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Un silogismo sobre el hijo político del molt ex honorable y su comparencia del próximo jueves

Fuentes: Rebelión

Anirem al màxim que ens permeti la llei, i una mica més [Nos ubicaremos en el máximo que nos permita la ley, y un poco más]. Felip Puig (2012)   Si la fiscalía quiere conocer quién es el responsable de abrir los colegios que me miren a mí, el responsable soy yo y su gobierno. […]

Anirem al màxim que ens permeti la llei, i una mica més [Nos ubicaremos en el máximo que nos permita la ley, y un poco más].

Felip Puig (2012)

 

Si la fiscalía quiere conocer quién es el responsable de abrir los colegios que me miren a mí, el responsable soy yo y su gobierno.

Artur Mas (2014)

 

No he votado a «Catalunya si que es pot» y a la alianza electoral que expresa para ver como hoy, Lluís Rabell, acompaña a Irene Rigau, consejera de Mas y responsable de los recortes educativos y de los barracones -como el de Paco Candel en L’Hospitalet-, a prestar declaración ante el Tribunal Superior. Es una gran decepción y desearía le enviaseis este correo.

Para haber pasado tan pocos dias desde el 27S,es muy preocupante ese gesto de apoyo a Junts pel Si. Si el camino emprendido va a ser ese, sencillamente nos han engañado. Y es intolerable.¡Qué vergüenza!

Carlos Jiménez Villarejo (2015)

 

Antes de entrar propiamente en tareas silogísticas y sin detenerme en la actitud un pelín chulesca del candidato escondido.

Ni que decir tiene que si por mí fuera ni el amigo íntimo de Jordi Pujol Ferrusola, el bendecido por doña Marta, ni la señora consellera de las generosas ayudas los colegios concertados de élite del Opus ni la ex vicepresidente democristiana del gobierno hubieran sido llamados a declarar (las dos últimas, hoy martes 13, el día en que escribo esta nota). Podían seguir tranquilamente en sus privilegiadas casas o mansiones, viendo por ejemplo algún programa de TV3, la intoxicadora nacionalista por excelencia, o «L’endemà» por poner otro ejemplo de equilibrio y ecuanimidad.

Recuerdo por otra parte, innecesariamente por supuesto, que el juez que los ha llamado a declarar -¡a declarar, sólo a declarar!- es miembro del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. No pertenece a la Audiencia Nacional pongamos por caso, ni es miembro del Tribunal Supremo.

Me centro. ¿Vale el siguiente silogismo o, para ser más precisa, el siguiente razonamiento?

Premisa 1: Toda institución pública o corporativa que atente contra los derechos civiles o sociales de un ciudadano de Cataluña causará una movilización ciudadana en la que todas las organizaciones sociales -empezando por ANC y OC-, unirán sus fuerzas en la protesta. No en nuestro nombre, no más injusticias, no más atropellos, serán los lemas.

Premisa 2: Marta, Josep, Bernardo, Artur o Elna son ciudadanos agredidos por tal o cual institución.

Conclusión: Luego, por tanto, las organizaciones sociales, todas ellas, se podrán en pie de paz y rebeldía contra el atropello apuntado en 2. ¡Resistencia, resistencia, resistencia!

¿Alguna pega, algún error por mi parte? ¿Algún sesgo de genero como dicen algunos sabiondos? ¿Vale el argumento? ¿Sin distinciones, sin excepciones?

Veamos entonces: praxis, aplicación, concreción.

El pasado 5 de octubre de 2015 se celebró el juicio contra los llamados «4 de Poble Nou», cuatro compañeros que participaron en la huelga general del 29 M de 2012 en Barcelona. Como tantas de nosotras, como bastantes de vosotros. Se les ha acusado de haber roto o deteriorado algún contenedor de la basura, de haber interrumpido el tráfico,… ¡Grandes crímenes que merecen grandes castigos! Como los de Volkswagen, Rato o Millet por ejemplo. Fueron detenidos tras una carga policial contra un piquete informativo.

Pues bien, una de las instituciones-instancias represivas más activas en todo el proceso -y hasta el final- ha sido la Generalitat de Catalunya, con la más que probable dirección en la sombra del ex conseller Felip Puig, uno de los responsables de Interior más represivos que se recuerdan en estos últimos 40 años (incluyendo, por supuesto, los ministros de los gobierno centrales, los de «Madrid»).

El juez que ha llevado el caso ha dictado sentencia absolutoria. ¡Sonó el himno de la alegría! El fiscal había solicitado, espero no equivocarme en este punto, 3 años y medio de cárcel -¡42 meses!- para cada uno. Sobre ellos, como apunté, recalaban acusaciones de desórdenes públicos y riesgos para la circulación. Los cuatro -uno de ellos, gran amigo de mi familia, un joven más que admirable- habían negado su participación en los hechos que les imputaban. Los jóvenes y los grupos que los han apoyado se quejaron en repetidas ocasiones que no fueran admitidas pruebas que los hubieran exculpado de entrada y de salida. Entre ellas: las filmaciones de las cámaras de seguridad de varios bancos y establecimientos comerciales.

CGT, sindicato de uno de los absueltos, Albert Capella, secretario de acción sindical de la federación del metal, ha destacado, como antes hemos apuntado, el papel de la Generalitat en este y en otros procesos donde se ha presentado como acusación particular, pidiendo, normalmente, sanciones superiores a las de la propia fiscalía (como acaban de leer, no hay error que se me pueda imputar). O incluso, en algunos casos, recurriendo resoluciones absolutorios hasta lograr la condena de los activistas. Las palabras de Felip Puig que abren esta nota van en esa dirección.

Así, pues, están absueltos. Perfecto, gran noticia. Pero, ¿alguien les quitará un átomo de sufrimiento y del tiempo invertido en papeles, previas y comparecencias? Recuerden: como diría Gramsci, el tiempo es sinónimo de vida.

Como he señalado, repito de nuevo, el gobierno de la Generalitat ha sido vanguardia destacada en el intento de represión contra estos (y otros) jóvenes (o no tan jóvenes). Aceptado lo anterior, ¿alguien puede creer de verdad en las proclamas democráticas de políticos profesionales de esta catadura moral y política? ¿Alguien se traga ese cuento, otro más? ¿Por qué no retiró la denuncia el gobierno de la Generalitar como sí hizo el Ayuntamiento de Barcelona, que había comparecido como acusación cuando don Xavier Trias, un gran amigo del candidato 4 posición Rey-Reina, era alcalde de la ciudad?

Si ellos reprimen o ayudan en la represión, no es represión, es defensa democrática ante desalmados sindicalistas; si a ellos se les llama a declarar, «España» -sea cual sea el referente en cuestión- es un país fascista o fascistoide y la justicia un instrumento del Estado de opresión y, por supuesto, se infiere con fuerza (il)lógica, visca la independència!.

¿Y el silogismo, no estábamos en figuras argumentativas? Allí volvemos.

Si todos es todos, y toda injusticia exige movilización, ¿cómo es entonces que la ANC y el OC, u otros colectivos afines o no afines, no hicieron una «crida», un llamamiento a la ciudadanía para que acudiera ese día a dar su apoyo a los enjuiciados? ¿No se trataba de combatir toda injusticia? ¿No era eso?… No era eso. Y entonces, ¿por qué ahora sí y entonces no? ¿Por ser estos segundos miembros de las 400 familias con mando en plaza, de los suyos? ¿Por ser aquellos currantes, activistas sindicales, trabajadores sin charme, porque su lucha no tiene narrativa independentista?

¿No será que ahora toca liarla sea como sea y levantar de nuevo más muros y más separaciones? ¿No será que la ocasión la pintan calva? ¿No será que la situación va mejor que bien para presionar «a quien corresponda» para que acepte que el hijo político del molt honorable debe ser president de la Generalitat, su, digamos, lugar natural, que a un mártir no se le puede negar nada?

¿No es obvio a estas alturas que el asunto de fondo del 9N de 2014 fue movilizar, agitar a la ciudadanía, a favor de la figura política del jefe del ultraneoliberal Boi Ruiz y sus planes políticos amparándose en un dret a decidir que fue negado por ese mismo gobierno en mil asuntos que también exigen la participación y decisión de la ciudadanía? ¿Se puede aún dudar de ello? ¿No ha pasado ese dret a decidir, lo han dicho mil veces, al baúl de los recuerdos? ¿No es obvio que en este 15 de octubre se intenta algo parecido, ahondar en las divisiones entre los ciudadanos, ahondar y abonar entre lo que ellos llaman «separación de España y Cataluña», cubierto todo ello con los símbolos y relatos que sean más eficaces?

¿Es eso lo que tenemos que apoyar? ¿Alguien duda que el amigo de Jordi Pujol Ferrusola va a salir de rositas y con el pecho alzado por su «coraje y valentía»? ¿A esto debemos contribuir, a engrandecer la figura del político más neoliberal de toda la historia reciente de .Cat? ¿Se trata de crear nuevos mártires del imaginario nacionalista en este próximo 15 de octubre que, por supuesto, no tiene nada que ver -nada es nada como diría Jorge Riechmann- con otro 15 de octubre que sí tiene que permanecer en nuestra memoria indignada sin que habite el olvido sobre ello? ¿Qué tendrá que ver lo sucedido con Lluís Companys con todo esto?

Por eso no entiendo, y no creo que pueda entenderse fácilmente, la participación de la alcaldesa de Barcelona (¡muy bien Colau por el comentario crítico sobre el 12 de octubre!), acaso el colectivo Barcelona en comú, en todo este montaje político cuyas finalidades parecen obvias. ¿Por la defensa de BenC del dret a decidir? ¿El asunto que se ventila este próximo jueves está relacionado con este (supuesto) derecho ciudadano (que no discuto) o es más bien un nuevo enfrentamiento entre nacionalismos desgarradores en su lucha descarnada por el poder -sea cual sea el alcance de éste-, envueltos unos con una idea reaccionaria y patrimonial del Estado de derecho y otros con símbolos para el caso y las narratividades pertinentes como en los viejos tiempos del molt ex honorable?

¿Que tendrá que ver el candidato escondido en posición 4 y sus interesados seguidores con la defensa real de los derechos ciudadanos, de la equidad, de la justicia, de la fraternidad entre ciudadanos y pueblos, etc etc? No es obvio que su mundo es otro muy distinto, que lo suyo es la patria de unos cuantos, el mundo de los negocios y el mando en plaza de las 400 familias con apellidos gloriosos y molt del país.

¿Qué hacemos nosotras son gentes así? ¿Dijeron ellos algo sobre los cuatro de Poble Nou?… Perdón, perdón, sí que dijeron, disculpas por el error: «más leña al fuego, más golpes a los desfavorecidos» y hasta el último momento. ¿No fue eso? ¿Exagero?

De la presencia de los secretarios generales de la CONC (que no CCOO) y UGT, Gallego y Álvarez, nada es necesario comentar. Al servicio (nacionalista) de los amos, de los que en el fondo dependen como organización de cuadros y liberados.

Las dudas finales: ¿apoyará la CUP como un solo hombre-mujer al hijo político del gran embaucador y defraudador? ¿Por qué? ¿Por un derecho a decidir que a ellos les importa un higo? ¿Otro tipo de abrazos? ¿No son ya demasiados? ¿Dónde esta la independencia política de la organización, el nosaltres no som d’exe món?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.