Recientemente, todos presenciamos a través de los distintos medios de información un evento que llamo la atención a más de un desprevenido, y que marco la antesala de una muerte anunciada. Un lamentable acontecimiento, ensalzado en una ambiente de «celebración» lleno de excelentes discursos y frases, que ha terminado por mostrarnos el puñal […]
Recientemente, todos presenciamos a través de los distintos medios de información un evento que llamo la atención a más de un desprevenido, y que marco la antesala de una muerte anunciada. Un lamentable acontecimiento, ensalzado en una ambiente de «celebración» lleno de excelentes discursos y frases, que ha terminado por mostrarnos el puñal escondido dentro de un bien diseñado paquete de invitación. El mismo que nos regala el Capital internacional para que practiquemos junto al pueblo un harakiri masivo.
En el marco de la XXXIV cumbre del bloque suramericano, coincidente con la asunción de la nueva presidencia pro-tempore del MERCOSUR, en manos de Cristina Fernández, Presidenta de Argentina, ocurrió lo inimaginado por muchos, y lo esperado por otros quienes hemos hecho seguimiento del caso.
El golpe mortal contra nuestros pueblos del Sur; contra la Unión del Sur, se terminaría de producir por los mismos capitales regionales que alardean de ella, en una triste noticia que recorrió el mundo: «Israel y el MERCOSUR firman un TLC», finalmente, tras dos años de «duras» negociaciones, interrumpidas, solo, en los meses en que Israel acometía el genocidio contra el pueblo libanes, a mediados del año 2006.
Genocidio en el Líbano
En un Show marcado de mucho simbolismo -de más Mierda que gloria- se terminó por desmontarse, o mejor dicho, por sepultar lo poco de originalidad y seriedad que conservaba este organismo de sus otrora llamados por una «verdadera integración regional».
Ese mismo Estado (Israel), valga decir; ilegal, criminal y racista, en otras palabras, el Estado Sionazista de los Jazares instalado ilegalmente en Palestina y que lleva por nombre «Israel», para engaño del mundo en su fe, falsificando la historia, hoy celebra una victoria en estas latitudes.
Pudo haber sido con otro país, pero el significado de la selección de Israel, develan dos aspectos muy importante. Veamos.
Primero; para nadie es un secreto que hablar de Israel es hablar de Norteamérica, o viceversa, hablar de EUA es hablar de Israel. Nos referimos a los mismos capitales, a los mismos intereses, al mismo enemigo, incluso, al peor de entre sus cabezas. Hablar de Israel es hablar de quien domina al mismísimo imperialismo norteamericano; es hablar de quien controla el poder financiero estadounidense, y por ende, el poder político-militar (conformados en Lobbys sionistas, los SioCons, esta última, agrupación política sionista-conservadora que domina a los partidos Republicano y Demócrata); hablar de Israel es hablar también de quienes controlan a los grandes medios informativos (CNN), el cine (Hollywood) de los EUA.
El genocida Bush prestando juramento a Israel.
De esto, ya muchos reconocidos intelectuales norteamericanos, entre ellos Noam Shomsky, James Petras, y otros han hecho públicas innumerables denuncias sobre este abusivo dominio. Son ellos (los israelíes) los responsables de las anteriores y la actual guerras e intervenciones imperialistas en el mundo. Vietnam, Corea, Los Balcanes, África, Irak, y en Latinoamérica con Colombia (entrenando a los grupos paramilitares -ver declaraciones del mismo Carlos Castaño, jefe paramilitar quien en su libro autobiográfico titulado: «Mi Confesión», habla de su admiración y entrenamiento militar por Israel-); Israel es también la responsables de las intervención yankee en la Triple Frontera (Argentina, Paraguay y Brasil); y en Venezuela –en esta última (Venezuela) a través del traficante de armas israelí Isaac Peres Recao, prófugo de la justicia venezolana, a quien, junto a otros responsables sionistas, se le inculpa por su participación en los funestos hechos del Golpe de Estado (11 de abril, año 2002) en la contratación y dotación de armas a los mercenarios francotiradores quienes dispararon contra civiles inocentes ese mismo día, originando así los justificativos que necesitaban los golpistas para derrocar al Presidente Chávez-; Son ellos los responsables del holocausto del pueblo palestino. Son ellos también, socios de grandes transnacionales norteamericanas y europeas. Los registros de esto descansan en innumerables informaciones públicas que circulan por la red de internet.
En conclusión, hablar de Israel es hablar del mismo imperialismo norteamericano y sionista. y por ende, incluir a Israel con un tratado (TLC) con MERCOSUR es abalar sus atrocidades.
Segundo; el hecho que implica el realizar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Israel, conociendo lo anterior, resultaría, a todas luces, en realizar, indirectamente, un Tratado de Libre Comercio, ahora en bloque, con los propios Estado Unidos de Norteamérica, en otras palabras, un ALCA, esta ves, por medio de Israel que fungiría como Caballo de Troya para este fin.
Israel, Caballo de Troya del Imperio.
Por otro lado, algunos analistas políticos de Brasil, Uruguay y Argentina han justificado esta avergonzarte situación expresado contribuir, con esto, al fin del conflicto del Medio Oriente. Han dicho que este acuerdo «obligará en abrir un espacio de colaboración entre israelíes y palestinos para la producción con destino al intercambio comercial». Pero lo cierto, es que este acuerdo agravará aun más la situación del pueblo palestino, repercutiendo en más confiscación de tierras palestinas para instalar los requeridos complejos industriales transnacionales que vendrían a situarse en tierras ocupadas, y que necesitaran de más zonas de seguridad, nuevas vías y colonias israelíes (jazares).
Lo único beneficioso para el pueblo palestino es que, para que Israel pueda competir en nuestro atractivo mercado regional -plagados de burguesías parasitas- deberá de extraer el máximo de plusvalía posible que les permita abaratar los costos de sus productos. Esto solo se logra con mano de obra barata, o mejor dicho, mano de obra esclava. Razón por la cual Israel, en esto sí, se verá obligada a perdonar la vida de cada palestino que acepte entregarse como mano de obra esclava -esto significa, sin los beneficios que se establecen las leyes del Estado judío para los ciudadanos israelíes (jazares)-.
Para ello, Israel aplicaría la misma receta aprendida de los trabajos forzados en el Ghetto de Bialystok, año 1941, ahora, en los Ghettos extendidos de toda Gaza y en Cisjordania. Las infames e inhumanas maquilas mexicanas serían un paraíso comparadas con las palestinas. No tendría otra opción el pueblo palestino. Es la esclavitud o la muerte. Los palestinos tendrían, por lo menos, libertad para decidir sobre esto.
La vida detrás del muro del apartheid (Ghetto)
Por lo visto, estos sesudos analistas del Brasil, Uruguay y Argentina creen estar haciendo bondades y caridades al justificar lo injustificable. Sus posiciones los hacen cómplices del capital en sus barbaries.
En fin, la Firma de un TLC entre el MERCOSUR e Israel, solo demuestra el grado de descomposición de los valores éticos y morales de nuestras burguesías, afirmando lo dicho por Antonio Gramsci «el capital no tiene patria, solo bolsillos», ni hablar de valores morales y éticos de los capitalistas. Con esto también, queda demostrado el grado de sumisión e integración de nuestras burguesías «nacionales»; de nuestros capitales privados al gran capital transnacional. Los tiempos de globalización se imponen.
Con este análisis, no pretendo ser una voz discordante dentro del concierto de voces que cantan por la integración regional, y al que varios dirigentes latinoamericanos, «por fin», se han unido al coro. Pero creo, más bien, que este instrumento llamado MERCOSUR, es el desafinado. Incluso, diría más. No es el instrumento apropiado para la unión nuestros pueblos. Por más que intentemos darle un carácter o un matiz político a esta organización, su realidad se impone como instrumento propio de los capitales regionales y no de los Estados nacionales en la que se circunscribe.
La Revolución Bolivariana deberá repensar en este momento si conviene o no seguir luchando por ser parte de este cónclave vergonzoso, inmoral e inhumano.
Sigamos mejor desarrollando nuestros propios instrumentos de emancipación ya creados, creando las bases de una verdadera unión con los pueblos del Sur; de la nación suramericana que soñaron nuestros libertadores.
Decidamos; es el ALBA y la UNASUR, construidas sobre las bases bolivarianas de la hermandad genuina y la solidaridad que se reflejada en sus instrumentos creados, como el Banco del Sur, PetroCaribe, PetroAndina, PetroAmérica, los Convenios Internacionales de Cooperación e Intercambio, las Empresas Mixtas entre Estados y/o las Gran Nacionales; o de lo contrario, es el maligno ALCA disfrazado de MERCOSUR.
No seremos cucarachas en baile de gallinas. No seremos cómplices.