la excarcelación de centenares de palestinos a cambio de la liberación de Shalit. Hamas, por su parte ha demorado las conversaciones en espera de compromisos más favorables para la parte palestina. Sin embargo, el canciller israelí, Avigdor Lieberman, se mantuvo obstinado frente a Ashton en su posición de no negociar con los palestinos, si estos promueven su intento diplomático en la ONU. Al respecto, declaró en pasado día 17: «Israel no se sentirá vinculada a los acuerdos que ha firmado con los palestinos en los últimos 18 años».
REJUEGOS ACTUALES TRAS EL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y LOS PALESTINOS
En un encuentro realizado con el presidente del parlamento europeo, Jerzy Buzek, el 15 de Junio del 2011, Netanyahu declaró sin corta pisas y tratando de convencer a Buzek: «De aquí a septiembre, queremos reunir entre 30 y 50 países que digan ‘no’ al reconocimiento unilateral de un Estado palestino en la Asamblea General de la ONU (…) Se tratará de una mayoría moral». Con tono amenazante, agregó: «Si los palestinos consiguen el reconocimiento de su Estado en la ONU, tendrán luego dificultades para aceptar por la vía de la negociación los compromisos indispensables para concluir un acuerdo de paz».
La trama contra la pretensión palestina, a definirse ante la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre próximo, tiene ya a algunos protagonistas que pretenden otra solución: el reconocimiento por Israel de las fronteras de 1967 y su retirada de los territorios ocupados. Esta propuesta está capitaneada por la ONU, la UE, Estados Unidos y Rusia, sobre la base de apreciaciones coincidentes pero con diferencia de motivaciones.
El canciller palestino, Riyad al Malki, salió al paso el 16 de junio, sobre cualquier recelo albergado por el estado sionista y sus tácitos aliados en este rejuego diplomático, al declarar que Palestina solicita su reconocimiento como Estado ante la ONU, «no para deslegitimar o aislar a Israel, algo que ya hace él mismo con sus políticas, sino, al contrario, para hacer realidad la paz». Esta dirección de la dirigencia palestina les hace rehuir de cualquier compromiso ante una negociación bilateral con Israel y evitar concesiones a Israel, como lo sería la división de Jerusalem, la desmilitarización de Palestina, el reconocimiento al estado hebreo y el tratamiento a que se daría al retorno de los refugiados palestinos. Sin embargo, las pretensiones palestinas cuentan con varios obstáculos, sobre todo encabezados por Estados Unidos, quien vetaría en el Consejo de Seguridad la aprobación de un Estado Palestino, y la Unión Europea, entre ellos Alemania, quienes apoyan las conversaciones directas entre las partes en litigio fuera del escenario de la ONU, sabedores de una votación favorable a Palestina en ese foro. Los palestinos saben que, como procedimiento, si la resolución a su favor no se aprobara en el Consejo de Seguridad, podrían aún optar por una resolución ante la Asamblea General basándose en el precedente de la Resolución 377 de 1950 y conocida como Unión para la Paz, que les daría a los palestinos una solución opcional para sus anhelos de formar su propio Estado, aunque no le daría de por sí un asiento como miembro pues su acatamiento es opcional para las naciones.
Israel navega, pues, en la coyuntura de una batalla contra reloj en el campo de la diplomacia: ganar votos contra la resolución en la ONU y lograr el veto norteamericano ante el Consejo de Seguridad, a los que podría sumar los vetos del Reino Unido, Francia y Alemania. Esta batalla de la cancillería hebrea ha instruido a todos sus diplomáticos de emplear un vasto arsenal de recursos como son ONGs, comunidades judías. Medios de información y todo tipo de presiones para sumar votos contra Palestina en la ONU.
Los palestinos también batallan en el campo de la diplomacia y se conoció que el principal negociador de ellos, Saeb Erekat, solicitó una reunión en la ciudad cairota, para el lunes 20 de junio, con los miembros de la Liga Árabe para recabar su apoyo ante la ONU. Sin embargo, las manifiestas contradicciones entre Hamás y Fatah sobre el proceso de negociación con Israel y con la declaración unilateral, en ambos casos, así como con la conformación del consejo de ministros y su dirección, los debilitan ante sus potenciales aliados en la batalla diplomática, algunos de los que esperan cómo solucionarán estos aspectos en su encuentro del día 21 de junio, que fue pospuesto indefinidamente. El acuerdo de reconciliación palestina, alcanzado el pasado 4 de mayo en El Cairo, parece ser un obstáculo a considerar que conspira, por culpa de estas facciones, a la definitiva solución del futuro palestino. No sería la primera vez en que la desunión da al traste con empeños prometedores. Las divisiones Al Fatah y Hamás en torno a la figura que ocupe el premierato palestino, si bien Salam Fayyad, apoyado por Fatah, o Yamal al Chudri, propuesto por Hamas, expresan en la superficie contradicciones de fondo y muestran una debilidad innecesaria e injustificable ante Israel. Si los dirigentes palestinos mantienen estas posiciones de desunión e inmadurez política, solo contribuyen a fortalecer a su eterno enemigo.
Otro fenómeno a considerar en el complejo tablero de ajedrez es la reacción de oposición que ha recibido Netanyahu de los partidos de izquierda y centro izquierda, así como de los movimientos sociales y progresistas, dentro de Israel. Esto se puso de manifiesto el pasado día 15 de junio, en una audiencia especial convocada en el Parlamento (Knesset), donde se criticó la política del gobierno en la arena internacional y con respecto a las negociaciones con los palestinos.
LA UNION EUROPEA EN EL ESCENARIO
Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la UE llegará el 17 a Israel y a los territorios en busca de desbloquear, de acuerdo con los intereses de Europa, el deteriorado proceso de paz entre ambas partes. Usará, desde luego, el mismo manido argumento de la UE y Estados Unidos, esgrimido hace unos días por el presidente del Parlamento Europeo (PE), Jerzy Buzek, de atacar cualquier decisión unilateral palestina para llevar la propuesta del Estado Palestino a la ONU. Su punto de vista con respecto al diferendo, fue escueto: «El objetivo es claro, un Estado palestino viable y un Israel seguro, que convivan uno junto al otro en paz y armonía». Buzek, en la práctica, rechazó debatir el caso palestino en la ONU y dio luz verde a las controversiales negociaciones propuestas por la UE y Estados Unidos. Pero Buzek no solo encontró rechazo por la parte palestina. También el canciller israelí, Avigdor Lieberman, tildó de ingenuos a los países europeos sobre su visión del conflicto israelo-palestino y de las negociaciones entre ellos.
EL PAPEL DE ESTADOS UNIDOS EN EL CONFLICTO
Estados Unidos, siempre tratando de sacar provecho para sus planes hegemónicos globales, ha sido, en apariencia, un cauto observador sobre los acontecimientos en el Oriente Medio y ha tratado de obtener ventajas políticas de manera casuística en cada nación del área, sin perder, desde luego, su alianza incondicional hacia Israel. Maniobra en silencio, tras bambalinas para pescar en aguas revueltas. Aparentemente solidario y condescendiente con las revueltas en Egipto y el nuevo gobierno; reacio e implacable con Libia y el gobierno de Gadafi; receloso y agresivo con Siria; complaciente con Bahrein; y parco para juzgar a sus aliados monárquicos en Arabia Saudí; Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos; toda la política norteamericana es parte de un inteligente rejuego para sacar ventajas.
En el caso particular de Israel, la Casa Blanca maniobra con las ataduras que le imponen la ultraderecha de su país y la arrogancia del gobierno de Netanyahu. Expresión de esta posición fueron los recientes ataques del Secretario de defensa estadounidense, Robert Gates contra Irán, en los que acusa a Irán de facilitar armamento sofisticado a los grupos de origen chiítas en Irak, agrava el panorama complejo que vive el Medio Oriente. Exigencias también hacia otras naciones para preservar y proteger a Israel llevó consigo en su agenda el enviado especial de EEUU para el proceso de paz en Oriente Medio, David Hale, quien contactó con la parte palestina e israelí en busca de reforzar las posiciones norteamericanas sobre el diferendo entre ambas naciones.
El pasado 19 de mayo, el presidente Obama pidió al irreverente Netanyahu para que acepte su propuesta de reiniciar las conversaciones de paz israelí-palestinas. El premier hebreo se negó a aceptar las propuestas de su amo imperial, lo que despertó conmoción y hasta perplejidad en la Casa Blanca. Sin embargo, Israel puede darse esos lujos ya que se sabe apoyado por los sectores del poder en EE UU. En sí, la propuesta de Obama se basa simplemente en discutir sobre temas fronterizos (volver a las fronteras existentes en 1967), problemas de la seguridad para Israel y otros temas menores, soslayando temas complejos, a discutirse según ellos posteriormente, tales como el caso de Jerusalem y el asunto peliagudo de los refugiados palestinos.
Mientras tanto, Israel se prepara ante la votación en la ONU sobre la aceptación de un estado palestino en el venidero septiembre, Para ello ha implementado la mega movilización de sus fuerzas represivas para un ejercicio denominado Turning Point 5, que tiene como objetivo repeler cualquier levantamiento popular en Cisjordania y en la Franja de Gaza. No cabe la menor duda, que los vientos de protestas en la región pueden ser el detonante de una explosión a la que tanto teme Israel.
EL ESPIONAJE QUE NO CESA
La actividad de activo espionaje desarrollado por Israel contra sus vecinos árabes y contra el movimiento palestino ha venido a complicar el panorama político en la región. Hoy se dio a conocer que varios integrantes del grupo chiíta Hezbollah, trabajaron como agente del Mossad israelí. Las detenciones incluyen a altos funcionarios de este movimiento, entre ellos el responsable de los contactos del mismo con Siria e Irán. Es desde luego, la primera vez que la inteligencia israelí, a saber, logra infiltrar a Hezbollah, aunque anteriormente se han desactivado o denunciado la actividad del Mossad en el Líbano.
Este evento sirve como continuación a otro ocurrido en Egipto hace apenas unos pocos días, cuando la fiscalía egipcia interpuso cargos de espionaje contra el ciudadano israelí-norteamericano Ián Jaim Grapel, quien es acusado de espiar para Israel, buscar información sobre el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, la situación política y económica del país, sobre los Hermanos Musulmanes y la minoría copta, así como incitar a los participantes de las jornadas de protesta que dieron al traste con el gobierno de Mubarak. Según las autoridades cuentan con varios elementos incriminatorios contenidos en una computadora portátil, varios CD y una memoria digital portátil. Grapel, según se comprobó, había participado en la guerra del 2006 contra el grupo chiíta Hezbollah en el Líbano, ocasión en que fue herido en combate. Sobre el agente del Mossad se conoce que vivía en Nueva York, que emigró a Israel luego de graduarse en la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore; además Grapel fue miembro de un team de paracaidismo del ejército israelí. Usó la fachada como periodista para cumplir su misión.
LOS AMENAZADOS SE PREPARAN
Otras piezas importantes dentro del complejo tablero de ajedrez son otras naciones árabes como Irán, Líbano, Siria, Egipto y otros. Irán, de manera particular, amenazado por Israel y Estados Unidos, no pierde tiempo. Una de sus tareas principales es prepararse contra una posible intervención militar como la que se desarrolla en Libia. El Golfo de Adén es escenario actualmente de una compleja y peligrosa situación, pues naves de guerra y submarinos iraníes se encuentran casi dándose codazos con naves israelíes y norteamericanas. El Mar Rojo es hoy un polvorín a punto de estallar.
Otro adelanto del fortalecimiento de la capacidad defensiva de Irán fue dado a conocer, según Notimex, por el general de brigada iraní Farzad Esmaili, quien anunció que su país ha desarrollado una tecnología capaz de detectar e interceptar diferentes tipos de aviones que evaden el radar, inclusive misiles cruceros y de otros tipos. Otro líder del Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica, Amir Ali Hajizadeh, declaró por su parte que dos aviones espías ya fueron derribados en el Golfo Pérsico.
Otra maniobra defensiva iraní, esta vez en el campo de la diplomacia, ocurrió el pasado día 12, durante la Segunda Conferencia sobre Desarme Nuclear, realizada en Teherán y se abordó el tema del desarme nuclear. El propio canciller de Irán, Ali-Akbar Salehi, hizo hincapié en «establecer un mundo sin armas de destrucción masiva (ADM)». Salehi puntualizó, particularmente que «Israel debe unirse al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y aceptar la vigilancia e inspección de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en sus instalaciones nucleares.»
La actual campaña antiraní desarrollada por Israel alcanzó el clímax cuando de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas, Irán ha trasferido armamento a grupos como los Talibanes, en Afganistán.
Siria es escenario de un complejo escenario político donde ya rinden frutos las maniobras de Israel y Estados Unidos a favor de la subversión, la desinformación y la incitación al caos institucional. Su delito es su solidaridad con la causa palestina. Su apoyo a Hezbollah y su alianza con Irán. Sobre Siria pesa también el intento de evitar la instalación de una base naval rusa en el puerto sirio de Tartus. Otro de los argumentos mediáticos levantados contra Siria es la presunta instalación nuclear de Deir al-Zor, en el norte de Siria, y que presuponen infundadamente el desarrollo de un supuesto programa nuclear en ese país.
La oleada de acusaciones contra el gobierno sirio, basadas en una resolución de la ONU patrocinada por el Reino Unido, Estados Unidos, Francia, España, Alemania y Portugal, a los que se ha sumado Turquía, aumentan el conflictivo panorama en la región. Mientras tanto, China y Rusia mantienen su posición de vetar cualquier acción contra Siria.
Dentro de las acciones anti sirias, el pasado 17 de junio fue adoptado en Luxemburgo un acuerdo por los cancilleres de la UE, para preparar nuevas sanciones contra quienes mantengan vínculos con el gobierno sirio. Una carta enviada a Ban Ki Moon, secretario general de la ONU, por parte del canciller sirio, Walid al Moualem, contiene la posición de su gobierno ante los ataques dentro de la ONU, al destacar que: «Es importante que el Consejo de Seguridad no intervenga en los asuntos internos de Siria, que es miembro fundador de las Naciones Unidas». (…) «Estamos bastante seguros de que cualquier resolución que se adopte por el Consejo únicamente exacerbará la situación y enviará el mensaje a los extremistas y terroristas de que la destrucción que están llevando a cabo tiene el apoyo de las Naciones Unidas».
El imprevisible desarrollo de los acontecimientos en Siria preocupa a todos. En una declaración del Partido Comunista Sirio, emitida el pasado 18 de junio, se expresa: «Queridos compañeros de los partidos comunistas y obreros de todo el mundo, terribles acontecimientos continúan desarrollándose en Siria desde hace cerca de dos meses, a partir de la aparición de un movimiento de protesta pidiendo legítimas reivindicaciones locales y generales entre la población de la provincia de Daraa. Este movimiento ha arrojado luz sobre la presencia de problemas mayores en la vida política siria: el mantenimiento de un estado de emergencia o la ausencia de leyes que rijan la actividad política, entre otras cosas. Además, ha puesto atención en la ira popular por la degradación de las condiciones y la calidad de vida de los sirios después de la vuelta de Siria a una economía de mercado – la disminución de las ayudas estatales para los pobres, la erosión de las subvenciones a los productos de primera necesidad y a la producción agrícola, y la apertura al libre comercio, que no ha sido acompañada de una modernización de la industria siria – lo que ha conducido a un aumento de la tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes.» (…) «Sin embargo, las manifestaciones se han extendido a otras ciudades, debido a la reacción desproporcionada de las autoridades de seguridad en su forma de tratar a los manifestantes en las calles, lo que ha causado cierto número de víctimas. Tan pronto como surgió este movimiento, una formidable campaña mediática de masas fue lanzada por varios canales de televisión árabes y extranjeros, aprovechando las últimas tecnologías. Esta campaña ha recurrido a la falsificación, la exageración y la incitación. Hay que destacar en esta campaña el interés de Estados Unidos, fingiendo falsamente tener simpatía por los ciudadanos sirios, como si fuésemos a olvidar la muerte, la destrucción y los conflictos étnicos y comunitarios causados por las sucesivas administraciones estadounidenses en diversas regiones del mundo, en particular en Irak.»
Luego concluye Hunein Nemer, Primer Secretario del Partido Comunista Sirio: «Nuestro pueblo se toma las amenazas concernientes a nuestro país muy en serio y se reúne hacerlas frente. Las argucias extranjeras no lograrán cambiar la política nacional de nuestro país: la oposición de Siria en el proyecto estadounidense-israelí; la lucha de Siria para liberar Golán; el apoyo de Siria a la lucha del pueblo palestino para liberar su tierra, para crear un Estado palestino con Jerusalén Oriental como capital; y las luchas para liberar a Irak de la ocupación de EE.UU. y el sur del Líbano de la ocupación israelí.»
Líbano es otra de las piezas claves en los actuales conflictos en la región, sobre todo luego que se logró formar, tras 5 meses de negociaciones, un nuevo gobierno dominado por el partido chiíta Hezbollah. Ante esto, Israel ha llamado al gobierno libanés a resolver todas las disputas pendientes entre los dos estados mediante negociaciones y bajo muto respeto, según un comunicado de la cancillería israelí. El documento declara en una de sus partes: «Israel espera que la formación del nuevo Gobierno en Líbano traiga una mayor estabilidad y mantenimiento de la ley y el orden en Líbano y a lo largo de sus fronteras».
Israel presiona al nuevo gobierno libanés para que mantenga en vigor las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, particularmente la número 1701, que dio al traste con la guerra entre Israel y Hezbollah en el 2006. Hezbollah, por su parte, mantiene la beligerancia con Israel en torno a las granjas de Cheba, un pequeño territorio controlado por el los sionistas y que los libaneses reclaman como suyo.
El apoyo tácito mantenido por Irán a Hezbollah es otro punto de conflicto a superar, aunque el primer ministro libanés, Najib Mikati, declaró que su gobierno «trabajará para mantener la estabilidad en el país y para mantener buenas relaciones con todos los países». Sin embargo, dejó abierta una puerta a la confrontación cuando anunció desde el Palacio Presidencial Baabda: «Vamos a trabajar de inmediato de acuerdo a los principios y las bases que hemos afirmado nuestro compromiso varias veces, a saber… la defensa de la soberanía del Líbano y su independencia y la liberación de la tierra que permanece bajo la ocupación del enemigo israelí».
LAS BATALLAS DIPLOMATICAS DE ISRAEL
La entrevista entre Netanyahu y Berlusconi estuvo dirigida a refrendar los lazos comerciales y políticos de Israel con uno de sus principales aliados europeos, así como uno de los principales socios en la esfera del intercambio comercial, ya que Italia es el tercer vendedor a Israel y, a la vez, el sexto importador de productos israelíes. Desde luego, uno de los temas que discutieron es la búsqueda de apoyo italiano dentro de la UE y la ONU a favor de la posición de Israel de evitar que en la ONU se vote a favor del reconocimiento del Estado Palestino como miembro pleno.
En esta misma dirección, el pasado 5 de junio 2011, el Viceministro de Relaciones Exteriores israelí, Danny Ayalon, participante como invitado a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió a las naciones latinoamericanas representadas el foro, su total apoyo a la posición israelí de evitar el voto favorable al reconocimiento del estado palestino en la ONU. Al respecto, declaró: «Esta medida va a profundizar el conflicto y va en contra de los intereses de todos los Estados de la región.» Al parecer tuvo cierto éxito con los representantes de Honduras, El Salvador, Belice y la República Dominicana, luego de reunirse con cerca de una veintena de de cancilleres.
Hoy no es un secreto para nadie que la Cancillería israelí está en pie de combate. Todas las embajadas del país hebreo recibieron cables secretos, escritos por el Director General del Ministerio de Relaciones Exteriores, Rafael Barak. para buscar apoyo internacional en diferentes naciones, presionando a los gobiernos y grupos de comunidades hebreas para lograr el objetivo de un éxito de los palestinos ante la Asamblea general de la ONU. Estos cables llevan el encabezado «Frustración de la iniciativa palestina para el reconocimiento del Estado en septiembre en las Naciones Unidas – Directivas para la acción». El referido documento expresa, entre otras acciones: «La meta que nos fijamos es maximizar la cantidad de países que se opondrán a la decisión de reconocer un Estado palestino en las Naciones Unidas». (…) «Se relacionará el movimiento palestino con la intención de pulverizar la legitimidad de Israel… El argumento principal es que a través de este movimiento en las Naciones Unidas, los palestinos tratan de alcanzar su meta, no por medio de negociaciones con Israel y se rompe el principio de que la única manera de resolver el conflicto es mediante negociaciones entre las partes».
Cada embajador debe implementar su plan de acción en cada país y remitirlo a la Cancillería a más tardar el 10 de junio, reza la nota secreta. Y la misión dada a sus diplomáticos es más que clara: «El objetivo es que el Estado en el ustedes sirven vote en contra del reconocimiento de un Estado palestino» (…) «El plan debe incluir el pedido a los funcionarios de los niveles políticos más altos, movilizar a activistas para multiplicar la acción, (la comunidad judía, organizaciones no gubernamentales, entre otros»), utilización de los medios de comunicación, impactar en la opinión pública local e información a las audiencias relevantes».
Otra maniobra diplomática israelí es la creación del «Foro de septiembre», encabezado por el Encargado para Oriente Medio, el Embajador Yaakov Hadas, concebido como un equipo que se ocupe de «analizar las opciones de acción frente a los palestinos, las alternativas que dispone Israel para frustrar el movimiento y la consolidación de un programa político de relaciones públicas y comunicaciones». La indicación dada a los embajadores también está clara: «Ustedes tienen que informar al foro de sus actuaciones una vez a la semana».
Por otra parte, el 5 de junio pasado, el encargado del sector de Europa occidental, Naor Gilon, envió un telegrama confidencial a los embajadores de Israel en la Unión Europea y al encargado de la zona Euro-Asia, Pinhas Avivi, a los representantes de Israel en de Europa del Este y a países de la desaparecida Unión Soviética, en el que se indica: «Pedimos preparar un plan de acción para que el Estado donde ustedes sirven se oponga o se abstenga en la votación en la ONU».
De acuerdo con este plan de acción se ha logrado éxito en países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y España; ya se han establecido algunos compromisos favorables con la República Checa, Eslovaquia, Polonia, Hungría, Rumania, Bulgaria y otros. Se exige también vulnerar las políticas de otras naciones que, como Suecia, Irlanda, Bélgica, Portugal y Luxemburgo, son propensos a votar a favor del Estado Palestino en la ONU.
Otra dirección de reclutar votantes negativos o abstencionismo en la ONU se está desarrollando en África, América Latina, Asia y Oceanía, particularmente dentro de la Liga Árabe.
CONCLUSIONES
No sin razón expresó Mahatma Gandhi «No hay camino para la paz, la paz es el camino.» Pero la realidad de hoy es otra y realmente preocupante. Por un lado un Israel arrogante y empecinado en obstaculizar la votación a favor del reconocimiento de un estado palestino dentro de la ONU y usando el argumento de ir a las conversaciones mutuas para retardar el mantenimiento de los territorios usurpados, la feroz represión contra el pueblo palestino y su hostilidad contra Irán, Egipto, Siria y el Líbano. Por otro lado, una dirigencia palestina incapaz de dejar a un lado las diferencias y buscar puntos de encuentro que fortalezcan su posición en la batalla política en la región.
Los países árabes enfrentan problemas cada vez más inciertos como en el caso de Siria, Libia y Egipto. Irán, mientras tanto, amenazada y vilipendiada por una feroz campaña mediática, se prepara aceleradamente ante una amenazante agresión.
Los otros, los poderosos encabezados por Estados Unidos, buscan fórmulas diversas para buscar soluciones parciales y que favorezcan a su mimado estado sionista.
Hoy por hoy, las batallas diplomáticas cobran un repunte sin precedentes, tanto para palestinos como para los israelíes, mientras que pende, sin poder evitarse, la intimidación de la guerra.
Como dijera el sabio chino Confucio: «Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.» Esa verdad es la que se pone en juego por estos días en aquel sufrido, doloroso e incierto rincón de nuestro planeta.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.