Recomiendo:
0

Una mañana en Homs

Fuentes: Jadaliyya.com

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Es noche cerrada aquí y estoy a punto de irme a la cama. Antes de desconectar de Siria, me doy cuenta que tengo a Omar en el Skype. Le envío un mensaje diciéndole que su video sobre Anderson Cooper de esta noche era impresionante. Le digo que hace que me sienta orgullosa de ser siria. Le digo que hubiera deseado estar con ellos en Homs. Pocos segundos después, me envía un enlace [*]. Lo abro. Y de repente me encuentro en Homs al alborear el día. Me escribe: Este es mi «livestream» desde Baba Amr. Enchufo el cargador de mi portátil. Va a ser otra noche larga.

Son las seis de la mañana en Siria. Observo un fotograma estático compuesto de un cielo gris y los tejados de unos edificios. Tres grandes antenas parabólicas en primer plano y un minarete a lo lejos. Hay un silencio total. Pero en ese momento un gallo empieza a cantar, una y otra vez, a intervalos precisos. También se escucha el trinar de los pájaros. Me sentía feliz observando esa quietud, por una vez no estaba sucediendo nada. Siento un gran placer al revivir esos sonidos familiares, al revivir el aroma exacto del viento invernal, la paz de la mañana temprana en Siria. Omar estaba conmigo en la habitación aunque no podía verle, pero su visión era mi visión, su ventana era también la mía.

Pero, en ese momento, la quietud se vio asaltada por largos y atronadores ruidos de cohetes, rápidos disparos de bala, voces asustadas de unas cuantas mujeres y, en una ocasión, el estremecedor grito de una niña. La escena familiar se desvanece. Le envío un mensaje a Omar: No puedo creer que este sea mi país.

Me contesta con las siguientes líneas a primera hora de la mañana:

Hasta el momento, la situación humanitaria sobre el terreno en Baba Amr sigue estando impelida por una mezcla de lanzamientos de cohetes, de mortero, de los tanques, que irrumpen en la zona por todos lados. Desde la mañana nos han caído encima más de 500 proyectiles que han impactado sobre las casas, sobre los lugares de las protestas y las mezquitas. La mezquita de Al-Anwar fue alcanzada por más de diez proyectiles que la han dejado casi destruida; las casas de los alrededores han quedado también deshechas. La situación humanitaria es muy complicada en estos momentos, no hay pan, ni medicamentos ni suministros alimentarios y, como mencionamos en nuestro último informe, atacaron un hospital de campaña y hemos perdido a parte del equipo médico. No hay ningún medio para poder comunicarnos dentro de la zona y los francotiradores que rodean esa área disparan a todo lo que se mueve.

La vida está completamente paralizada. No hay escapatoria ni ningún paso seguro por donde poder salir y tampoco hay refugios seguros frente a los cohetes y los proyectiles. El número de mártires ha llegado a sesenta desde la última estadística que recibimos del Dr. Mohammad Al-Mohammad (el director del hospital de campaña). Estos son sus nombres:

1) Mohammad Al-Atasi; 2) Hatim Al-Abid; 3) Abdul Hamid 4) Qurrah Husain; 5) Abdul Hamid Sabuh; 6) Diyaa Al-Sheij Fada; 7. Adnan Judr Salami; 8) Bade Al-Ahmad; 9) Masid Al-Hamad; 10) Hamid Qahit Al-Ahmad; 11) Abdul Karim Mubarak; 12) Mohammad Al-Awad; 13) Adnan Al-Hasuri; 14) Rami Alsaid; 15) Hasan Al-Uwair; 16) Abdallah Al-Mohammad; 17) Mamun A-Isu; 18) Abdul Kafi Aliso; 19) Hamud al-Aqlah; 20) el niño Hamsa Hasun; 21) el niño Ra’ed Al-Harshah; 22) Ghasi Al-Hasibi; 23) El niño Yamal Masud; 24) la niña Manal Al-Ali ; 25) la niña Ayah Al-Dumani ; 26) Mohammad Abdul Rahman Al-Qadri; 27) la niña Ayman Al-Khaled ; 28) Nahla Al-Muhisin; 29) Fatima Al-Abdo; 30) Suad Al-Mohammad; 31) Judr Al-Hasan; 32) Jaled Al-Sus; 33) la niña Fuad Al-Amir ; 34) Ridwan al-Ashlaq; 35) Budran Abd Al-Aziz; 36) Wasil Juma’ah, 37) Marwa Nadaf; 38) Ahmad Al-Ahmad; 39) Muhammad al-Rakan; 40) Rasha Omran; 41) Kamal Zein Aldin; 42) Abdul Karim Qurah Jaled; 43) Siad Hishiyeh; 44) Ghurwan Al-Mala; 45) Abdullah Al-Samra; 46) Samir Al-Sayid; 47) el bebé Abdul Rahman Orabi.

Hasta el momento se desconocen los nombres del resto de los mártires. Hay once mártires, cuatro de ellos niños, que todavía no han sido identificados por el grado de destrozo sufrido por sus cuerpos. Hay muchos heridos con lesiones permanentes ya al haber perdido, por ejemplo, una de las extremidades o un ojo (o ambos) y haber quedado desfigurados. Se teme que algunos de los heridos puedan morir a causa de su crítica situación porque no se dispone de suministros sanitarios para poderles atender adecuadamente.

Leo sus palabras mientras escucho, conectándolas con lo que veo, uniendo cada sonido devastador a otro nombre, aún desconocido, que se irá añadiendo a la lista de muertos de hoy.

Al principio, observo junto a Omar sin compartir el enlace con nadie. Después, twiteo y empieza a extenderse. Muy pronto hay casi mil personas observando con nosotros. Estamos todos con Omar en la habitación pero terriblemente conscientes de que estamos realmente en un mundo totalmente distinto. Cuando le escribo mensajes, trato de hacerlo entre una explosión y otra. ¿Hay algún modo delicado de enviar un mensaje a alguien cuando las balas y los proyectiles llueven a su alrededor?

Escuchamos. ¿Dónde están esas armas monstruosas? ¿A qué distancia de Omar? ¿Qué objetivos están alcanzando mientras escuchamos? Le digo a mi amigo: Mi corazón se queda hecho pedazos con esos sonidos. Él me responde: Los sonidos son misericordiosos. Los Ak47 y las ametralladoras son armas de precisión. Durante los últimos días solo escuchamos esos sonidos atronadores y silbantes.

Armas de precisión: significa que matan con precisión. No hay nada preciso sobre las explosiones que sacuden Baba Amr, excepto sus despiadadas intenciones de muerte y destrucción.

Sé que todo el mundo está imaginándose el escenario de lo que está sucediendo sobre el terreno. ¿Será un video de YouTube con cuerpos mutilados y ensangrentados lo que podremos ver mañana como consecuencia de una de las explosiones que estamos escuchando justo en estos momentos?

Paso una hora atisbando a través de la ventana de Omar. Los gallos no dejan de cantar, compitiendo con el sonido del bombardeo. Pero es una fútil batalla que perderán pronto. Lentamente, los intervalos silenciosos se van haciendo más cortos. Veo un vídeo en mi pantalla. Había confiando en capturar la calma que había antes allí aparte de las ensordecedoras explosiones pero era demasiado tarde, los fuertes sonidos se habían convertido en algo continuo.

El cielo se ha vestido de un gris más brillante. La mañana ha llegado, arrebatándonos cualquier momento de calma que ahora nos parece casi un sueño. Recito una oración por Omar, por Baba Amr, por Homs, y me voy a la cama.

Ahora es aquí medianoche. El horizonte de mi ventana es negro como boca de lobo, y pienso en la ventana de Omar que da sobre los tejados, mientras él observa el despliegue de otro día aterrador.

N. de la T.:

[*] Véase video pinchando en la fuente citada al final.

Amal Hanano es una escritora siria y colaboradora habitual de Jadaliyya.com.

Fuente: http://www.jadaliyya.com/pages/index/4281/one-morning-in-homs