El sitio de CNN en México publica que funcionarios de la Casa Blanca contactados por esa cadena de noticias «no sabían que la invitación había sido recibida». A pesar de su apego a la Blackberry, su experiencia en el uso electoral de las redes sociales, y su numerosa plantilla dedicada a ambas cosas, la oficina […]
El sitio de CNN en México publica que funcionarios de la Casa Blanca contactados por esa cadena de noticias «no sabían que la invitación había sido recibida». A pesar de su apego a la Blackberry, su experiencia en el uso electoral de las redes sociales, y su numerosa plantilla dedicada a ambas cosas, la oficina del presidente Barack Obama no se había enterado.
¿Qué es esa «invitación» ante la cual el experimentado aparato de prensa del gobierno más poderoso del mundo no encuentra una respuesta coherente? Una bailarina ha invitado al presidente norteamericano a visitar Cuba con su familia «para que vea el maravilloso espectáculo de arte, amor y vida, que es el próximo Festival de Ballet de La Habana», y le ha pedido que «para hacernos a todos felices, traiga a Los Cinco«. No se trata de esas noticias que pueden ser ignoradas, una verdadera bomba periodística ha caído en los jardines frente a la Avenida Pennsylvania y nadie puede desactivarla.
La autora de la invitación es nada menos que Alicia Alonso, la prima ballerina abssoluta del Ballet Nacional de Cuba, y figura cimera de la danza mundial. A todas luces, una voz escuchada en el mundo entero y persona particularmente admirada en Estados Unidos, donde inició su carrera como integrante del American Ballet Theater.
El convite llega en momento oportuno, porque el presidente de Estados Unidos acaba de anunciar ante las Naciones Unidas un «nuevo pensamiento que guiará nuestros esfuerzos por el desarrollo», dando un mayor papel a su Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID). La USAID ha sido acusada reiteradamente en varios países como Cuba, Venezuela y Bolivia de financiar acciones desestabilizadoras y subversivas. En sus palabras, el presidente no especificó si el cambio previsto incluye la suspensión de esas acciones pero un buen camino, en concordancia con la invitación de Alicia, sería dedicar esos recursos a que agrupaciones como la Orquesta Filarmónica de Nueva York -que tuvo que suspender una visita a Cuba por las prohibiciones de la administración Obama- puedan viajar a la Isla.
La respuesta a la directora del Ballet Nacional de Cuba no es la única que Obama debe sobre la Isla a personas relevantes. El presidente norteamericano no ha respondido a los directivos de las compañías de telecomunicaciones Verizon, AT&T y Nokia que le han reclamado por no poder vender sus tecnologías a Cuba, y tampoco a una misiva firmada por intelectuales y artistas de todo el mundo -entre los que se incluyenDanny Glover, Sean Penn, Susan Sarandon y Michael Moore-, pidiéndole que libere a los cinco prisioneros políticos cubanos en Estados Unidos, a los que se refirió Alicia Alonso en su invitación. Son demasiadas solicitudes sin respuesta para el presidente del cambio en un país que se dice democrático.
Una bomba moral como la que ha colocado la bailarina cubana sólo puede ser respondida con un gesto a su altura, no con el silencio torpe de anónimos funcionarios. Si las «regulaciones» vigentes en los medios norteamericanos, permiten aún que un periodista con sentido de lo que es noticia -a pesar de la aleccionadora suerte corrida por Helen Thomas– haga una pregunta incómoda, esperemos que en una de las próximas apariciones del presidente interroguen al hombre de la Blackberry sobre la elegante invitación de la gran Alicia…
Fuente:http://lapupilainsomne.wordpress.com/2010/09/23/una-bomba-en-la-casa-blanca/
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