La situación generada tras la purga, sin antecedentes, que desató el príncipe heredero Mohammed bin Salman teñida de un halo de anticorrupción (Ver: Yemen el Vietnam saudita), contra muchos de sus rivales en la compleja urdimbre de la familia reinante, al parecer no solo ha tomado de sorpresa a muchos de los que hoy están […]
La situación generada tras la purga, sin antecedentes, que desató el príncipe heredero Mohammed bin Salman teñida de un halo de anticorrupción (Ver: Yemen el Vietnam saudita), contra muchos de sus rivales en la compleja urdimbre de la familia reinante, al parecer no solo ha tomado de sorpresa a muchos de los que hoy están detenidos en el exclusivo hotel Ritzadh’s Ritz-Carlton, sino a algunos gobiernos europeos muy cercanos a la más sangrienta y longeva dinastía que se tenga memoria en estos últimos siglos.
Se ha sabido que muchos de los detenidos fueron golpeados y torturados, tras su arresto mientras eran sometidos a duros interrogatorios para que den detalles no solo de sus cuentas bancarias, sino el funcionamiento de la red de corrupción, que sin duda involucrara a muchos «amigos» occidentales. Las cifras de detenidos, como todo en el reino saudita, no son claras, ya que en las primeras horas se ha hablado de unos 1300 detenidos mientras ahora el número se ha reducido en torno a los 200, todos altos dignatarios, príncipes y magnates.
Creer que una operación de semejante magnitud fue realizada sin el conocimiento y el aval del Departamento de Estado, es más que inocente. Hay que recordar la exitosa visita de Donald Trump, a fines de mayo pasado, en que fue recibido como un verdadero héroe nacional, a pesar de que provenía nada menos que de Israel, en los papeles el enemigo número uno del reino.
Si, el que parece ha sido sorprendido es el presidente de Francia Emmanuel Macron, quien se encontraba de visita oficial en los Emiratos Árabes Unidos, y antes de continuar viaje a Paris, hizo una escala en Riad donde se reunió con el príncipe Mohammed, a todas luces el hombre fuerte del régimen, con quien «conversó» particularmente sobre la situación del Líbano y otros temas que obviamente pasaron por la «guerra contra la corrupción» desatada por el futuro rey.
Es importante señalar que mientras todo esto sucedía, Riad era visitada por otro «ilustre» político francés, el ex presidente Nicolás Sarkozy, un agente claramente alineado a los intereses tanto de Washington como de Tel-Aviv.
La campaña anticorrupción no solo se centra en la captura de todos aquellos magnates y funcionarios que se han enriquecido de manera ilegal, sino también en la confiscación de dichas fortunas por lo que el reino espera recaudar cerca de 1250 billones de dólares. Ya que muchas de esas fortunas se encuentran radicadas en el exterior, Riad prepara una embestida judicial en procura de recuperarlas. Entre los personajes más encumbrados que han sido detenidos figuran nada menos que los hijos del rey Fahd bin Abdulaziz, el rey Abdullah, el príncipe Bandar al-Sultan y el príncipe Nayef.
El clan Sudairi, de la que el Rey Salman es parte, ya que es uno de los siete hermanos que dio origen al clan, todos hijos del rey Abdul-Aziz Ibn Saud, fundador del reino moderno, que en total se calcula tuvo cerca de cuarenta hijos, pero estos siete son hermanos de la misma madre, la Princesa Hassa bint Áhmed al-Sudairi, de quien toman el nombre y han logrado dominar el reino desde la muerte de su padre el rey Abdul en 1953.
La actual purga fue antecedida por otra de características más política, si esta tuviera algún perfil que no lo fuera, en la que cayeron clérigos musulmanes, intelectuales, economistas y otras figuras públicas, asociados al gobierno del rey Abdullah, muerto en 2015, antecesor y hermano del actual Rey Salman.
En esta última redada han caído figuras del clan más poderoso del reino de los Sudairi; dos hijos del poderoso Príncipe Bandar al-Sultán, embajador en Washington 25 años y jefe del poderoso servicio de inteligencia saudita, quien está investigado por el acuerdo de armas conocido como al-Yamamah. Un contrato para las compra de aviones de combate de la British Aerospace (BAe), que incluían repuestos, mantenimiento y la construcción de bases locales que significó la mayor venta de armas del Reino Unido, que fue monitoreado directamente por Margaret Thatcher en 1985. El acuerdo, cuyo precio básico se infló en un 32%, permitió pagarle por bajo cuerda a Bandar cerca de 30 millones de dólares, que fueron enmascarados como «servicios de marketing», que invirtió comprando propiedades en el Reino Unido, un negocio redondo para Londres. Bandar además fue el hombre clave a la hora de lanzar mercenarios tanto contra Libia, como contra Siria.
Sobré el príncipe Bandar corren diferentes rumores, unos afirman que no ha sido detenido y se encuentra en su casa de la ciudad de Jeddah, mientras otros lo dan por detenido.
¿Otra guerra en Líbano?
Una de las tantas aristas de la crisis saudita parece tener origen en Líbano, recordemos que el Primer Ministro de ese país, Saad al-Hariri, renunció a su cargo a través de un comunicado televisado, justamente desde Riad, el cuatro de noviembre último, donde se encontraba en una visita oficial, argumentando que temía por su vida. Su padre Rafiq al-Hariri, quien fuera dos veces Primer Ministro, fue asesinado tras haber dejado su cargo en 2005. Del asesinato de Rafiq al-Hariri se ha culpado al presidente sirio Bashar al-Assad, en confabulación con la organización libanesa Hezbollah, (Partido de Dios) con gran basamento en el sur del país, además de contar con representación parlamentaria y tener el control de varios ministerios. Las acusaciones jamás han podido ser demostradas.
En su desopilante renuncia, Hariri denunció que Hezbollah e Irán son los que tienen el poder en su país. De allí el temor por su vida.
Según algunos informes señalan que el enojo del Príncipe Mohammed, que ha llevado a la extraña detención de Hariri, justificándola por la nacionalidad saudita del primer ministro quien nació en Riad en 1970, se centra en la imposibilidad después de dos años medios de vencer al pueblo yemení, que solo cuenta con la ayuda de Hezbollah, y la República Islámica de Irán, ambos chiitas, como el grupo Houthis, quien ha llevado la dirección de la guerra de resistencia contra Arabia Saudita.
A principio de noviembre un misil houthi alcanzó el aeropuerto Internacional Rey Khalid, próximo a Riad lo que hizo replantear la guerra al príncipe heredero.
El misil utilizado sería un Volcano H-2, una versión yemení del misil balístico soviético R-27 Zyb, con un alcance operativo de entre 800 y 2000 kilómetros. Hará que de seguir produciéndolo, Yemen se convertiría en una pesadilla para el reino.
La detención del Primer Ministro libanés intentaría provocar la caída del gobierno de Beirut, generar un estado de anarquía que propiciaría, tras algún ataque de falsa bandera, la intervención israelí y declarando una guerra abierta contra Hezbollah, además de la intensificación de las diferencias y abrir una brecha que pudiera terminar en una nueva guerra civil entre los seguidores de Hariri, sunitas, y Hezbollah, de mayoría chií, aunque en la organización liderada por el carismático Sayyed Hassan Nasrallah participan sunitas moderados y miembros de diferentes iglesias católicas y otras creencias presentes en el Líbano.
Aunque según se informa desde la capital del Líbano, la maniobra habría fracasado, el gabinete sigue incólume y un espíritu de unidad frente a las intenciones sauditas se ha apoderado del pueblo libanés.
Por otra parte, la presencia de Macron en Riad se debe fundamentalmente para cerrar antes que se pueda desmadrar la situación y se prohíba la venta de armas, poner en funcionamiento los contratos pendientes con Riad en que el reino se había comprometido en 2015 comprar armamento galo por más de 30 mil millones de euros. Estos acuerdos, que se encontraban prácticamente cerrados, no han sido cumplidos por los sauditas. Ahora la purga ha afectado a muchos contactos franceses en Riad, que Macron ha intentado volver a activar.
Por otra parte, la Unión Europea, particularmente Alemania y Francia, están intentando mantener el acuerdo nuclear con Irán, que además habilita un intenso tránsito comercial con Teherán, a los que la nueva administración estadounidense se ha declarado contraria volviendo a establecer un nuevo bloqueo comercial que Europa tendrá que seguir a pie juntillas como se lo marca Trump.
Un signo de lo critica de la situación en Líbano es que tanto Riad como Kuwait han solicitado a sus súbditos abandonen de inmediato el Líbano, mientras existe la posibilidad que los más de 200 mil ciudadanos libaneses afincados en el reino saudita sean obligados a abandonar el país.
La derrota del Daesh en Siria parece no haber hecho escarmentar a sus mandantes y el objetivo de allanar todo para la dominación norteamericana-israelí de la región sigue en marcha.
Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.
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