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Una anomalía indecente

Fuentes: Palestine Info

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos



Unos desconocidos hombres armados atacaron esta semana la embajada israelí en Nouakchott, capital de Mauritania. El ataque, en el que no hubo muertos, demuestra que los mauritanos no quieren la presencia de israelíes ni de sionistas en su patria.

Por supuesto que hay que condenar el terrorismo en los términos más tajantes. Sin embargo, la presencia de una misión diplomática israelí en el corazón de Nouakchott es una provocación descarada a las sensibilidades y sentimientos de la mayoría de los ciudadanos mauritanos.

Después de todo, los mauritanos, como el resto de la humanidad, están viendo a diario lo que Israel está haciendo en Gaza y Cisjordania, fundamentalmente la campaña genocida de limpieza étnica que la clase dirigente militar y política sionista está efectuando con palestinos indefensos.

La presencia de embajadas, consulados, charge d’affaires y «oficinas comerciales» israelíes en capitales árabes y musulmanas debería ser considerada de hecho una desgracia descomunal por los Estados concernidos, sus gobiernos y gobernantes. Es muy parecido a mantener relaciones normales con la Alemania nazi mientras que el Tercer Reich se dedicaba afanosamente a clasificar a la gente en Übermensch y Untermensch [sobrehumanos e infrahumanos, n. de la t.], y a exterminar a enormes cantidades de personas para satisfacer el nacionalismo germano … lo mismo que, más o menos, ha estado haciendo Israel a los palestinos desde su mal concebido nacimiento hace sesenta años.

Nadie debería tratar de justificar o fomentar actos terroristas. Pero la presencia de representantes de un régimen similar al nazi que ondea a la cara de los derechos humanos y del derecho internacional en capitales árabes y musulmanas es un crimen que es peor incluso, mucho peor debería decir, que el crimen del terrorismo.

No hay necesidad de decir que la presencia de embajadas y de «diplomáticos» israelíes en capitales árabes y musulmanas implica la legitimación de la limpieza étnica, el genocidio, la ocupación, el colonialismo y de la desposesión sistemática y de la destrucción intencionada del pueblo palestino.

Las embajadas israelíes por todo el mundo llevan a cabo diferentes funciones, todas ellas malvadas e inmorales. La primera función de toda embajada israelí es justificar, defender, atenuar y explicar los actos criminales llevados a cabos, casi a diario, contra hombres, mujeres y niños indefensos que simplemente quieren ser libres y se niegan a ser aniquilados.

Estos actos criminales incluyen el asesinato deliberado de civiles inocentes, la destrucción de sus casas, el avasallamiento de sus granjas y el diezmar su capacidad para vivir una vida normal. En otras palabras, los embajadores, cónsules y charge d’affaires actúan efectivamente como agentes de relaciones públicas para el ejército israelí, una Wehrmacht* israelí según todo parámetro de moralidad.

Sus mentiras son tan incalculables como indecentes. Afirman que el riguroso bloqueo al millón y medio de habitantes de la franja de Gaza, en efecto por octavo mes consecutivo, no pretende perjudicar a los civiles y que es únicamente una respuesta a los «cohetes» lanzados por los combatientes por la libertad palestinos contra los asentamientos israelíes.

Por supuesto, esta mentiras son inmundas en la misma medida en que lo son las atrocidades israelíes porque cualquiera que conozca, incluso rudimentariamente, la situación en Palestina-Israel sabe muy bien que los «cohetes» no son más que una excusa y que el verdadero motivo que hay detrás del genocidio a cámara lenta en Gaza es, simplemente, matar a tantos palestinos como permita la opinión pública mundial en las actuales circunstancias y, posiblemente, destruir al gobierno de Hamas elegido democráticamente para permitir a los lacayos palestinos de Estados Unidos en Ramala vender la causa palestina y sus derechos inalienables sin encontrar oposición alguna.

Las embajadas y misiones diplomáticas tienen el hábito de ofrecer una descripción halagüeña de la «democrática» sociedad israelí y de cómo judíos y no judíos son tratados por igual.

Yo no sé si cuando vuelve a Nouakchott el embajador mauritano en Israel transmite a su gobierno la realidad «real», no la virtual creada por la propaganda sionista.

Por ejemplo, ¿informa a su gobierno de que los ministros del gobierno israelí, los miembros del Knesset** e incluso los rabinos hacen rutinariamente llamamientos a la limpieza étnica de los no-judíos que son, en realidad, ciudadanos israelíes?

¿Informa su excelencia a su gobierno de que por cada colono israelí que matan los palestinos el ejército de ocupación israelí suele matar a cincuenta, setenta o incluso cien palestinos, la mayoría de ellos civiles inocentes?

¿Informa su excelencia a sus superiores de que algunos rabinos, incluso los de alto rango, constantemente hacen llamamientos a la «reubicación» y deportación de palestinos desde sus tierras ancestrales a los desiertos de Arabia… desde el Sinaí a Arabia Saudi o incluso al desierto subsahariano en el norte de África?

¿Informa a su gobierno de que un importante rabino israelí llamado David Batsri enseña rutinariamente en su sinagoga que los árabes en realidad son asnos, no seres humanos, y que el Altísimo los creó con forma humana con el único propósito de que trabajen para los judíos y los sirvan?

Si los embajadores árabes en Israel no comunican a sus respectivos gobiernos los crímenes y el racismo israelí, entonces, ¿qué están haciendo en Tel Aviv? ¿Frecuentar los casinos y clubes nocturnos? ¿Confraternizar con agentes del Mossad y del Shin Beth ***? ¿O, probablemente, conspirar contra sus propios países y sus propios pueblos, posiblemente a cambio de dinero?

Y si como deberían hacer de hecho transmiten la realidad a las capitales de sus países, entonces, ¿por qué estos respectivos gobiernos árabes permanecen callados acerca de estos crímenes? ¿Acaso ellos y sus colegas israelíes son miembros de la misma logia masónica?

Cuando varios Estados árabes decidieron normalizar relaciones con Israel, sobre todo después de los desafortunados Acuerdos de Oslo, fundamentalmente para obtener un certificado de buena conducta de Estados Unidos, el guardián-aliado de Israel, los gobernantes de estos Estados argumentaron que las relaciones con Israel servirían a la causa palestina y animarían al Estado judío a negociar en el camino de la paz y a aceptar los derechos palestinos.

Sin embargo, casi quince años después de que concluyeran los Acuerdos de Oslo, está absolutamente claro que la normalización entre algunos Estados árabes e Israel ha envalentonado a éste ya que su criminalidad y ferocidad han llegado a un nivel sin precedentes.

Paradójicamente, la normalización con Israel, que los estúpidos regímenes árabes esperaban que fuera una baza política, ha resultado ser un desastroso lastre para los palestinos y su lucha imperecedera por la libertad, pero una baza para Israel que ha sido capaz de granjearse la amistad de los regímenes árabes y, al mismo tiempo, seguir asesinando palestinos por cientos y por miles.

Israel tiene hoy relaciones más o menos cordiales con Egipto, Jordania, Qatar, Bahrain, Emiratos Árabes Unidos, Oman, Mauritania, Túnez y Marruecos. También hay muchos revoloteantes intermediarios entre Israel y otros muchos Estados árabes y musulmanes, como Pakistán e Indonesia, y en menor grado, Argelia y Yemen.

Esto ocurre mientras la carnicería de palestinos por parte de la maquinaria mortal israelí sigue incólume y la construcción de colonias judías en tierra árabe ocupada continúa sin obstáculo alguno. Israel está destruyendo eficazmente la Mezquita Al-Aqsa … paso a paso y piedra a piedra.

En conclusión, la normalización entre Israel y los Estados árabes y musulmanes, especialmente antes de acabar con las similares a las nazis ocupación y colonización por parte de Israel de la tierra palestina, es un anomalía indecente que tiene que acabar y mejor antes que después.

Hasta entonces, todas estas embajadas y oficinas representativas seguirán siendo despreciadas por las masas ya sea de Egipto, de Jordania o de Mauritania. Y con toda razón.

* La Wehrmacht eran las fuerzas armadas nazis [n. de la t.].

** El Knesset es el Parlamento israelí [n. de la t.].

*** Respectivamente, servicios de inteligencia y de seguridad israelíes [n. de la t.]

Enlace con el original: : www.palestine-info.co.uk/en/default.aspx?xyz=U6Qq7k%2bcOd87MDI46m9rUxJEpMO%2bi1s7dToixjJxzNzH5R91C5Lka1PNrJHSztHRk452jFpluxz8K1DKQhdLVwIjyCEjIFud lfuJauQdS0WIvnJjOGJVguntJuy7nhYy9EocBo%2b7OQg%3d