Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Deborah Lipstadt califica de ‘insalubre vergonzante’ la alcahuetería de los candidatos presidenciales republicanos, dice el enviado de EE.UU. Gutman cuyos comentarios sobre el antisemitismo musulmán fueron «estúpidos».
La renombrada historiadora del Holocausto Deborah Lipstadt dice que los políticos estadounidenses e israelíes que invocan el Holocausto para fines políticos contemporáneos están participando del «abuso del Holocausto», que es similar al duro concepto de negación del mismo.
«Creo que es peligroso, francamente peligroso. Es una distorsión de lo que es Israel, de lo que es el sionismo», dijo Deborah Lipstadt, quien acaba de publicar un libro retrospectivo «El juicio a Eichmann» de lo que fue el juicio en Jerusalén en 1961 del tristemente célebre criminal nazi.
«Cuando usted toma estos momentos terribles de nuestra historia, y los utiliza con fines contemporáneos, con el fin de cumplir sus objetivos políticos, se mutila la historia, se pisotea», dijo la historiadora.
En una contundente entrevista con Haaretz, Lipstadt fustigó a los candidatos presidenciales republicanos por su alta alcahuetería, que describe como «complacencia», «vergonzosa» e «insana». De la aparición de la semana pasada de los principales candidatos republicanos en un foro en Washington organizado por el Comité Judío republicano, dijo: «Fue increíble. Esto me hizo temblar. No podía verlo».
«Usted oye a Newt Gingrich hablar sobre los palestinos como un «pueblo inventado», repitiendo los conceptos del AIPAC, también los que repite Israel», dijo. «Hay algo en esto muy incómodo. No es sano. Es una distorsión», dijo. También utilizó la palabra «despreciable» para describir a los colonos que utilizan el término «nazi» en contra de soldados de las FDI. «Y es tan inexacta. Y es un abuso de la historia. La gente que comenzó a utilizarla sabía que no era lo correcto, pero los niños, los niños de las escuelas religiosas y los chicos de escuela secundaria no saben que no es verdad. Y así, cuando el nazismo real se aproxime, nadie lo va a reconocer».
Lipstadt, profesora de Dorot de Estudios Judíos Modernos y el Holocausto en la Emory Atlanta University, se convirtió en una heroína de la comunidad judía estadounidense después de que en solitario y sin ayuda infligió un duro golpe a la negación del Holocausto en Occidente, en su famosa victoria en el tribunal de Londres en 2000sobre David Irving, quien niega el Holocausto y había demandado a Lipstadt y su editorial, Penguin Books, por difamación. El Times de Londres dijo de la victoria de Lipstadt: «La historia ha tenido su día en la corte y obtuvo una victoria aplastante».
Lipstadt describió como controversiales y «estúpidos» los comentarios del embajador de EE.UU. en Bélgica Howard Gutman sobre la relación de causalidad entre el conflicto árabe-israelí y el antisemitismo musulmán y añadió que «sonaba como si fuera la racionalización del antisemitismo». Sin embargo, dijo, la reacción a sus declaraciones habían sido también «desbordadas».
Lipstadt censuró la «histeria» y la «neurosis» de muchos judíos e israelíes que comparan la situación actual de Europa y Oriente Medio con la época del Holocausto. «Las personas se vuelven locas aquí, realmente locas. No hay matices, no hay término medio, toman cualquier tono del gris y pisan a fondo el acelerador. No hay voces de calma, no hay voces de la razón, no en este país, no en Israel».
«Este es el tipo de cosa que me asusta», dijo. «Los judíos siempre fueron neuróticos. Me refiero a que todo el mundo es neurótico, nosotros protagonizamos la neurosis más, y también nos la creamos a un nivel que no es saludable. Debemos evitar la histeria, pero no lo hacemos. La histeria jamás es útil».
Lipstadt, que nació en Nueva York, dijo del presidente Barack Obama que es un obstinado en la manipulación de Israel. En el inicio de su mandato «hizo una apertura para los republicanos en Estados Unidos y en Israel». Ella dijo que «más y más judíos tienen miedo y aquí hay alguien [los republicanos, CS] que los van a proteger. Esto es por demás irracional».
Lipstadt rechazó las sugerencias de que lo que ella describe como la «neurosis insana» de los judíos en el año 2011 es una consecuencia directa de la herencia del juicio a Eichmann. «El juicio de Eichmann fue un momento crucial en la historia de Israel, en la historia del sionismo. Se personalizó la Shoah, y fue el comienzo de un cambio en la actitud de Israel hacia los sobrevivientes».
Uno de los capítulos más controvertidos del nuevo libro de Lipstadt concuerda con Hannah Arendt, cuyo propio libro «Eichmann en Jerusalén: Un informe sobre la banalidad del mal» fue inmensamente popular en Occidente en los años posteriores al juicio, pero fue rotundamente condenado por los judíos y los israelíes. Aunque Lipstadt destruye las principales tesis de Arendt de que Eichmann no era más que un engranaje burocrático de la maquinaria nazi y denuncia aquí la crítica de los Judenrats en la Europa ocupada, ella encuentra algunos puntos positivos en la cobertura de Arendt sobre el juicio, incluyendo la observación de que «por primera vez desde el año 70, cuando Jerusalén fue destruida por los romanos, los judíos fueron capaces de juzgar por los crímenes cometidos contra su propio pueblo». Arendt, dice Lipstadt, «fue mezquina y cruel, pero captó algo muy esencial sobre el juicio».
Profesora Deborah Lipstadt. Foto AP