Uno de los cinco cubanos antiterrorristas, convicto de espiar para el Gobierno de La Habana que fue sentenciado en el 2001 a cadena perpetua recibió hoy una nueva condena de 21 años y ocho meses de cárcel, luego de que un tribunal de apelaciones de EE.UU. ordenara que le redujeran la sentencia. Antonio Guerrero, con […]
Uno de los cinco cubanos antiterrorristas, convicto de espiar para el Gobierno de La Habana que fue sentenciado en el 2001 a cadena perpetua recibió hoy una nueva condena de 21 años y ocho meses de cárcel, luego de que un tribunal de apelaciones de EE.UU. ordenara que le redujeran la sentencia.
Antonio Guerrero, con cadenas en los tobillos y el uniforme beige de prisionero, escuchó el dictamen de la jueza Joan Lenard en un tribunal de Miami durante una vista judicial de más de tres horas.
El acusado fue declarado culpable de conspirar y operar como agente extranjero sin notificar al Gobierno estadounidense junto a otras personas que integraban la llamada «Red Avispa» de espionaje desmantelada en el sur de Florida en 1998.
Guerrero se infiltró en la base naval Boca Chica en Cayo Hueso, en el extremo sur de la península de la Florida, pero no obtuvo ni transmitió información secreta a Cuba, según los documentos judiciales.
La juez Lenard rechazó hoy un acuerdo de sentencia presentado por la Fiscalía Federal y el abogado del acusado, Leonard Weinglass, para que redujera la condena de cadena perpetua a 20 años de cárcel.
Lenard dijo que en diez años había emitido 1.800 sentencias y esta era la primera vez en la que el Gobierno y el abogado de un acusado sometían a su consideración un convenio de condena.
Decidió imponer una sentencia mayor que incluye cinco años de libertad condicional y afirmó que había tomado en consideración la gravedad de los delitos y los alegatos de la defensa de que el acusado ha mostrado buen comportamiento.
Guerrero podría obtener su libertad en siete años debido al tiempo que ha estado en prisión, calculó Weinglass en declaraciones a periodistas cuando finalizó la vista judicial.
Weinglass se mostró sorprendido de que la jueza impuso una condena mayor a la presentada por el Gobierno en el acuerdo.
En la vista judicial, el abogado calificó de razonable la petición tras enfatizar que un tribunal de apelaciones determinó que su cliente ni obtuvo ni transmitió información secreta.
Arguyó que Guerrero ha mostrado buen comportamiento durante los once años en que ha estado detenido en una prisión de máxima seguridad en Colorado y que además ha trabajado como profesor de inglés desde el 2002.
Caroline Miller, fiscal federal, dijo a la juez que el acuerdo de sentencia no se había alcanzado con base en la buena conducta del acusado en la prisión sino porque se había «distorsionado la imagen» (del sistema judicial) de Estados Unidos en «el mundo».
Un panel de tres jueces del Undécimo Tribunal de Apelaciones de Atlanta confirmó el veredicto de culpabilidad de todos los acusados en el caso, pero desestimó las sentencias de Guerrero, Fernando González (alias «Rubén Campa») y Ramón Labañino (alias «Luis Medina III»).
Las sentencias de Gerardo Hernández a dos cadenas perpetuas y de René González, 15 años, fueron ratificadas.
«Ratificamos las convicciones de cada uno de los acusados y las sentencias de González y Hernández. Anulamos las condenas de ‘Campa’, ‘Medina’ y Guerrero y remitimos (el caso) en parte para procesos de sentencias consistentes con esta opinión», dijeron los jueces en su fallo.
Estos acusados son conocidos a nivel internacional como «Los cinco» y en Cuba se les considera héroes.
Un jurado de Miami juzgó en 2001 a los cinco cubanos y los declaró culpables de conspirar y operar como agentes extranjeros sin notificar al Gobierno estadounidense.
Los cubanos admitieron durante el juicio que eran agentes del Gobierno de La Habana, pero afirmaron que espiaban a «grupos terroristas de exiliados que conspiran contra el (entonces) presidente Fidel Castro», y no al Gobierno estadounidense.