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Los familiares de cinco fusilados de Rute pierden la esperanza de localizar sus restos en las curvas de La Pililla de Encinas Reales

Una fosa común de la Guerra Civil enterrada por la autovía

Fuentes: Diario Córdoba

Un fatídico mes de agosto de 1936, la cuesta de La Pililla (Encinas Reales) fue testigo mudo del fusilamiento y posterior enterramiento de cinco ruteños. Apenas se cumplía un mes del comienzo de la Guerra Civil y Rute ya sumaba una larga lista de víctimas del franquismo. Justo 68 años después, familiares de estos fusilados […]

Un fatídico mes de agosto de 1936, la cuesta de La Pililla (Encinas Reales) fue testigo mudo del fusilamiento y posterior enterramiento de cinco ruteños. Apenas se cumplía un mes del comienzo de la Guerra Civil y Rute ya sumaba una larga lista de víctimas del franquismo.

Justo 68 años después, familiares de estos fusilados han visitado esta zona, cercana a Encinas Reales, con la intención frustrada de localizar la fosa común y poder exhumar los cadáveres o al menos rendirles homenaje. Pero su intención llega tarde, las obras de la futura autovía Córdoba-Antequera han tapado bajo 20 metros de tierra el lugar donde se localiza esta fosa común. El asfalto será la última losa que caiga sobre estos cinco ruteños.

Juan Pelagio Rojas Roldán trabajaba en una destilería; Miguel Guerrero era dirigente de Juventudes Socialistas; Francisco Henares Porras, jornalero; José Arcos Martínez tocaba en la banda de música; y Juan Antonio García Algar era albañil.

Ninguno de los cinco pasaba de los 30 años cuando los montaron en un camión que los trasladó desde Rute hasta las curvas de La Pililla –cerca de Encinas Reales–, donde los fusilaron.

Del último, el albañil José Antonio García, sus sobrinos Isabel y Juan, y Josefa, resobrina, han estado buscando la fosa sin resultado, al menos quieren que su recuerdo se plasme en una placa o un monolito al lado de la carretera. «Tenía 23 años, estaba recién casado y en los primeros días del levantamiento militar huyó a la vecina localidad de Cuevas de San Marcos, que era zona republicana. A los pocos días regresó y fue su sentencia de muerte», recuerda Isabel, que añade que «él no estaba metido en política, solo tuvo miedo».

Desde hace dos años el grupo de trabajo para la Recuperación de la Memoria Histórica intenta rescatar del olvido acontecimientos como éste. Desde el Ayuntamiento se ha pedido una subvención para rendir homenaje a estas víctimas de la dictadura. El historiador Arcángel Bédmar ha emprendido un estudio sobre la Guerra Civil en Rute, con la buena noticia de que se han localizado los archivos municipales de este periodo. Precisamente, la última esperanza de localizar a los muertos de La Pililla ha llegado de manos de este historiador, que plantea otro lugar de ubicación de la fosa común. En definitiva, un capítulo sangriento de la historia local aún por cerrar.