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Un proceso constitucional ejemplarizante

Fuentes: Rebelión

El 24 de Febrero pasado 6 millones 816 mil 169 electores cubanos votaron a favor de refrendar la nueva Constitución de la República, cifra que representa el 86.85% de los electores que votaron. La Comisión Nacional Electoral en su dictamen final del Referendo Constitucional hizo saber lo siguiente: la lista nacional actualizada se compone de […]

El 24 de Febrero pasado 6 millones 816 mil 169 electores cubanos votaron a favor de refrendar la nueva Constitución de la República, cifra que representa el 86.85% de los electores que votaron.

La Comisión Nacional Electoral en su dictamen final del Referendo Constitucional hizo saber lo siguiente: la lista nacional actualizada se compone de 8 millones 705 mil 723 electores. Ejercieron el derecho al voto 7 millones 848 mil 343 electores para el 90.15% de la lista actualizada. De esta cifra depositadas en las urnas se declararon válidas por reunir los requisitos establecidos en la Ley, 7,522,569 lo que representa el 95.85% de las mismas.

Aquellos 6,816,169 cubanos y cubanas que votaron por el Sí, representan el 78.30% del total nacional de electores en la lista actualizada y, como se dijera anteriormente, el 86.85% de los electores que votaron.

Votaron en contra de ratificar la Constitución 706,400 electores quienes representan el 8.11% del total nacional de electores en la lista actualizada y el 9% de los electores que votaron.

Fueron habilitados 25,348 colegios electorales en 12,635 circunscripciones que estuvieron abiertos desde las 7 de la mañana hasta las 6 del tarde. Además fueron habilitados 195 colegios electorales en lugares de alta concentración de personas, como aeropuertos, terminales de autobuses y trenes y hospitales. 122 colegios electorales fueron habilitados en el extranjero donde votaron específicamente los diplomáticos cubanos y los colaboradores y becarios cubanos en el extranjero.

Si el elector no se encontrara en su lugar de residencia el día del Referendo pudo ejercer su derecho al voto en cualquier colegio electoral del país. 594,580 electores así lo hicieron ese día.

Ese día 200,000 pioneros -estudiantes de primaria y secundaria, hasta el noveno grado- custodiaron en sus uniformes estudiantiles las urnas en todos los colegios electorales, de dos en dos y turnándose cada dos horas.

Es por todo esto y más que el 24 de Febrero pasado fue un día de júbilo para el pueblo cubano ya que millones de cubanas y cubanos pudieron ejercer su derecho al voto libremente en sosiego, en paz. Noblemente la naturaleza se sumó al propósito nacional al no haberse reportado ningún chapuzón de consecuencia en todo el territorio nacional.

Esta contundente victoria que el pueblo cubano se dio a sí mismo es resultado de un profundo proceso revolucionario de sesenta años de continuo batallar para establecer, contra viento y marea, una sociedad mejor.

Doce compañeras y compañeros de las organizaciones que en Miami integramos la coalición Alianza Martiana podemos atestiguar directamente de la tranquilidad reinante ese día durante la votación. Estuvimos presentes, todos como electores votando por el Sí, en el Cotorro, pueblo a las afueras de La Habana; en Placetas, localizado en la provincia de Villaclara, en la ciudad de Sancti Spíritus, capital de la provincia de igual nombre; en la ciudad de Regla, cruzando la bahía de La Habana; en tres zonas de El Vedado en la capital de la República; en el reparto Almendares, en el municipio capitalino de Playa. Además tres de nosotros fuimos también ese día en carro a una de las zonas más afectadas por el reciente tornado en la zona de Regla, donde vimos a tantos involucrados en la reconstrucción de viviendas, hospitales y escuelas, y votando; donde nos bajamos y visitamos un colegio electoral.

Nadie nos puede hacer cuentos.

Pero este no ha sido proceso constitucional de un sólo excepcional día. El 24 de Febrero pasado, el día que el Soberano decidió, como reza el título de un reciente estudio sobre estos asuntos, es el resultado de años de estudio y de debates sobre el nuevo Proyecto de Constitución, el cual durante los meses de agosto a noviembre pasados involucraron a millones de cubanos y cubanas en su estudio, debate y modificación.

Durante esos tres meses se efectuaron 133 mil y pico de reuniones en las que se discutió por casi 9 millones de cubanos ese Proyecto de Constitución en las que hubo más de un millón 700 mil intervenciones y más de 783 mil propuestas al mismo.

760 cambios fueron hechos al Proyecto de Constitución original; fueron analizados, explicados y aprobados en las sesiones de la Asamblea Nacional del pasado mes de diciembre convocadas con ese propósito, y transmitidas en directo en toda su extensión por la televisión nacional.

Vuelvo a preguntar: ¿es así como fueron o son aprobadas las constituciones políticas en Estados Unidos, en Colombia, en Brasil, Argentina, Chile, Perú, Paraguay, España, Inglaterra, Francia, Estonia, Polonia o Alemania, para nombrar algunos de esos gobiernos que siempre osan darnos lecciones sobre democracia y derechos?

Como era de esperarse porque así siempre ha sido por los últimos sesenta años, especialmente después de una multimillonaria fallida y aviesa campaña mediática y en las redes sociales durante los últimos 9 meses, en contra del Referendo, el 26 de febrero pasado el Secretario de Estado de Estados Unidos, el señor Michael R. Pompeo –quien aún no se autoproclamado presidente de Venezuela, ni de Estados Unidos ni de Italia–, afirmó en una declaración oficial: «El 24 de febrero, el régimen comunista cubano llevó a cabo lo que llamó un´referendo constitucional´ sobre revisiones a su constitución [sic]. Nadie debe llamarse a engaño por este ejercicio. […] Todo ese proceso se ha caracterizado por un muy bien dirigido teatro político y una represión absoluta en el debate político. […] Ese documento (la nueva Constitución) no le garantiza al pueblo cubano sus derechos fundamentales».

Así de ignorantes siempre son en su habitual prepotencia los imperialistas.

En un muy próximo trabajo trataré sobre las graves e innumerables violaciones al derecho al voto de los pobres, especialmente las minorías afroamericanas y latinoamericanas, en el estado de Kansas, donde se origina y tiene su base política, el señor Pompeo, (Pompeo ocupó un escaño en la Cámara de Representantes federal por 6 años por el 4 distrito de ese estado de la Unión) donde sus incondicionales aliados políticos de extrema derecha, ahora trumpistas todos, han sido derrotados en sus viles propósitos.

¡Ah! No podía faltar en este trabajo las declaraciones oficiales de Luis Almagro, el chihuahua del gobierno del Señor Presidente Donald Trump, que para intentar robarle el show a su Jefe emitió las mismas el 13 de febrero, 11 días anteriores al Referendo en Cuba, declarando el mismo nada menos que… ilegítimo.

Lo que ha sorprendido a todos, menos a su pareja, es que de acuerdo a un despacho de CNN-Hànyú, fechado el 4 de marzo pasado, el chihuahua Almagro se proclamó Emperador del Celeste Imperio, a ser conocido oficialmente desde ahora como Su Majestad Imperial Pàng nürén comenzando una nueva dinastía china con el nombre de Pàntú.

Para los lectores que no dominan el chino mandarín CNN-Hànyú, se traduce como CNN-China. Páng nürén, el nombre que escogió Su Majestad Imperial para ser conocido se traduce como Gorda. Y Pàntú, el nombre que Su Majestad Imperial le dio a su nueva dinastía se traduce en nuestro idioma como Traidor.

Aunque volviendo a lo nuestro, en este proceso constitucional ejemplarizante el pueblo cubano ha garantizado la República del presente y del futuro, la que nos da la estabilidad para lograr un mejor orden político, económico y social. Más democráticos, para el disfrute de una sociedad más solidaria, más equitativa, más digna y más humanista, lo que nos permitirá la profundización de nuestro proceso socialista. Porque los cubanos hemos aprendido a ser mejores personas y a hacer mejor nuestra labor como ciudadanos en estos sesenta años de proceso revolucionario, y lo aprendido está plasmado en esta nueva Constitución.

Quisiera terminar este trabajo volviendo a citar del reciente trabajo sobre estos asuntos del respetado politólogo cubano Darío Machado,’ Decidió el soberano’: «De lo que no hay duda es que el proceso que condujo al texto votado no fue formal. Tampoco se puede afirmar que a partir de la presentación al país del anteproyecto aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular y sometido a criterio de la población se haya logrado un conocimiento cabal de la Constitución por parte de la ciudadanía. Pero es indiscutible que nunca antes la sociedad cubana había aprendido tanto del significado de una Carta Magna. Nunca antes los medios de comunicación habían socializado un proceso político del modo conque lo hicieron esta vez transparentando los más disímiles criterios y propuestas, nunca antes un asunto jurídico-político había sido tan explicado, argumentado, analizado con la profundidad con la que se hizo en esta ocasión».

Andrés Gómez, director de Areitodigital

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.