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Un hospital libanés denuncia que ha recibido cadáveres con señales de armas químicas prohibidas

Fuentes: Agencias/El Períodico

Al menos tres cadáveres con «claros signos» de haber sido atacados con bombas de fósforo blanco, un arma química que está prohibido utilizar contra seres humanos, fueron ingresados durante los enfrentamientos entre Israel e Hizbulá en un hospital de la ciudad libanesa de Balbek, según han informado fuentes médicas. El jefe de Urgencias del Hospital […]

Al menos tres cadáveres con «claros signos» de haber sido atacados con bombas de fósforo blanco, un arma química que está prohibido utilizar contra seres humanos, fueron ingresados durante los enfrentamientos entre Israel e Hizbulá en un hospital de la ciudad libanesa de Balbek, según han informado fuentes médicas.

El jefe de Urgencias del Hospital Dar el Amal, Husein Mahmoud el Chel, ha asegurado que esos cadáveres –sin ninguna herida externa, totalmente contraídos y con la piel de un color verde negruzco– muestran todas las características de un ataque con este tipo de sustancia.

El doctor Mahmoud ha explicado que los cadáveres que llegaron al hospital procedían del pueblo de Brital, situado al igual que Balbek en el valle oriental de la Beka, uno de los feudos de Hizbulá, y que no eran de combatientes de dicha milicia chií.

Expertos libaneses han llevado varias muestras de los cadáveres a Beirut, desde donde han sido enviadas a un laboratorio de investigación sobre armas químicas en París para su análisis, ha añadido Mahmoud.

El ‘nuevo napalm’

La utilización del fósforo blanco, conocido como el nuevo napalm, contra las personas, está prohibida por las convenciones internacionales, que sólo permiten su uso en casos muy restringidos como la iluminación de un campo de batalla no habitado.

Durante la guerra se especuló sobre la posible utilización por parte del Ejército israelí de armas químicas como el fósforo blanco o el uranio empobrecido aunque hasta el momento no se han encontrado pruebas de su uso.

La zona de Balbek, en el valle de la Beká, fue duramente bombardeada durante el conflicto por la aviación israelí, pero la información sobre lo que ocurría en la región fue muy escasa ya que ningún periodista internacional consiguió llegar hasta ella.