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Un «gesto» de humillación

Fuentes: Haaretz

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis

El ministro Haim Ramon dijo ayer que la decisión de liberar a 900 presos palestinos era necesaria para fortalecer al presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas (Abu Mazen). Pero en la misma entrevista de la radio, hizo hincapié en que sólo los prisioneros con cortas condenas, o a los que les quedaban pocos meses para cumplirlas serian puestos en libertad. Desde la perspectiva palestina, un «gesto» de esta naturaleza no refuerza a Abbas; le humilla a los ojos de su público, y expone la debilidad de varias organizaciones de Fatah que tratan de liberar a los presos.

Estas organizaciones – el Ministerio para Asuntos de los Prisioneros (dirigido por Hisham Abdel Razeq), El Club de Prisioneros y otras – quieren primera y principalmente para Israel y los palestinos redactar conjuntamente la lista de presos a liberar. Los palestinos desean evitar la repetición de la escena en la que Israel libera principalmente criminales, detenidos por entrada ilegal y presos a los que les quedan unos pocos días para cumplir las condenas. Los palestinos entienden que los israelíes no estén preparados para digerir la liberación de presos condenados por la muerte de israelíes (incluso soldados), pero esperan que Israel comprenda que los palestinos vean que la liberación principalmente de criminales, de entrantes ilegales o de quienes fuero sentenciados a sólo unos pocos meses, como un mal chiste que no tiene absolutamente ninguna posibilidad de fortalecer a Abu Mazen»

En las semanas después de la elección de Abbas, los presos palestinos le han urgido a que no discuta cuántos serían liberados. Si no más bien que clase de presos serían puestos en libertad. Ellos, junto al Ministerio de Asuntos para Presos han formulado los criterios con respecto a los que deberían ser liberados: los más ancianos, los enfermos, las mujeres y los menores. Si Israel adopta estos criterios, verdaderamente mejoraría la atmósfera.

Los presos también quieren acabar con la discriminación entre los residentes de Jerusalén Este y los de Cisjordania y Gaza. Los primeros no fueron liberados bajo los Acuerdos de Oslo, aún si fueron sentenciados por delitos mas leves que los de los prisioneros liberados. Los presos aducen que si los residentes de Jerusalén Este fueron autorizados a votar en las elecciones a la presidencia de la AP, son claramente parte de la población de la Autoridad Palestina- y además no hay ninguna razón por la que no puedan también ser liberados.

Exigiendo participar en la redacción de las listas, los palestinos también están asumiendo un riesgo: Seguramente se les acusará de descuidar ciertos tipos de presos, o ciertos individuos. Sin embargo los palestinos consideran esencial su participación.

Sin embargo, si es como la noche pasada, no hay signos de que el gobierno israelí estuviera preparado para implicarse. Y por eso es por lo que la declaración de Ramon no ha generado entusiasmo entre los socios de Abbas, o en Fatah, su partido.

4 de Febrero de 2005