Traducido por Manuel Talens
Imaginen que Nelson Mandela y el Congreso Nacional Africano hubiesen anunciado la consecución de un acuerdo con el régimen del apartheid y aceptado una «solución de dos Estados». Imaginen a Mandela negociando con el régimen del apartheid un acuerdo territorial en el que menos del 15% de la Sudáfrica actual se les atribuyese a los sudafricanos negros y el 85% restante al gobierno racista del apartheid y a sus seguidores.
Con esa idea en mente, me pregunto, ¿existe alguna diferencia entre dicho escenario y la actual «solución de los dos Estados» de hoy en día? Me alegra saber que cada vez hay más gente, tanto en el interior como del exterior de Palestina, que ve lo que yo veo: que la denominada «solución de los dos Estados» es un desastre, la segunda Nakba. Puedo imaginarme el resultado de dos Estados y, para mí, todo lo que no sea un solo Estado en el que todos sean iguales de acuerdo a Derecho es una receta para conflictos perpetuos. Y eso es exactamente lo que apoyan todos los gobiernos de US y de la EU, más los títeres y payasos de cualquier aldea en el mundo: la segunda Nakba de los dos Estados. Uno de ellos con armas nucleares, económicamente avanzado y con mucho territorio y, el otro, empobrecido y humillado como una especie de herencia del eslogan según el cual la justicia se encuentra al final del cañón de un fusil. Únicamente los descerebrados o corruptos niegan la historia que catapultó hacia la existencia al Estado sionista y racista de Israel. Únicamente los ciegos negarían que la creación de Israel dio lugar a que cientos de poblados palestinos desaparecieran de la faz de la tierra. ¿Acaso existe prescripción para tales crímenes? La respuesta es no y la única manera de curar la herida en Palestina es instaurar lo que Mandela, el Congreso Nacional Africano y los pueblos con conciencia del mundo exigieron y alcanzaron: un Estado, un gobierno para todos. En una Palestina libre los sionistas racistas que han cometido graves crímenes contra los palestinos tendrán la fortuna de poder optar a lo que Mandela ofreció a los racistas del apartheid: a la oportunidad de quedarse y vivir en el territorio en condiciones de igualdad. Lo hecho, hecho está, no hay manera de resucitar a los muertos ni de recuperar las infancias perdidas. Pero hay un futuro que nos contempla y decidiremos qué futuro escoger. Yo escojo no solamente un Estado, sino un mundo, pero no la versión del «Nuevo Orden Mundial», sino un mundo con derechos iguales para todos, derechos humanos y libertad. ¿Por qué no? Que yo sepa, nosotros el pueblo, las masas, somos la mayoría y lo que queremos, libertad, es algo que cualquiera en su sano juicio apoyaría. Creo que podemos cambiar las cosas mucho más rápido de lo que creemos en la actualidad. Pero empecemos por Palestina. Según el dicho popular, «es absurdo tratar de reinventar la rueda». Estoy de acuerdo y, además, el Congreso Nacional Africano ya reinventó la rueda que yo necesitaba: su Carta de Libertades. Más de cuarenta años antes del fin del apartheid en Sudáfrica, redactó las palabras que se convertirían en la base de una Sudáfrica democrática. Qué duda cabe de que hay problemas en la Sudáfrica actual, pero serían muchísimo mayores si los sudafricanos hubiesen aceptado el acuerdo que hoy se ofrece a los palestinos. Con humildad y el mayor respeto hacia todos mis hermanos y hermanas de Palestina y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, les presento aquí la Carta de Libertades, modificada para Palestina.
Carta de Libertades de Palestina
Nosotros, el pueblo de Palestina, declaramos a todos en nuestro país y en el mundo: – Que Palestina pertenece a todos los que viven en su territorio y ningún gobierno puede justificar autoridad alguna sobre él a menos que se base en la voluntad de todo el pueblo; – Que un gobierno basado en la injusticia y la desigualdad robó a nuestro pueblo el derecho de nacimiento a la tierra, a la libertad y a la paz; – Que nuestro país no será nunca próspero o libre hasta que todo nuestro pueblo viva en hermandad y goce de iguales derechos y oportunidades; – Que únicamente un Estado democrático, basado en la voluntad de todos, puede asegurar a todos el derecho de nacimiento sin distinción de color, raza, sexo o religión: – Y, por lo tanto, nosotros, el pueblo de Palestina, musulmanes, judíos y cristianos, todos juntos e iguales, compatriotas y hermanos, adoptamos esta Carta de Libertades; – Y prometemos esforzarnos juntos, sin límite de esfuerzo o valentía, hasta que los cambios democráticos aquí descritos sean una realidad.
El pueblo debe gobernar
– Todos, varones y mujeres, tendrán derecho al voto y a presentarse como candidatos en todas las elecciones que permite la ley; – Todos los ciudadanos gozarán del derecho a integrarse en la administración del país; – Los derechos de todos los ciudadanos serán iguales, con independencia de su raza, color, sexo o religión; – Todos los cargos estatales de gobierno ahora en manos de las minorías, organismos consultivos, consejos y autoridades deberán ser reemplazados por órganos democráticos de autogobierno.
Todos los grupos nacionales gozarán de los mismos derechos
– Habrá igualdad en todos los organismos estatales, en los tribunales y en las escuelas de todos los grupos y razas nacionales; – Todos los ciudadanos tendrán los mismos derechos para utilizar sus propias lenguas y para desarrollar sus propias culturas y costumbres; – Todos los grupos nacionales estarán protegidos por la ley contra los insultos a su raza y a su orgullo nacional; – La preconización y la puesta en práctica de discriminación y desprecio nacional, racial o religiosa serán delitos castigados por la ley; – Todas las leyes y las prácticas del apartheid serán abolidas.
El pueblo compartirá la riqueza del país
– La riqueza nacional de nuestro país, la herencia de Palestina, le será devuelta al pueblo; – La riqueza mineral del subsuelo, los bancos y el monopolio de la industria serán transferidos al pueblo en su totalidad; – El resto de la industria y del comercio estarán bajo control estatal para el bienestar del pueblo; – Todos los ciudadanos tendrán los mismos derechos para comerciar y fabricar bienes en el lugar que escojan y para trabajar en todos los oficios, artes y profesiones.
La tierra será compartida por quienes la trabajan
– Se terminarán las restricciones a la propiedad de la tierra por motivos religiosos. La desnutrición y el mal uso de la tierra serán eliminados; – El Estado ayudará a eliminar la malnutrición y el mal uso de la tierra por medio de herramientas, semillas, tractores y acceso al agua, con el fin de salvar el terreno y ayudar a los agricultores; – Se garantizará a todos gozarán la libertad de movimientos; – Todos tendrán derecho a escoger dónde vivir.
Todos serán iguales ante la ley
– Nadie podrá ser encarcelado, deportado o retenido sin un juicio justo; nadie podrá ser condenado por orden de un funcionario del gobierno; – Los tribunales serán representativos de toda la ciudadanía; – Las penas de prisión se aplicarán únicamente por crímenes graves contra el pueblo y buscarán la reeducación, no la venganza; – Las fuerzas de la policía y el ejército estarán abiertas igualitariamente a todos y su función será ayudar y proteger al pueblo; – Todas las leyes discriminatorias por motivos de raza, color, creencia o religión serán abolidas.
Todos gozarán de derechos humanos iguales
– La ley debe garantizar a todos la libertad de expresión, organización, reunión, publicación, oración, culto y educación de los hijos; – La intimidad del hogar frente a las incursiones policiales estará protegida por la ley; – Todos podrán desplazarse sin restricción alguna vez desde el campo a la ciudad, de Norte a Sur, de Este a Oeste y desde Palestina al exterior; – Los puestos de control, los permisos y todas las demás leyes que limitan estas libertades serán abolidos.
Habrá trabajo y seguridad
– Todos los trabajadores podrán organizarse en sindicatos, elegir a sus representantes y establecer acuerdos salariales con sus empleadores; – El Estado deberá reconocer el derecho y el deber de todos al trabajo y a prestaciones de desempleo; – Los varones y las mujeres de todas las razas recibirán igual compensación económica por igual trabajo; – Todos los trabajadores gozarán de los mismos derechos con independencia de su posición.
Las puertas del aprendizaje y de la cultura estarán abiertas
– El gobierno deberá descubrir, desarrollar y alentar el talento nacional para la mejora de nuestra vida cultural; – Todos los tesoros culturales de la humanidad deberán estar abiertos a todos mediante el libre intercambio de libros, ideas y contactos con otras tierras; – El objetivo de la educación será enseñar a los jóvenes a amar a su pueblo y su cultura, honrar la hermandad de los seres humanos, la libertad y la paz; – La educación será, obligatoria, universal e igual para todos los niños; – La educación superior y la formación técnica estarán abiertas a todos mediante subvenciones estatales y becas concedidas según el mérito personal; – Se eliminará el analfabetismo de los adultos tras un plan estatal masivo de educación.
Habrá viviendas, seguridad y confort
– Todos los ciudadanos tendrán derecho a vivir dónde escojan, a una vivienda digna y a mantener a sus familias con confort y seguridad; – Las viviendas no utilizadas serán puestas a la disposición de la ciudadanía; – El alquiler y los precios bajarán, los alimentos serán distribuidos entre todos y nadie padecerá hambre; – El Estado dirigirá un plan de medicina preventiva; – Los cuidados médicos y las hospitalizaciones sean gratuitos y universales, especialmente para las madres y niños pequeños, los ancianos y los discapacitados; – Las viviendas insalubres serán demolidas, se construirán nuevos suburbios, todos ellos con transporte, carreteras, alumbrado y terrenos destinados al ocio; – Los ancianos, los huérfanos, los discapacitados y los enfermos estarán a cargo del Estado; – El descanso, el tiempo libre y la diversión serán un derecho universal: – Los lugares vallados y los guetos, así como las demoliciones de viviendas serán abolidos y las leyes que mantienen separadas a las familias serán derogadas.
Habrá paz y hermandad
– Palestina será un Estado totalmente independiente que respetará los derechos y la soberanía de todas las naciones; – Palestina contribuirá al mantenimiento de la paz mundial y a la resolución de todos los conflictos internacionales mediante la negociación, no la guerra; – La paz y la hermandad entre todos nuestros pueblos estará asegurada por medio de derechos, oportunidades y estatus iguales para todos; – Todos los pueblos serán libres de decidir por sí mismos su propio futuro; – El derecho de todos los pueblos de Palestina a la independencia y al autogobierno estará reconocido y será la base de una estrecha colaboración. – Que todos los pueblos que aman a su país digan ahora, como nosotros decimos: ¡LUCHAREMOS HOMBRO CON HOMBRO POR ESTAS LIBERTADES DURANTE TODA NUESTRA VIDA HASTA QUE ALCANCEMOS LA LIBERTAD!
Gracias a: Gilad Atzmon Fuente: http://www.gilad.co.uk/writings/a-freedom-charter-or-a-second-nakba-by-kenneth-okeefe.html Fecha de publicación del artículo original: 21/07/2010 URL de este artículo en Tlaxcala: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=728